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Mostrando entradas con la etiqueta Amor cabrón. Mostrar todas las entradas
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21 de marzo de 2025

lp--Nuestro obsceno caldo primigenio--ic


Tu coño es la fragua ardiente y mi rabo el hierro al rojo vivo de cárdenas y retorcidas venas colapsadas de sangre hirviendo. De la tuya y la mía, ya no sé distinguirnos.

De esperma bullendo en mis cojones duros y contraídos, ante la perla que asoma entre los pliegues de tu chocho, más sagrado y deseado que un buda o jesucristo si existieran. Gimiendo por clavarme en tu pensamiento para siempre, de una vez por todas.

Follarte el alma, confundir nuestras carnes, líquidos, colores, sonidos… Las horas y el aire.

Mirar la misma luz y soportar obscenamente enganchados las cochinas ignominias de la vida.

Llorar ante tus impúdicos espasmos con lácteas lágrimas de mi puto semen deslizándose por tus muslos, los tiempos perdidos sin tenernos ante un coro de fariseos que, puercos gritan: “¡Correos! ¡Correos! ¡Correos!”. Sodomizándose como perros en celo, lamiendo el barro amasado en la tierra en la que follamos.

Convertirnos ante el universo-mierda en el caldo primigenio del único amor, de nosotros mismos.

Y que no surja vida de la cópula, muertos los hijos antes de ser engendrados… No deben nacer. Sin más injerencias entre tú y yo.

Que mi leche muera en la tierra y en la boca de los puercos.

Bendito el estéril hedonismo y tú, replicándote infinita en cada una de mis fibras nerviosas.



Iconoclasta

16 de marzo de 2025

lp--Extrañándote en el infierno--ic

Te extraño en la gelidez y el ardor, en la pobreza y la tristeza, en la enfermedad y el agotamiento, cuando la ira me posee y dibujo cruces al revés o bebés sin cabeza en mi cuaderno.

Cuando miro la fúnebre luna muerta o un cielo negro a pesar de sus incontables estrellas, maligno por sus gases cósmicos letales.

Y te extraño mirando los nuevos brotes de los cerezos en esta gélida agonía del invierno.

Me urges mirando mi sombra fantasma, lo que apenas queda de mí.

No te echo de menos en la paz y la alegría porque están en ti, entre tus pezones que se erizan con mi baba animal, entre tus muslos resbaladizos y vertiginosos que esconden los mudos labios vibrantes. Y en el sonido que surge de tus labios y el corazón ardiente y pulsante de vida.

Si por algún extraño fenómeno sintiera esa paz y alegría, te extrañaría también en ellas; pero semejante posibilidad es ciencia ficción si estoy sólo conmigo y mis miserias.

Te amo asaz y nada que no me mate puede evitarlo por doloroso y sórdido que sea.

Besos y una postal desde el infierno, cielo.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

24 de diciembre de 2024

lp--Te amo a todo color y en B/N--ic


Eres mi fascinante fotografía que evoca todo lo que deseo y me falta.

Una explosión de sonrisas, besos, piel y palabras.

Una ternura y deseo a todo color.

Y una implosión íntima de suaves grises otoñales que dan una especial trascendencia a amarte; volutas de humo gris que hipnóticamente se transforman en todas las emociones que impregnan el aire que respiro. Y llegan tan adentro…

Eres la deslumbradora luz que acelera el corazón y el reposo de una íntima y evocadora penumbra de confidencias en susurros.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

14 de diciembre de 2024

lp--Bellamente te consume--ic


Hace frío y la niebla rechaza el sol.

El frío agota más que nada el organismo; y pérfido te invita a dormir…

Rompe la piel de las manos y pies, se mete hasta el tuétano de los huesos.

Hasta el desánimo de no saber cuánto resistirás.

Congela el tiempo que se queda quieto como un último suspiro en la boca muerta.

Y a pesar de ello hace de la naturaleza una obra de arte de hermoso dramatismo.

El frío te consume bellamente, es astuto con sus trampas.

Es urgente desear tu calor que también me consume. Elegir tu piel que acapara los rayos del sol y te erige en este frío páramo en una diosa áurea.

Pero nada es perfecto ¿verdad, cielo?



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

3 de diciembre de 2024

lp--El gato y tu omnipresencia--ic


Todo textura… Un ser vivo que parece modelado con merengue o nata montada.

Me gusta lamer la nata entre los labios que esconden tus muslos…

Los gatos ejemplifican la vida más pura y eficiente, rondan el mundo de los humanos y no olvidan que son depredadores eficientes sin falsos escrúpulos de piedad, para ello nacieron y evolucionaron.

Como yo penetrándote, buscando tu alma que aparecerá entre los gemidos y las contracciones de tu orgasmo. Soy eficiente también follándote, vampirizando tu voluntad por el coño.

Los gatos no posan, son con independencia del decorado. Están tranquilos, no deben considerar su ser. Es un hecho que no se puede contemplar por lo absurdo. Porque sé que piensan y sueñan me lo dice la corteza del cerebro con un arrebato de ternura y cariño.

Como presiento tu hálito de vida en mi aire, sé que te respiro porque existes, porque tengo tus gemidos profundamente intrincados en el pensamiento.

Los animales no sienten carencias, no aspiran a ser más porque son perfectos. Hacen aquello que dicta su idiosincrasia, sin mirar, sin preguntar, sin esperar nada. Porque esperar y esperanza desarrollan el mal de la indolencia y la inmovilidad. De la cobardía y su depresión.

Por eso no espero a meter la mano dentro de tus bragas y acariciarte mirándote a los ojos, esperando el momento que se hagan líquidos y se derramen también entre mis dedos.

El ser humano es una especie fallida, paranoica en esencia. Es la prueba de que la naturaleza no es sabia, sólo aleatoria.

Tú eres la excepción, eres felina y la sensualidad te envuelve haciendo de mí tu presa. Me postra ante tus columnas carnales santiguándome erecto ante tu vértice sagrado. Es la única religiosidad que me permito.

Pretendía escribir de los gatos; pero cuando hablo de cariños, ternuras y amor, siempre sales y te pones al frente, en el horizonte de mi existencia.

Maldita felina, cómo no pensarte.



Iconoclasta

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21 de noviembre de 2024

lp--Los rotos--ic


Esperanzas impávidas, sin emociones visibles, son las que mantienen los rotos que conocen la frustración y las imposibilidades de las cosas, donde cosas = humanos.

Los humanos son cosas porque son ajenos a la esencia natural del resto de las especies animales.

El humano, mayoritaria y secularmente, es una especie animal de mente insectil y cuerpo de mamífero.

¿Qué animal se puede permitir unas vacaciones y no morir de hambre?

O peor aún ¿qué animal es capaz de vivir esclavo toda su vida? Excepto los de explotación ganadera que nacen muertos o temporalmente vivos.

Dios creó a los animales y ya harto y hastiado, al ser hombre y a la mujer como su esclava.

No me invento nada, está en las sagradas mamadas.

Datos, datos, datos….

Pero existen las cosas rotas, los humanos rotos que fuerzan la pasión más allá de lo que la lógica y mediocridad pueden entender. Se fragmentan, desgastan y agotan la vida con muy pocas esperanzas de ganar.


Hay una voluntad de trágico romanticismo en romperse una y otra y otra vez.

¡Qué valientes son los seres que se dejan rasgar el alma y la piel por la pasión de amar!

Por deseo.

Por trascender.

Por sentir.

Por existir.

Por un amanecer con su amante.

Porque se equivocaron una vez e insisten en volver a equivocarse.

Se parten en dos mentes, una es para quien desean y la otra sobrevive en la realidad en la que son presos.

No existe el amor perfecto y eterno; pero no se rinden acunando su fragilidad, protegiéndolo incluso de la propia química de sus biologías.

Y temen lo peor: que cuando el amor se haga tangible se infecte de mediocridad, de la realidad.

La realidad es un lugar hostil para algo tan etéreo como el amor. Lo saben y por eso han partido su mente en dos pedazos, en dos dimensiones, en dos universos: en un sueño de acceso restringido que los hace únicos y abandonados. Y una praxis que les permite las elementales tareas de supervivencia.

El sueño al que asisten cuando la realidad los aplasta y les roba la alegría tan poca.

No dan consejos de amor y pasión aunque son ingenieros doctorados en arquitecturas oníricas del amor y la pasión.

Seres que escriben metáforas arcanas, indescifrables para los intrusos y otros hongos.

Se abrieron el pecho con sensualidades y construyeron dentro una cámara acorazada de seguridad contra la vulgaridad para su tesoro de amor.

A veces divago… Me gustaría ser un superhéroe del amor; pero es tarde. Mis fracturas no se regeneran ya no cicatrizan.

Un día con una tos, se me escapó el amor de mis pulmones rasgados.

No puedes romperte continuamente y pretender salir ileso.

Quedan secuelas.

Al final de la fortaleza, sólo queda un eco de amor que podría derivar en locura.

El amor nos degasta porque es su función, se alimenta de ilusiones de nuestro pensamiento, del cerebro, del alimento, de nuestro tiempo…

El amor es frágil, pero exige fortaleza para resistir sus embestidas.

Os veo sangrar por dentro y llorar quedamente por fuera con una sonrisa que no engaña.

¡Cómo os admiro, mis apreciados quebrados!

El amor debe ser violento en su pasión y demoledora exclusividad; pero al igual que con una tormenta, no se puede luchar contra él. Sólo soportarlo y que su viento no te arrebate de la realidad y te precipites a un purgatorio donde nadie tiene la posibilidad de hacer tangibles los deseos mínimos.

Donde no es posible dar o recibir y colapsa la mente.

Una vez experimentado el amor, no sólo se pierde el miedo a la muerte. Hay momentos de angustia que te preguntas dónde está esa hija de puta para llevarte lejos de tu tragedia de amor.

Lo peor de un tiempo sin amor es la visión de un horizonte vacío.

Los rotos sois unos privilegiados de la tragedia.

Puedo escuchar vuestros corazones forzados y buscar el aire del amor dibujando sus labios en el aire con un dedo que gotea la esperanzas muertas.

Vuestra agonía es la más hermosa, fascinantes vuestras fracturas y la determinación de no curarlas.

Y lo más increíble es que toda esa épica, un día la volveréis a vivir.

¡Qué locos mis rotos!

Qué generosidad derrochadora de vida.

Alguien os aconsejó prudencia y dijisteis: Y una mierda.

¡Bravo, mis ensangrentados seres admirados!

Mujeres y hombres rotos derrochándose, dándose a sí mismos como materia combustible.

Regalándose a pesar de la realidad que los somete con su vulgaridad, cotidianidad y banalidad. Un cártel de mafias que como la banca, siempre nos vence.

La cuestión es cuánto tiempo aguantar.

Por ella o por él, bien vale una fractura ¿verdad?

Y otra más…

Qué delirio y privilegio ser uno de los pocos rotos que habitan en la Tierra.

Nadie contará vuestra historia porque el amor no es un libro, es un vapor, una emotividad, un padecimiento y placer que escapa a toda lógica, mesura, planificación y voluntad.

Si el amor dotara de una visión superior a los amantes se verían como hermosos zombis con rosas clavadas profundamente en el pecho y los sexos palpitantes porque no hay pasión sin una carne que la contenga.

No en esta dimensión.

Guardáis silencio porque no os fiais de mí, que sólo soy una gris realidad.

Tan solo ejerzo de notario, sin afán de lucro.

Gracias por mostraros abiertos, sólo pretendo admirar lo que ya no puedo sufrir porque ya no hay tiempo y un ataúd es el aislante perfecto del amor y su desproporcionado voltaje.

Cortocircuitos neuronales, fisuras entre el tejido muscular, roturas óseas, hernias y corazones al límite del fallo cardíaco; son las patologías de los rotos por amor y la pasión en un lugar donde un liquen mezquino lo cubre todo.

Los puedes distinguir porque sus miradas están saturadas de curiosidad y determinación, como si miraran a tus espaldas cosas invisibles.

Captan las invisibles e inaudibles frecuencias del amor.

Yo mismo soy un roto; pero ya desgastado, apenas tengo una poca carne para el amor y ningún hueso que ofrecer. La pasión es una droga degenerativa para el organismo.

Soy un yonqui con las venas podridas.



Iconoclasta

13 de noviembre de 2024

lp--Miniatura de amor--ic


En el aire había una distorsión, parecía un torbellino de agua flotante. 

Siempre la busco y ubico en todos los lugares y tiempo de mi cotidianidad y de esa deformación del aire, aunque fuera una espejismo de mis ojos gastados, me permití la ilusión de que podía ser un portal para llegar a ella en un instante. 

Y entré en el torbellino como un adulto que no cree en lo extraordinario, pero nada ni nadie le impide soñar. Una solitaria y secreta travesura más de amor, no podía hacer daño... Era sólo un espejismo, una avería de mis ojos.

Me hice pequeñito como los niños de algunos cuentos de la infancia. 

Me sentía turbado, alterado por un temor extraño que corría bajo la piel, como cuando la tierra se mueve por un terremoto y te das cuenta con un escalofrío de la enorme magnitud de la fuerza del planeta. No volví atrás, si en el mundo grande no te encontraba, la buscaría en un mundo en miniatura.

A veces hay intuiciones...

Comencé a caminar esperanzado en un bosque en el que las cosas mínimas formaban otro bosque, tal vez mágico como ella, mi hada amada.

Avanzaba penosamente entre una selva de altas hierbas y flores grandes como árboles.

El mundo era, al mirar al cielo, terroríficamente grande. Los árboles colosales parecían no tener fin y perderse sus copas más allá de lo azul.

Y no sé el tiempo si también se encogió, porque agotado me senté a descansar bajo el sombrero de una seta y en un instante de lucidez fui consciente de estar loco de amor. Y tuve miedo, temí lo peor: ¿Quién va a amar a un loco?

Deseé que estuviera loca también para no ser ajeno a ella.

No soy un ingenuo; pero cuando eres miniatura piensas como tal, sencilla y pequeñamente sin alejarte demasiado de lo que eres, sin sobrevalorarte, esperando lo peor.

Respiré hondo, me serené y tuve la certeza de que fuera adonde fuera, al mundo más grande, al profundo, al etéreo, al líquido, al de piedra… No la encontraría porque está en todo tiempo y lugar. Es sencillamente inabarcable, sólo puedo sentir una fracción de ella. De la misma forma que le preguntas a alguien en qué piensa y se bloquea porque no hay suficiente vida para traducir a palabras el pensamiento.

Bajo el sombrero del hongo lloré secamente esta verdad revelada. Purgué mi incapacidad hasta que una oruga voraz erizada de gruesas espinas me comió en dos segundos el meñique, anular y corazón de la mano izquierda que acariciaba la tierra cálida y húmeda. Con la derecha fumaba un micro cigarrillo.

Y escapé lejos de la monstruosa oruga sintiendo una inmediata añoranza de mis dedos más que dolor.

Ahora entiendo porque los cuentos infantiles no tienen final feliz o les pasan cosas malas a los pequeños. El problema es que cuando te encoges, el mundo se hace colosal e insensiblemente cruel. Sólo eres un microbio…

Y tal vez el amor se torne también monstruosamente voraz.

Me come ahora que soy pequeño.

Sentía angustia, ¿cómo iba a ser mi vida sin mis dedos, cómo explicar la mutilación? ¿cómo un día acariciarla con la mano mutilada, fea, horrorosa? Y aun así, en otro alarde de locura pensé que era un precio razonable por buscar a mi amor en otra dimensión como he soñado tantas veces.

Comenzó a oscurecer a pesar de que a miles de kilómetros arriba se podía ver entre las lejanas ramas el azul del cielo. El miedo se apoderó de mí, no quería que la oruga me comiera también la cabeza.

La oscuridad se llenó de ruidos, de amenazantes chirridos, algunos tan cercanos que me llevaron a correr a oscuras y caer y caer y caer…

Y la aguja de un pino se clavó en mi muslo como una lanza. Conseguí extraerla, pero manaba tanta sangre… En la última luz que quedaba vi una hebra de telaraña vieja y rota prendida en las púas bajas de una zarzamora y me hice un torniquete.

Se me cerraron los ojos de agotamiento, miedo y dolor. Cuando encontré fuerza para abrirlos, un disco de plata iluminaba suave y gélidamente el bosque. La luna llena era demasiado lejana y pequeña a mis ojos, me costó identificarla.

No tenía frío, la tierra me transmitía su calor vital.

No podía dar un paso más, notaba un corazón palpitando en mis heridas y me negaba a examinar la mano mutilada.

Y otra aberración óptica apareció como un pequeño sol ante mí. Un burbuja dorada que se estiraba y contraía, como el cebo de un anzuelo para atraer a los peces. Avancé lentamente hasta ella y cuando miré dentro, me succionó.

Imaginé que era una alucinación, una metáfora de mi muerte por desangramiento.

Y ahora soy donde nada duele, donde no hay sonido, ni orugas. No siento ni siquiera necesidad de amar porque soy una partícula, un pensamiento inmaterial que no precisa respirar. Una conciencia eterna, un quark indivisible donde el amor ya no es deseo, sino serenidad. Y sin cuerpo, el amor es una obra de arte de mi conciencia, un orgullo de sentir.

Fue importante amar, la ilusión no fue una pérdida de tiempo al final.

Soy una partícula subatómica indivisible sometida a las fuerzas y corrientes de la materia oscura de un cosmos tan grandioso y tan inabarcable como tú, mi lejano amor.

Soy una mínima y completa estructura de pensamiento puro que cobija infinitas ideas.

Así son los dioses que pueblan el universo: partículas indivisibles que guardan la memoria vivida y contemplan y se llenan de experiencias. Ahora sé que todo mi pensamiento, no ocupa espacio ni tiempo. Soy un pensamiento libre de materia y estoy en todo lugar y tiempo expandiéndome a mi interior.

Hace unos segundos la oruga casi me devora y me he emocionado con la formación de una estrella que se ha convertido en una agujero negro a lo largo de millones de años en la escala temporal de la carne sufriente.

Sin cuerpo, en la dimensión cuántica el tiempo pasa tan veloz que puedo ver estrellas formarse e implosionar en un instante y tan lento como para reírme de la angustia que sentí en aquel bosque en miniatura hace unos segundos.

Todo ocurre al mismo tiempo, en un caos fascinante.

Soy un fenómeno cuántico producto del amor y la imaginación, de alguna forma me convertí en lo que buscaba. Y dentro de un millón de años o de una trillonésima parte de un segundo, no habrá variado nada, de lo que siento, lo que amo, temo y admiro. De lo que experimenté y descubrí. Soy un proceso libre.

Lo que importa es que ya no hay búsqueda y no es necesaria la esperanza. Soy un todo consciente liberado de toda carga, incluso atómica.

Y mi amor será eterno e indivisible como mi naturaleza cuántica.

Bye, amor, todo irá bien, te lo juro.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


20 de octubre de 2024

lp--No es complicado--ic


No existe ningún problema en el acto de amar, no se debería temer nada puesto que no es un negocio; no hay pérdidas ni ganancias.

Pero hay quien dice que “es complicado”.

No hay complicación en el amor. Es, en esencia, lo más sencillo del mundo. Sólo hay ignorantes de sí mismos y el temor propio de los mezquinos y pusilánimes.

Si el amor “es complicado”, se debe a que no existe. Es decir; no vale él para ser amado, o no vale ella. Eso no es complicado, simplemente se niega que haya amor.

Retorcerlo es un acto que viola la nobleza y la honestidad. Algo de lo que no sentirse orgulloso.

Lo complicado es sobrevivir cada día en esta asfixiante sociedad adocenada, maloliente, degradada, carcelera, controladora, esclavista y envidiosa. Corrupta y hostil.

El amor es tan sencillo como su existencia o ausencia, cualquier otra consideración es mercadeo ruin de un ser provinciano con una injustificada vanidad.

La complicación está en quien pervierte con su limitado y adocenado intelecto el amor mismo, haciéndolo un negocio o inversión.



Iconoclasta

8 de octubre de 2024

lp--Dos pedazos, tal vez ni eso--ic


Tengo el alma partida en dos pedazos. Uno eres tú, que como el mar cubre la mayor parte del planeta, ocupas todo mi pensamiento dejando tan solo un islote dedicado a la gestión de mi existencia biológica, que se reduce a una sexualidad retorcida y mortificante por el fetiche de tu coño.

Tu coño… Donde late el corazón del universo, una llaga en mi alma.

Una herida abierta, húmeda y viscosa que no sana, que no me concede un instante de serenidad y me arrastra a cuidarte lamiendo la herida con filamentos de baba desprendiéndose de mi boca animal.

Tu llaga es un sagrado estigma que hace de mí tu obscena María Magdalena de dolorosa erección y un glande que gotea el rocío de ofensivo aroma almizclado del celo. Una carne impía abriéndose paso entre tus sagrados muslos.

La sacrílega unción de mi falo congestionado de sangre sanando tu llaga por frotación frenética.

Tu coño… ¡Oh, divinidad!

¡Tú eres mi cuerpo! Y yo un semen hirviendo cauterizando tu estigma pulsante.

Mis dedos maltratando tu clítoris endurecido y vibrante, arrancándote las notas del gemido impúdico, como los leprosos piden el milagro de su cura.

Y cuando me brota el semen como un vómito incontenible, me cobijo en tu estigma en silencio, enfriándome hasta que mi pensamiento que ocupas vuelva a sacarme del letargo. Del calor de mi estigma.

De ese coño que tanto nos mortifica a ti y a mí.



Iconoclasta

2 de octubre de 2024

lp--De tu luz y mi oscuridad--ic


Te he soñado.

Con tu piel nocturna bañada en haces de plata.

He triturado vidrio con los dientes por ansia en mi cápsula oscura que orbita invisible a tus ojos que reflejan dos planetas dulces de miel.

En algún momento del sueño me he preguntado qué sería de mí si no te hubiera localizado entre todos esos millones de seres masticantes.

Se me ha formado una perla roja en un lagrimal. Lo he visto en el reflejo de la ventanilla. No duele, sólo turba y angustia.

Dicen que no hay luz sin oscuridad. Yo digo que, aunque mi oscuridad se disuelva en lo Oscuro Supremo, tú esplenderás argenta en la penumbra, áurea en el día.

Un bronce aterciopelado bajo las oscuras nubes…

No sé qué hacer para escapar de la cápsula, de mí mismo; pero además, no sé si quiero hacerlo.

Sé que cuando me acerco al espejismo desaparece.

Y es horrible, aniquilador el vacío que queda.

Mi lejana oscuridad preserva tu presencia en la vida. En la mía.

Y cuando despierto oscuramente, ese primer trago de melancolía en la tierra me disuelve cosas por dentro.

Misericordia…



Iconoclasta

7 de septiembre de 2024

lp--Un instinto de posesión llamado amor--ic


Amar no es un arte, no es técnica, no es cultura.

Es un instinto puro y todo consejo o injerencia lo pudrirá.

No es psicología y es inexperiencia.

Bendita aventura…

Puede haber varios amores a lo largo de la vida; pero por mucho que digan, por mucho que juren, no pueden compartir el mismo tiempo y espacio.

Un amor debe morir para dejar paso a otro.

Es la exclusividad absoluta la que hace del amor esa fuerza arrolladora. Es su esencia, su naturaleza única y primaria.

Cualquier otra versión es sofisma de frustrados.

Una cobarde e infantil degeneración vacía de pasión.

Un follar gratis y conveniente.



Iconoclasta

20 de agosto de 2024

lp--Soy tu fenómeno atmosférico--ic


Pienso que soy un fenómeno del planeta. Que te amo como los rayos caen en la tierra, con una fulgurante pasión.

Soy un efecto atmosférico, un movimiento telúrico a tu alrededor.

Hay tantos seres humanos en el planeta que me parece increíble haber caído tan fulgurantemente enamorado frente a ti, lo más bello.

No ha sido por voluntad o inteligencia intuitiva, sino por un azar.

Y seamos sinceros, tampoco es un azar…

De hecho, tengo la certeza de que me creaste de la nada, soy tu creación de memoria difusa y riges mi azar.

Me creaste hombre para amarte desde el primer hálito de mi vida. Mis recuerdos de la infancia son tan difusos y débiles que me resultan ajenos y cada día que pasa se diluyen en la lluvia hasta casi desaparecer.

Y tú tan desesperadamente sólida…

No consigo recordar el rostro de mi madre; pero recuerdo el brillo de sus ojos cuando me miraba.

En la infancia las cosas simples y sinceras quedan fuertemente grabadas en la memoria porque no requieren discusión ni aprendizaje. Sólo mirar y sentir...

Pero aquel niño no era yo, es un recuerdo ajeno que también creaste para que me sintiera humano. Un recuerdo difuso como un sueño que se deshace al despertar, como la voluta de humo que se expande en el aire hasta desaparecer.

No es un recuerdo sólido como yo cuando lluevo sobre ti y me encharco en tu ombligo para derramarme por tu vientre y bajar como un torrente a los muslos y a tus labios mudos que sufren espasmos de placer como los de tu boca entreabiertos.

¿Y si soy una ilusión tuya qué, como el aleteo de una mariposa, se convierte en algo más grande? En tu placer, en tu mirada de amor indiscutible que queda grabada en la memoria como la del niño que no fui.

Tú eres el planeta y yo tu clima, tu consecuencia.

Este pensamiento es el tuyo.

Eres la todopoderosa creadora y yo tu Frankenstein ectoplásmico, una consecuencia de ti.

Una aleatoriedad en tu red neuronal que es la réplica exacta del cosmos.

Amar es una voluntad y yo no puedo elegir.

Unas veces soy marea y no tengo control de mi agua que te baña.

Otras soy el viento que le arranca palabras y lujurias a los árboles que se inclinan ante ti.

Ni siquiera me importa si me quieres, mi fin último es ser tu atmósfera, recubrir tus dedos cuando a solas te tocas y, tan abiertas tus piernas, asistir al parto de tu orgasmo entre gemidos que arquean tu belleza en una coreografía que desatará una tormenta.

Puedo ser la lágrima de un tristeza que tu vida desborda.

Lo abstracto puede ser inenarrable y la multi forma es ubicuidad, así es tu creación: yo.

Mi génesis está en ti.

Por eso atraes al rayo enamorado.

No es que te ame, te habito; fuera de ti sólo hay la nada.

Podría explicar y nombrar miles de accidentes que soy en ti; pero siempre como consecuencia de tu existencia.

Jamás me pregunto o intentaría preguntarte si me amas. No tiene sentido esa cuestión porque no te amo de la misma forma que la rosa no ama sus espinas. Simplemente soy tuyo, estoy entrelazado en ti.

Eres existencia y yo no puedo influir, un viento no elige el árbol que tumba.

Y cuando no hay opción, dejarse llevar es lo más parecido a una dulce y caótica libertad.

Si tuviera huesos y dentro de ellos un mal anidado, sólo podría pensar que es amor y es cruel. Y quiero la metástasis completa. O un corazón infartado, roto de amar.

Yo no quiero decidir, cielo.

Ni puedo alterar lo que soy, lo que has hecho de mí. No tengo medios para evitar o modificar lo que provocas.

No es tragedia, ni dolor, placer o alegría.

Es una nube donde las moléculas colisionan entre sí hasta provocar un brillo extraordinario en tu mirada que me hace sentir que soy una buena creación, que te sirvo.

Soy la partícula y tú la científica y su acelerador de partículas. Tienes el control.

Es como un cuento: la bella científica y su acelerador de partículas.

Algo inexplicable como mi existencia dependiente de ti.

Por eso tampoco recuerdo el rostro de mi padre…

Estas palabras no son mías, sino tuyas. Sólo soy la tinta que llueve en el papel.

Soy tu meteorología.




Iconoclasta

 

4 de agosto de 2024

lp--Otro cremoso día--ic


Hace ya dos horas que ha empezado a extenderse la luz del día. Son las siete y treinta de otro mierdoso y caluroso día de agosto, según el reloj de los ganaderos de reses humanas: políticos, religiosos y otras sucias bestias con poder como los millonarios.

Cuando la naturaleza lleva dos horas activa, los animales humanos al despertar se vanaglorian de que “a quien madruga dios/el estado le ayuda”.

Y una mierda.

Piensan eso para engañarse y sobrevalorarse injustificadamente. Deberían sentirse miserables y sucios con su indolencia e indigna dependencia de dios/el estado y su reloj de oro y diamantes con pulsera de genuina piel de bebés.

No es ninguna novedad, hará más de treinta mil años que el ser humano degradó su naturaleza y dignidad permitiendo que un ser superior en hijoputismo le decretara cuando debía dormir y en qué momento despertar.

Toda granja de cerdos, gallinas o cerdos de dos patas debe tener su horario artificial para optimizar el engorde de sus bestias.

Haciéndome una paja en este momento, con el glande morado de colapso sanguíneo emergiendo viscoso de mi puño; pienso que preferiría follármela a ella que duerme a mi lado ofreciéndome el culo; pero no me dejaría. Es demasiado pronto para sus biorritmos, y bellamente dormilona; pero así de costado y dándome el culo se la metería si no la conociera.

Así que me corro a su vera, pensando que en unas horas me use. Me empuje a la cama con el rabo bien duro y se clave a mí apartando las bragas a una ingle. Me encanta cuando su coño viscoso y mojado me cubre la polla mientras mantengo la presión de mis dedos en sus pezones en la frontera del dolor.

De vez en cuando elevo la cintura con un golpe violento, elevándola, y se la hundo más agitando sus tetas de grandes areolas. Se le escapa un gemido cuasi doliente y su coño produce más suero del follar, más humedad con la que bautiza mi glande en nombre de dios/el estado, que es exactamente su aromático, flexible e inquieto coño.

Sea la hora que sea, oficial o no, dios/el estado fracasa en su control y la leche me brota con espasmódicos borbotones por el pijo cubriendo también la esfera de las horas, agitando el planeta con mi orgasmo.

Y ella masculla un ¡Para! somnoliento, pastoso. Sabe lo que hago; pero sigue siendo desesperadamente dormilona y no quiere salir de su sueño.

Presiono con fuerza la polla para exprimir la última gota de leche y su último placer mirando su coño comiéndose las bragas entre los muslos.

¡Vaya! Resulta que quien madrugando se corre en la granja de cerdos humanos durmientes, se lleva el primer premio del día. Aséptico ganado…

Cuando tome el café, meditando y observándome con astucia, no tardará en decir con la taza frente a los ojos: “Eres un guarro”, yo me reiré con ganas y ella se morderá el labio con descarada lujuria.

Ahora fumo pensando que se hincará frente a mí sentado en la silla del escritorio y rozando mis rodillas con sus pezones, me la chupará. Le gusta hacer eso para demostrar su control sobre mí. Le place usarme, es voluptuosa en cada acto que ejecuta.

Le digo que a mí me gusta más y cierra el puño en mi rabo zanjando que es de su propiedad.

Jugueteando con el semen derramado en mis cojones, afirmo que la voy a doblar sobre el escritorio y con las bragas en los tobillos la voy a embestir hasta que las rodillas se le aflojen y las tetas se derramen pesadas y sin voluntad en estas letras.

No soy el dios/el estado. Si digo, hago y follo contra todo horario o ley decretada.

Qué le vamos a hacer… Nací macho impúdico y ella bellamente puta.

Nos usamos, somos objetos de nosotros mismos.

Puede que un día acabe.

Siempre nos quedará la indiferencia…

Tal vez, avanzado el día, deba matar a un humano para proteger mi espacio de cautividad en la granja humana y joderle al dios/el estado una res de la explotación.

¡Dichoso trabajo!

Otro día que se presenta cremoso, eso es lo que importa.

Y ella por encima de todas las cosas.

Encima de mí, clavada en mí…


Iconoclasta




17 de julio de 2024

lp--En el horizonte de eventos--ic


Amar a través de las palabras escritas es penetrar en un universo incierto e imprevisible. En donde la imaginación y voluntad que requiere escribir se confunde lo cosmogónico con lo cosmológico. Lo cuántico con la creación y la reproducción.

Los datos se confunden con los deseos… Y los deseos se congelan sin llegar a un sol.

Pobres…

E inevitablemente las palabras desbocadas, apasionadas, brutales como los besos imposibles como los años-luz; hacen del amor una fe violenta que destruirá al dios de las sagradas escrituras, creando en su lugar una nueva y desesperante divinidad que justificará tu locura y amor por ella.

Y a partir de ese big-bang del sagrado amor supernova, escribirás con la urgencia de la inspiración en el papel, las palabras que se harán mayores y más minuciosas describiendo cada una de las facetas del diamantino amor generado con las altas presiones del pensamiento cuántico-sináptico. Se expandirán tus escritos como una galaxia voraz de sentimientos y emociones en tu universo íntimo y subatómico convirtiéndose en enrevesadas fórmulas físicas del inenarrable amar, sin un resultado concluyente de las probabilidades que, jamás serán menores que el infinito.

Y respirarás desolado.

Es tu condena, otra aciaga constante en el universo, en el tuyo que salvajemente has creado.

La cordura es una materia oscura que intenta imponerse, una constante como la gravedad que intentas soslayar. Y como en viejos tiempos medievales, te acoges a sagrado falsificando los cálculos.

Tal vez llegues a la consecuencia de que ese amor es demasiado grande para ti y gimas con cada párrafo tu frustración y el privilegio de estar en el horizonte de eventos del agujero negro más bello del cosmos, al que es imposible no amar,

Y te arrastra.

Te arrastra bella y frenéticamente a la amatoria y desintegradora locura.



Iconoclasta

2 de julio de 2024

lp--Colapsado--ic


Una incontinencia absurda de ti, como un cigarrillo que urge encender…

No…

Más.

Violento.

Un jaco en vena rasgada.

No…

Más.

Violento.

Follarte.

No puedo refrenar emociones e instintos. Eres el percutor de la bomba que soy.

Hermosa y tierna como una linda granjerita que ordeña con sus enloquecedoras manos a las ovejas, vacas, cabras y a mí. ¡A mí, por favor…!

Con la mirada firme y astuta de estar también en posesión de mi mente.

Intento ser bucólico y se impone lo más primigenio de mí y las imágenes niegan el valor de tu naturaleza carnal.

¿Cómo lo haces para gestionar la carnalidad con esa sensibilidad que lo paraliza todo cuando pestañeas?

Espero con ansiedad que digas, hables. Que rías para que tu boca se mueva. Cada vez que tus labios trazan palabras en el aire, tus ojos responden con un brillo tonal imposible de prever. A veces reflejan el lago sereno que hay dentro de ti, otras el azul del cielo, otras una fronda profunda donde llega la luz pero no el fuego abrasador del sol.

Me gustan las olas que encerradas en tus ojos hacen pedazos mis nervios rompiendo contra el acantilado del deseo. Me hacen sentir hombre y no el mierda que soy.

Siempre la mirada líquida, suave y variable… Puede ser un fogonazo de sensualidad y otras, de una profunda tristeza ilocalizable en tu pensamiento. A veces ríes líquidamente, como un embate que porta la experiencia sin urgencia.

Esa sabiduría que quiero follarme…

Sea cual sea lo que tu mirada dice, soy espectador desesperado.

Y siento repentinos deseos de cortarme con un filo la carne de los brazos y drenar sangre que presiona brutal en mi cerebro simple y amatorio sin remedio.

No sé bien lo que escribo; pero sé con precisión lo que siento.

Estoy colapsado de ti, amor. Totalmente.

Sin remedio.



Iconoclasta

6 de junio de 2024

lp--Descomposición y refracción del amor--ic


Amar deshilacha la mente en las precisas emociones que escondemos por supervivencia y las expande como el prisma descompone la luz blanca en todos sus colores.

Y observando cada una de esas maravillosas emociones desplegadas, robarle un beso porque está preciosa.

Arropar su coño con mi mano...

Abrazar toda su gama tonal espiritual y emocionarme.

Y soportar la mortificación de la sangre congestionándome la polla.

Deslumbrarme con ella y doblegar la triste cotidianidad, como el agua refracta la luz quebrando las uniformes líneas rectas. Rompiendo lo sórdido, mediocre y previsible.

Descubriendo su clítoris atómico, duro y resbaladizo entre mis dedos...

Besarle con los dientes los labios y lamer como bestia hambrienta su coño con líquidos ruidos en una dimensión silente.

Mi rabo partido por su poderosa refracción en su líquida vagina.

El amor es como la luz. Nos descompone a ambos haciéndonos seres de luz. Y a través de la refracción y descomposición, la vida al fin se muestra asombrosa y fascinante.

Como mi leche escurriéndose entre sus muslos trémulos, agotados de placer.

El amor y su asombrosa refracción torna el cansancio en una deliciosa desidia y pereza; despertando a su lado la tarea más importante del día ha sido realizada. Con ella todo lo demás puede quedar relegado para más tarde.

Voraz, despertarla con mi baba cubriendo sus pezones y mis dedos crispados en su vientre deseando su piel peligrosamente.

Ella responde mordiéndose los labios, cerrando el puño en mi pene, domando mi brutalidad, refractándola a su antojo.

Y un café sereno en la mañana, frente a frente, para concluir que tal vez no sea un espejismo, un capricho de la luz. Porque los sexos aún laten y los ojos aún tienen reflejados en sus iris todos los colores de la luz del amor y el deseo.

Es desesperante la física que lo descompone todo.

Es privilegio tener su luz cada día como un faro que barre las tinieblas de un mar sólido, hostil y sus embates de hipocresía.




Iconoclasta


3 de mayo de 2024

lp--Tu fantasma--ic


Ser un fluido tiene sus ventajas, podría llegar a ti con la velocidad del pensamiento. Ser tu buen fantasma y protegerte de las pesadillas y otros fantasmas.

Una refrescante corriente de aire en el centro de calor de tus muslos.

Y sin ostentosas ceremonias provocar que tu vientre se contraiga con un espasmo de placer penetrándote, embistiéndote vaporosamente.

Acariciarte el corazón cuando lo sientas frío y solo e hidratar tus labios en un largo beso onírico.

Velar por tu respiración tranquila y pausada.

Ser tu bálsamo obsceno extendiéndose por tu piel toda.

Y hacer un poltergeist con tus pechos agitados por mis manos y boca invisibles.

Decirte unas ternuras en un susurro cuando temas que hoy algo no está bien. Y aunque rías...

Pero soy de carne y no vivo en un constante estado de lujuria, de deseo.

Bastaría un cigarrillo y un café frente a ti con cualquier palabra que surgiera en ese instante, para serenarme de estas palabras de deseo y posesión.

Mi lujuria de ti es tan fácil de aplacar...

No soy de esos grandes romances universales, tan solo de pequeñas y serenas cotidianidades, de esas pequeñas ternuras que se atesoran en nuestros recuerdos y súbitamente se evocan en algún momento.



 

Iconoclasta

9 de abril de 2024

lp--Un final--ic


Amarte tanto, sufrir y gozar tu existencia con una esperanza inquebrantable en un destino manifiesto cósmico, tiene un fin.

Debe tenerlo, cielo.

Se me encoge el corazón al pensarlo y cuando eso ocurre, no es cuestión de fe. Es una certeza, una cicatriz que me cruza el pensamiento profundo.

Partiré a conquistar el mejor lugar del universo para un lejano día traerte conmigo.

En el momento adecuado de trascender formaremos la Galaxia Pax Amantium, rodeada de las más bellas y gigantescas nubes de gases de colores en movimiento y expansión; las volutas de la paz de los amantes como mudos suspiros interestelares.

Existir alumbrando la oscuridad es el privilegio merecido tras eones de mantener al rojo vivo un amor furioso y agotador en el proceloso Mar Eternidad, allá en la Tierra.

Sueño con lágrimas de dicha creando un cinturón de hielos, diamantes colosales girando a nuestro alrededor y un astrónomo con su telescopio sintiéndose desfallecer al observarnos a través de los milenios, como Stendhal en Florencia.

Desde el agotamiento y la desidia del amante, miro el cielo y vislumbro fugazmente mi final. Oteando el mundo, triangulándote en cada lugar y tiempo en mares y tierras. Y un coro imposible de lamentos de amor en el vacío, consolará la atroz tragedia de amar en un final hermoso y esperanzador.

Es la conclusión a todo este amor, el hermoso fin de tanto amar.

No quiero y no puede ser de otra forma.



Iconoclasta




11 de marzo de 2024

lp--Cositas de gran densidad--ic


Monstruosidades en miniatura son los besos y palabras que minan a través de los intersticios moleculares de los tejidos anímicos los diques de contención, consiguiendo desbordar las emociones.

Pequeñas son las lunas de plata que se deshacen como mercurio tras emerger por los lagrimales, derramando el veneno del amor en los labios durante la íntima noche de los recuerdos amontonados. Lanzándonos al mundo sin espacios, esperas y límites que nos convierten en materia onírica prácticamente perfectos, sin ansiedades, donde todo es. Ajenos a nosotros mismos.

Primorosas las palabras que tan rápidas se leen y, como cargas de profundidad, explosionan en el corazón acelerándolo a cien por hora sin pensar en la posibilidad de que se rompa.

Como muñequitos irrompibles porque no tienen huesos...

Mágico el papel de las cartas nunca enviadas que crujen como tristes fracasos entre los dedos: el amor escarificado con la presión del anhelo, tatuadas las mortificaciones con la tinta de la pasión.

Áspero como el semen seco en mi vientre.

Alegres las oraciones que se dirigen al alma y su cuerpo tan palpable y lejano en las probabilidades. Y sin embargo, como un aire fresco cierra los ojos como si hubiera paz y la vida te acariciara.

Acogedora soledad que cerca la intimidad necesaria para que lo llene todo de ella que la amo.

Una perinola en miniatura en el bolsillo para hacer girar el mundo, cuando de tan quieto parece muerto. Para fascinarme con un equilibrio que sólo ella posee y con vanidad gira y gira y gira... Y luego, asistir a su tristeza al verse abatida con un agónico y último roce contra la superficie.

Y pienso que descanse en paz, aunque podría hacerla girar y que de nuevo vibre de alegría. No soy Jesucristo, no tengo un interés especial en la dicha de las cosas sean orgánicas o no. Cuando me apetezca.

La ambición, ya saciada, es un juguete que adorna la estantería de los recuerdos y las certezas de amar y ser amor.

Unos pequeños dados en el bolsillo, la aleatoriedad de la vida y la muerte. Y apuesto a un doble seis de amor mis últimos cinco minutos de oxígeno en el espacio, esperando sus labios salvadores.

He buceado en su mundo líquido durante horas sin necesidad de respirar. O tal vez, he respirado su agua; pero estaba pendiente de su existencia y no de la mía. Qué pequeñitas subían las burbujas hacia la superficie, contentas de haber hecho su trabajo y llevarse el aire de los pulmones y así, llenármelos de amor líquido extra fuerte.

Soy la toma un trillón y... ¡Acción!

Una orden innecesaria para amar sin horizontes, infinitamente. Donde la entropía me lleve. Soy un neutrino atravesando la coraza subatómica del cuántico amor.

El microbio ganador asaltando el palacio de tu principio creador de carne y sueños.

De fluidos y gemidos.

De ropas rasgadas sin ultrajes mediante.




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


14 de febrero de 2024

lp--No hay nada peor…--ic

No hay nada peor que su ausencia en los momentos más bellos y emotivos, cuando todo está bien.

No hay angustia mayor que asistir a un movimiento planetario y no cerrar mi mano en la suya, con aquella inocencia infantil que sin el conocimiento, convertíamos el anochecer en actos cosmogónicos.

Ahora somos simplemente cósmicos, flotamos en el universo como accidente. No hay heroicidad o magia alguna. Ni la necesito.

No quiero ser épico, solo arrastrar mis labios sedientos por su piel sin ninguna elegancia.

Y es dos veces bueno flotar con ella sin más misticismo que su franca mirada intimidándome.

Soy una esencia elemental reaccionando a su sensualidad electrizante, no es difícil imaginar que es ella quien crea las auroras boreales aunque se encuentre en el ecuador mismo de la Tierra. Y yo soy el resultado: los mantos de colores extendiéndose en el cielo mortuorio.

Ella me disgrega.

Me atomiza el alma y soy su aura oscura y ardiente.

No hay angustia mayor que el dolor de mi rabo duro y que no sea su mano la que calme el palpitar de las venas que lo recorren.

La busco en la belleza y la armonía, en la serenidad y la musicalidad silenciosa de una cucharilla haciendo girar el café al empezar el día.

La busco para metérsela sin piedad.

No quisiera que estuviera conmigo en las malas situaciones, no quiero ni puedo ser causa de aflicción en quien amo.

No le veo la gracia a eso de: “en la riqueza y en la pobreza, la salud y la enfermedad, la dicha y la tristeza”.

Las tristezas, dolores y desgracias se deben gestionar en soledad y demostrar fortaleza. Cuando digas que todo está bien, debes ser convincente.

El amor no es un asilo, un refugio o una enfermería.

No debe ser necesidad, sino hedonismo.

El amor no busca salvar el mundo, sólo tenernos a nosotros.

Las malas cosas son la mala hierba que parasita y pudre el amor.

Hay que mantener la basura lejos.

Y hallarnos juntos ante la bellas enormidades lloviéndonos en el alma y la piel.

Esto no es una declaración de intenciones, sino de convicciones.

Y sí lo es de amor, cielo.



Iconoclasta