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30 de julio de 2021

El dolor de las cosas


Si existiera el dolor en las cosas seríamos sádicos psicópatas, porque no importaría cuanto dolor se infligiera; las cosas están para usarse, el dolor sería un problema exclusivo de ellas, como es el de los animales de granja su degollamiento y descuartizamiento.

La simple idea de que una cosa sufra es absurda, ni siquiera en un ejercicio de gran imaginación la imagen se sostendría, sería simplemente estúpido; pero dado el caso, no puedo imaginar la gran cantidad de millones de seres humanos que disfrutarían provocando ese dolor.

Es una reflexión demasiado rebuscada, por mucho que quieras imaginar un vaso doliente, por ejemplo, solo conseguirías hacer de tu imaginación una pérdida de tiempo que ni originalidad aportaría. Hay cosas mejores que imaginar.

Tal vez sea ahí, en esa pérdida del precioso recurso imaginario, donde reside la muestra más insana de la humanización de las cosas, en la novela de Lewis Carroll, Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas.

Realmente, la psicodélica novela no tiene nada de maravilla, no hay aventura; es una auténtica pesadilla llena de extravagancias y crueldades que como niño nunca me gustó. Me llevaba a pensar que Alicia era simplemente idiota y tuvo la mala suerte de ir a parar a un mundo de mierda, donde todos hablaban mal, deprisa y sin sentido. Tantos personajes dementes y tarados… Me incomodaba mucho ver la película. Y por supuesto, el libro ni siquiera lo ojeé.

Como adulto, aprecio el elevado grado de surrealismo, es una obra maestra de lo enfermizo y onírico, a media película se hace ya cargante; pero nada es perfecto. Tiene una descarnada originalidad, aunque vaya en detrimento del argumento, su claridad. Al fin y al cabo, el argumento es absolutamente secundario en el surrealismo cuyo único fin es generar imágenes oníricas o extrañas que impacten en el lector o espectador.

Aun así, a pesar de lo imposible del dolor de las cosas, si un vaso sintiera dolor por beber de él, lo lanzaría al suelo para observar como sufre. No soportaría que nada me complicara más la existencia. Que otra cosa más se sumara a la colección de idiotas que deambulan por el planeta jodiéndome con su solo respirar, me abocaría a un homicida humor.

Apenas habría diferencia entre las cosas y los seres humanos (en muchísimos casos que podría enumerar, se cumple el parecido). Los seres humanos con cosas, lo sé porque se lamentan por otras cosas que simplemente temen y también son usados para matarlos en guerras sin que sirvan para nada y a pesar de ello, obedecen como tiernos robotitos a los que les meto petardos entre sus brazos mecánicos para hacerlos volar en pedazos en las verbenas.

Hay muchas cosas humanas que por una cuestión de vergüenza, prefieren hablar de dolor en lugar de miedo. Al menos el vaso sería una cosa doliente con dignidad en su mudo dolor.

El soldadito de plomo, una de las historias más tristes de la literatura, es otro ejemplo de humanización de las cosas para convertirlas en mártires en esas parábolas infantiles para el amaestramiento de las crías humanas en la infancia. Muestra un amor tan excelso y paranoico que sería incapaz de sentir un ser humano. Se le puede perdonar tamaña osadía por ser una cosa. 

Si mi cafetera se lamentara por el fuego, la golpearía hasta deformarla y hacerla inservible, no quiero más mierda a mi alrededor.

Solo soporto el dolor de las putas cuando las follo, porque para eso pago.

Siempre he sido hiperrealista, cosa que me hace ser un hijo puta en lugar de ser un imbécil cobarde sensiblero.

Respecto a la literatura, todo lo que es mentira o invención, es un bálsamo contra esta grisentería que hoy más que nunca se extiende por todo el planeta como un hongo que todo lo pudre infectando a millones y millones de votantes, mártires y santones que lo habitan.

Evoco aquellos naipes soldados de Alicia flipando con las setas alucinógenas del bosque. Su geometría ridícula y aséptica, fea y simple como lo es un cuadrado, recuerda sospechosamente a los playmobil o muñecos lego.

Si he de tener un juguete, que sea alguno con el que me pueda identificar, algo digno que se parezca a un ser humano, a mí. Y no un cubo con patas y cabeza con pelocasco.

Carroll veía aquellos naipes idiotas como a la chusma con la que tenía que relacionarse en aquellos tiempos victorianos, eso es lo que intuyo.

Y desde hace muchos años los muñecos tipo playmobil y lego se imponen como la nueva estética que debería tener el ser humano, para que los niños se hagan cuadrados, sin apenas más ángulos que los rectos, los menos imaginativos y los más simples. Que no sueñe la infancia humana con una anatomía corporal que evolucionó para la caza, el trabajo, el combate, el esfuerzo, la reproducción.

Con naipes y muñequitos geométricos, pretenden censurar y borrar del imaginario de las bestias humanas, su capacidad violenta que los hizo llegar a la cima de la cadena alimenticia y lanzar cosas al espacio. Incluso matar con más rapidez y facilidad. El coño y la polla… Es feo decir semejantes cosas, pero usarlas, si te callas, no es problema.

Hay gente que escupe como si tuviera una polla en la boca cuando lee “follar”. Me gusta provocar esos ademanes de rechazo. Es mi lenguaje y lo uso como me sale del nabo y no como un playmobil maricón; selecciono cuidadosamente cada palabra.

No puedes quedarte solo con una parte del cerdo. Somos indivisiblemente todo eso: toda esa violencia y ternura. Todo ese ingenio y toda esa brutalidad. Todo ese furor y odio que marcará la diferencia entre morir y vivir.

Como se ha visto en esta misma era moderna, cualquiera que quiera castrar al ser humano de una de sus características, conseguirá solo un imbécil, una cosa amorfa de lo que antes era. Las hormigas, no sienten plenamente dolor, son idiotas y simplemente se lanzan mensajes de alarma, según dicen los entomólogos. Es lo que ahora pasa con los seres humanos y sus epidemias de redes sociales y democracias venenosas para la especie humana.

Sería entonces acertado decir que las cosas sienten dolor.

La infancia se ha de sentir monigote y orgullosa de serlo. ¡Qué pena!

Deben aprender a barrer, en lugar de hacerse fuertes, ingeniosos y hábiles con sus peleas infantiles y juegos que solo a los tarados les parecen “violentos”. Mejor comprarles una escoba y un recogedor y se habitúen ya a recoger a la mierda que tiran sus amos, aquellos que les permitirá elegir el color de la escoba y recibir alguna vacuna como premio a su obediencia.

Vota et labora, cosa de mierda.

Si las cosas padecieran dolor, compraría muñequitos cuadrados cada día para pegarles fuego con afán pirómano.




Iconoclasta




27 de julio de 2021

El tiempo del amor


El ritmo del tiempo de los amantes es una distorsión, una aberración del tiempo mediocre e insignificante que rige a los humanos adocenados. Una maravillosa y trágica trampa temporal.

Pura entropía.

El tiempo del amor es voluble: en la ausencia de los amantes, los segundos se hacen horas y los días erosionan la vida hasta dejar la tristeza desnuda.

Pero cuando los amantes se encuentran, un cronómetro diabólico inicia la cuenta y los minutos se transforman en milésimas de segundo. Se crea un tiempo que es un látigo azotando sus pieles sin misericordia. Y mientras la arena se escurre indecentemente rápida, la piel ensangrentada del amante se desliza inevitablemente entre los dedos amados convirtiendo en tragedia lo que una vez fue el encuentro ansiado.

Y se levantarán costras de tristeza allá donde el tiempo les arrancó la piel.

Tornarán las largas horas de nuevo con una esperanza absurda que posiblemente durará más que sus propias vidas.

Es tan desesperanzador como hermoso.

Tan inevitable como un destino aciago.





Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


25 de julio de 2021

Los últimos coletazos de la especie humana


La especie humana no tiene futuro a largo plazo. Es una especie animal que ha caído en la endogamia. Nace todo lo que no debería nacer por naturaleza y los especímenes humanos han alcanzado tal longevidad, que sus genes se replican con una frecuencia que en sus inicios estaba vedada. Básicamente, la vejez existe para acotar la reproducción. Padres viejos y débiles: hijos débiles, cebados y cobardes.

Es lo mismo que ocurre con las ratas que, al tener una reproducción tan rápida y abundante, mutan su genética a demasiada velocidad para el ecosistema que ocupan, por ello tienden a canibalizarse.

Esta misma endogamia ha llevado a la especie humana a hacer del consumismo o la vida urbana su hábitat y única forma de vida; y por tanto ha modificado la educación y el  desarrollo intelectual de sus crías hacia una culturización y costumbres que han dado cabida a especímenes de una gran cobardía y debilidad en tanta abundancia, que han aplastado a los especímenes idóneos para la vida; para una vida sana y acorde con su naturaleza.

Desde el momento (hace decenas de años ya) en el que los abuelos o viejos se han dedicado a criar a los hijos de sus hijos para que el macho y la hembra puedan mantener una vivienda de propiedad y un coche,  se ha desarrollado una infancia maligna para la naturaleza humana, una infancia que ha denigrado la fortaleza de la juventud con los ancianos como figuras paternas y maternas.

Los abuelos o ancianos, han criado a sus nietos bajo las bases de su propia debilidad y miedo. Esto es: “no corras que te puedes caer”, “tápate bien no te resfríes”, “no comas tanto”, “si estornudas estás resfriado y si toses un poco, al médico”, etc… Han vivido demasiadas horas con una calefacción anormalmente alta para un espécimen joven; o con el frescor artificial de un acondicionador de aire. Han desarrollado el miedo de sus viejos educadores al calor, al frío, al viento, al esfuerzo, al sudor, al enfrentamiento y a la autosuficiencia o independencia propia y con ello, miedo a la libertad. La educación que han recibido en las escuelas, sin filtro alguno por parte de unos abuelos y padres criados en la misma política institucional, es puramente insectil, se les ha instruido en la firme creencia de que su naturaleza es colonial y que su cerebro no es apto para la creación o para el libre pensamiento.

Es ya proverbial la presencia a nivel planetario, de grandes rebaños de miles de especímenes jóvenes humanos reunidos, para colonialmente (al igual que las termitas y las hormigas) embriagarse y escapar así de la frustración de ser auténticos machos y hembras castradas de toda libertad y autonomía, tanto física como intelectual. El indicativo inequívoco de que la especie humana se ha decantado a la naturaleza insectil o colonial.

En definitiva, cientos y cientos de generaciones castradas, han parido crías castradas casi genéticamente.

Y por si fuera poco, se les ha atrofiado maliciosamente (dudo mucho de que sea lo que parece en un primer análisis: ignorancia) el innato sistema inmunológico con la aplicación de vacunas banales para combatir las enfermedades de la infancia como sarampión, varicela, paperas, etc…; inhibiendo así su natural sistema de defensa frente a las enfermedades.

Nos encontramos ante una sociedad decadente que ha creado cientos y cientos de generaciones débiles y defectuosas que han llegado a ocupar cargos de poder económico, político y judicial.

Y estos malcriados de la decadencia son los que ostentan el fascismo de un coronavirus con mano firme; pero es una mano débil, indigna, sin decisión ni efectividad alguna. Es la mano del miedo, de la mala educación y de una genética ya degenerada que rige los movimientos y la respiración de un plebe que ya no cabe en sus ciudades, que se asfixia.

Un pueblo malcriado incapaz de entender su propio organismo, que ante los bandos del fascismo, dice sentirse enfermo e inmovilizado por el miedo. Y es razonable, porque las especies sometidas a estrés (ya sea por miedo real o inducido por propagandas institucionales) anulan sus capacidades inmunológicas. El sistema nervioso es el que rige la creación de anticuerpos y si se altera, la hipocondría desarrollará al final, un síntoma, el que el estado fascista dicte a sus plebes dominadas y sometidas con el miedo cuasi supersticioso.

La mano fascista del miedo y la obediencia, del acoso y la dominación, es la mano que señala la extinción de su especie. La especie humana que ha adoptado la defensa del avestruz escondiendo su cabeza en un hoyo y abandonando a sus hijos a un desarrollo cobarde e indigno de la infancia.

De cualquier forma, por lo que se ha podido ver, la especie humana ha sido bastante longeva, ha podido ver y provocar la extinción de muchas otras especies. No se puede  quejar, tuvo una buena vida. Y ahora le toca desaparecer.

Y no será por el coronavirus, si no por las guerras que provocará el fascismo desatado con la excusa de una gripe nueva. Porque los nuevos fascismos que han surgido con el coronavirus preparan ya grandes incineraciones de cuerpos vivos o muertos como ya se vio en la era de Hitler y sus brazaletes nazis o pasaporte covid en la actualidad. Por muy castrados que estén los especímenes humanos, siempre queda el rescoldo in extremis, de un instinto de supervivencia.

Estos mismos fascismos producto de la decadencia han mostrado la cara más indigna, cobarde y mansa de una especie que nació como cazadora y se ha convertido en presa, en una especie estática como el coral, que malvive en unos arrecifes que han empezado a ennegrecerse.

La historia tiende a repetirse, y cada día con más frecuencia gracias a la deformación informática del pasado, del presente y el futuro. El gran oscurantismo que reinó durante muchos siglos en la historia, vuelve a reinar de nuevo; el tiempo que dure el proceso de extinción humano. Lo que tarde en morir el último humano devorado por otra especie más fuerte e inteligente, por radiación nuclear, por pisar una mina o un tiro en la cabeza que se descerraje él mismo.

Lo que importa es que la especie que está llamada a desaparecer, debe hacerlo y dejar espacio y alimento a otras que empujan para ocupar su puesto en la cadena trófica del planeta.





Iconoclasta




22 de julio de 2021

La jocosa y amena escatología


Hay algo que no cambiará jamás, que ameniza y alegra las reuniones y nunca decepciona a un grupo de humanos borrachos o no: la escatología.

Es ya un gen de la risa en el ser humano.

Todo lo escatológico provoca en los seres humanos una risa pollina, o un poco como deficiente mental.

Incluso mencionar los meatos, ya es motivo de rebuzno jocoso.

Si quieres hacer reír a la gente y ser el centro de atención, no debes hacer más que tirarte un sonoro pedo. Incluso con solo pronunciar “pedo”, la gente reirá como si tuviera tos y te convertirás en el gurú del grupo.

Otra cosa muy buena para hacer reír a la gente a carcajadas, sobre todo en la borrachera nocturna grupal, es que señales a un tío o tía con los pantalones mojados de meados, y si no son meados, da igual. Todo lo que esté cerca del culo, el coño o la polla, hace que la gente sonría como nunca en años.

Incluso mear en grupo les provoca esa entrecortada jocosidad ebria y se miran los unos a los otros pensando lo buena que es la amistad que los une con los pedos y la orina.

Y si alguien se lleva las manos a los genitales muerto de risa, los demás, por pura empatía harán lo mismo. Y parecerán un grupo de chimpancés bailando una danza idiota.

La escatología, por sucia que pueda ser, siempre es un elemento imprescindible en toda reunión o rebaño humano festivo por cualquiera de las banales razones que existen.

Y cuanto más mal huela un pedo, mayor será la risa. Es más, pasará ese momento a los anales de la historia de la amistad y la familia, y aunque tengan el cerebro hecho migas por el Alzheimer, jamás olvidarán.

¡Pedo!



Iconoclasta


21 de julio de 2021

El sol imita como yo te amo

 


¿Has visto, amor? El sol quiere amar a sus montañas como yo te amo, como te observo fascinado y radiante.

Como yo te admiro invisible desde alguna distancia insalvable. Deberías sentir el calor de mis haces de amor en toda tu piel, en el corazón y entre los muslos.

Te ilumino con mis rayos de amor rasgando el cielo como desgarraría tus ropas; para que la pasión llegue precisa y potente a ti. Que se derrame en ti…

El sol quiere ser como yo, sabe de la fuerza de mi amor y rinde honores a sus amadas montañas antes de que la noche lo borre.

Hace de las montañas sus deidades, de la misma forma que tú eres mi diosa.

Y así todos los días rasgamos furiosos sin esperanza de vencer, el telón que la noche y sus nubes ciernen sobre la tierra.

Y es precioso, ¿verdad, amor?

Eres preciosa.

Pinche sol envidioso…




Iconoclasta

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20 de julio de 2021

Escapar


Yo solo quiero salir de aquí.

Siento a menudo esa necesidad desesperada de escapar de este inmenso campo de concentración del Estado de la Imbecilidad en el que se ha convertido el planeta.

¿Qué hago? ¿Hacia dónde ir si el mal te rodea desde todas las direcciones?

Siento una urgencia que nace de la tristeza de vivir aquí. Es existencial, con causas concretas.

Solo podría escapar a un lugar desconocido, donde no pueda identificar con precisión la mezquindad en cada mirada de los seres que me rodean.

Quiero la tranquilizadora ignorancia de un mundo nuevo.

La sabiduría mina mi paz y la esencia humana, la certeza de su idiosincrasia, es tortura.

La sociedad es un germen que intenta infectar mi imaginación.

No es hartazgo, es pura asfixia.

A medida que han aumentado mis conocimientos, todo se ha revelado rancio e indigno; y lo que es peor: de una espantosa previsibilidad.

Es lógica la conclusión a la que he llegado: todo estaba mal desde mi nacimiento, nací en un momento y lugar apestado y roto.

Como si los cadáveres, en lugar de enterrarlos, dejaran que se pudrieran en las calles y las gentes ya no les prestaran atención, con sus narices saturadas del olor de la carne podrida.

Y los que caminan, se parecen tétricamente a los podridos.

¡Quiero irme de aquí, por favor!

Cuando llueve, el agua se ensucia al tocar el suelo y arrastra líquidos nauseabundos, marañas de pelos crespos, como alambres malolientes donde se agitan insectos, pieles ennegrecidas y enmohecidas por la muerte a las que las gordas ratas ni huelen.

Tengo la esperanza de que sea una pesadilla; pero es una ominosa realidad de la que no hay consuelo, soy consciente de mi realidad porque esta necesidad de escapar es de una lucidez devastadora. No puedes despertar y escapar. Las drogas no consiguen engañar la mente. Te metes un jaco de caballo y todo empeora, porque las cosas se pudren y rompen más rápidamente y deliras con larvas que se agitan hambrientas en tus agujeros y genitales.

No quiero morir aquí, ser un cadáver al sol pateado por los idiotas que caminan torpe y quejumbrosamente por las calles.

Me hago rayas con vidrio molido y no muero, solo me sangra la nariz.

No quiero creer que soy inmortal, no aquí, entre ellos.





Iconoclasta

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19 de julio de 2021

Es razonable y un atenuante


Un par de cositas respecto al divertido video:

Es una peliculita encargada por la dictadura normal y nueva española: crear un héroe (el enfermero acosador) y un villano (el chico de fisonomía hispanoamericana que le da su merecido). Con ello el gobierno ensalza la heroicidad y civismo del acosador; y lanza además el siguiente mensaje: ¿Veis como estáis más seguros en vuestras casas encarcelados noche y día?

La otra reflexión, en el caso de que la película fuera real, es que el video ha sido debidamente cortado y no se ve ni se oye el largo acoso al que ha sido sometido el hispanoamericano para que se colocara el bozal. Si tras el puñetazo le dice: “Ojalá te mueras”, es que debía estar soportando al “héroe” enfermero durante mucho tiempo que lo ha debido joder con las lindezas típicas españolas: “Si no quieres llevar el bozal, vuelve a tu país de mierda” y otras cosas por el estilo.

El caso es que de la Nueva y Normal Dictadura Española del Coronavirus, no te puedes creer nada. Sea un hecho real o un manifiesto de propaganda de la Nueva y Normal Dictadura, voy a sacar conclusiones como si fuera real y verdad.


Es razonable defenderse, porque me acosa el estado, la policía, el ministerio de salud e incluso cualquier mierda de guarda de seguridad analfabeto. Nos encarcelan cuando les viene en gana. Nos prohíben el más mínimo movimiento y enferman a la población con su dictadura y sus mentiras nacidas de la ambición y la ignorancia (la peor mezcla que se pueda dar).

Si encima de aguantar toda esta dictadura, se te acerca un cabestro civil para obligarte a poner el bozal, le arreas una hostia; porque el robo de tu libertad es agresión contra tu persona y es tu deber defenderte. Tu deber biológico se ha de respetar: respirar libremente.

Defenderse nada tiene que ver con la legalidad, es instinto puro del ser humano (si no estás debidamente castrado).

Todo el mundo que teme al coronavirus del fascismo español se calza el bozal y está a salvo ¿no? Nada tiene que temer. Entonces ¿para qué jugar a ser policía o perro lamedor del culo del estado dictador, si esa persona que respira libremente no representa ninguna amenaza al llevar tu bozal por miedo y por ello estás protegido? ¿O acaso se trata de: "Me voy a chulear delante de este pringao"?

Es solo una cuestión de envidia, el cobarde no puede soportar que alguien ejerza la libertad y el sentido común.

Es razonable agredir al que te agrede.

Ofensa con ofensa se paga.

Y si estuviéramos en una zona geográfica europea con la más mínima democracia, debería ser atenuante en un juicio, y se debería también juzgar al acosador de tu salud y tu libertad.

El que ha recibido un puñetazo por envidioso fascista, necesitaba una buena lección de educación, libertad y dignidad.

Y gracias a la nueva y normal dictadura española del coronavirus, aún ocurrirán cosas peores. Que seguramente ya han ocurrido, pero la censura es feroz y básica en toda dictadura.

17 de julio de 2021

El cuerpo del delito

 


El cuerpo del delito que observo con mirada ávida y animal, es el que me excita delatando en mi glande un rocío resbaladizo y caliente.

La viscosidad que, al retirar violentamente el prepucio, descubre un corazón henchido de sangre cabeceando como un potro furioso de deseo.

Espasmos de delictiva lujuria en mi rabo indecente…

El deseo es el manto de mador que cubre la piel del cuerpo del delito y su coño desflorado por unos dedos de rojas uñas sangre, que me ordena follarla con un chapoteo lujurioso, jadeando como bestia en celo.

Metérsela sin cuidado alguno, con frenesí e impacto impío.

El cuerpo del delito tiene los pezones contraídos y erizados como frambuesas. Existen para ser lamidos, besados y succionados hasta el punto de que sus pies se tensen con fuerza intentando contener el placer que viaja como un trallazo hacia el vientre y  por sus muslos, como un anunciado infarto del placer.

Su boca jadea, y tiene la función de atrapar la mía y mi alma.

O devorarla…

El cabello del cuerpo del delito es un asidero para conducir su boca a mi rabo cuyas venas parecen reventar.

Y me duele, me duele…

Me duele la sangre que se agolpa y mis cojones contraídos y plenos ante el cuerpo del delito y sus consecuencias.

Sus manos existen para dar consuelo a mis cojones pesados y ávidos de derramarse en ella, dentro o fuera.

Por favor…

El cuerpo es el que amo; pero el delito soy yo.

Su coño, el arma homicida ensangrentada con mi leche.



Iconoclasta

Mens sana in corpus fractum


Si tienes una mente fuerte y un cuerpo roto, eres puro conflicto. Te hace exótico; pero es una exclusividad que no da beneficio alguno.

Las cosas que sabes y quieres hacer no las puedes realizar por mucha espiritualidad de mierda y buen rollo que le eches al asunto. Y semejante paranoia, te lleva a ser muy cuidadoso con lo que sueñas para no desestabilizarte demasiado.

El optimismo lo enrollas y te lo fumas, mientras tanto palpas los bolsillos buscando algo que te pueda relajar tras haber incinerado toda esperanza. Y entonces la navaja te conforta.

Es la mejor y más precisa salida de emergencia en caso de que la mente se resquebraje también. Y nunca se está tan roto como para no desplegar suavemente la hoja.

Te dices: “Es mejor que te tranquilices, tienes la herramienta, la llave adecuada”.

De cualquier forma acaricias con un dedo el frío filo de la esperanza y se forma en la piel una sutil y milimétrica línea roja que al cabo de unos minutos te lanza algún mensaje de muy leve dolor y alarma. A la sangre no le gusta estar fuera de la carne porque se coagula, se "marchita”.

Pero dentro también se coagula, y a veces mucho; hasta matarte.

Tu boca se convierte en un géiser rojo que lanza los trombos o coágulos que los pulmones diluyen con una tos malsana, sintiendo en todo momento que alguien te pasa papel de lija por dentro de la espalda, algo te araña los delicados pulmones.

Más exactamente: algo ardiente como un hierro al rojo te quema esas membranas. Y no hay forma alguna de distraerse de ello por mucho que te masturbes. Porque cuando te corres, escupes una buena bocanada de sangre burbujeante. Y eso duele un cojón, el conjunto, no la sangre.

Acaricias otra vez la navaja con la absoluta certeza que no vas a volver a pasar por ello.

La sangre habla por hablar, como todo lo que existe quiere aportar su propia mentira al mundo. La sangre se pudre también dentro del cuerpo, qué cojones.

Es necesario en este momento de miedo y enfermedad epidémica contar estas cosas por el simple deseo de joderos; decir que nada va a salir bien es uno de esos deleites que sorbo prolongada y profundamente.



Iconoclasta

Noche de prisión 1 del Decreto 3º de prisión de la Nueva y Normal Dictadura Española

 


Encarcelamiento nocturno ejecutado contra el pueblo español en la Taifa Fascista Española Cataluña (por ejemplo) en múltiples ciudades y sub-guetos. Noche de prisión para y contra los ciudadanos: nº 1.

Horario de encarcelamiento: de las 01:00 a las 06:00 todas las putas noches del mundo (cinco largas horas si los cipayos del poder no imponen más en cada uno de sus guetos donde rigen sus volubles voluntades).

(Dicen que puedes descargarte de tu ano el certificado de movilidad nocturno de la Nueva Generalitat Fascista Catalana)


Anexo 1.

Con la bendición de los poderes españoles legales, militares, pseudo sanitarios y religiosos que han otorgado el Absolutismo al actual Caudillo Generalísimo, así como a sus Ministros y Caciques Autonómicos; se ha decretado contra la población española la Segunda Prisión Nocturna de la Nueva y Normal Dictadura Española del Año 1 del Fascismo del Coronavirus.


Anexo 2.

Igual que ocurrió el verano pasado del Año 0 de la Nueva y Normal Dictadura Española, ha considerado el Nuevo y Normal Caudillo Español, su Tribunal Constitucional y sus Caciques Autonómicos que el coronavirus o la covid 19 muerde especialmente en las noches, siendo especialmente agresivo; un cuento al estilo de Hansel y Gretel que hace de los ciudadanos criaturas asustadas que desde los barrotes de sus ventanas, observan horrorizados y con aplausos pulular a los agresivos y peligrosos nuevos y normales policías pretorianos y serenos fascistas de la Nueva y Normal Dictadura Española.


Anexo 3.

Anteriores decretos de prisión que se han ejecutado contra la población española:

Decreto 1: encarcelamiento nocturno y diurno de la población en el Año 0 de la Nueva y Normal Dictadura Instaurada. Más de tres meses de prisión absoluta con control policial y militar (incluso severa inspección policial de los productos que la población compraba en los supermercados). Más de nueve meses contando las prisiones parciales en franjas horarias con control policial y prohibición de la libertad de movimiento por todo el territorio español). Inicio: Marzo 2020 (Año 0 de la Nueva y Normal Dictadura Española).

Decreto 2: encarcelamiento nocturno de la Nueva y Normal Dictadura Española, que se extendió desde el verano del Año 0 hasta el Año 1 de la Nueva y Normal Dictadura Española (prácticamente un año de prisión nocturna). Anexo a este decreto, se encontraba la prohibición de respirar libremente incluso en espacios abiertos, decretándose contra la población la obligatoriedad del uso del bozal o mascarilla bajo amenaza, castigo físico policial y multas en caso de respirar libremente.

“La libertad es enfermedad”, el dogma ideológico del nuevo y normal gobierno fascista español, está ya plenamente implantado en el imaginario popular. Plenamente asumido por la ciudadanía como ley que les salvará la vida.


Anexo 4.

Libertades masacradas en la República Popular Española (colonia de facto de la República Popular China).

Hace apenas veinticuatro horas el Tribunal Constitucional (propiedad del Nuevo y Normal Caudillo) sentenció cosméticamente que el primer encarcelamiento de la población en el Año 0, fue ilegal. Es solo una maniobra de trileros, una hipocresía zafia y chapucera que pretende lavar la cara de sucio fascismo ante otros países europeos menos represores y destructores de derechos ciudadanos.

Porque ese mismo tribunal, ha sentenciado a muchos más de seis millones de habitantes a prisión nocturna sin fecha de liberación. Se les podrá escuchar reír mientras pasean libremente por sus calles en las noches oscuras de prisión que, a partir de poco más de seis horas, comenzarán a sumarse indecentemente sobre la ciudadanía.

La población española está completamente acosada, extorsionada y prisionera de la ambición y paranoia fascista de decenas de miles de políticos (diputados, eurodiputados, senadores, ministros, viceministros, presidentes, vicepresidentes, alcaldes, concejales y regidores), jueces, militares y policías, todos ellos corruptos conforme al más elemental sentido de la ética.


Anexo 5.

Que la suerte o el azar en forma de catástrofe planetaria o nuclear, nos libre del duro castigo y ruina que la República Popular China está ejecutando contra nosotros, a través de sus títeres que forman el Nuevo y Normal Gobierno Fascista Español y su Tribunal Constitucional. En una de estas noches de prisión, en las comisarías y edificios oficiales, colgarán de los mástiles o astas la bandera China, cerrando así el proceso de destrucción absoluta de las libertades más básicas: las meramente biológicas como el respirar, el libre movimiento de esparcimiento y acceder al sustento para comer; porque de otro tipo, apenas quedaban.


En algún lugar del Gueto Español de China (Nueva República Popular Española), a las 18:51, del Año 1 de la Dictadura Fascista Española (2021) y viernes dieciséis de julio de mierda: me cago en Dios.


16 de julio de 2021

No son contagios, es debilidad de un pueblo oprimido por el fascismo

 

Y dale con el cuento… No son contagios, son enfermos; gente debilitada por el uso de bozal y los meses de prisión (que suman más que un año, un criminal año) nocturna y diurna que ha decretado el Nuevo y Normal Gobierno Fascista Español.

En cuanto algunos se han quitado el bozal para respirar después de casi un año de acoso policial por forzar su uso insano, la gente no ha soportado un aire libre cargado de sus microorganismos, bacterias y pólenes que antes del fascismo respiraba con normalidad.

La variante delta y todos esos contagios, son otras de tantas mentiras.

Saben que la gente aplaudirá al caudillo, a sus ministros y sus caciques autonómicos. Y eso les autoriza moralmente a darles patadas para meterlos a todos en prisión de neuvo, robarles la salud y, como se sienten encarcelados y enfermos, estafarles el dinero impunemente, el de las pensiones y el de su trabajo, quien lo tenga.


15 de julio de 2021

El pasaporte Covid es un brazalete nazi


Posiblemente, la película V de Vendetta, 2005; sea hoy día una de las películas más censuradas por la Unión Europea, puesto que con la epidemia del Covid 19, ha resultado ser profética en la descripción de la actual sociedad ante el maligno y peligroso viraje que han practicado hacia el Absolutismo los gobiernos de los países de la UE. La película es el reflejo exacto de la actual sociedad Covid 19.

La OMS tiene la función principal de transmitir el virus del Nuevo Nazismo o Absolutismo a todos los puntos del planeta.

El pasaporte o certificado Covid se ha erigido a una velocidad lumínica (son tiempos de doctrinas y mentiras informatizadas) en un auténtico brazalete nazi de aceptación y lealtad de la ciudadanía a los nuevos fascismos surgidos con rebuscadas, falsas y victimistas proclamas sanitarias y paternalistas que han borrado cualquier tipo de libertad básica como el respirar libremente y la movilidad para el sustento diario (o la prohibición directa al sustento al cerrar por decreto los puestos de trabajo y arruinar al obrero).

Para llegar a que una población acepte de buen grado, en tantos países y tantos millones de habitantes, el fascismo y su acoso, represión y ruina, las sociedades deben estar sumidas en una gran decadencia.

Y por decadencia se entiende: banalidad, ignorancia, consumismo, indolencia, miedo, infantilismo y exaltación de la fe en los fascistas líderes políticos,  y gurús religiosos, gurús científicos o multimillonarios con complejo de realeza.

El robo de las más básicas libertades que han cometido impunemente los líderes de las naciones con el exhaustivo y eficaz apoyo de la UE y la OMS, contra la ciudadanía ha quedado ya como leyes o decretos irreversibles, sin fecha de caducidad. Porque el coronavirus no desparecerá, se ha convertido en una gripe más, en una enfermedad de temporada.

Por ello, los gobiernos de los países europeos han cometido el crimen perfecto de lesa humanidad contra su ciudadanía al robar la escasa libertad que podía quedar, la que les daba el derecho a respirar y por tanto a vivir. Y aún peor, han sido aclamados por ello, por sus víctimas. Es verdaderamente escalofriante el ver a las falsas democracias de la UE reptar por encima de sus habitantes como una serpiente venenosa.

Los pasaportes de vacunación son ya los nuevos brazaletes nazis de los ciudadanos, un certificado que prueba su juramento de fidelidad al Nuevo y Normal Régimen Fascista del Coronavirus o Covid 19 (ya se les quiera llamar fascistas, comunistas, capitalistas o simplemente dictadores; es simplemente una distinta sintaxis para una misma semántica).

Los que no dispongan de su pasaporte Covid, serán los judíos perseguidos y segregados.

Luego llegará el momento de exterminarlos de una vez por todas.

Para aquellos lerdos indolentes, ignorantes y atemorizados gallinas, súbditas del nuevo y normal fascismo, aunque resulte como echar margaritas a los cerdos; hay que aclararles que la decisión de no vacunarse y luchar e inmunizarse contra el virus de una forma natural, confiando en la capacidad defensiva del propio organismo, no solo es un derecho legítimo, es biológico. Un derecho que solo un nazismo genocida y estafador se siente movido a robar.

Unos años atrás la ciencia estaba a salvo de la influencia de las doctrinas fascistas de acoso y represión; y afirmaba que las personas debían pasar por las enfermedades inherentes a su especie, por si mismos, sin influencias externas, y así desarrollar un correcto y natural sistema inmunológico; sobre todo en la infancia. Así fue como decenas de generaciones hemos pasado sarampión, paperas, varicela, gripes, catarros, etc…; y todo ello sin morir.

Y sin ser infectados por el virus fascista del miedo y la decrepitud social; la cobardía y el oscurantismo institucional de la nueva dictadura europea preñada de falsos paternalismos y oportuno amor por la salud pública. Trileros embaucadores es lo único que son los nuevos líderes de los países de la UE.

Los que han elegido la opción de no vacunarse, ya saben que el nazismo no les permitirá movilidad alguna, o acceso a algunos lugares como los restaurantes.

Y lo peor llegará cuando no les permitan la entrada a los supermercados o tiendas de alimentación, o a sus hijos a la escuela.

Porque de esto se trata el pasaporte Covid; su finalidad es acabar con cualquier conciencia aún libre, capaz de sostener su propio criterio, han convertido en asesina a la libertad. Han decretado que la libertad es enfermedad; superando así a V de Vendetta y su distopía.

A los no vacunados les será vedado el acceso al mundo laboral. De hecho, posiblemente la semana que viene.

No es ciencia ficción, es la realidad de unas dictaduras que como se está viviendo en este instante; sus acobardados habitantes piden con fanatismo islámico que se destierren, encierren o eliminen a los no vacunados que han tenido la osadía de ejercer su libertad en base a un criterio propio y al conocimiento y/o convencimiento de su naturaleza o genética. Al convencimiento de tener una buena y autosuficiente salud. Es pura biología.

Es en este punto, en el que la masa humana que luce el brazalete nazi, no puede permitir que los libres de vacuna circulen entre ellos por causa de esa envidia endémica que forma parte los seres más mediocres.

Debo insistir que un solo individuo ejerciendo su libertad y determinación, delata a millones de reses humanas como cobardes patológicos.

A la chusma, a pesar de que reconoce su propia ignorancia y cobardía, no le gusta que la dejen en evidencia. Que nadie les pueda recordar lo muy bajo que han caído en la cadena trófica.

Quien tiene inquietudes intelectuales y éticas, también es celoso de su libertad; y a menos que su organismo se encuentre comprometido, no sentirá la necesidad de vacunarse y figurar así como nazi colaboracionista.

La Unión Europea y la OMS están trabajando febrilmente para eliminar a los no vacunados, independientemente de si son inmunes. Erradicarlos por el problema que supone en un nazismo la libertad o el libre albedrío.

Los que ostentan con orgullo de ciudadano ejemplar su brazalete nazi o pasaporte covid, que ni por un instante se crean libres con sus jerarcas fascistas: se crearán nuevas infecciones para el mantenimiento y longevidad de los nuevos fascismos y el control ganadero humano. Se les exigirá constantemente test, actas, certificados y declaraciones de estar al corriente de las pautas de vacunación de cada cepa y de cada virus nuevo, que por ley se decretarán con la frecuencia que el nazismo crea oportuna.

Y a cargo de sus jornales y pensiones, se creará el Ministerio de la Vacunación y Salud Colectiva y sus santuarios.

Vacunarán a sus hijos al nacer, cualesquiera que sean las consecuencias que conlleve.

Y no sabrán que cosa les inyectan, ni a ellos ni a sus hijos. Porque es básico saber y es de jardín de infancia, que los dictadores mienten y cometen genocidio constantemente.

Y de la misma forma que les obligan a inyectarse cosas sin saber de qué se trata; les señalarán y acotarán la cantidad exacta de metros cuadrados que el nazismo dicta que precisan como habitantes. Y según su cargo, según su jornal y según su obediencia.

El destino profesional de sus hijos estará marcado por los funcionarios del nazismo y sus ministros. Los padres no decidirán ni orientarán el futuro de sus hijos. No en un país de la UE.

Para entonces no quedará un solo ser humano libre, los habrán matado a todos con hambre, a tiros o con torturas.

Y la especie humana tendrá entonces un valor inferior al de un termitero.

Si han sido capaces los líderes nazis de erradicar cualquier concepto de libertad a un nivel casi planetario, es fácil de ejecutar lo que aquí se enumera. El infantilismo crea una ceguera mala para la propia vida.

En este punto, quien aún no puede ver hacia donde derivan las actuales dictaduras confederadas europeas del coronavirus (las antiguas falsas democracias); se merece incluso diez dosis de vacuna contra la covid en una sala VIP de los ya tan folclóricos vacunódromos nazis.

Respecto a los no vacunados, ya saben que sus oportunidades laborales se encuentran en el robo, el asesinato a sueldo y en el terrorismo; pero ellos ya saben, qué cojones… Adelante con ello.

Es por todo esto que ya ha empezado a ocurrir, que la película V de Vendetta, tenga la gloria y el orgullo de ser una de las películas más censuradas en el decadente universo de las sociedades Covid 19.

Como última reflexión, dentro de los países de la Unión Europea, y en vista de su viraje al fascismo, entre la gran cantidad de bulos que producen al día, he podido intuir que los productores de ciudadanos nazis más potentes son Francia (hace unos meses atrás qué revolucionarios eran y ahora qué cabestros mansos), Reino Unido y Alemania. España es más del folclore propio (del franquismo y el falangismo); pero es una potente productora de ciudadanos fascistas que en nada tiene que envidiar a los que van en cabeza.


En Ripoll, a jueves quince de julio, del año de la epifanía del nazismo del coronavirus, dos mil veintiuno (Año 1 de la nueva era fascista).

Iconoclasta

11 de julio de 2021

Gusanos y sueños


Con el hacha que me ha regalado mi hijo antes de viajar a Australia de vacaciones, con un fuerte golpe en la tabla de cortar embutidos me he cortado el dedo pulgar de la mano izquierda. Pensaba que dolería más.

Que haya cortado el izquierdo no obedece a causas políticas, simplemente soy diestro. Que nadie saque conclusiones mierdosas. De vez en me veo desde otro lugar o tiempo distinto y me digo cosas graciosas como si actuara en un teatro. Ayuda a combatir la confusión. Toda mi vida ha sido tan confusa, difusa, múltiple, extraña, triste…

Me gusta leer, me siento orgulloso de mi vocabulario.

Me  han dicho tantas veces que soy un gusano, que podía ser una posibilidad que de mi dedo naciera otro ser como yo, idéntico a mí.

En mis sueños, padre decía que era muy imaginativo, no sé de quién hablaba; pero me quería, cosa que recuerdo nítidamente.

El dedo lleva ya cuatro días pudriéndose en una bolsa del súper, bajo el fregadero de la cocina y de ahí no salgo yo.

Quería dar una sorpresa a mi hijo para cuando llegara de Australia: que se encontrara con dos padres, yo con una mano mutilada y tullido y otro nuevo sin taras.

Todo sale mal.

El gato lame el muñón cuando entro en sopor y lo limpia de pus. Sudo tanto… Es un julio abrasador, más que nunca.

Entre sueños, surge otro viejo y de colores desvaídos:

Yo medio dormía, mis padres hablaban desde la puerta entornada de mi habitación.

–¿Crees que podría ser esquizofrénico como tu padre? Eso de que le pregunte a Inés si le enseña el corazón, me asusta– cuchicheaba mi madre.

–No digas tonterías. Solo tiene cinco años y es muy imaginativo. No vamos a llevarlo al médico por esa tontería– respondió mi padre.

Sé que fue un sueño porque desperté y no estaban.

Y desperté pensando: “Ve con cuidado” y desde entonces siempre me lo digo varias veces al día en voz alta, como una oración que me da paz.

Lo dije al cortarme el dedo.

Inés, mi hermana murió a los siete años por esa insuficiencia cardíaca con la que nació. Nadie le quiso prestar un corazón y aún la echo de menos. Yo tenía nueve años y hacía ya mucho tiempo que no le pedía ver su corazón. Sé que no es un sueño porque dolió mil.

Ve con cuidado.

Hay días en los que no me acuerdo cuando ni donde nació mi hijo; pero no me preocupa, al final me acuerdo de repente. Es que soy muy imaginativo y sueño con muchas cosas y lugares a ojos abiertos.

En el dedo que se pudre bajo el fregadero y en el muñón crecen gusanos que no son yo.

Aunque… ¿Y si resulta que fuera un gusano? ¿Sueñan los gusanos, son imaginativos?

No quiero ser un gusano, no me gusta.

Ve con cuidado.

La idea me ha provocado una náusea y he vomitado. El gato se ha comido los gusanos del muñón. La mano huele a queso podrido y unas finas y quebradas líneas violáceas suben por el brazo como si buscaran el corazón para infectarlo.

Aunque soy tan imaginativo que no puedo identificar en cual de los tres mundos que vivo ocurre esto. Hay momentos en los que viajo en el tiempo, salto de un mundo a otro y durante unos minutos quedo confuso.

Cuando como vomito.

Mi hijo llegará en dos semanas de ¿Italia?

No voy a ir al médico.

Ve con cuidado.

En otro mundo recuerdo a mi hijo y su nacimiento. Y de su madre que murió calva cuando Jordi tenía once años.

No me acuerdo cómo creció porque eso ocurrió en otro mundo muy lejano, de colores marrones claros.

Soy imaginativo y por ello mi memoria se dispersa.

Lo decía mi padre.

He despertado soñando que gritaba de dolor.

Algo anómalo ocurre, la luz que entra por las ventanas es oscura. La casa se ilumina con oscuridad, no me parece imaginación porque tengo miedo.

Haces de negritud que se crean entre los vidrios sucios, entran en casa como dedos fantasmales que buscan algo a tientas.

El gato no se despierta y las líneas de infección del brazo se extienden ya por el pecho. A veces el corazón se atasca, y he de golpearme el pecho para que funcione.

Abro la puerta de la habitación de Jordi.

Mi hijo ha llegado a casa en algún momento mientras dormía y no me ha despertado. Duerme con el hacha que me regaló en su mano.

Recuerdo que en uno de los otros mundos, dije de mi hijo: “Jordi también es muy imaginativo”.

No sé porque me ha venido a la cabeza.

Ni siquiera ha limpiado el hacha cuyo filo, tiene la textura y el color de la sangre seca.

Ahora estoy confuso, no sé si realmente fue él quien dijo que las lombrices se hacían dos al cortarlas.

Y en  otro de mis mundos, me dolió tanto el hachazo que lo empujé y se golpeó la cabeza contra la encimera de mármol de la cocina.

Le sangraba tanto la cabeza, que se le derramaba por la nuca y se extendía como un tinte por la camiseta, pegándose a su espalda.

Sentí una infinita tristeza cuando dijo: “Me has hecho daño, papa”.

Y se metió en su cuarto, caminando pesadamente, con el filo del hacha goteando sangre. Cerró la puerta dejándome solo en mis mundos.

Los haces de luz negra que entran rasgando y desintegrando mi mundo me confunden y no distingo si es día o noche. Quiero dormir y volver a otros lugares, este no me gusta.

Un gusano gigante llega desde la cocina, avanzando con ruidos líquidos y una boca hambrienta y ciega.

La luz de los otros mundos se ha apagado repentinamente.

¿Dónde está mi vida, la que me queda?

Ve con cuidado.

Ya no… Ya no es necesario.





Iconoclasta

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10 de julio de 2021

Alguien se pensó que España era un país de superdotados

Para asimilar la educación no se debe perder el tiempo en idiomas extranjeros que no van a servir de gran cosa. El idioma extranjero debería elegirlo cada cual a su gusto y necesidades. Aunque por lo visto, han elegido el modelo de enseñanza soviético (hace muchos años) para que los niños sean jugadores de ajedrez, neuro cirujanos, astronautas e ingenieros de puertos, caminos y canales, físicos nucleares, etc…

Hay cosas importantes como el conocimiento general a los que se les ha negado el estudio: la biología humana (que sepan lo que es respirar dignamente, por ejemplo), la historia sin fechas que memorizar: economía y política. El perfecto dominio del lenguaje de su país o región para el total entendimiento y buena comunicación, geografía útil y práctica; física y matemáticas al nivel adecuado a las expectativas de cada alumno según su orientación de estudios. La informática no ha de ser motivo de estudio, es como usar la televisión, una utilidad de consumo y de uso cotidiano; hay manuales hasta para teclear. Así que no pierdan el tiempo en trivialidades.

Incluso yo fui pequeño, y lo que no entendía, me aburría. Memorizaba lo necesario para salvar un examen y luego olvidaba. Cuando empecé a adquirir conocimientos útiles y criterio, fue cuando salí de la nefasta influencia de una enseñanza franquista. Y la actual, con otras palabras, es una enseñanza doctrinal y dictatorial, donde se pretende influir en los hijos y dejar a los padres fuera de juego en su orientación estudiantil o laboral (razonable, ya que los padres fueron educados y castrados con el mismo sistema educativo).

Otra cosita para esa enseñanza de mierda: cuando se es niño se estudia, se comprende y se memoriza en el idioma en el que se piensa, idiotas.

Y por supuesto, si no se usa un idioma se olvida.

Así que es prácticamente delito robar tiempo de enseñanza útil a los niños, el poco tiempo que disponen para aprender cosas necesarias y un lenguaje eficaz y de comprensión.

Algún funcionario o ejecutivo de gobierno quiso llevarse una buena tajada de comisiones en gastos de personal docente para el bilingüismo de mierda y evitar una educación lógica, funcional y que realmente abra un abanico de posibilidades a los niños. Porque hasta ahora las posibilidades que les han inculcado son: banalidades sobre el homosexualismo, el transexualismo y el feminismo. El pene o la vagina no es cosa de niños o niñas (es muchísimo más complejo y posiblemente quien tiene vagina o pene aún no sabe que debería tener otra cosa, no un pene o una vagina necesariamente, por ejemplo), tolerancia indiscriminada y ciega (borreguez); y el trabajo en equipo donde nadie debe resaltar, salvo los que mandan y decretan. Beber alcohol es tolerable; pero fumar, que es un vicio reflexivo y no es narcótico como el beber, es casi delito. Una persona que se detiene para fumar un cigarrillo, es lo más peligroso para cualquier gobierno ideológico y para el empresario, porque podría recapacitar el obrero sobre lo mucho que trabaja y la mierda que le pagan y además, perdiendo un tiempo precioso para la producción. Los borrachos se reinician cada fin de semana y no hay problema. Si no fuera así, etiquetarían las botellas con accidentes de tráfico, padres maltratando a niños y mujeres, mujeres abandonando a sus hijos, hígados podridos por cirrosis, etc…

En las escuelas no dicen que las ideas y el trabajo de uno son parasitadas por cientos. Sin embargo hay un presidente, un rey o un tirano que lo crea todo. El máximo hacedor ¿no?

Y lo más lamentable y espantoso para la libertad y la imaginación que intentan implantar: el germen del pensamiento insectil o colonial.

Lo que pretenden enseñar en las escuelas son doctrinas y fábulas casi religiosas. Conocimientos intrascendentes que se aprenden viviendo, con la experiencia y el desarrollo normal de todo individuo en su medio y no requieren reventar la educación útil y eficaz de los niños en la escuela. Otra cosa que deberían entender los indecentes docentes del puritanismo actual.






Iconoclasta

7 de julio de 2021

Un cielo para los pequeños seres

  

En medio de la carretera hay un jabato atropellado; no es más grande que un conejo.

Su mini cabeza está destrozada y asoma sórdidamente la lengua muerta entre los huesos de la mandíbula.

Aún se puede ver su piel sonrosada bajo el sedoso pelaje de cría.

Es algo habitual, el atropello de animales en las carreteras de montaña; pero no con animales tan pequeños en plena tarde.

Mi hijo y yo hemos pensado que es una lástima, una tragedia pequeña, que se anida en el corazón como un pequeño gusano que te provoca una desazón.

¡Qué pena, pobrecito! Ojalá fuera lo suficientemente incrédulo e ingenuo como para pensar que hay un cielo para los pequeños seres que mueren sin haber vivido más que unas pocas semanas.

Lo acabarán de aplastar los coches hasta que se convierta en asfalto; su muerte instantánea ha sido al final, una fortuna.

Ahí, en toda esa menuda, suave y tierna muerte no hubo nada de la tan pregonada sabiduría de la naturaleza.

La naturaleza como ente, es un mito como otro cualquiera, como cualquier dios o cualquier Jesucristo de tantos que han rondado en las bocas ignorantes, serviles, cobardes y mentirosas de los seres humanos. Y no tiene nada de sabiduría.

Lo que algunos llaman “naturaleza sabia”, es ni más ni menos que un azar de vida y muerte.

A veces acierta y otras yerra; pero no hay sabiduría alguna.

Se le ve tan pequeño y solo… Buscaba a su madre… Pobrecito.

Cuando se viaja en coche, las muertes que se observan a través de las ventanillas, son igual que todas las noticias televisivas: meras anécdotas amañadas y absolutamente ajenas.

Si caminas o marchas por tus propios medios, a una velocidad que solo puede ser moderada, la muerte se muestra plena y obscena. Con todos sus matices y consecuencias. Y en el bosque hay más rastros de la muerte que de la vida.

Así que los que ven un cadáver desde la comodidad y la distancia de su coche, tienen una idea muy pobre de la naturaleza y su absoluta y azarosa estupidez sobre la vida y la muerte.





Iconoclasta

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5 de julio de 2021

Más obsceno que perverso


Hay afanes perversos y los hay obscenos.

Lo mío es la obscenidad.

No puedo soportar la perversidad de los cobardes, los que creen toda la mierda que leen y oyen. No puedo soportar a los pervertidos arribistas y los políticos.

Porque esos perversos son infames y huelen a mierda. Siempre a mierda.

Soy obsceno, sin amo ni dios.

Y siempre he tenido una buena habilidad para la hipocresía y mentir a los pervertidos o perversos para mantener mi comodidad y supervivencia en esta sociedad puta.

Si en algo soy bueno, es mintiendo a los idiotas.

Luego, cuando no he de soportar a los pervertidos; ya en mi reino, en mi casa le ordeno que separe las piernas, sabe que me ha de esperar con falda o una bata sutil. O con lencería de puta.

Con la navaja corto las bragas y las dejo despedazadas entre las piernas, o sobre los muslos. Que le molesten.

Y acaricio su coño, haciendo chapotear los dedos en su precioso y hambriento chocho. Está caliente como una perra y sus pezones le duelen de duros.

No la jodo porque quiero ver su rostro mortificado por el placer, sus ojos casi en blanco cuando mis dedos se agitan violentos dentro de su coño elástico, mojado, fragante. El aroma que impulsa mi instinto de posesión y reproducción.

Necesito ver su obscenidad, sentirla en mis dedos. Esa pornografía que la transporta a otra dimensión con los continuos espasmos de la vagina y el vientre. De su monte de Venus que asemeja elevarse y hundirse en movimientos telúricos.

Soy decididamente obsceno y saco mi rabo frente a ella cuando empieza la convulsión del clímax. Lo masajeo con tanta violencia que temo proferir por mi boca dolores más que placer; aunque se confunden las frecuencias entre ambas cosas.

Y eso, a mi puta la catapulta al paroxismo. Y se abofetea el coño que la hace desvariar cuando escupo mi leche en su vientre, en el monte de Venus, entre los dedos que ahora intentan sujetar el coño que parece expandirse como una supernova.

La bragas hechas jirones, se balancean próximas a las rodillas. Es la imagen más excitante del mundo…

Y nos corremos cada cual sumido en nuestras obscenidades.

Extiendo todo ese semen por su coño que aún tiembla agitado, entre sus labios dilatados y tiernos que no puedo evitar morder suavemente.

Gime mi puta y conduce, guía mis dedos brillantes y resbaladizos de leche hacia los rincones que ella desea, y me obliga a chupar sus pezones pringados. Y jadea...

Su corazón se relaja y mi polla pierde la dureza goteando leche sin fuerza por el meato, dilatado como una boca abierta sin dientes. Como si mi puta polla quisiera respirar…

Cuando digo que soy más de la obscenidad, no miento. Soy sucio, soy pornógrafo, soy todo aquello que es malo ser en un ciudadano integrado de mierda.

Y mi puta tampoco miente: miradla, aún está acariciando su coño irritado.

Guardo un semen frío y rancio para lanzarlo a los ojos de los perversos, con la esperanza de que los deje ciegos para toda su perversa y cochina vida. Obscenamente ciegos.




Iconoclasta


4 de julio de 2021

Una tristeza en el bosque


Me he metido tan adentro del planeta en soledad, que en la lejanía podía ver donde habito.

Y es muy lejos, ha sido mucho caminar.

Me envanece ser una bestia con tamaño radio de acción y la fuerza para recorrerlo y morir entre tantos kilómetros de bosque y montaña.

El horizonte más hermoso que existe: un mar de montañas…

En realidad es agotador; pero fumo desde la cima observando mi reino, e irremediablemente se me pone dura (la polla).

Soy incorregible, no puedo ser de otra forma: hombre y bestia. Y así ejerzo, aunque duela, aunque joda.

En lugar de admirar escaparates, mostradores de grandes almacenes, pensar en coches, o tomar algo en la comodidad de un bar; simplemente vivo y padezco la naturaleza.

Nací irreductible, jamás me integré donde me obligaron a crecer.

Y lo he hecho bien, me siento bien aquí y ahora.

Me gusta sudar y echar el humo del tabaco hacia aquello tan lejano allá abajo.

Me la pone dura.

Otra vez…

No es alarde, es biología y vicio.

Los párpados escaldados por el sudor hacen mi mirada hosca y sin embargo, observo todo con ilusión contenida.

He visto una serpiente cubierta de rombos verdes y una fina cola como un látigo esmeralda ocultarse en la fronda.

A una comadreja preciosa pensar si subir o bajar de donde se hallaba. Ha bajado, la muy holgazana.

He oído al pájaro picotear furioso un árbol y los excrementos aún humeantes de un animal que ignoro (no era yo, lo juro).

Un jabalí ha arrancado un gran trozo de musgo que ha caído en el camino, se escondía de mí, bosque adentro y arriba.

Lo maravilloso del bosque, es que no ves la vida que contiene; mas la sientes como una profunda y atávica emoción.

Y lo triste del bosque es que no puedes evitar ver sus grandes y pequeños cadáveres.

También pienso que si tuviera un infarto aquí y ahora, dejaría otro cadáver más.

Y sería más digno que morir donde habito.

Quiero ser una tristeza en el bosque y no una mediocridad en el tanatorio.

Así que cuando intuya que voy a morir (esas cosas se saben de una forma natural, no requiere instrucciones, solo valor y decisión), cogeré mi mochila cargada con tabaco, mis prismáticos, mi cámara de fotos, mi navaja, mi pluma y mi cuaderno.

No necesitaré todo eso (el tabaco sí); pero me da paz cargar con ello.

Nunca he sido perezoso. Solo reacio a obedecer de mierda a nadie.

Y caminaré montaña arriba hasta donde muera.

Unas oscuras nubes aportan un repentino aire fresco a este día de julio, el mes más hijoputa del año. Y se me cierran un poco los ojos como si fuera una caricia.

Vuelvo a pensar que es tan buen momento como otro cualquiera para morir ahora. Lo tengo todo a mano para morir bien y sereno.

Ya verás… Cuando sienta que se me raja el corazón, no me dará tiempo ni a meter la navaja en la mochila. La vida es muy puta con sus jugadas y bromas.

No creo en los malos presagios de un cielo oscuro, porque el cielo oscuro es lo más bonito. Sin embargo sí pienso en una muerte digna tras una vida que me han obligado a vivir indignamente.

Y mira por donde… Ahora me saco la polla y meo, hacia allá abajo donde he vivido la indignidad.

Todo cuadra…

Pequeños rencores que no hacen daño a nadie (desafortunadamente); pero me la ponen dura (la polla).

Debería morir ahora, coño.

Quiero ser un cadáver del bosque y no una rata muerta en una cloaca excrementicia.

Seré romántico: Que Dios o el Diablo, si existieran; aquí y ahora me den muerte.

Pues mierda, no existen o no quieren. Bueno, al fin y al cabo siempre he sido un ateo blasfemo, si alguna vez hubieran existido o existieran me la tendrían jurada.

¡Joder! Ahora tengo que volver a caminar todos esos kilómetros.

Como me maten cuando llegue a casa, me cagaré en la puta que los parió.





Iconoclasta

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