Vivo como los gatos: entre los humanos y lo salvaje, sin merma de su condición de cazadores natos, sin dependencia humana alguna.
Así, razono las posibilidades y las imposibilidades las sueño.
Sólo que no soy gato y mis mundos son inconciliables y mi adaptabilidad gatuna es cada día más rígida.
Jamás he deseado ser buen hombre o ciudadano.
Cuando pierda el dominio de mi mente caeré en el mundo imposible.
El de la razón me da jaqueca.
Así que cuando enloquezca moriré en el acto, porque no seré de este planeta y su atmósfera irrespirable para mi naturaleza onírica.
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.