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11 de octubre de 2022

lp--Pecados y obediencia--ic

Los problemas religiosos de fe, obediencia, pecado, castigo, etc… Tanto de religiosos como de feligreses crédulos o ingenuos, existen y existirán porque van contra la libertad de la especie humana y su inteligencia creativa, lo que la diferencia notablemente de los insectos y mamíferos de ganadería.

Así fue antes del primer acto de fe de un primate hacia otro.

La religión busca pudrir la esencia misma del ser humano.

Denigrarla hasta la humillación disfrazada de buen ciudadano.

Por ello, pecados, incultura, fe, oscurantismo y esclavitud moral (adicción a los charlatanes), son las herramientas con las que el poder, ya sea religioso o su evolución: político; rige o pastorea a la población.

No todo el mundo es tan lerdo para dar su vida y voluntad al capricho de un dios, un mesías o un líder orador codicioso y ambicioso; pero siempre ha sido mayoría la chusma que precisa ser pastoreada para su mayor tranquilidad y descanso. Ahí reside la inmundicia, la suciedad e indignidad de toda democracia, en la masa ignorante o chusma otorgando el poder al estafador que es incapaz de ver.

Y por ello no hay individuos suficientes para regenerar y enriquecer la genética de una masa humana sucia y endogámica. Es endogámica porque se ha creado en todos los asentamientos político-religiosos (ciudades o pueblos) una selección de machos y hembras reproductoras afines y creyentes en los regímenes de pastoreo humano o gobierno de toda época, eliminando así al humano libre autosuficiente por una cuestión de envidia por parte de los mansos y la eliminación de disidencia por parte del estamento político-religioso.

La premisa del poder religioso/político es tan obvia que da risa su simplicidad ganadera: si pides (debido a tu ignorancia o pobreza intelectual o psicológica) que un pastor te guíe, te indique donde has de comer, beber y hasta donde puedes llegar; no es necesario pensar, los pastores lo hacen por ti. Y por otro lado para aplacar el sentimiento de humillación que pudiera desarrollarse, ahí está el político o el sacerdote subido al púlpito, para que lo critiques en alto ante el rebaño; sabiendo que dentro de ti reconoces tu incapacidad para conducirte y una patética obediencia vacuna, provinciana e ignorante. Luego gritarás para salvar una dignidad que no tienes: “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Eso se llama cobardía en su esencia más condensada. Y el político o el sacerdote, sonreirá frotándose las manos satisfecho del buen rebaño que pastorea y la piel, carne, sangre y oro que saca de ellos.

No es lo mismo obedecer con repulsión para sobrevivir en el estercolero social, que obedecer con fe. Es terrorífica y degradante la monstruosa plaga de obedientes fervorosos que conforma la mayoría votante en las venenosas democracias del planeta, convertidas al rancio fascismo o nazismo con el coronavirus o covid.

Hay unos pocos libres de pensamiento y actos, no precisan cuentos ni dioses que los protejan o guíen su destino. De esas cosas se encarga el ser humano si no es deficiente en su genética. Saben que la religión es dominación y la política su evolución; pero la democracia los mata, los asfixia, los aplasta y les hace la vida amarga como el cianuro. El peso de la mayoría es letal para el individuo.

La fe pudre el conocimiento racional y empírico. La obediencia ciega, pudre la dignidad.

Hay que recordar con la promesa religiosa “solo los mansos heredarán la tierra” o la política “un futuro mejor para los hijos”; que haga lo que haga la chusma, por muy cabestras que sean las reses votantes, nunca son suficientemente mansas; ni viven lo suficiente para hacer un futuro mejor, según sus charlatanes o gurús religiosos o políticos.

En la religiosidad y la política la pobreza es virtud porque das tu esfuerzo, tu dinero al estado, al poder. Y debilidad y pobreza son pasaporte al paraíso y un futuro mejor que nunca verás, ni tus hijos si los tuvieras.

La moda actual es que los multimillonarios, las grandes fortunas; actúen como guías espirituales y ejemplarizantes del rebaño humano. Es éticamente pornográfica toda secta constituida por un millonario decadente y aburrido, denigrante y vergonzosa la atención que les presta tanta res mugiente y votante.

Y en pleno dos mil veintidós tecnológico, es más obvia que nunca la imbecilidad de la población y la persecución y corrupción de la ética y la libertad por políticos y sacerdotes de cualquier secta religiosa o ideológica que, insultan sin descanso la inteligencia y ensucian la esencia humana.

Quien inventó el primer pecado, obtuvo la ansiada obediencia de las vacas y bueyes humanos.




Iconoclasta

7 de octubre de 2022

lp--Y una mierda mis respetos a nadie--ic

Hay una frase que se repite hasta la náusea en el cine y las series televisivas de los actuales nazismos sanitarios, homosexuales, climáticos, cobardes y analfabetos (ni más ni menos que las falsas democracias que a inicios del 2020, propagaron el coronavirus o covid y lo gestionaron o administraron como dictaduras). Y la repugnante frase que están metiendo en  todos los cerebros castrados de los espectadores es: “Con el debido respeto…”. Se trata de una fórmula de servilismo que ha inundado las pantallas de cine, teléfono, ordenador y salón en todo el mundo, en todos los idiomas. Un auténtico mandamiento para que la chusma demuestre sumo respeto y temor al dictador de mierda (o presidente electo) que lo gobierna, a sus ministros, funcionarios y a tu puto jefe mismo.

No hay película o serie donde no la digan al menos dos veces, se repite como el ajo. Se repite como los subnormales que no dejan de aparecer a tu alrededor todos los días en toda noticia, bulo o propaganda gubernamental.

Un dogma que impregna miles de películas y series con esa pátina de cobardía, reverencia, sumisión e indignidad. Cuya traducción real es: “Habla a los superiores a ti con reverencia. Y si no estás de acuerdo con ellos, pide perdón sino puedes callar la puta boca.”

No he escuchado aún a ningún subnormal en la vida real diciendo “Con el debido respeto…”; pero ante la gran difusión de este dogma del nazismo maricón sanitario climático; estoy seguro de que serán ya unos cuantos millones los que han usado esta fórmula de mamada de polla o coño para dirigirse a sus putos “superiores”.

Nadie es superior a mí y en mi vida para expresar que algo no me gusta, jamás he pedido la venia, permiso o perdón.

Digo y opino lo que debo, sin mamadas. Y que se joda al que no le gusta.

Está claro que para obrar así es necesario tener cierto nivel cultural y no estar castrado por una ideología, religión o por los decretos de cualquier líder político salvador de la humanidad, hijo de puta, mesiánico y timador.

Que le den por culo a sus respetos de mierda, hijoputas.



Iconoclasta

2 de octubre de 2022

lp--Botas mojadas y pies secos--ic


Vivir es absurdo, todo es lo que no parece.

Y al final sí era lo que parecía.

Te das cuenta demasiado tarde de que la envidia, la ambición y la falta de inteligencia son tan grandes, que no tienes esperanza de sobrevivir al enemigo: la humanidad.

Es inabarcable, incuantificable la sordidez y mezquindad humanas.

Por esto no me fío de la sequedad de los pies, aunque los sienta calientes. Será por infección, por fiebre.

Es de una magnitud tal la vileza y cobardía que ni siquiera la imaginación podía prever semejante estercolero de humanos que se ha formado, cada escarabajo da vueltas a su bola de excrementos y son felices así.

La única lógica que existe es vida-muerte. Afortunadamente todos mueren, aunque tarados y ambiciosos, mucho más tarde que la gente que sirve para algo y se le puede tener aprecio. Al menos un sincero respeto.

La capa sólida que piso, la de La Tierra, flota sobre una compota formada por todos los cadáveres de la historia y excrementos amasada con agua y orina. Por eso hay terremotos, porque esa podredumbre se agita y rompe la tierra.

Hay tantos cadáveres enterrados que empieza a rezumar el infecto veneno al exterior.

Lo que está podrido en vida, es podrido al cuadrado como cadáver. Y así no hay quien mantenga los pies secos.

De hecho, me da asco que las botas estén mojadas y envuelvan irremediablemente los pies.

Existe el arte y la literatura para crear mundos y situaciones, sino mejores, más intensas para combatir esta mezquindad estranguladora que pudre los pies y el alma, si existe semejante vapor. Soñé que una vagina me arrancaba la polla con sus dientes, luego quise meter la lengua porque estaba muy caliente y me arrancó la lengua y los labios… No olvidaré aquella intensidad que no existe en ningún lugar del universo más que en mí mismo. Soñé que mi padre muerto estaba cansado de verme en los sueños y me despreciaba con gesto evidente. Lo creí, y me esforcé en no soñar con los muertos por mucho que los amara.

La podredumbre sobre la que flotamos no es intensa, es de una devastadora mediocridad y previsibilidad.

El planeta es una fosa séptica llena de cadáveres y rebosa. Al mundo le faltará tiempo para convertir todos esos miasmas en combustible fósil; porque la especie humana si no ha muerto, agoniza. Está perdiendo la capacidad de ser individuo creador y el coraje para juzgar y equivocarse. Y por ello perderá el uso de la razón.

Ya se puede afirmar que la masa humana es una cosa híbrida entre insecto y mamífero con la habilidad de votar al criminal o imbécil que más aparece en la televisión y en las pantallas de sus móviles.

Por cerdo que sea.

Es mentira, no tengo los pies secos, están tan mojados que siento el frío pudriéndome las arterias y el tuétano de los huesos, como una baba invasora. Y como eufemismo le llaman tumor, cáncer, condrosarcoma, osteosarcoma, mierda en bote…

Todo es lo que parece, no hay sorpresa.

Todo lo sabía, no ha habido suerte.

Ni magia.

Ni ilusión alguna.

Las botas están tan mojadas como mis pies.

Qué desolación de realidad…




Iconoclasta

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1 de octubre de 2022

lp--Rebeldes y radiantes--ic


Las violetas son flores otoñales, pequeñas y abundantes, tan fuertes como bellas.

Los colores del otoño son sólidos y radiantes, tal vez como rebeldía a los grises que pronto traerá el invierno cubriendo la tierra y los seres.

Las pequeñas lilas son inconformidad. Florecen cuando la savia de los árboles bombea la última sangre y más espesa a sus hojas tiñéndolas de rojos trágicos, marrones y dorados; para al final morir en una bella tragedia. Cuanto más muere el bosque, más lucen estas pequeñas sus aparatosos violetas. La desgracia de unos seres es el placer de otros. Y también de una dulce melancolía que propagan todos esos millones de muertes incruentas.

Tal vez las margaritas áster saludan al frío, alegres de que se aleje ese sol abrasador omnipresente e inagotable que ha desecado la tierra y el pensamiento mismo.

Cuando las lilas, violetas y cardos lucen su radiactivo color, las lagartijas dejan de cruzar los caminos y trepar por los muros. Como mini dinosaurios que vuelven a extinguirse. Es un poco triste el paseo sin ellas…

Los cuervos no temen al frío o al calor, graznan malhumorados todo el año. Siempre tornasolados, metálicos. Inteligentes. Son la banda sonora del letal silencio del invierno.

Y ocurrirá que las pequeñas flores de otoño morirán cuando llegue el riguroso frío. Se marchitarán bajo la grisentería que enferma el bosque todo; haciendo de los árboles esqueletos con los brazos elevados al cielo pidiendo piedad.

Pisando hojas muertas me pregunto sin tristeza y con curiosidad si será el invierno o la primavera quien me marchite. Si pudiera elegir, quisiera caer muerto en el camino; preferiblemente en invierno. Hay menos gente, los cadáveres somos celosos de nuestra intimidad.

Me parece un final feliz.



Iconoclasta

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27 de septiembre de 2022

lp--Hacendosos insectos--ic


Algún semi hombre impotente frente a una hoguera prehistórica nocturna con un collar de abalorios modelados con excrementos secos, predicó a aquellos monos humanos de la tribu que, se folla con la misión de procrear. Gozar es pecado, promiscuidad.

A medida que la civilización adquiría asentamientos fijos, los pecados, faltas y leyes se predicaban en templos construidos con el esfuerzo y la sangre de los creyentes para el brujo o sacerdote. Y más adelante, una casta de sacerdotes se hizo política.

Pocos hicieron caso de este follar reproductivo y gozaban; pero por mansedumbre, por miedo a las leyes de los dioses inventados por brujos y sacerdotes, aceptaron con falso arrepentimiento el pecado. Y por ello el castigo por el placer.

La humanidad es una especie imbécil y ha sobrevivido y evolucionado físicamente durante miles de años porque es plaga, como los insectos. Por muchos humanos que mueran, quintuplican sus nacimientos insectilmente.

Esta prédica religiosa y política, sobre la obediencia y el pecado de gozar se graba en las mentes de los niños con ejemplos de virtud, como pueden ser las hormigas y las abejas que trabajan hasta morir y sin lamentarse (de ahí también el uso actual del bozal o mascarilla en jerga nazi o fascista), para engordar a la puta reina.

Es un concepto llamado ahora “trabajo en equipo”, que se inculca desde tiempos inmemoriales en las mentes de los niños, para convertirse en la madurez en un mantra laboral siempre en boca del insecto u obrero productor humano. El trabajo en equipo consiste en anular la creatividad humana para evitar que ningún insecto sobresalga y usurpar el equipo de idiotas la inteligencia del individuo.

Al final, el 99,99 % (la minoría restante son líderes políticos religiosos y millonarios) de los cerebros humanos útiles solo trabajan como receptores de timos, dogmas y mandamientos fascistas, todo entra y nada sale de ellos.

Y como los líderes del panal u hormiguero son humanos, también son imbéciles; pero gracias a la enfermiza ambición genética y una paranoica codicia, han desarrollado instintos para convertirse en putas reinas del sucio termitero, con su imbecilidad intacta. Es la denominada suerte de los tontos, a los que se les aparece dios o la virgen y se consideran mesías de la mierda.

En fin, este pequeño ensayo explica que la especie humana, a pesar de los miles de años que holla sobre La Tierra, no pueda evolucionar: su reproducción insectil irremediablemente eterniza el gen imbécil.



Iconoclasta


25 de septiembre de 2022

lp--La belleza del fin del mundo--ic


Desde el gélido norte llega un cielo como el cobalto, pesado, denso, hermoso.
Monumental y devastador.
Deseo ser un efímero rayo parido por las bajas nubes y conocer que esconden dentro, durante mi infinitesimal y cuántica existencia, esos peligrosos bloques de vapor de plomo que si los ha creado un dios, felicidades al artista aunque no exista.
Tal vez no son nubes, es un planeta arrasando a La Tierra. Evoco aquella película, Melancolía. Y me fascina esta muerte a todo color…
Lenta e inexorable llega desde el filo del mundo.
Con un susurro triste le digo a nadie: “Aplastará a la montaña, nos aplastará a todos. Todo…”.
Y mientras la oscuridad avanza engullendo la luz, el heroico sol intenta lucir desde el oeste a través de un pequeño claro de vida, lanzando sus últimos rayos del día sobre el valle; pero es como la hipócrita y burlona esperanza que le da el sacerdote al pobre que muere de hambre.
No puede ganar.
Si se acercara el sol, si pudiera acercarse a su majestad la tormenta, las preciosas y radiactivas nubes lo devorarían sin piedad, sin maldad; como el león a la gacela.
Si es el fin de todo, me quedo. No quiero perderme el mayor espectáculo del mundo.
¿Sabes, cielo, que las pequeñas aves revolotean entre los últimos rayos del Sol y por algún mágico acto de última belleza parecen de oro? Se ofrecen con sus mejores plumajes en sacrificio a su inmisericorde diosa Oscuridad. Quisiera estar cerca de ti…
No es un lamento, es un grito de rabia a la vida que por fin se aplasta, con todas sus tristezas y fracasos.
¿Cómo me voy a ir y dejar abandonada esta belleza de muerte y vida, de luz y oscuridad?
Tengo el corazón de plomo, de alguna manera se lo robé al soldadito que no pudo besar a la bailarina. Los dos fallamos en lo importante de nuestra existencia. Fuimos plomo y a plomo morimos.
De repente me siento tan solo…
Siempre he pertenecido la oscuridad, la certeza llega con el primer trueno que quebranta mi pensamiento y la primera sangre que brota de mi oído.
Nunca podría haber sido un ave dorada.



Iconoclasta
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12 de septiembre de 2022

lp--Orgullo y vanidad--ic

 


Las águilas son vanidosas, afirmo.
Porque vuelan muy alto sin ser necesario.
La vanidad es un pecado inventado por los religiosos. Una forma de decir y adoctrinar a los devotos y crédulos que solo dios es digno de sentirse orgulloso de sí mismo y todos los hombres y mujeres son indignos de respetarse o enorgullecerse.
Vanidad u orgullo no es pecado, es la envidia y codicia del religioso. La enfermiza obsesión de los sacerdotes porque los creyentes sean débiles y tristes.
Temerosos hasta la obediencia indigna e imbécil.
Dicen curas y sacerdotes que ellos son los reparadores y sanadores de pecados. Y si no hay pecado se quedan sin trabajo y por tanto; su codicia desconsolada.
Y quieren enfermar para curar con oraciones que matan. Quieren la miseria para dar limosnas que provocan más hambre y debilidad.
Me gustan las águilas porque vuelan sobre toda mísera religión e ideología, como yo que soy mi propio dios.
Y soy perfecto.
Los fabricantes de pecados, miserias, debilidades y enfermedades, lloran cuando observan mi sombra planeando en el suelo.
Mientras yo viva, habrá un hombre en la tierra. Un hombre portentoso.
Y follo con las diosas.
Y desde sus sexos de labios húmedos que me enloquecen de deseo y vanidad, gotea mi semen que riega las catedrales, iglesias, pagodas, sinagogas y mezquitas, dándoles un perfume humano y noble, bendiciendo los templos y sus ministros y sacerdotes con la cremosa verdad tangible e indiscutible, sin debilidades ni enfermedades. Con la vanidad que yo cultivo celosamente en mis cojones.
Mis diosas orinan con traviesas sonrisas sobre crucifijos, lunas, tótems, pirámides y candelabros.
Preciosamente…
Soy el hombre dios que existe, suda y folla. No como esos dioses modelados con excrementos amasados con envidia, pereza, codicia, cobardía, fe y obediencia.
Si Dios existiera, se hincaría de rodillas ante mí.
Y le tiraría unas monedas al suelo y un trozo de carne podrida.






Iconoclasta
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7 de septiembre de 2022

lp--Vivir amargado--ic


Dicen los gurús del buen rollo y la filosofía de cariz homosexual que no se puede vivir amargado.
Y una mierda.
YO vivo amargado desde que tengo conciencia de MI propia existencia. Ya de muy pequeño me escapé de mis padres siguiendo a un payaso hasta su camerino en un circo. Decidí que aquello que hacían era aburrido de cojones, así que me puse a investigar al payaso a ver de dónde coño salía.
No sé qué estarían haciendo mis progenitores, si estaban fumados ambos o qué; pero me escapé de ellos; y seguí al payaso que una vez en el camerino me dijo ¿Y tú qué haces aquí? Yo tenía apenas dos años y no supe que decirle porque era lerdo y tenaz no hablando. Hasta que llegó mi padre resoplando a buscarme, tras él cacareaba mi madre. Debí ser muy veloz y por ello esa respiración enfisematosa de papá. Gracias a mi padre en aquel entonces, nació mi amor por el tabaco, que en cuanto cumplí los trece (pasó muy lento el tiempo) comencé a fumar y hacerme cada vez más hombre, más perfecto, fuerte, poderoso y follador.
Ya empiezo a divagar…
Quiero decir que si me dan por culo, no le invito al estado a que me la clave otra vez.
Y que si alguien me pega una bofetada, le arranco sus mejillas con una navaja hasta dejar el hueso limpio.
En fin, que me paso por el nabo todas aquellas catequesis franquistas de los curas que tan de moda están ahora en las pseudo democracias fascistas y homosexuales del coronavirus, el cambio climático y la puta que parió al estado en pleno que surgió como un mal franquismo en aquel aciago catorce de marzo del 2020.
Claro que se puede vivir amargado, y ser guapo, inteligente, elegante, artista, fotógrafo, hijo de puta como nadie, fumador carismático, impaciente y cuando hay una tía buena y esperanza de follar, sacar la mejor de mis sonrisas también.
Soy el hombre definitivo. Y todo gracias a esa amargura tan mía que me hace tan desconocido de mierda a todo el mundo. Tan absoluta e impunemente anónimo.
Cagándose en Dios, vuestro puto servidor de mierda: Iconoclasta (como si queréis llamarme iconocojones).





Iconoclasta

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28 de agosto de 2022

La más triste guardería


Hay un hospital donde los bebés yacen muertos en sus cunas.

E incorruptos.

Parecen de marfil.

Un gélido marfil.

Tienen las manitas abiertas, esperando que alguien se las tome.

Solo una simple calidez, no piden demasiado los bebés muertos.

Puede que pidan un alma, nunca se sabe.

Y la verdad es que lo muerto no pide.

Alguien decidió que no se merecían este mundo, este momento.

Y tuvo la piedad de no darles alma.

Seres perfectos en sus formas. Enternecedora y angustiosamente vacíos.

Esculturas esperando el soplo de vida.

Nadie sabe de qué color son sus ojos. Si los tuvieran.

¿Se secan los ojos si no se usan?

Y el corazón tan coagulado…

Pobrecitos míos.

Es la Unidad de Neonatos más triste del Universo.

El director del hospital de los bebés sin alma, pensó que sería dramático que un día abrieran los ojos y se encontraran en una triste y tétrica habitación de museo.

Y mandó pintar las paredes y cunas en tonos pastel de verdes, azules y amarillos.

Luego, encargó pegar vinilos de delfines, elefantitos, borreguitos y patitos.

El consejero delegado, ordenó que se pintaran cenefas de pequeños ataúdes blancos porque la vida es muy puta y nunca se sabe si un día tendrían su alma.

El director le encargó el trabajo a un pintor triste y de confianza. Acabado el trabajo se suicidó.

Y sobre cada cuna colgaron un carrusel de juguetitos en miniatura que al girar, tocaba la nana de los bebés muertos. Porque si alguno llegara a abrir los ojos, que lo primero que viera fuera algo bonito como él.

Nadie quería entrar en la triste habitación de la más tierna y perfecta tragedia. Sin embargo, nunca se supo quién, alguien limpiaba el polvo de sus cuerpos de marfil suave y frío regularmente.

Aquel que decidió que no se merecían nacer en este mundo y momento, en algunas noches cuando apenas había nadie en el hospital, se sentaba en una mecedora en el centro de la guardería muerta y fumando imaginaba como crecerían, lo que serían, qué harían y sus risas cuando tuvieran alma al fin.

Pero un día decidió al fin que no podían tener alma porque llegaba la extinción.

Se fumó un último cigarro meciéndose silenciosamente entre los bebés muertos mirándolos con sus ojos terribles. Tarareaba una desgarradora y gutural nana, cerrándoles el paso a la vida.

Sería una crueldad darles un alma para morir sin apenas abrir los ojos. Y salió de la guardería arrastrando su mecedora.

Inundaron la sala de los bebés muertos con fuego que los incineró lentamente sin violencia, como si las llamas los abrazaran y besaran.

Incluso la nana de los bebés muertos que surgía de los carruseles ardía en el aire como una guirnalda negra.

Fue el último acto de piedad en La Tierra.

Aquel que decidía sobre las almas y la vida, bajó al infierno. Su hogar ardiente.

Y luego, despareció todo; toda alma y todo cuerpo que se movía en La Tierra.



Iconoclasta

27 de agosto de 2022

La bendita y libertadora guerra

Esa libertad e impunidad que da la guerra para vivir y matar indiscriminadamente debe ser tan maravillosamente adictiva…

Yo quiero…

Solo debes pensar que estás prácticamente muerto.

Y todo aquel que mates, es un placer que obtienes antes de que tu cuerpo empiece a pudrirse.

Es mejor que follar.

Después de pasar decenas de años encerrado en una ciudad-pocilga, acosado por los sebosos cerdos del estado como presidentes, ministros, jueces, policías, sacerdotes, etc… La guerra y su salvaje libertad de matar a quien te plazca y que además te paguen (lo que sea por ello), es un auténtico oasis en la vida.

La definitiva culminación como ser humano.

Matar y saquear…

Para correrse.

No le veo dignidad ni ventaja alguna a la cobardía del pacifismo; pero entiendo perfectamente que los borregos balen cuando sienten a los lobos.

Al final, después de tanto conocimiento y sabiduría, resulta que lo que más ansío ahora es un guerra; sin importar cuanto pueda durar yo en ella.

Cualquier cosa que destruya esta sociedad podrida y sus habitantes, es mejor que vivir como un triste puerco bañado en mierda, controlado por las asfixiantes leyes de jerarcas, sacerdotes y jueces hijos de puta.

Todo el puto estado muerto y los que lamen sus genitales también decapitados.

Hemingway sabía bien lo que decía.

En una película alguien llevaba un collar con orejas humanas cortadas a los que asesinaba o cazaba, yo no lo llevaría por lo maloliente; pero me hace sonreír con ternura.

La joie de vivre… C'est la vie.



Iconoclasta

La vida turbia


El río baja turbio, que es el color de la vida por mucha muerte que arrastre.

El color de mi vida y mis muertos.

Y se me detiene un segundo el corazón ante las aguas tan opacas, tan barro. Como si la sangre se hubiera achocolatado también.

Pienso de un modo natural que las tragedias son contagiosas. Sin acritud, es un hecho.

Es un buen color, el color menos mezquino. Las termitas humanas quieren colores más alegres y claros en su ropaje para reflejar la luz del sol y evitar un poco de calor en su hacinamiento paranoico y devorador.

El río arrastra el polvo y las cosas calcinadas por el verano; con todo ello hace una sopa ruidosa y fría, con los cadáveres y trozos de árboles muertos.

Y limpia sin cuidado ni alegría, los rostros a las piedras que sobresalen con su tez dorada por el sol.

Rostros de granito sin alma que el verano ha quemado.

El sonido del agua es la urgencia por llegar al mar.

Una alegría y un llanto…

Le ruge el caudal a los recodos y los cantos rodados que dejen paso. Y les canta un adiós y hasta nunca jamás, porque el agua pasada es tiempo muerto ya. Solo provoca unas lágrimas de pérdida íntima si estás lo suficientemente cerca para escuchar el río y a nadie más.

Un agua empuja a otra y los patos, canoas vivas, incluso nadan contra la corriente si así les apetece; como a mí siempre.

Jodidos patos malhumorados... No se quejan de los cadáveres, ni de lo turbio. Ni siquiera se quejan, hacen lo que quieren y lo que deben.

Yo no siempre.

No tengo la suerte de ser siempre pato.

Pero mejor bajo la lluvia que bajo el techo.

Mejor el rayo que la lámpara y mejor el trueno que la música.

Mejor empapado que seco.

Mejor partido que humillado.

Soy de naturaleza asilvestrada, no puede hacer daño.

Y que las lerdas y lentas babosas, caracoles indigentes, se arrastren por la tierra jaspeada de chorros de agua brillantes que se pierden mágicamente entre la hierba para enfriar el infierno.

Las ninfas están sobrevaloradas y los diablos olvidados.

Yo soy la turbia justicia de los tristes.

Pareciera que el otoño se asoma secretamente camuflado ente las nubes, observando en qué estado ha dejado el planeta el verano, su enemigo mortal.

Le han sentado bien las vacaciones; porque una repentina brisa fresca evoca una risa satisfecha y despreocupada.

Antes de que un rayo de sol consiga destripar una nube, me dice retirándose sigilosamente: “Mantente vivo, no tardaré en llegar. El maldito verano está acabado, muerto. Te lo digo yo”.

Le digo que vale; pero que no me queda mucho tiempo, y soy algo que el río quiere arrastrar.  Lo dicen sus aguas al hacerse espuma contra un roca, lo que le pasará a mis sesos muertos.

Sinceramente, no me voy a estresar por vivir, soy un recio de piel gruesa y curtida.

“Pues si encuentro tu cadáver lo cubriré de hojas y te pudrirás en la tierra, soy bueno en lo mío”.

Le doy las gracias por educación, porque me importa literalmente una mierda lo que le pase a mi carne muerta.

Mientras no duela, me suda la polla.

Y que los patos, si quieren, pellizquen mi carne tan encantadoramente malhumorados.

El otoño es un buen tipo, pero con hipertrofia de ego.

Mi ego va río abajo, a veces me desprendo de él si me place.

Puedo ser absolutamente ajeno a mí mismo.

Incluso no puedo evitar ver mi cuerpo golpearse contra las rocas y luego llegar al mar partido.

Soy un delirio mudo.

Mi pensamiento es turbio, tiene el color de la vida, aunque no quiera.



Iconoclasta

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24 de agosto de 2022

Un mierda con una pluma

Tengo la impresión de que escribo mi pensamiento incansablemente. Buscando la versión más digna de mí, o la más piadosa.

No lo consigo, siempre escribo algo que me causa repulsa y hastío de mí mismo.

Quisiera ser un buen tipo, parecer interesante, destacar por encima de la mezquindad; pero apenas he escrito la primera frase, no puedo imaginar otra cosa que a un mierda escribiendo con la pluma.

Si tuviera lágrimas me gustaría derramarlas y consolar mi rostro agriado.

La cuestión es que estoy seco como un árbol muerto.

Y que las lágrimas, un día se vertieron todas a un tiempo y me sequé.

El llanto seco es el más indigno y el que más daña los ojos. El que me hacer parecer un hipócrita y me deja así, desnudo ante el planeta mostrando mi inmundicia interior.

Por eso elevo el rostro al cielo cuando llueve, para recordar cómo es llorar y esconder lo que soy.

Para que la tinta que describe con precisión mi naturaleza, se emborrone y ni yo mismo me comprenda.

Un día me propuse que las palabras hirieran y dolieran.

Y lo hice.

Lo hice bien.

Y se me encogen los huevos avergonzado cuando me reflejo en este espejo de papel sin brillo, sucio de mí.

Nunca le pregunté a madre si mi nacimiento fue especialmente doloroso para ella, temía que dijera que fue un infierno.

Ya tengo mis certezas, no necesito las pruebas de nadie para afirmar rotundamente lo que soy.

La mierda que soy.

Soy bueno engañándome también.

Y aún no así, no puedo evitar escribir que un día follé por pura animalidad, sin un solo ápice de cariño. La tenía dura, el glande empapado. Se la tenía que meter. Luego aquel coño salvaje que resultó tener cabeza y un rostro, me besó tiernamente en los labios pensando que fue un bello y romántico impulso. No me acuerdo de su nombre, si alguna vez lo supe.

Algo falla en mí que no puedo borrar los capítulos más sórdidos de mi vida.

Ni dejar de trazarlos.

No los puedo disfrazar de drama, de existencialismo.

Soy un mierda.



Iconoclasta

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18 de agosto de 2022

Apenas soy

Una vez fui carne y hueso.

Y el planeta se propuso evaporarme.

De alguna forma todos nos evaporamos; pero yo esperaba que los años marcaran mi rostro y mi piel con la sequedad de vivir bajo el sol, con arrugas como cicatrices de  tristezas y dichas, con los dedos torcidos, con la mirada intensa entre los párpados pesados. Ser un sabio cansado, románticamente derrotado.

Con la piel de un reptil.

Imaginaba otro estilo de degradación, algo que me conservara tangible hasta la vejez. Que ella pudiera acariciar y evitar toda esta tristeza que hace su mirada húmeda y cubre brillantemente su piel tersa, como si un brujo le hubiera aplicado el ungüento de la desolación, tan bello y tan aniquilador para la alegría.

Siempre soy elegido para lo peor, es la sensación que he tenido toda mi vida de carne y ahora de gas.

No tengo ninguna importancia, es solo una cuestión aleatoria. No recuerdo haber realizado una maldad especial. Mi carne es incompatible con La Tierra, es alguna mutación. Soy un superhéroe cuyo poder es super morir transparentemente.

Hay gente llorando a medida que se evapora, sus palabras son vientos que se desvanecen antes de llegar a los oídos.

Cuando te haces gas, nadie puede abrazarte. Solo sirves como fantasma para las sesiones de espiritismo y se ríen de ti si tuvieras suerte. Porque si tienes un amor, maldita sea la gracia…

Maldita…

Echo de menos el tacto, porque incluso en mis sueños gaseosos, cuando la acaricio mis dedos se deshacen en su piel. Gira su mirada al mar y llora una tristeza, lo sé por sus hombros que se agitan un poco, como si le soplara un aire frío a pleno sol.

Y ante esa bellísima tragedia de mi amor quisiera clavarme las uñas en el rostro, pero solo me hago jirones indoloros.

Cuando me acaricia, mi rostro se deforma en volutas entre sus uñas rojas, como las de un cigarrillo que acaba fundiéndose con la nada.

Es malo que te amen cuando eres condenado a evaporizarte, porque sufren más los amantes sólidos. Sufren porque los dejas solos abandonados al gaseoso e intangible amor cadáver: tú.

Ella grita: “¿Por qué?” Con la desesperación de lo inescrutable.

Entonces pienso en un viento que me arrastre y acabe con la agonía que represento para ella; pero no soy un fluido normal, soy una maldición que no guarda lógica con nada en el mundo.

Cada vez que intenta meterme en una botella, me diluyo más en la atmósfera. Le digo que no importa con la mirada. Le tiemblan los labios de tantas cosas que tiene que decir y llorar. Agotada y furiosa lanza la botella contra la pared.

Y sin pensar, intenta abrazar la cosa flotante que soy.

Y aúlla...

Es la pura tragedia, la más grande del mundo.

Cada amanecer, soy más transparente. Incluso se borra lo que un día fui, lo que un día quise ser, lo que nunca podrá ocurrir.

No duele la carne que se evapora, es la locura lo maligno. Es este apenas vivir que duele un millón, dos millones de unidades de intenso dolor de incomprensión y terror.

Un día tuve un nombre; pero despareció…



Iconoclasta

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16 de agosto de 2022

Creo en la violencia, en la selección natural y las catástrofes planetarias

Creo en la violencia como solución a un problema de libertad y de superpoblación de mamíferos rumiantes humanos.

Si nadie mata o se alimenta de una especie, ésta se convierte en plaga.

Y se devora a sí misma.

Con hambre y ferocidad insectil.

Paranoicamente.

Es tal la degeneración humana alcanzada, que nacen especímenes con la terrible enfermedad de nacer con un sexo erróneo. Y se mutilan el cuerpo para convertirse en algo indefinido y vivir malamente.

Monstruosamente hasta morir.

Otros lloran sin saber por qué. Otros nacen con una cobardía patológica. Otros absolutamente inmóviles y se dejan agredir. Otros se alimentan de otros como parásitos para evitar un cansancio. Otros con una debilidad indigna. Otros con un cerebro infantil en plena madurez orgánica…

No existen médicos que puedan tratar esta profunda degeneración mental y física; enfermedades o malformaciones producto de una endogamia planetaria. De la colosal e irreversible decadencia humana, del fin de la especie.

Ningún intelectual hubiera pensado jamás que el fin de la humanidad pudiera ser tan indigno y con una agonía tan larga.

A seres no aptos para la reproducción los fertilizan artificial y tramposamente. Con lo que surgen generaciones que no deberían haber nacido por imperativo natural.

No solo no existe la selección natural en la especie humana, sino que se ha pervertido incluso la reproducción.

Y es imposible que pueda surgir nada bueno de ello.

Se reproducirán exponencialmente como decadentes organismos fallidos si una tormenta solar de gran magnitud no arrasa la vida en La Tierra.

Es terrible…



Iconoclasta


14 de agosto de 2022

La casta humana crédula

Hay una raza de reses humanas, la crédula. La más numerosa en el planeta; la predominante. Por su característica principal: la fe, la credulidad; ha desterrado la inteligencia de su genética, puesto que la fe no requiere intelecto, solo obediencia; la evolución la ha liberado de esa pesada carga que es el intelecto.

Hoy, a esta raza que obedece a brujos, religiosos y políticos; para no humillar a sus individuos, se la conoce con el eufemismo “masa votante”.

A lo largo de los milenios de la historia, cientos de miles de generaciones han luchado de forma instintiva, agresiva y voraz contra la inteligencia (infectándola), el sentido común (corrompiéndolo) y la libertad (destruyéndola) de una forma inconsciente e insectil. Por puros impulsos eléctricos en sus pequeños cerebros que ellos mismos son incapaces de entender y que son ni más ni menos, los preceptos que sus amos, brujos, sacerdotes de todo pelaje y políticos les han inculcado.

Prácticamente, la raza crédula ha extinguido al primigenio ser humano cazador y creador o inteligente. Y grandes zonas del planeta han sido invadidas por individuos adaptados al servilismo medieval. En esta característica primordial de la raza crédula, políticos, dictadores, brujos, ideólogos y estafadores de todo tipo de sectas, encuentran la forma de acceder a la fama y al dinero millonario y fácil.

Esto explica porque a la menor oportunidad las “democracias”, gracias a una simple epidemia, se han convertido en dictaduras con los aplausos de sus crédulos o votantes. Y cuanto más represiva ha sido la dictadura contra esta raza, más reses se han vacunado y revacunado y adoptado el bozal (mascarilla en argot fascista) como símbolo religioso y prenda de vestir cotidiana.

Hay que precisar que los crédulos no han aceptado bozal, acoso, prisión y vacuna por miedo a su gobierno dictatorial, sino por fe. 

Por auténtica fe en la salvación que les promete su caudillo elegido por ellos mismos “democráticamente”.

Dicen que todo pueblo se merece el gobierno que tiene; pero es mentira. No pueden elegir, es así de simple; carecen de capacidad de elección.

Ayuda que los jerarcas de esta casta, obedecen a la ley de: Cuando el cerdo (el político) prueba la sangre (la dictadura represiva o fascista) no quiere otra cosa. Esta ley también explica por qué las dictaduras son los gobiernos más longevos de la historia de la humanidad. 

La gran virtud de esta casta humana, además de su fertilidad conejil natural y también forzada por la sanidad del estado (no todo iba a ser hediondo en los crédulos, algo bueno debía tener esta raza o casta para que tuviera tanto éxito demográfico); reside en la capacidad de recibir latigazos de su caudillo, sacerdote o brujo, sin renegar por ello o dolerse; esa insensibilidad al dolor hace que sea sumamente fácil y económico estabularla y conducirla. La letra con sangre entra o Quien bien te quiere te hará llorar, son sentencias aceptadas e inculcadas ya genéticamente en su básico intelecto, y explican clara y básicamente el funcionamiento intelectual de la casta crédula. 

Generación tras generación a lo largo de los siglos, la obediencia de esta raza se ha hecho más fanática y obediente a sus amos y mesías. Se puede afirmar que la raza crédula ha perdido su primigenia humanidad. Las próximas generaciones carecerán de las básicas características humanas como, la capacidad de esfuerzo, la determinación, la independencia y el coraje. Lo que nacerá en las próximas generaciones, será una cosa híbrida de mamífero vacuno.

El auténtico ser humano, se extinguirá. Es muy difícil que un ser humano libre y pensante se decida a estropear su propio linaje con otra especie menor.

Este es el tan cacareado fin de la humanidad propia y puramente dicha.

No han sido precisas grandes catástrofes nucleares o naturales. La raza crédula ha ido extinguiendo al ser humano hasta llegar a nuestros días, en los que quedan tan pocos seres humanos libres, que la estirpe primera es irrecuperable ya.

No me gusta nada; pero alguien debía decirlo, describirlo y escribirlo; antes de que no quede nadie inteligente y esa raza crédula y sus sacerdotes que la azotan, corrompan la historia y la hagan mierda relegando al olvido al ser humano real y verdadero.

Una anécdota ilustrativa:

 En marzo del 2020, con la epidemia de coronavirus o covid; algunos países decidieron emular la paranoica, genocida y delictiva dictadura de China: España, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Austria… Decidieron instaurar una férrea dictadura que conllevaba además, una libre actividad de corrupción y enriquecimiento fácil y rápido de la clase política. Y así adueñándose de la prensa y todo aparato de comunicación para instaurar su estado del terror, impusieron las más severas medidas de estrangulación, acoso y prisión contra la población y segregación racial (por su metodología). España fue la más dañina por su segregación, prisión y respiración, puesto que fue el único país occidental que obligaba a calzar el bozal en el hocico (mascarilla) a cielo abierto. Prácticamente el estado español, prohibía respirar.

Hace unos meses atrás viajó a España la Merkel, la presidenta alemana.

Le preguntó al Sánchez (presidente o caudillo español):

– ¿Cómo es que tanta gente lleva mascarilla (bozal) por la calle, en espacios abiertos? –le preguntó fascinada al caudillo español- ¿Aún es obligatoria?

– No, ya no es obligatoria; pero el pueblo español está muy concienciado de la prevención y profilaxis por la covid –respondió el caudillo con orgullo, obviando la cobardía y el pánico de un pueblo sumiso y sometido a una dictadura brutal.

La pregunta de la alemana, por si sola, ilustra el nivel de paranoia fascista de unos cuantos países como España y su pasmosa facilidad para retirar el decorado de una democracia, y volver de nuevo a principios del siglo pasado a la menor oportunidad.




Iconoclasta

12 de agosto de 2022

La mentira nos hará libres


El engaño es una constante en la vida cotidiana y la más eficaz arma de supervivencia en sociedad.

El arma más instintiva y pura con la que está dotada la especie humana. Es tan natural y está tan arraigado el engaño en el genoma humano, que por mucho que luchen los progenitores y educadores por lavar el cerebro o adoctrinar a las crías humanas con el concepto de “verdad” o “sinceridad”, fracasan estrepitosamente.

Claro que los progenitores y educadores, son mentirosos profesionales, eso de: “haz lo que yo digo y no lo que hago”, es una táctica cuanto menos, ingenua e infantil. Porque las crías se hacen adultas con todo su bagaje genético en erupción y es imparable el desarrollo de sus armas de supervivencia.

Si quieres tener dinero para comer, en el mundo laboral e incluso en el social, debes callar lo que piensas y decir exactamente lo que quieren oír.

Luego, cuando tengas oportunidad y seguridad de impunidad, harás lo que debas y te beneficie. Siempre y cuando no te hayan emborrachado para convertirte el lunes, en una res obediente y desprotegida, sin capacidad de engañar con inteligencia y premeditación.

La única verdad es lo que piensas, es tu biblia (ya sé que pensar no es popular en gran parte del ganado humano). Lo que te dictan padres y estado es un engaño cuyo origen está en la ignorancia, en la perversidad (pura maldad para joderte e imponerse ellos a ti); o lo más probable: en la envidia, para que nunca seas más que ellos o ganes más dinero (sean padres, amigos o políticos de mierda).

En definitiva, es la mentira la que nos hace libres, o al menos, silenciar herméticamente nuestra verdad.

Dicen que el movimiento se demuestra andando: observa a cualquier ser humano, sobre todo si es de raza política o adinerada y verás como arrastra tras de sí, como una sombra más, una hipocresía como un excremento seco.



Iconoclasta

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7 de agosto de 2022

De los cadáveres y las fotos más aburridas del mundo


No entiendo porque los cementerios no expulsan los restos humanos cuando hay un terremoto. No he visto nunca una foto de semejante situación, de ahí mi angustia.

No sé, es que me gusta el arte disruptivo por llamarlo de algún modo, es demoledor valga la redundancia. Las cosas rotas por una catástrofe tienen una gracia especial de las que carecen las erosionadas lenta y tontamente por la naturaleza.

No es una cuestión de malsano morbo, simplemente lo imagino como una fantasía para conjurar un poco esta leprosa mediocridad de la cotidianidad.

Una vez jugueteé con un hueso humano que había entre las ruinas de un cementerio roto; pero me gustan más los de las vacas, son más contundentes. Luego lo tiré con displicencia y aburrimiento para fumar más cómodamente.

Si hubiera encontrado una calavera, me la hubiera llevado, fijo.

En fin… Lo que me gustaría es contar, de forma coloquial y amigable a algún conocido, la siniestra experiencia de que he visto trozos de esqueletos a cielo abierto entre tumbas rasgadas y lápidas hechas pedazos, una buena aventura que relatar en lugar de hablar de médicos y tiempo.

Tengo muertos en el cementerio; pero no me afectaría que sus esqueletos salieran a la luz.

Por los cadáveres no tengo aprecio o desprecio alguno, son cosas que ya no representan nada de la gente que amé y odié, porque es muy importante saber que lo que odiaste está muerto, es una alegría de la que no deberías prescindir jamás.

Es una costumbre folclórica venerar los cadáveres; pero está visto que nací con pelaje impermeable a los ritos populares.

Será porque soy muy imaginativo y nada puede superar lo que mi mente crea.

Así que no necesito saludar cosas frente a las tumbas, cuando en mi poderoso cerebro, están como la última vez que los vi vivos.

La verdad es que soy mi propio dios castigador y resucitador.

Y es otra forma o dimensión de ver la vida menos aburrida, con más gracia.

Porque, sinceramente, las fotitos del dichoso James Web (nombre imbécil donde los haya para un telescopio o un gato) son lo más ñoñas, repetitivas y aburridas que publica la prensa diariamente para llenar los huecos en sus páginas web cuando se les acaban las mentiras del día.




Iconoclasta

3 de agosto de 2022

Hacia nuevos encarcelamientos de la población en la Dictadura Española Penitenciaria Sanitaria Homosexual


Todo indica que en pocas semanas el Gobierno Penitenciario Fascista Español Homosexual y Sanitario, decretará encarcelamientos nocturnos masivos contra la población (en jerga nazi “toques de queda”). Y prohibirá con controles policiales la circulación entre ciudades y pueblos (en jerga nazi “confinamiento perimetral”).

Tal vez, ante los lógicos y necesarios estallidos de violencia, decrete además, un estado de excepción y cartillas de racionamiento, que afectará también la vida diurna.

Todo ello con “el aval de la justicia”, lo que explica el afán del Caudillo Penitenciario Homosexual Sanitario Español por apropiarse del sistema judicial español. Se trata de una medida “cosmética y psicológica” para hacer creer a la chusma que todo es legal, que nada ha de temer del Gobierno Dictador Homosexual Sanitario. Todo es por el bien del ciudadano y que quien bien te quiere te hará llorar. Y la letra con sangre entra.

Ni que decir tiene que, los presidentes o caciques autonómicos están preparando sus propias baterías de represión, ya muy experimentados en la dictadura: encarcelamiento, acoso y segregación racial (en este caso según la región geográfica y su folclore) contra la población con sus pasados y muy recientes decretos de encarcelamiento y extorsión por coronavirus.

Y todo ello justificado y avalado por la justicia para evitar el “gasto energético” o “crisis energética”.  Como el gasto nocturno derivado del descanso laboral de la población: bares, restaurantes, salas de baile, cines, etc… O sea, controlar los hábitos de ocio de la clase paria o baja trabajadora. Y prohibir el uso de combustible de automoción en los fines de semana de la masa trabajadora, prohibiendo que puedan salir de sus granjas dormitorio.

En definitiva, los acosos y extorsiones y encarcelamientos llevados a cabo desde la instauración de la Dictadura Penitenciaria Fascista Homosexual Sanitaria Española el 14 de marzo del 2020, volverán a tener plena vigencia en pocas semanas para “luchar contra la crisis energética”, extendiéndose en el tiempo con la “crisis climática” con el aval de la justicia, de propiedad de la Dictadura Homosexual Española.

El Caudillo Homosexual Español lleva meses profetizando que decretará “días difíciles”; pero no son días difíciles; se trata de “días oscuros” de persecución a las más básicas libertades. Los próximos encarcelamientos, acosos y represiones son una estrategia necesaria, ya que la clase trabajadora va a conocer el hambre de primera mano y las necesidades de temperatura por la gran crisis instaurada por el gobierno en España, lo cual se traducirá en violencia, en revueltas sociales y podría desembocar en una guerra civil.

Por ello el Gobierno Penitenciario Fascista Homosexual Sanitario Español, acabado el periodo vacacional, comenzará el acoso y derribo contra la libertad y los básicos derechos biológicos de los ciudadanos españoles.

Es algo que se ve venir de una hora lejos. Y la lógica consecuencia de la instauración en España de la Dictadura Penitenciaria Fascista Homosexual Sanitaria. En toda dictadura, es preciso recordar cada breve tiempo a la población que no es libre, que no existen libertades ni derechos, se trata de gobernar con franquismo, por decretos ultra fascistas.

Los días oscuros en España son ya la norma de un gobierno de marcado y delictivo fascismo.

El narcisismo injustificado (no valen ni un céntimo de lo que se creen) de los dictadores y su complejo mesiánico, regirá y llenará la vida de la población española de nuevo durante décadas, en un país ya acostumbrado a vivir con los decretos de políticos asesinos, como los franquistas, tan cercanos, tan vivos y con sus descendientes ideológicos ocupando los cargos de poder españoles.

Aún así, que lo sepan los amantes de la libertad y el libre pensamiento: veremos de nuevo aplausos al Caudillo Penitenciario Homosexual Español y todos sus secuaces, como ministros, caciques autonómicos, jerarcas funcionarios, funcionarios y los aparatos represores y acosadores que usa el estado maricón.




Iconoclasta


30 de julio de 2022

La tierra prometida


La única tierra prometida es la que ella pisa.

La que amo, la que añoro, la que necesito, la que quiero abrazar, la que me la pone dura, la que quiero follar, poseer, amamantar, con la que quiero empezar y acabar el día. La que quiero solo besar…

Una grandiosidad de alma y coño…

Y yo un poco cosa, un paria de la tierra demasiado alejado de todo. Infinitamente lejano de lo que amo.

Un nómada en el planeta buscando sus huellas.

Con el corazón partido en dos, una mitad roja y brillante que corre miles de kilómetros por delante de mí, hacia la diosa.

Y la otra negra, como podrida, que envía con golpes dolorosos la sangre a las venas que parecen reventar de un cansancio, de un hastío, de una eterna puta suerte que no cambia. Y aun así, me mantiene mierdosamente vivo enviando sangre a mi polla amoratada. Una sangre que parece coagularse y hacer del rabo una maza mórbida, obscena, de violenta penetración ávida y feroz.

Me gustaría que fuera más gorda, más larga; pero nada es perfecto.

Tengo que trabajar este problema, algo cosmético antes de violar a mi diosa si eso ocurriera.

“Oye viento, dile a la diosa que llego. No sé dónde estoy, pero voy”.

Deliro por el camino creando esperanzas en el Páramo de la Desesperanza. Esperanzas de magnitudes tan grandes como el amor desesperado que me lleva a desintegrarme, a erosionarme en mi camino hacia ella. Esperanzas colosales que no me caben en el pensamiento y se marchitan. Dejo un rastro de alegrías muertas tras de mí.

También imagino mis dedos extendiendo pequeñas ternuras por su piel, y siento unas repentinas ganas de llorar...

Le vendo la parte sucia de mi alma al diablo que la desea. Ha emergido de un espejismo de gas que flota sobre la tierra quemada por el sol.

“Te la cambio por unos miles de kilómetros y de años que me acerques a ella.”.

Se ríe y me dice “Vale”. Sabe que no tardaré en morir y tendrá mi alma entera sin nada a cambio. Bueno, no puedo hacer gran cosa contra ello.

Solo espero que cuando llegue a ella no muera, sería una broma de mal gusto. Que me dé tiempo a mentirle jurándole que estaré con ella toda la vida.

Porque sé que he gastado ya toda mi eternidad en fracasos; como el astronauta que sale al espacio y solo ve muerte. Tanto afán, tanta ilusión alimentando sensaciones y fantasías, para acabar flotando en toda esa letalidad aséptica. Lo único que escucha es su respiración y se deprime. El universo no hace ruido, solo es un inmenso vertedero de piedras que no permite el más mínimo jadeo de vida.

Al menos los cementerios tienen la gracia de los epitafios.

Sin embargo, el espacio que ocupa mi diosa de pezones lamibles y plenos de vida, es la máxima expresión de lo carnal en un mundo de ángeles asexuados.

Tiene suerte de que no es un planeta, porque no podría evitar estrellarme contra ella, su atracción es como la de un agujero negro. Y me pregunto si su coño me absorberá y sacará de aquí. Me lo pregunto con un hálito de esperanza dándole la espalda al diablo que aún sonríe astuto detrás de mí, esperando que muera.

El sol incide con una hiriente verticalidad sobre mi cabeza y crea entropía en mis neuronas ardiendo. Me encuentro calculando la órbita de aproximación de mis dedos entre lo más íntimo de sus muslos. Y mientras me acerco en elipses cada vez más pequeñas, le rezo que la amo.

Y flotan blancas lágrimas en el espacio que se congelan con un dolor en mis cojones.

El sol me evapora la razón en este páramo sin horizonte y antes de olvidar quien soy, lanzo un beso a mi amor, que corre a la velocidad de la luz antes de que el sol también lo evapore.

Yo camino con determinación; pero el diablo, dale que te pego, me susurra: Muérete ya. No te quiere, no te quiere, no te quiere…

Qué tentador es el hijo puta…

Te quiero cielo, voy a ti, dame unos minutos.

Y con una carcajada vomito todos los dolores añejos y rancios, son de carne podrida.

Es un peso que me quito de encima y el diablo los devora con glotonería.

Es hora de dormir, mañana será otro día.

“Sí, mañana. Duerme”, dice el Astuto en mi oído.

Bendita sea la horizontalidad de la muerte.




Iconoclasta