Powered By Blogger

26 de noviembre de 2019

Muertes sanitarias



Andanada 1 (directa a la yugular).

¿Qué es la sociedad actual, la “movilizada” (en la que las reses portan un teléfono móvil o celular como guía de preceptos morales y condicionales)?
Se trata de un conjunto de reses humanas normales, homosexuales y transexuales que padecen ataques de tristeza y euforia en función de lo que ven (sin asimilar) en internet.
Desesperadas las reses por tontas injusticias que en muchos casos son falsas, por los llamados memes de superación espiritual y conciencia social y por videos que pueden llegar a marcar profundamente sus mediocres días. Es una sociedad sin criterios, pastoreada con absoluta precisión por preciosistas o catastrofistas mensajes de no más de veinte palabras.
Confunden su propia frustración con rebeldía. Hasta tal punto que, al no realizar apenas esfuerzo alguno por sobrevivir, se pueden permitir perder su tiempo y su intimidad adorando a sus iluminados o mesías políticos y religiosos.
En las grandes granjas humanas (ciudades) es tan densa la población por metro cuadrado, que ya se ha creado una genética endogámica que produce gran cantidad de esterilidad reproductiva entre machos y hembras, malformaciones y enfermedades de las llamadas raras en gran cantidad de crías humanas.
Nunca ha sido tan obvio el analfabetismo intelectual y lingüístico, como en esta sociedad contaminada por un exceso de información que los cerebros humanos son incapaces de procesar; creando así generaciones de reses que ostentan una ingenuidad infantil tardía.
¿Si no es con ejecuciones multitudinarias (sacrificios de control genético), como se repara este gran problema de degeneración cognitiva humana?


Andanada 2 (por si sobrevive alguna res defectuosa).

Combaten las nostalgias y frustraciones con insatisfactorias y banales distracciones. Visitando lugares atestados de carne habladora y gritona, escuchando la misma música con las mismas gorras, camisetas y los mismos “perreos”. Leyendo las mismas mentiras y estupideces vacías, con los rostros iluminados por el falso oropel de una tecnología que no acaban de entender, de la que no comprenden su fin último.
Pobres desgraciados los que no tienen valor para soportar sus tristezas en soledad.
De ellos será el reino de la vulgaridad.
De hecho, ellos han creado semejante reino.
Vaya mierda…
La sociedad ya está saturada de cosas, amores, ternuras y filosofías inservibles.
La chusma no está contenta y no sabe por qué.
De ahí que se hagan fanáticos de populistas gurús de cualquier ralea para que les muestren el camino hacia una felicidad y premios que no existen. Por eso compran pantallas luminosas para escapar de su miseria intelectual y comen mierda.
Debe estallar sin más demora una guerra o varias, que acaben con las actuales generaciones para que se renueve una genética y un pensamiento pobres y de nuevo, los seres humanos tomen el camino de la valentía, la determinación y el esfuerzo.
Donde se atrevan a vivir sus soledades sin llantos indignos y patéticos.
Una sociedad donde la envidia no sea la única cualidad humana.
Que empiecen las muertes, es muy urgente, imperioso por decir poco.
Por decir lo mínimo.




Iconoclasta

22 de noviembre de 2019

Por cierto


Me gusta el frío que atasca el mecanismo del bolígrafo obligándome ha girarlo con más fuerza de lo habitual para convertir mi pensamiento en algo tridimensional (o sea, para escribir… A veces me paso dos pueblos con la retórica. Más que deformación profesional es torpeza congénita, es un asco tener esta verborrea literaria).
El frío hace las cosas deliciosamente difíciles porque te lleva a sentir un instante de aventura en una vida aborrecible en su uniformidad.
Por cierto ¿dónde estás, cielo?
Nunca lo sabrás porque es tarde para mí, para hablarte al oído; pero hasta en los momentos más tranquilos e intrascendentes, cuando no debería molestarte por mis babosadas, ocurre que pienso en ti.
Y no pienses que te comparo con un bolígrafo, piensa que me atascaría dentro de ti… Ñam…
Cómo me gustaría verte sonreír al leer esto, amor.
Sigo caminando, hasta siempre, cielo.
Que tus braguitas estén húmedas… Ñam…
¿Ves? Es que no puedo tener la pluma (o lo que sea) quieta.
Muaaaaaaaaaa…





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

21 de noviembre de 2019

Universos finitos


¿De verdad el universo es infinito?
Solo la nada es infinita y no lo es tampoco, puesto que no existe.
Ergo el universo es nada.
¿Qué se puede esperar de la nada? ¿Un accidente como La Tierra? Con todas su consecuencias. Malas consecuencias…
Sin embargo la nada no es un ente, es ausencia de todo, no se puede accidentar lo que no existe.
ES AUSENCIA DE TODO.
ES AUSENCIA DE TODO.
ES AUSENCIA DE TODO.
ES AUSENCIA DE TODO.
Como cuando mueren humanos que dejan un espacio, un vacío allá donde respiraban y no influyen ni en una molécula de aire.
Solo puedo entender que el universo es un cajón lleno de restos de infamias de un ser más grande que el humano.
El tamaño importa, las putas lo saben aunque sean piadosas con sus clientes.
Si a su vez, ese tipo grande ve un universo, es que la cajonera está dentro de otra cajonera; pero ambas finitas.
Hasta que el último gigante caiga muerto y toda su mierda tripas se conviertan en meteoritos cruzando el puto universo lleno de residuos biológicos y piedras que son huesos.
Coño…
Es agobiante la filosofía astrofísica, es tan estéril como el jadeo de una puta barata.
¿Por qué asocio universo con putas?
Tal vez ambas cosas sean un fraude para la imaginación.



Iconoclasta
Foto de Iconoclasta

15 de noviembre de 2019

Distorsión invernal


El mundo se distorsiona en función del grosor del hielo que se forma en los ojos por las lágrimas al congelarse, son cosas de la temperatura que aunque sean simples y lógicas, cuando te las cuento adquieren un hermoso aire trágico.
No estoy loco, solo un poco triste de melancolía cuando pienso en tu calidez.
Te diría caminando cogidos de la mano, tranquilamente como aviones a reacción (me encantan las estelas de vaho que exhalamos en el aire frío), que por muchas distorsiones y refracciones que causen mis lágrimas con la luz, todo lo humano conserva con desesperante definición su mediocridad atávica cuando vago solo.
Sé que puede parecer repetitivo; pero… Si no te lo cuento a ti ¿a quién, cielo?
Pensarte me da paz y cobijo. Tu existencia me da un lugar higiénico cuando la vulgaridad me asfixia.
Estoy amargado a conciencia, alimento mis frustraciones y tristezas para no encajar entre ellos, entre los humanos. Una rebeldía inútil; pero absolutamente digna aunque me joda.
Solo necesito estar en ti, dentro de tu cuerpo, con las almas mezcladas en volutas que danzan perezosamente ingrávidas alrededor de los cuerpos jadeantes.
Porque el día que sienta que pertenezco a esta sociedad ya no seré digno de ti.
Sería terrible, amor. 
Que no te preocupen mis lágrimas congeladas, son mi volición, mi necesidad de ti.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

5 de noviembre de 2019

Las nubes que descienden


Fumo y observo las nubes bajar y cubrir los altos bosques, haciendo fascinantes espectros de los árboles. He escuchado como el sonido se retira, se esconde en lo más profundo del bosque, bajo las otoñales hojas muertas. Como si se inclinara el rumor del bosque ante la aparición de sus majestades.
Como si todos los seres contuvieran la respiración, así se crea el silencio cuando las nubes bajan al bosque.
Como yo la contengo ahora consumiéndose el cigarrillo entre mis viejos dedos.
No hacen daño sus ilustrísimas; pero me hacen demasiado pequeño. Como si fueran maestras de viejas escuelas rancias que ordenan silencio con el semblante grave y fiero de aquellos maestros perros.
Solo que las nubes son mucho más hermosas y son amadas. A pesar de que al cubrirme me convierten en un ser más que habita la fronda y sinceramente, me siento mucho más indefenso que los animales que callan y apenas respiran.
Salvo los escandalosos cuervos, negros y graciosos ácratas…
El tiempo ha pasado en un suspiro contenido y cuando he llegado a casa, he visto en el televisor a los mismos patéticos de siempre, empleando y prostituyendo su tiempo quemando papeles y mierda por orden de sus amos, gritando como putas y maricones enceladas, con alaridos tóxicos escupen la rabia de que no les han regalado el país de Nunca Jamás. Gritando para esconder el ridículo de una ingenuidad infantil en rostros adultos. La vergüenza de ser adultos torpes, crédulos, decadentes…
He vomitado en el instante que apagaba el televisor y deseado que Barcelona fuera cubierta por sus majestades las nubes y que fueran venenosas. Que mataran indiscriminadamente a cientos de miles de seres porque imbecilidad y fanatismo solo con dolor y muerte se erradican. Porque lo que está podrido debe derribarse o quemarse y hacer algo nuevo tras haber barrido escombros, cenizas y esqueletos.
En un tiempo de gritos y llantos por libertades y paz pueriles, indignas de adultos, yo mascullo cosas de violencia, dolor y muerte.
Alguien tenía que hacer el trabajo sucio y desear que a tantos se les pudriera el corazón envueltos en mis nubes queridas.
Nubes, ahora sí, de justicia verdadera.
Me da miedo seguir imaginando y caer también en una imbécil ingenuidad, he de ser cuidadoso si no quiero morir indigno.





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

31 de octubre de 2019

Cinegética y asesinato


La histeria se ha adueñado de la chusma convirtiéndola en un montón de sucios espejos quejumbrosos reflejando las mentiras que sus amos cuentan, amplificándolas.
Como por ejemplo los ingleses y su complejo de superioridad del todo injustificado, queriendo salir de la unión europea. O los catalanes y vascos con idéntico racismo y paranoia creyendo ser superiores también y pretendiendo hacer de sus pequeños territorios naciones equitativas y libres, con una verborrea patriótica y pastoral que remite a los más rancios fascismos de antaño.
Quien tenga esperanza de que sus amos ideólogos van a crear una nación “libre y justa” (como literalmente dicen sujetos de grado universitario cuando expresan sus deseos de racismo disfrazado de bondad), se merece ser encerrado en un centro de educación para discapacitados intelectuales.
Quien asuma como posibles y justos los discursos de equidad y libertad que un político hitleriano recita con voz sacerdotal y que además exige sacrificios por el bien del futuro país; quien escucha esas timoratas mentiras anonadadamente y con emoción, se merece un piadoso tiro en la nuca para que no sufra en este mundo cruel. Y por otra parte, no es bueno que semejantes idiotas lleguen a reproducirse creando una especial e imbécil línea genética que se sume a las miles defectuosas que ya tiene la especie humana por doquier en estos tiempos.
Y sí, sueñan los racistas de escasas luces y nula cultura incapaces de ver o asimilar lo ocurrido a lo largo de la historia y sus mesías: creyendo fervientemente que las melifluas promesas de sus amos son verosímiles.
Cuando acaba el periodo de adoctrinamiento diario, se van con sus caritas felices a entregar las cartas a los reyes magos con actitud de mártires, los adultos de más de veinte años, claro. Los menores aún necesitan unos meses más de castigos mentales para que sean como sus mayores.
Hoy más que nunca se precisa marcar y definir legalmente la diferencia entre una buena tarea de mantenimiento cinegético de la especie humana (necesario para depurar la especie y evitar la superpoblación) y el asesinato que, es razonable asumir como delito a pesar de su carácter lúdico y caprichoso; por muy inevitable que sea en ocasiones como método para reparar ofensas.
Y como hoy está próximo el día de difuntos, pues encaja de puta madre este ensayo sociológico en el espacio-tiempo de esta imbecilidad social imparable.
Chao.




Iconoclasta

30 de octubre de 2019

Fríamente


Se acercó a su coño como otras tantas veces, para besarlo, lamerlo y penetrarlo.
Y olía a mierda.
Su poya perdió la erección en ese mismo instante, sintió asco.
Cuando se muere el amor, en su vida, los sexos huelen a mierda.
Las razones cayeron como las hojas rasgadas del libro de los amantes decapitados, con las páginas impregnadas del hedor de su vagina babosa.
Siempre fue un poco despistado con los asuntos de los odios, desamores o engaños; cosa que inevitablemente te lleva a salpicarte de porquería.
Nunca le preocupó el fin de las cosas, porque él mismo tenía una muerte.
Cosa que es buena: los finales. En la variedad está el gusto. 
Aunque la vida sea corta, está el problema de la repetición, de siempre lo mismo; con lo cual se puede hacer insoportablemente larga.
Se da cuenta también junto con las marranadas que dice su coño, que hacía ya unos meses que dejó de amarla, la follaba porque no costaba dinero.
La puta jadeaba ante un beso que no llegaría ya.
-Me voy a tomar un café -le dijo a los babosos labios antes de incorporarse de entre sus piernas.
Ella lo miró con desprecio por encima de las tetas.
Se fumó un cigarrillo con un café y ella le gritaba desde la habitación que estaba amargado.
Puede que sí; pero no se sentía desdichado, malhumorado o decepcionado, solo molesto con ese olor a mierda que quedó como un vapor denso en su nariz.
Fríamente salió de la casa sin responder a los insultos de la puta apestosa.
Cuando dobló la esquina de la casa, desapareció el olor y caminó tranquilamente alejándose. Casi con alegría.
Una vez le dijo una mujer que su corazón era frío como un trozo de hielo.
Bueno, lo importante es no oler a mierda; pensó.
Subió a un taxi, sin más complicaciones.




Iconoclasta

29 de octubre de 2019

Joker (2019)


Un gran fiasco de película. Viene a ser una especie de Múltiple (una película cobarde que no se atrevió a llegar al final, a lo que debía hacer el supervillano por culpa de su director) pero en aburrido y deprimente.
Lo que más destaca en esta peli, es la continua iteración de las escenas. Se diría que es una única escena encuadrada en escenarios distintos, aunque no muy variados.
Los diálogos, son absolutamente fríos y desapasionados, no ofrecen sarcasmo, tan solo una continua depresión (siempre monótona) sin profundidad alguna.
El Joker estará loco, pero tiene mucha labia como personaje. En esta película lo han decapitado.
Básicamente la película es una sucesión de escenas que muestran la decrepitud física y mental del Joker. Y son tantas veces y tan largas las escenas que, a mitad de la película tienes la certeza de que no habrá nada más de interés. Que te espera más de lo mismo hasta el final.
El director apenas ha trabajado, y como hizo el de Múltiple, ha dejado todo el trabajo en el actor. Ocurre además, que Joaquín Phoenix es un buen actor; pero James McAvoy es simplemente un genio, que supera en registros y recursos dramáticos a muchos grandes actores e hizo de Múltiple una película para pasar un rato distraído, el director debería sentir vergüenza de que el actor le salvara mínimamente la peli. Como debería sentirla el director de Joker.
El guión de Joker no es de un loco y su revelación como asesino. Es simplemente un videoclip fotográfico (y casi mudo) de un loco depresivo con retraso mental y poco más. Con tan poca violencia que no se justifica todo ese histrionismo y expectación de banda sonora en las escenas en las que Joker acapara toda la pantalla de una forma, ya desesperante hacia el final. He tenido momentos en los que he deseado que apareciera otro actor que diera algo de frescor o interés a la película.
Sus diálogos, sus frases o intervenciones no están mínimamente a la altura de un villano que se llama Joker, y por ello siguen siendo rey de Jokers, Heath Ledger o el excesivo Jack Nicholson.
Es una película que pretende ser de culto para gente no muy crítica y no muy acostumbrada a un cine transgresor y de calidad. La escena donde el Joker contempla una película de Charlot, es un indicio de lo mucho que se ha sobrevalorado a Chaplin (no me gusta) y lo mucho que se ha sobrevalorado a Phoenix aquí.
Incluso como película de dementes (con su pretenciosa oscuridad), queda muy por debajo de Alguien voló sobre el nido del cuco, con Jack Nicholson de nuevo.
Sin embargo, para toda ese cine almibarado y sin valor transgresor que está tan de moda, el oscuro Joker 2019, puede parecer un reto al intelecto o un cine de calidad para adultos, como ocurrió con El Cuervo de Alex Proyas.
Pero esa sensación se torna ilusión al cabo de treinta minutos de tanta risa histérica y vacía de cualquier sarcasmo, e incluso maldad. Porque la maldad, no aparece por ningún lado en este personaje, es solo enfermedad vulgar.
Una pena de película, Phoenix ha hecho lo que ha podido dentro de sus limitaciones, el director no ha hecho nada y los guionistas han trabajado con un par de posits para escribir el pequeño guión de una pretenciosa película que solo queda en una mala pedantería.
La esperaba con ganas; pero el cine, al final, es lotería también.




Iconoclasta

25 de octubre de 2019

Rescate


Si fueras la primera mujer, Eva, lamería tu hoja de parra hasta deshacerla en baba para llegar a tu coño y erizar con mi lengua dura, violadora y hambrienta tu clítoris; convertirlo en gelatina temblona.
No pretendo ser Adán. Soy un montaraz diablo.
Y no será necesario que muerdas la fruta prohibida, bastará con que te lleves mi rabo a la boca para ser rescatada de ese repugnante paraíso en el que te encerraron, amor.




Iconoclasta

20 de octubre de 2019

Llueve sobre todo


Llueve sobre todas las cosas.
Sobre las tristezas y los dolores.
Sobre las alegrías si las hubiera.
Llueve sobre mi pensamiento y el humo de un cigarrillo que crepita apagándose.
Sobre las vacas y las ratas.
Sobre mi piel vieja.
En mis pestañas ineficaces.
Llueve en mis pies que duelen arrugados en el calzado.
Llueve sobre la mierda y los muertos.
Sobre los vivos aunque no se lo merezcan.
Sobre los ríos sin ser necesario.
Sobre el mar con redundancia, ahogando lo ahogado.
Llueve sobre las lágrimas de lo perdido y lo incumplido.
Sobre las del fracaso.
Y bendita sea la lluvia, sobre mi ridículo.
Llueve sobre mi pene que orina por envidia.
Es casi masturbación…
Llueve sobre el odio y el rencor sin que los arrastre.
Llueve sobre el amor que, penetra en los poros de la piel con un frío dolor de nostalgia.
Llueve y no ahoga a los imbéciles.
Sobre los cuervos y los patos siempre enfadados.
Cómo los quiero…
Llueve sobre un puente y no consigue mojar a un burro astuto que se ha refugiado debajo. Observa impasible mi deshacerme.
Llueve y está bien, arranca líquidos brillos a lo oscuro del planeta.
Y parece tan pesado, tan denso que la atmósfera aplasta. A mí cansado.
Tan frío…
Llueve y no camino a casa, no busco refugio, como los patos y los cuervos.
Porque si te escondes ¿cómo vives? ¿cómo te limpias de todo?
No temer es más bonito que temer.
Aunque valentía con pulmonía se paga.
Sonrío para que también llueva sobre una risa torcida.
Llueve sobre todo con una democracia implacable. Sin escrúpulos.
Amén.





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

19 de octubre de 2019

Jugant a Catalunya (Jugando en Cataluña)


¿Es posible que ahora los niños catalanes jueguen por las calles a correr encapuchados, con la boca cubierta con una braga de cuello y gritando: “La pilota de foamy, la pilota de foamy…!”. -“¡La pelota de foamy!”-
No… ¡Bah! Eso es por el bombardeo de los medios de comunicación. Puta televisión…
Sin embargo, mi mente es la más lúcida del planeta… Puede que no sea sugestión inducida.
¿Me lo parece a mí, o la peña camina hacia la Plaza de Cataluña de Barcelona con un rollo de papel higiénico sin ser necesario, por vicio e inconscientemente? Porque se sorprenden de sí mismos cuando las palomas de la plaza se les cagan encima.
No soy yo, son los telediarios independen… Los telediarios.
¿Eso que se quema en un contenedor de basuras de Barcelona es Bob Esponja? ¿Qué cojones hace aquí ese aborto de muñeco?
¿Por qué corre ese niño riendo con un parche en el ojo, gritando en catalán “¡M'han fotut l'ull, m'han fotut l'ull!" -"¡Me han jodido el ojo!"-.
Niños… Seguro que es un nuevo juego que se ha viralizado en yutup. Angelito…
Lo que es muy raro es ese crío que le ha pegado a su dron de juguete una banderita española para después romperlo de una pedrada, gritando en catalán: "¡Fora les forces d'ocupació españoles! ¡Fills de puta!" –“¡Fuera las fuerzas de ocupación españolas! ¡Hijos de puta!”-
Su padre cabreado con lo que cuesta el juguetito le ha pegado una hostia: "Ets gilipolles o què?" –“¿Eres gilipollas o qué?”-
Menos mal que tengo El Exorcista (la versión un millón del aniversario de su estreno con material adicional sobre los pelos del coño de la niña posesa) para pasar un rato distraído y menos sórdido. Solo he de procurar no mirar la televisión hasta que empiece el Blue Ray la reproducción.
Vade Retro Independen… ¡Coño!
Vade Retro Satanás.
Ahora sí.
A tomar por culo.





Iconoclasta

18 de octubre de 2019

La falacia de la atracción de los polos distintos


Eso de que incluso en las relaciones humanas los polos opuestos se atraen es una metáfora mentirosa y sin sentido lógico alguno.
Solo ocurre con el magnetismo, en la física.
En las relaciones animales, entre ellas las humanas, son los mismos polos, los de idéntica carga o nombre los que se atraen.
Es por ello que existe el polo rico y el pobre y jamás se atraerán si no es porque un rico quiera pagar a un pobre por un acto sexual. Los pobres se juntan con los pobres y los ricos con los ricos, así de simple, sin ramplonas y elaboradas metáforas que intentan hacer la sociedad más preciosa.
El polo rico siente asco, repulsión por el pobre. El polo pobre siente envidia por el polo rico. ¡Y admiración! (es un efecto de la indignidad de ser pobre).
Los fascistas de derechas se agrupan bajo las mismas ideologías y los de izquierda bajo las suyas propias, repeliéndose siempre aunque usen idénticos totalitarismos y ostenten sus imaginarias supremacías.
Follar no es una atracción, es un instinto reproductor. Hembras y machos no son de signo contrario, son la unidad reproductora sin la cual no existirían.
Su química hormonal los engaña creando ilusiones de amor y devoción cuando en realidad están más calientes que una castaña asada. El amor es un cortejo reproductor.
Nunca me he engañado: amor sin sexo es un fraude, una fiebre infantil, pueril y sin beneficio alguno.
Cualquier otra consideración de atracción macho/macho, hembra/hembra, hembra/macho/hembra o macho/hembra/macho, es pura deficiencia que solo tiene alguna trascendencia en las endogámicas granjas humanas que son las grandes ciudades, donde el hastío y una pésima diversidad genética (por una endogamia inevitable) lleva a estas anomalías genéticas o psíquicas.
Las relaciones animales están muy lejos, incluso metafóricamente de comportarse como el magnetismo.




Iconoclasta

10 de octubre de 2019

Yo Apátrida


Me erizan los vellos los actos y declaraciones de patriotismo.
Los himnos me provocan eccemas y prurito genital. Siempre me llevo la mano a los cojones, nunca a mi podrido corazón.
Viendo a los patéticos patriota llorar sus himnos emocionados, me considero afortunado y superior por ser absolutamente impermeable a apegos de nación y raza.
Siento una verdadera repulsión por las banderas que no son de piratas o las que anuncian burdeles.
Padezco de un odio atroz por el lugar en el que nací y me hizo esclavo desde el primer día de mi vida. Un odio del que no quiero curarme, porque es mi privilegio y mi dignidad.
Gozo de un rencor cancerígeno hacia los que murieron y los que viven de mi esfuerzo, los que con sus impuestos y morales han intentado esclavizarme y asfixiarme en los excrementos de la pobreza y la mediocridad.
Porque en esta repugnante y leprosa sociedad de naciones, he perdido más de la mitad de mi vida y salud para alimentar a los altos cerdos.
Como deseo que mueran, como me alegro cuando al mear imagino que mojo la cara de esos muertos…
Es imposible no sonreír insanamente cuando un jefe político, un ministro, un presidente, un rey, un juez, un obispo o un multimillonario, muere, sufre, se le escupe o le nace un tumor.
No existe forma humana en esta puta y puerca sociedad de que pueda tener un pensamiento, siquiera neutro, hacia un político.
Siento y aliento el profundo desprecio y repulsión hacia todo patriota sea cual sea su pelaje. A esos esclavos y mediocridad en estado puro que vitorean a sus amos y divisas como banderas y fronteras piojosas de mierda.
Esto es un mundo asqueroso, yo no lo pedí. Me jodieron, me estafaron, intentaron mutilarme intelectualmente, hacerme creer que era libre nadando en una alcantarilla; sucio por los excrementos que llueven de los altos puercos de allá arriba.
Deseo la violencia y sus consecuencias, rezaría ante cualquier altar, piedra o muñeco si diera resultado. Con sangre, muerte y hambre de los ciudadanos patriotas o no, me sentiría libre y menos sucio.
Ojalá pudiera escribir esta náusea con algo de humor para poder dejar un rastro de sarcasmo. Pero no es posible, hoy mi química dice que no hay espacio para el humor, estoy asqueado.
Escribo imaginando que la pluma se clava en los ojos de los patriotas y sus amos, en lugar de una forma tan incruenta, en el papel y solo con tinta.
Y es algo que debo hacer,  mi naturaleza lo dicta: mi pene late furioso, está erecto y amoratado el glande de tanta sangre que le llega. Y si ella estuviera cerca, la follaría con animalidad, sin cuidado por el culo, por el coño, por la boca hasta que vomite…
Yo nací en este planeta. El que una gente me metiera en la boca su coño o su polla en un determinado idioma y color cuando nací, fue mi mala suerte.
Pero jamás sacaron ni sacarán de mí un respeto a sus cochinas banderas y sus himnos de maricones.
Muy joven aprendí a pensar cuando un alto puerco moría: “Y así hasta que no quede ni uno. Hijoputa… Cómo me alegro…”. Ahora, impaciente pienso día sí y día también: “Cuánto tardan en morir, joder”.
Mierda para dios, jueces y jefes.
Vuestra respiración es mi ofensa, vuestro asma mi esperanza.




Iconoclasta

4 de octubre de 2019

No son acúfenos


Es habitual que al despertar de la siesta escuche un silbido, como el de una tubería dejando escapar por un poro fluido a presión.
Con más precisión se asemeja al chirrido de acoplamiento que hace un altavoz cuando se acerca demasiado un micrófono.
Dicen que estos ruidos, son acúfenos y suelen ser síntoma de sordera. Sin embargo, hacerse viejo es hacerse sordo.
Y aún escucho con aceptable calidad para entender, me refiero a que no es una de mis taras más notables.
Ocurre solo cuando duermo durante el día. En el sueño nocturno y silencioso, raramente escucho en mis oídos ese silbido.
Mis oídos no están excesivamente estropeados.
No son acúfenos.
Ocurre que el mundo y yo nos rechazamos, más concretamente la humanidad y yo.
Y un otólogo no puede curar estas cosas.
Algo extraño se filtró entre la cópula de madre y padre, la que me concibió.
Y soy por tanto una mutación, un extraño entre la humanidad.
En algún momento, un espermatozoide y un óvulo se contaminaron y absorbieron algo ominoso, y el resultado es la aberración que soy.
De pequeño le decía a mi madre que oía crujidos en mis oídos. Mis dolores más frecuentes y temidos eran los de oídos, y lo son. De hecho, cualquier malestar o daño, repercute siempre en mis putas orejas. Una noche, muy adulto ya, dejé sangre en la almohada y no me extrañó, solo quería que dejara de doler de una puta vez. Y aquel silbido que no me dejaba escuchar mi propio pensamiento…
La humanidad provoca un rugido molesto y caníbal. Solo cuando me oculto en mi madriguera, consigo bajar el volumen a un agudo silbido.
Y loco no estoy porque identifico con absoluta nitidez los que deberían morir y los que no importa que sigan viviendo.
Solo la frecuencia de su voz me da paz, cuando ella habla, yo callo para que no deje de decir.
No son acúfenos, son ruidos reales que provocan los humanos en mí, es una infección.
Recuerdo el molesto eco de la voz de un sacerdote en la iglesia, cuando hice la primera comunión. A los sacerdotes les encanta la teatralidad de orar y demostrar que con su potente eco resonando en las paredes, tienen un trato directo con dios. Un par de veces que ya de mayor, inevitablemente he asistido a una misa, no han conseguido rebajar esa incómoda sensación acústica que sentí de niño.
Temo que si fuera sordo, serían mis ojos los que con aberraciones ópticas, pondrían de manifiesto mi rechazo a los humanos y sus cosas.
Del constante olor a mierda, ya reflexionaré en otro momento.
Y no estoy loco, solo cuando la follo y el único sonido que escucho es el líquido chapoteo de los sexos y los gemidos y jadeos; siento que pertenezco aquí a este lugar poblado de humanos, abarrotado, atestado, asfixiante…
Gracias a esta bella espécimen que amo sorda y únicamente, gozo de momentos de armonía. Lo que dura un polvo. Y he de reconocer que no soy un gran follador que bombea durante horas sin cesar. Es humillante confesar estas cosas, lo efímero que a veces puedo ser para lo mejor.
Alguien insistiría en que algo huele a podrido en Dinamarca cuando mira mi cerebro, está bien; psiquiatras y psicólogos necesitan ganar dinero, es lógico.
Hay ocasiones que imagino que ese silbido es la vida que se me está escapando por los poros de la piel, y cada vez con más caudal y presión.
Temo que un día la muerte haga sonar su trompeta pegada en mi oído para despertarme y sacarme de aquí.
Morir con el arrebato de un sórdido solo de trompeta…
Es bonito; pero una vergonzosa ingenuidad facilona y tonta por mi parte.
Todo son malas noticias.
No se me puede reprochar ser un odiador profesional.
No, no son acúfenos y unos audífonos lo empeoraría amplificando el ruido del mundo hasta lo insoportable.
Me pegaría un tiro.
Estoy seguro, de que si vivo lo suficiente para quedarme sordo, ese silbido lo seguiré escuchando. Ese chirrido que me provoca la cercanía de la humanidad.
Y ella tiene que hacer sus cosas, mi amor no puede estar ahí siempre protegiéndome y dándome paz. Por otra parte, soy muy orgulloso. No necesito ni quiero cuidados de nadie. Sé joderme con la boca cerrada, con cojones. Y si tiene que doler, que duela.
Necesito urgentemente unas vacaciones, apagar ya el sonido de la vida; con su conclusión lógica.
Acúfenos…
Y una mierda, estoy más sano que un pedo.





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

3 de octubre de 2019

El dolor para aliviar el mal


Exijo que se me haga daño
como descanso a lo mediocre.
Una sangría de sanguijuelas
chupando odio, mamando muerte.
Conozco tan bien qué sois
adonde os dirigís,
que nada me asombra
ya nada me emociona.
Estoy vacío y vomitar duele.
Hacedme todo el daño
que en verdad podáis.
Es tal mi hastío entre vosotros,
que el desprecio y el rencor
me mantienen vivo
dan presión a mis vasos capilares.
Soy una negra erección
un semen purulento.
Un puño amoratado, colapsado
unos dientes hieren el labio
del que gotea una baba feroz.
Vosotros me hacéis sufrir
y yo concentro ira.
Un odio tan potente
como para ennegrecer el sol
para hacer plaga en el planeta.
Y al final, no me engaño
carezco de importancia para
ser detestado u odiado.
No soy un idiota al uso,
como vosotros, míseros.
No soy ingenuo en mi hostilidad.
Me masturbo con pornográficas violaciones,
cuerdas que dividen coños,
que asfixian pezones que deseo morder.
Cera negra goteando en muslos de mujer…
Y unos dedos que se meten
en el meato de mi glande
y me duele, me duele, me duele…
Bostezo ante el dolor ajeno,
no sonrío por el recién nacido
si no ha salido de mi polla.
Soy un padre indecente.
No necesito que se me haga mal,
tan solo heridas que se infecten
y ser lepra que camina.
El mal no es dolor y
el dolor es refugio aquí.
Estoy abandonado…
Recito un salmo:
“Tu respiración es mi ofensa
tu asma mi esperanza”.
No necesito ser importante
o trascendente para odiar.
Tengo un pensamiento de póster:
“No deberíais haber nacido”.
Soy el desprecio cárnico.
Un Mesías atroz.
Y odio a todos los muertos
que piso, que odio
que me pudren…
Los que crearon esto que me infecta
cada día, cada segundo.
Cuando muera, cuando deje de ser
la humanidad respirará aliviada
sin saber porque.
Seré la ponzoña que infecte
lo que enterrasteis con dolor,
aun muerto cumpliré
con lo que mi naturaleza dicta.
Sin epitafios, porque no soy nadie.
No soy nadie.
No soy nadie.





Iconoclasta

29 de septiembre de 2019

La secta de los pacíficos


La gente pacífica es muy peligrosa, desea dominar e imponerse a los demás con grandes movimientos ganaderos de cientos de miles de cabezas de ganado. Algo así como las voraces marabuntas o las plagas de langosta.
No, la gente pacífica no mata, aplasta ciegamente, sin entender bien el porqué. Y le comunica sus deseos a los sicarios de su dictador para que maten por ellos (mucho dueño de campos, aun hoy día lo es gracias a esta costumbre de conseguir algo lamiéndole el culo al dictador de turno o sus representantes, entregando las vidas envidiadas con mentiras o simplemente delatando para que los maten). De esta forma, con una hipocresía digna de caricatura, seguirán alardeando de su pacifismo (los ciudadanos ejemplares e integrados del nazismo, franquismo, falangismo, hinduismo o comunismo por ejemplo).
Tras la máscara pacífica se esconde la cobardía.
Hace falta gente decidida y auténticamente violenta que provoque una gran guerra identificando a los buenos y a los malos. Y sobre todo, que de una vez por todas, quede claro quien son los vencidos, si quedase alguno.
Además, es necesario renovar sangre, genética. Por ejemplo: los habitantes de los lugares más fríos suelen caer en profundas depresiones por una decadencia acomodaticia.
Los niños se manifiestan por banales razones, evitando así trabajar y sus lerdos padres los educan en el borreguismo.
La sociedad se ha colapsado y la ética, la dignidad y el esfuerzo, son temas oscuros que dan miedo en la población. Se han acostumbrado a las incruentas luchas de tuits y likes, banalizándose a sí mismos. O a los festivales musicales o congregaciones festivas para celebrar catástrofes, muertes y asesinatos.
Hay que mover el culo.
Y lo malo, solo se puede erradicar con violencia y muerte.
Yo apuesto a que ganarán los pacíficos, los hipócritas o malos siempre ganan.
Tras el periodo de guerra, los vencedores deberán luchar contra la pobreza, el hambre y la enfermedad; las guerras esquilman los recursos económicos.
Tranquilamente, alcanzar un nivel de bienestar parecido como el anterior a la guerra puede llevar treinta años y la pérdida de una cuantas generaciones. La guerra es la parte más escandalosa, lo bueno viene después. Como ocurre con las catástrofes nucleares.
Y entonces sí deberán trabajar con un par de cojones y llorar menos con su teléfono en la mano.
La debilidad y la cobardía no es algo de lo que nadie deba sentirse orgulloso.
Si algo pesa, uno se esfuerza por levantarlo, no se llora, no se publica un estado de mierda en una red social.
En la pacífica y mística India, comen mierda y se bañan en ella; llevan décadas haciéndolo. Es el precio a pagar por la cobardía del pacifismo, por el borreguismo de las castas inferiores.
Al ataque y que muera quien deba, que viva quien pueda…





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

28 de septiembre de 2019

En un tiempo éste


En un tiempo éste en el que se ama a tantas cosas y con tanta devoción, soy un psicópata, un peligro social porque solo te amo a ti.
Todo lo que no sea tú, es pura indiferencia. Hastío en el mejor de los casos.
En un tiempo éste en el que todos miran al corazón (no puedo evitar reírme) y al espíritu, yo miro tus tetas y entre tus muslos para atisbar tu coño. Con absoluta impudicia, con desenfadado descaro. Porque tu espíritu es mío, siempre lo fue. Desde que naciste, mi puta amada.
En un tiempo éste en el que familia y amigos buscan afecto, fraternidad y solidaridad; solo quiero follarte, porque tu corazón y las ternuras que contiene, lo tengo yo, donde falta el mío. Con tu amor no necesito el de nadie, tu cuerpo me fascina y me da el placer que el planeta y las cosas que lo habitan, jamás han podido ni podrían ofrecerme; ni yo lo quisiera. Que si dios existe me libre de los afectos de los vulgares, de los innecesarios.
Que un tiempo éste, arda.
En un tiempo éste en el que las multitudes bailan hacinadas con risas de alegría idiota; yo solo quiero bailar contigo una canción muda en el borde de un cráter, en el rincón más solitario del planeta.
En un mundo éste en el que te necesito como el alimento, la muerte y el dolor de muchos o todos es solo una noticia a la que no presto atención mientras fumo y me toco evocándote.
En un mundo éste en el que te amo tanto, los ceniceros deberían ser más grandes, me pongo perdido de ceniza; y es que esperarte me destroza los nervios.





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

25 de septiembre de 2019

A pesar de mí, te amo


Podría amarte en este mundo de mierda y en el vacío.
En el vacío te amaría los segundos que tardaría en morir. Y en este mundo te amo distorsionadamente por injerencias o interferencias externas.
Te acaricio el coño con los dedos enterrados en esa calidez mojada y pienso en los que no mueren y debieran.
En los que sufren no lo suficiente.
En los descuartizados y el excesivo tamaño de los trozos.
Observo luego tu coño goteando mi semen y pienso en los muchos que han nacido sin necesidad, sin gracia, sin afecto. Sin que yo les haya dado permiso.
Pienso en el futuro y en lo poco que me importa los que les ocurra a los nacidos y por nacer cuando muera. En mi determinación por no hacer de éste un mundo mejor.
Si yo me encontré una mierda la dejo también para los que vienen. La vida es muy corta y ejercer de mesías, mártir o santón es una estupidez desmesurada.
No soy un filántropo millonario con la nariz blanca sintiéndose Jesucristo.
Antes de morir, sin reconocerlo en alta voz, me sentiré triste por no haber descubierto un planeta libre de humanos para amarte puramente.
Cuando estoy dentro de ti bombeando furioso, toda mi frustración se canaliza por mi rabo y llega a ti con un amor desatado y falto de piedad alguna con nadie.
También temo haber metido en tu coño algo más que mi semen. Algo más oscuro, más cáustico. Es una sensación que me perturba cuando te veo tan hermosa jadear tras follar.
No importa, no puede hacer daño amar como yo, al fin y al cabo voy llegando a la vejez en razonable buen estado.
Quiero decir que hago lo que debo, según mi condición.
Y te amo con locura a pesar de mí mismo.





Iconoclasta