Soy el sueño muerto de un padre con el corazón roto.
La sonrisa de amor de una madre horizontal de carne fría.
Y la ternura de una abuela podrida.
Soy un rimero, un estercolero de sueños incumplidos, un conjunto de imágenes latentes y difusas en las pupilas lechosas de mis amados muertos.
Tengo arcadas de vómito ante el vértigo de ser un nebuloso recuerdo que a veces sangra. Que sufre la condena de ser real, de estar vivo. Como si no hubieran hecho bien el trabajo los muertos, se olvidaron de borrarme o de llevarme con ellos una vez acabadas sus vidas y sueños.
¿Y si respiro solo muerte en mi último segundo de consciencia, delirando que sangro y tiño mis propias pupilas de rojo sanguíneo un tanto coagulado, como legañas espantosas...?
Y una tormenta-o de arena me deshace, me erosiona, me diluye…
No sé… Pero siento extrañas náuseas de una vida que no acaba de serlo.
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.