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22 de julio de 2021

La jocosa y amena escatología


Hay algo que no cambiará jamás, que ameniza y alegra las reuniones y nunca decepciona a un grupo de humanos borrachos o no: la escatología.

Es ya un gen de la risa en el ser humano.

Todo lo escatológico provoca en los seres humanos una risa pollina, o un poco como deficiente mental.

Incluso mencionar los meatos, ya es motivo de rebuzno jocoso.

Si quieres hacer reír a la gente y ser el centro de atención, no debes hacer más que tirarte un sonoro pedo. Incluso con solo pronunciar “pedo”, la gente reirá como si tuviera tos y te convertirás en el gurú del grupo.

Otra cosa muy buena para hacer reír a la gente a carcajadas, sobre todo en la borrachera nocturna grupal, es que señales a un tío o tía con los pantalones mojados de meados, y si no son meados, da igual. Todo lo que esté cerca del culo, el coño o la polla, hace que la gente sonría como nunca en años.

Incluso mear en grupo les provoca esa entrecortada jocosidad ebria y se miran los unos a los otros pensando lo buena que es la amistad que los une con los pedos y la orina.

Y si alguien se lleva las manos a los genitales muerto de risa, los demás, por pura empatía harán lo mismo. Y parecerán un grupo de chimpancés bailando una danza idiota.

La escatología, por sucia que pueda ser, siempre es un elemento imprescindible en toda reunión o rebaño humano festivo por cualquiera de las banales razones que existen.

Y cuanto más mal huela un pedo, mayor será la risa. Es más, pasará ese momento a los anales de la historia de la amistad y la familia, y aunque tengan el cerebro hecho migas por el Alzheimer, jamás olvidarán.

¡Pedo!



Iconoclasta