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27 de enero de 2025

lp--Reunión de transparentes y silentes almas--ic


Escribía con la cálida luz de un claro del bosque, en una zona de descanso a unos pocos metros de la orilla del río y presentí a las almas, que sin ser necesario, ocupaban silenciosas e invisibles los bancos para admirar la luz y sus sombras.

Ocurre cuando no hay estruendo de voces humanas y pisadas, cuando los mirlos saltan por el suelo piando graciosamente y un cuerpo sentado en otro banco, frente a una mesa de cemento, rasguea con su pluma en el papel aparentemente ajeno a ellas.

Tal vez yo también sea una de ellas.

No sé…

Anhelan la luz, les hace recordar que un día habitaron la carne.

Echan en falta las cosas táctiles y visibles.

¿Y si las pobres sienten pena de que nadie sepa de su existencia?

Silentes miran al centro del claro, a la luz que hace visible lo tangible y evocan lo que un día fueron.

Pobres almas tristes…

Puede que sean novatas. ¿Y si hace poco que sus carnes murieron y aún no saben qué hacer?

Un pensamiento que no era mío entró en mi cerebro desde los bancos donde las almas admiran la luz tristemente.

– ¿Si vives por qué estás aquí ahora, más solo que nosotras?

–Porque debo presentir que pronto estaré aquí como vosotras, un gas transparente y mudo.

–Nosotras no lo hicimos nunca. Incluso como almas y sin vernos las unas a las otras, nos reunimos aquí cuando los rayos de sol alargan las sombras. Tú no eres de aquí aún; pero no pasa nada. Si te pesara la soledad no estarías, es tu voluntad. Es bueno.

Te gustará morir, es una paz instantánea. No necesitarás ver y tocar para vivir, para sentir. Saber que ya nada malo puede pasar… Y reconocer que estás serena y deliciosamente solo. 

–Como ahora con vosotras.

–Adulador.

El alma ríe y sus compañeras, pareciera que agitan la fronda creando un murmullo de brisa que me lleva a entornar los ojos gozando de una inusitada armonía.

Sin embargo, no puedo dejar de percibir cierta tristeza en ellas.

Y piedad.

Esa necesidad de luz… Cómo si algo fallara en ese mundo invisible.

– ¿Estás bien?

–No lo sé, no lo sabemos. No hay cielo ni infierno. Es una apabullante libertad, como ocurre en la infancia cuando madre y padre no están cerca mirándote. Cuando te haces vapor añoras ciertas sensaciones. Somos un grupo de almas jóvenes, las veteranas no vienen aquí ni a sitios donde una vez vivieron. Se han adaptado a prescindir de todo lo orgánico que conocieron y viajan por el universo acumulando conocimientos. Hablando con seres más lejanos en el pasado y futuro, como yo hablo contigo. A nosotras nos da miedo esa inmensidad, hace tan sólo unas luces que tuvimos que dejar el cuerpo que ya no se movía. Creemos que estamos pasando por una infancia y adolescencia espirituales hasta adquirir la plena conciencia de nuestro ser.

– ¿Olvidaréis que un día vivisteis lo tangible?

–No. Cuando nos atrevamos a sentir el universo conoceremos tantas vidas, cosas y seres que nuestra vida orgánica quedará sepultada como un recuerdo lejano, una experiencia útil. ¿Sabes que las almas veteranas son felices y se ríen amablemente de nuestro temor?

–Son buena gente. Y a vosotras ya no os preocupa el tiempo y podéis hacer lo que queráis. Me gusta sentiros aquí, me da paz.

–Te voy a decir un secreto: ¿Sabías que no existe dios?

–Sí.

– ¡Qué chasco! No has muerto y ya eres un alma veterana.

Y la fronda del bosque se volvió a agitar por otra brisa invisible formando una sonrisa coral. Dejé de escribir mirando con ternura e ilusión los bancos de las silentes y transparentes almas novatas.

No les dije que ellas tampoco existen, que son producto de mi locura. Odio la crueldad innecesaria que nace del afán de demostrar ser poseedor de la verdad. Las mentiras siempre son más hermosas y necesarias que las verdades que destruyen la imaginación y sus almas. No hay necesidad de destruir las bellas cosas que imaginamos. Son cuadros de una galería que no pueden hacer daño a nadie, y cuando dejas de mirarlos vuelves a la dimensión triste y gris para hacer lo que puedes, mientras llega el momento de surcar el universo como una frecuencia invisible viajando a la velocidad de la desintegración.

Yo quiero volver mañana a mi soledad y que estén allí, haciendo susurrar la fronda del bosque con una hermosa inocencia y unas sonrisas sinceras en mi pensamiento.

Soy una de ellas, lo sé. Y no tardaré en viajar lejos hasta hacer de mis palabras un difuso recuerdo entre los fuegos incineradores de un sol.

Debo conseguir unas inmateriales gafas de protección pronto.

Mis amigas, mis bellas e ingenuas almas, serenas, sin prisas, cordiales. Que hablan en susurros dentro de mi cabeza, cuidadosamente…

Hasta mañana.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

25 de enero de 2025

lp--Breve aproximación a la calidez--ic

 

Aleatoriamente puede surgir un día de invierno en el que el frío deja de susurrarme al oído: “Te voy a matar, te voy a matar. No permitiré que la sangre llegue donde debe y morirás. Te mataré.”.

Y hoy guarda silencio el muy astuto, sabe que también se aproxima su muerte y experimenta, como yo, la fatiga de vivir.

Los sabañones de las articulaciones de los dedos y bajo el filo de las uñas duelen menos. Soy un poco menos tullido y no pesa la vergüenza de caminar lenta y torpemente. La sangre se calienta dando elasticidad a los tejidos y un poco de calidez a los huesos y al alma que protegen dentro de sí.

No es que esté bien, es menos malo.

Y superada la supervivencia se abre un resquicio para la ternura y el amor.

E igual que en los inicios del otoño, como un óleo extendiéndose dentro del pecho, la melancolía vuelve. Pienso en la calidez de la piel amada y deseo con urgencia acariciarla con dedos y labios. Contarle que estoy ileso en mi lucha contra el frío, que aún soy fuerte.

Quiero que se sienta orgullosa de mí a pesar de que no me engaño, sólo soy un mierda cansado.

Y ahora, el frío comienza de nuevo a susurrarme la muerte. Le hacen coro espectral las crujientes lamentaciones de quebradizas y desnudas ramas que agita con su aire helado.

Se acabó la tregua. Relego el amor al tuétano de mis huesos, junto al alma si no ha muerto.

Cierro el puño a pesar de que se rasga con irritante escozor la piel y camino de nuevo con la humillante torpeza que me hace hostil a todo.

No voy a morir sonriendo con resignación de mierda.



 

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

21 de enero de 2025

lp--Vuestro dios--ic

 


Un texto póstumo.

R.I.P.


Esa cosa… Ese dios que atesora todo el dolor del universo para verterlo sobre sus criaturas y matarlas (a vosotros crédulos pecadores) y transformarlas en sus lujuriosos ángeles.

Seres que lleguen a él para adorarlo en esa eternidad suya que lo pudre y enloquece.

Nadie tiene derecho a la alegría si respira, es la ley de vuestro dios esquizofrénico.

Del asno celestial.

Morir para alcanzar la serenidad, la plenitud, la verdadera luz…

¡Qué pedazo de cabrón vuestro dios!

Si existe ese puerco que vierta también sobre mí su dolor de mierda y me mate ahora mis…



Iconoclasta

Montaje de ilustración de Iconoclasta.

19 de enero de 2025

lp--No tardarán en robarte el aire de los pulmones--ic


Tiene cierto encanto épico escribir con guantes a 3ºC, me siento hábil y ocurra lo que ocurra, hago lo que quiero.

Lo intento…

Porque todo lo que uno quiere o desea es un deber que cumplir. No importa lo que una ley o dogma diga, las leyes existen para ser desobedecidas; es deber de todo ser humano distanciarse de legalidades y mandamientos religiosos porque están pensados para y por el enriquecimiento del estado/dios en detrimento del individuo, votante o contribuyente.

Si para realizar lo que deseas te planteas su aspecto legal, has fracasado como ser humano; eres una cosa más, un ítem en la relación del botín recaudado por los saqueos del estado/dios. Lo mismo ocurre si la legalidad se disfraza de religiosidad como el judaísmo, cristianismo o islamismo.

La búsqueda o ejecución de tu deseo es prioritaria a cualquier ley o mandamiento religioso.

Por supuesto, por tu propia seguridad y supervivencia, actúa sin testigos. Secretamente, sea o no legal, una consideración ésta que no debes plantearte.

Y nadie debe saber de tu propósito, de tu voluntad. Has de comprender que la ley y la religiosidad son tus enemigas, pretenden controlar tus deseos para hacerse con ellos.

Esclavizan y parasitan tu esfuerzo sin intercambio, siempre pierdes, siempre te humillan, siempre te encarcelan.

La especie humana actual nace predispuesta genéticamente, por una selección secular del estado/dios, para respetar las leyes que la humillan, asfixian y arruinan.

Es pornografía para la dignidad.

Y denigrante.

El estado/dios es impune a todo “delito” semejante y superior a cualquiera tú pudieras cometer.

De hecho, igual que nacemos con el pecado original según el cristianismo, para el estado/dios nacemos sospechosos y culpables. Y hay determinada chusma que vive de este dogma y cobra mucho dinero para controlar lo que ganes o hagas y así arrebatarte una importante cantidad para el estado/dios. En definitiva, los policías/funcionarios son los sacerdotes del estado/dios y de ellos hay que ocultarse.

Tras miles de años sometidos, la situación es insostenible como ocurre ahora en España y países semejantes que han convertido sus decadentes y caducas democracias en corruptas cleptocracias fascistas de ridículo e infantilizado comunismo homosexual clima-sanitario.

Se impone la violencia, el único medio que dispones para defenderte. Y cada día con más premura, porque no tardarán en robarte el aire de los pulmones y tú dárselo con obediencia servil porque estarás agotado, consumido por el parásito del estado/dios, por sus leyes y mandamientos de usura, por sus delitos y condenas de los que eres sospechoso y condenado, los pecados y penitencias por los que debes pagar en vida y muerte. Y todo ello a cambio de la más negra muerte, una inexistencia absoluta como el frío en el espacio tras una vida estéril e indigna.




Iconoclasta

Foto de Pablo L.B.

Montaje de Iconoclasta.

 

14 de enero de 2025

lp--Colores--ic


Los colores que ofrece la mañana son frescos, vibrantes, húmedos.

Enérgicos y energizantes.

Los del mediodía secos, aplastados por un sol despiadado que destruye las sombras y contrastes, es la verticalidad uniformadora. Como un dictador robando matices y creando un cromatismo anodino.

Los colores de la tarde son relajados, llevan horas luchando contra el sol y, ahora que se hunde en el horizonte, se toman un café con tranquilidad porque lo peor ha pasado.

Se oscurecen saturándose dramáticamente antes, para dormir negramente.

Incluso las frecuencias están sometidas a los movimientos cósmicos.

No es extraño así, que haya una hora preferida para morir.

Y otra para follar.

Luchar.

Llorar.

Desear…

Sin embargo, el pensamiento no cesa en ningún momento, no afloja su enloquecido ritmo.

Ni en el sueño.

Es sortilegio y maldición.

Es contra lo único que el sol pierde su poder.

El jodido e incombustible pensamiento…

No lo escribo con orgullo, sino con resignación; porque quisiera ser un color fumándose serenamente un cigarrillo al atardecer.

Que el pensamiento cese, se relaje por unos instantes aún a riesgo de parecer imbécil.

El pensamiento tiene el superpoder de lo infatigable. También de lo irritante, pero como efecto secundario.

Y me vampiriza.

Me canso de enlazar tonterías, de escribir en el borrador de mi cerebro.

Y si dejo de hacerlo por algún ataque de amor o melancolía, tengo la sensación de morir un poco.

Temo que al dejar de pensar, lanzo a la basura las deliciosas y frágiles ideas multicolores. O una negra y poderosa.

O tu coño desflorado a mi lengua, a mi pene que ciego parece llorar un aceite denso de incoloro deseo.

La locura no es algo de lo que sentirse orgulloso.

No importa si el sol se pone, porque enciendo la luz en mi cerebro despertando los colores. Es un defecto con el que me parieron, no lo pedí. Sólo lo uso, como los dientes.

Y esa luz en el cerebro, me da el consuelo y la fuerza de no sentirme arder.

La noche es para escribir sin preocupaciones de que el procesador alcance una temperatura crítica.

La tinta luce como si su color fuera matinal de fresca, vibrante y húmeda deslizándose ágil en la página y en tus muslos escribiendo los versos obscenos.

No puedo, no quiero dormir con el remordimiento de haber perdido una graciosa, insignificante o tonta graciosidad.

Dormirme sin pretenderlo es la única piedad. Caer repentinamente en la onírica locura, cuyas aberraciones se diluirán al instante mismo de despertar.

Y si no fuera, así… Misericordia.




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

11 de enero de 2025

lp--El cuento de las nubes y el sol--ic


Hola pequeñitos humanos.

Os voy a contar el cuento de las nubes muy tímidas y coquetas que al atardecer, cuando el sol se oculta con sus últimos rayos rojizos, les da un besito de buenas noches y se despide de ellas y el cielo hasta mañana.

Ese color rosado y hermoso es el rubor de las coquetas nubes.

Y el sol y yo nos reímos con cariño al verlas tan vergonzosas y bonitas.

Que nadie os estropee el cuento y la ilusión.

Porque el profesor malo os contará que ese color es enfermedad por la suciedad del aire debido al cambio climático, partículas que tiñen venenosa y radiactivamente de rosa a las coquetas y tímidas nubes. Fijaos, seguro que lleva una insignia circular con banderitas en la chaqueta, la de la Agenda 2030.

Id con cuidado con él, es un ogro que no quiere que miréis las hermosas nubes sino su libro de mandamientos que prohíbe la alegría y la ilusión. Os quiere tener apresados y controlados, cobardicas escondidos bajo su horrendo libro de multas y amenazas hasta que seáis viejos y débiles.

Cuando seáis como mamá y papá de grandes, os robará todo lo que ganáis para dárselo a su amo el presidente del país. Quieren vuestro profesor y gobierno que los cielos, vuestra piel y vuestro pensamiento tengan el color del plomo, un gris tenebroso.

Guardad secretamente este cuento de las nubes bonitas y el sol que se va a dormir, que no lo vea vuestro malvado profesor de la Agenda 2030 o lo quemará y os castigará como me castigaban a mí de niño los profesores que trabajaban para otro señor también muy, muy, muy malo y que le llamaban el caudillo.

Ambos, el de hoy y el de mi infancia son malos como las serpientes venenosas.

Guardad vuestra ilusión, pequeños humanos, y no creáis al malvado y devorador profesor de libertades e ilusiones.

Acordaos siempre del besito de buenas noches del sol a las nubes y sonreíd.

¡Shhhhh…! (pero en secreto, que no lo sepan los malos).

Buenas noches sol, buenas noches nubes, buenas noches pequeños.




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


9 de enero de 2025

lp--El cementerio más hermoso--ic


Es fascinante, mágico e incluso espiritual observar las almas surgir y desprenderse de la tierra y los árboles cuando el sol derrite la escarcha de la noche.

Hacen el frío más cálido y aterciopelado, no muerde con tanta fuerza el pensamiento.

Tal vez sea por respirar las almas libres y serenas que se extienden por el prado silentes, sin drama.

Las saludo en silencio, con la mano acariciando el aire. Y les deseo feliz viaje a donde quiera que vayan.

Con cierta melancolía anticipada pienso que en mi último latido, antes de la definitiva horizontalidad, añoraré estos hermosos y escasos momentos que el mundo regala.

Me gustaría que el sol hiciera eso conmigo, sacarme con su calidez de la tierra y darme la libertad de la flotabilidad.

Pero sé que me quemarán como un puto neumático viejo o meterán en un cajón de hormigón. Aunque una vez muerto, me sudará la polla lo que ocurra.

Estoy en el momento y lugar preciso para variar. Es lo único que ahora me importa y gozo.

Y casi siento desprenderme de mi piel siguiéndolas y dejar mi carcasa aquí y ahora que todo es perfecto.

Es importante acabar bien.

“Vivir agota ¿verdad, amigas?”, pienso.

Siento…

À bientôt! bellas almas.

Ya pronto…



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

6 de enero de 2025

lp--De rayos y esperanzas--ic


Y mientras los rayos caían a nadie alcanzaban.

A todos los tontos se les aparece la virgen…

Y claro, como no hay depredador que se alimente de carne humana (no con la frecuencia y cantidad satisfactoria), hay superpoblación y sus incomodidades.

Los “malos rayos que te partan” siempre han resultado ser una vana esperanza.

Una retórica pueril.

Superstición provinciana.

Joder…



Iconoclasta

5 de enero de 2025

lp--El atávico frío--ic


El frío se apodera de los pies, los insensibiliza. Y las manos hace torpes.

En los ojos se congelan las lágrimas y en la nariz se forman carámbanos.

Los labios se agrietan haciendo de la sonrisa, si la hubiera, dolor.

Tal vez por esto, y tiempo más adelante por el oscurantismo de la eterna maldición del estado/dios, se inventaron las fiestas paganas y religiosas de invierno para dar consuelo y esperanza a los humanos esclavizados, estabulados y asfixiados por el estado/dios de atávicos tiempos, donde frío y muerte iban de la mano junto a osos y lobos hambrientos.

Hoy sólo queda un hipócrita banalidad consumista y la cobardía de una especie humana degradada hasta el punto de precisar un traumático reajuste genético que, si no fuera posible, extinción.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


4 de enero de 2025

lp--Escribir libre--ic


Escribir a mano con tinta y papel no tardará mucho en ser delito ya que el estado/dios instaurado a nivel mundial mediante el coronavirus, no puede controlar estos escritos que no se realizan electrónicamente.

Hasta que por decreto de necesidad y virtud obligue a implantar en las recién nacidas crías humanas un dispositivo cerebral de seguimiento para controlar semejantes actos de libertad e individualismo como escribir fuera de las alambradas electrónicos de la actual fascismo estalinismo homosexual, sanitario, agenda 2030 y nazi sanitario o woke.

El estado/dios teme y odia la libertad de escribir sin conexiones porque no puede pervertir, censurar o eliminar contenidos analógicos de anónimos seres humanos.

Se caga de miedo de que haya y vuelen papeles por el mundo que critiquen a sus jerarcas nazis y doctrinas homosexuales nazi-islámicas de destrucción de libertad, inteligencia y conocimiento.

Escribir con tinta y papel va a ser muy difícil de realizar o aprender por las futuras generaciones. La digitalización salvaje del estado/dios es un oscurantismo que devuelve al analfabetismo y servilismo medievales a las castas parias obreras y pobres.

Todo fascismo arrasa con el conocimiento y el valor.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.