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Mostrando entradas con la etiqueta estado/dios. Mostrar todas las entradas
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8 de marzo de 2025

lp--Carnavales de la distopía 2025--ic


Sigue siendo tan sórdida como fascinante la extrema y paranoica necesidad que padece la chusma pobre o trabajadora, de continuas fiestas y celebraciones de cualquier tema por ajeno y extraño que le sea.

Fiestas orquestadas por el estado/dios para que no piense en su vida esclava, estabulada indignamente en las ciudades-granja.

Y ante todo, para que no alce la mirada esa chusma hacia sus amos, el estado/dios, que viven con todos los lujos imaginables, con libertad, inmunidad e impunidad. Sin trabajar ni un solo segundo al día.

Una forma de vida paradisíaca que esa chusma eufórica y neurótica, embriagada por la celebración de cualquier mierda decretada, paga con su vida, libertad, ruina e indignidad. Soportando y aplaudiendo las miserias que decretan para ella los césares del estado/dios.

Es como ver ciencia ficción distópica en vivo.

Desde los putos carnavales 2025, corto y cierro.



Iconoclasta


24 de febrero de 2025

lp--La inmóvil estación humana--ic


Al final del otoño los ciempiés desaparecen de los caminos, hoy han vuelto a aparecer.

Los días son notablemente más largos, la tierra acapara más calor y los seres vivos lo sienten.

Es el primer aviso de que la primavera está cerca.

Me parece mágico y hermoso que el planeta gire y cambie los paisajes y las vidas mientras la humanidad permanece inmóvil en la estación de la imbecilidad y mezquindad, haga frío o calor. La humanidad es ajena al planeta, un accidente, una anomalía; tal vez un parásito llegado del espacio en una piedra.

Admiro a estos gusanos negros que hacen lo que su naturaleza dicta y no lo que ordena un dictador ladrón y maricón.

Tiene más carisma cualquier gusano que cualquier humano salvo dos o tres excepciones que amo y admiro.

Yo también, a través de la suela del zapato, puedo sentir la calidez que radia la tierra templada por más tiempo de luz. Llevo tiempo deambulando por ella.

Demasiado.

Me es imposible ya medir o controlar el paso de las estaciones mediante los datos astronómicos o el calendario de fiestas religiosas y oficiales del estado/dios.

Hace tanto tiempo que las olvidé….

Estoy alejado de celebraciones, ya soy ajeno a ellas. Sólo me atengo a la naturaleza de la tierra, me sincronizo con los gusanos, lagartijas, salamandras, comadrejas, zorros, mirlos…

No existen vacaciones de verano, de semana santa o celebraciones legales del estado/dios. Sólo veo la tierra girar, calentarse y enfriarse. Y es un espectáculo apoteósico.

Y desde mi lejanía escucho a la humanidad lloriquear y reír estúpidamente, balanceándose eternamente en la inmóvil estación de la imbecilidad y obediencia pacata y mezquina del ciudadano integrado, degradado física y psicológicamente.

Ciego a los movimientos planetarios y a los gusanos que hacen lo que deben porque tienen inteligencia para ser ellos.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

22 de diciembre de 2024

lp--Pruebas irrefutables--ic


Los gélidos y grises días de invierno deben ser registrados en la memoria mediante documentos gráficos, como fotos y dibujos y sus correspondientes reflexiones como prueba irrefutable de que has estado allí, que has deambulado sin morir por el páramo y el bosque a pesar del clima que predican. Has de acumular todos los documentos posibles que acrediten que eres un ser humano puro, íntegro. Atesorarlos como trofeos al valor y la determinación, como en los atávicos tiempos en los que el ser humano era capaz de sobrevivir sin un cochino estado/dios de mierda ladrón y asesino, que estropeó la especie humana seleccionando a los especímenes mansos y cobardes para poblar de contribuyentes y votantes sus granjas/ciudades de explotación humana ganadera.

Lo que provocó la práctica extinción de los seres humanos puros, valientes e independientes.

Debes recordar con tus memorias que jamás te has estabulado en casa por las homilías y bajo la protección del estado/dios ladrón y asesino. Y que ante todo no eres una de los miles de millones de reses humanas castradas de valor e independencia por el estado/dios ladrón y asesino.

Cuando te digan que eres como todos los demás, un gusano más entre miles de millones, admirarás con vanidad tus triunfos y absoluta independencia del estado/dios ladrón y asesino.

La actual especie humana que puebla las granjas de estabulación o ciudades de todo el planeta ha sido castrada desde tiempos inmemoriales y nacen emasculados de coraje y capacidad de esfuerzo; una selección ganadera/veterinaria que el dios/estado ladrón y asesino, que aún hoy día prosigue para crear humanos válidos para la explotación, con el objetivo de que en muy próximas generaciones nacerán con la capacidad intelectual mermada, listos para que sus seleccionados y pequeños cerebros sean llenados con las consignas fascistas homosexuales climáticas y sanitarias de la Agenda 2030 y sus mandamientos de amar y pagar al amo/presidente/dios/caudillo sin rechistar.

Pasarás de ser humano a insecto si no tienes tus triunfos y certezas imbatibles contra las doctrinas, salmos y mandamientos ganaderos que degradan la especie humana para enriquecer al estado/dios endogámico.

Ladrón y asesino.

Ladrón y asesino…

Los seres de la naturaleza viven bajo el frío aliento de la muerte. Se enfrentan al planeta sin un estado/dios ladrón y asesino que les predique normas o decretos. Nacieron con su instinto operativo para la vida. Y a los humanos, en las escuelas, destrozan y pervierten sus capacidades de supervivencia y libertad, con la esperanza de que un día, del coño de una madre surja un insecto mamífero.

El estado/dios ladrón y asesino ha destruido al ser humano.

Ladrón y asesino.

Ladrón y asesino…





Iconoclasta

Fotos de Iconoclasta.

23 de noviembre de 2024

lp--Si no quedara nada de esa brutalidad…--ic


Sólo la violenta y real brutalidad instintiva del ser humano puede resolver los problemas de fascismo y su esclavitud que padecen miles de millones de ilusos seres humanos ignorantes de ser mero ganado (la globalidad) a los que son sometidos por unos pocos de miles: el estado/dios.

Si no quedara nada de esa brutalidad, la especie humana debe considerarse extinta sin supersticiones de cambios climáticos, ella solita se ha extinguido por indolencia degenerativa.

La violencia es la fuerza que hizo inteligente al ser humano permitiéndole evolucionar en el hostil y competitivo planeta. Y es la única fuerza que puede salvarlo de la extinción total, antes de que los miles de millones de seres humanos se auto perciban convencidos de ser cucarachas o incluso amebas.

Y es fácil: unos miles de millones deben cazar y matar a unos pocos de miles que forman el estado/dios. Sería la batalla más corta y menos cruenta de la historia del planeta Tierra.

Porque hoy, en este instante, las pasarelas de reses de los mataderos del estado/dios no cesan de acarrear seres humanos hacia las salas de despiece, las que con sus ilusos votos “democráticos” han elegido, también ignorándolo por esa indolencia degenerativa en la que han caído.



Iconoclasta

1 de noviembre de 2024

lp--El día de los muertos, los no santos--ic


Hoy es el día de los muertos, otros lo llaman el de todos los santos.

Sinceramente no creo que hasta la fecha, desde que surgió el primer primate humano, se haya muerto ningún santo y mucho menos lo hayan enterrado; o como se dice hoy día: “reciclado”.

La verdad es que tanto me da, a pesar de tener una buena colección de muertos en mis recuerdos. Mi madre reiría por esta ocurrencia; pero no era santa.

Los santos son paradigmas de pobreza y humildad que el estado/dios inventó y sigue creando para que los pobres sientan orgullo de serlo y, no dejen de alimentar y cebar al estado/dios.

La chusma no piensa o no sabe que el cerdo o estado/dios tras haberse cebado debe ser degollado porque sigue comiendo mucho más de lo que ofrecerá ya muerto.

Pero la chusma no ve al cerdo, ve al caudillo, al presidente, al ministro, a un general, al rey, al papa/rabino/ayatolá.

Y el cerdo engorda y lo aplasta todo porque los santos no degüellan a nadie, sólo quieren vivir míseramente orgullosos, cobarde e inmóvilmente humildes y celebrar a sus “santos” con ese infantilismo adulto tan propio del retraso mental o enfermedad neurodegenerativa.

Así seguirán con su orgullosa y patética humildad hasta que sea perentorio matar al cerdo o morir de hambre; pero en ese instante será tarde porque serán demasiado pobres y débiles para resistir el peso del cerdo.

Está bien, nada nuevo bajo el sol. Es algo cíclico, las guerras llegan, mueren los que deben y vuelven a adorar y cebar a un nuevo cerdo.

He visto a un árbol solitario alzar sus ramas esqueléticas al cielo otoñal, clamando la desdicha de su desnudez. Otro invierno que llega, otra prueba de muerte.

Tal vez no sea capaz de cubrir con hojas sus ramas en la próxima primavera.

Está muy lejos de pensar en los santos y el cerdo.

Le he deseado buena suerte aún que está vivo.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.