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11 de noviembre de 2025

lp--Si no puedes vivir--ic


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Ahí reside el valor de los hastiados que se rebelan.

Con su desprecio a la muerte lo consideran todo perdido y actúan en consecuencia.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Un nicho de hormigón donde las señales de prohibición, dirección y obligatoriedad marcan y acotan una vida indigna y fallida desde el nacimiento en cautividad.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Ni siquiera te permiten acceder a la naturaleza más que unos regulados minutos al mes.

Sólo los asqueados con su desprecio a una vida fallida pueden ejercer la violencia contra los esclavistas, el estado/dios y sus sórdidos, sucios y opacos horizontes que pudren toda ilusión, incluso las neuronas.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

La tribu de los que genéticamente nacen amaestrados, mansos y son inmunes al hastío existencial. Son mayoría y votan también mayoritariamente a la mierda y sus corruptos esclavismos decretados y personificados en sus líderes, sacerdotes y dioses.

Lo malo no es que esté todo roto o mal hecho.

Lo horrible es que está podrido y el hedor infecta el pensamiento, la vida misma.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Nacer en cautividad ha resultado ser una pútrida vida de horizontes de cemento, mierda y asfalto.

Bajo mis pies fluyen miles de metros cúbicos de excrementos cautivos.

Y con ellos el cadáver de la dignidad humana.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

A quien madruga toda una jornada inacabable le espera.

No hay ayuda alguna de un dios maricón, obsceno y cabrón. Un monigote mal dibujado por un hechicero que generó los patriarcas, emperadores, reyes, presidentes y ministros. Y la esclavitud que atenaza y pudre los genitales que, concebirán más esclavos para ese puto dios.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Lo que mal nace pronto se descompone. Desde primera hora de la jornada de prisión, esclavitud y humillación.

Unos cochinos cobardes sellaron un pacto social que hoy me pudre la vida en las venas.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Desear la muerte de quien se odia es privilegio y placentero sueño.

Una actitud de dignidad humana.

Esperar e imaginar que ese puerco que anida en el estado/dios como un hongo de la mugre muera, le da un aliciente añadido a la vida.

Una de esas emociones primigenias que nada ni nadie podrá reprimir.

Porque además, son íntimas, secretas. Siempre que seas astuto.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Cuanto más tiempo se odia, más probabilidades hay de que por fin se desate la liberadora violencia. Un acto maravilloso, obra cumbre de la libertad y dignidad de todo humano.

Todo son ventajas y satisfacciones íntimas con el odio.

No como en el amor que es todo tristeza, depresión y drama entre episodios neuróticos de besos babosos y descoordinadas cópulas que con los meses se harán hastío. Y concebirán bebés esclavos como mamá y papá. Nacerán en blanco y negro, en una grisentería total.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Ahora que los malos sueños se están haciendo realidad, el estado/dios decreta el control absoluto de las castas parias asalariadas, es tarde no hay tiempo para pactos y sus mentiras de libertades adulteradas con fascismos susurrados con voces episcopales y labios temblorosos que evocan un ávido sexo con carne infantil.

Es hora de que estalle una violencia total planetaria y la destrucción de las propiedades y vidas de los que forman y velan por el poder esclavizador y jalean como putas sifilíticas: ¡Larga vida al estado/dios!

Ellos y su cobarde “mejor lo malo conocido” no pueden seguir respirando, son los siervos idiotas del estado/dios. Los hay que deben desaparecer...


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Que muera quien deba y sobre las ruinas y los cadáveres, para no olvidar, se construya otra cosa distinta a este hedor en el que nacimos cautivos.

Hay infinitas posibilidades mejores sin la existencia de los que hoy nos parasitan la vida aquí y ahora.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

La violencia es una necesidad primordial ante una mayoría votante sodomizada y castrada por el estado/dios que no puede imaginar una vida digna.

Consideran digna la mierda que respiran hoy con glotonería e indolencia.

Lo que debe morir ha de morir.

Se requiere una renovación sangrienta de las líneas genéticas podridas por el estado/dios.

Las especies animales fallidas deben desaparecer de la faz del planeta ya que ni siquiera sirven de alimento a otras especies nobles.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Es una guerra perdida, pero si no puedes vivir, la muerte no es amenaza, es dignidad.

No puedes seguir siendo un excremento fluyendo con los meados del estado/dios por las alcantarillas, bajo mis asqueados pies.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


4 de mayo de 2024

lp--Qué estupidez vivir eternamente--ic


«Tenemos muchos (ciudadanos). Nos podemos permitir el lujo de perder algunos. ¿Qué más da?»

Mao Zedong.

No importa no vivir eternamente, la cuestión primordial es malvivir efímeramente, esto es, nacidos en la cautividad de una granja—ciudad de humanos bajo el férreo control del dios/estado que psicopáticamente alardea de democracia.

Primero debemos librarnos del o de los psicópatas que ostentan el control y mientras sus cadáveres se mecen colgados de un soga por el cuello, más relajadamente hablamos de esa banalidad filosófica que es la eternidad.


Iconoclasta

24 de julio de 2016

Indigentes de la Vida S.L.



- ¿Hay algún momento especialmente bueno para morir?
- No. Siempre es un buen momento para morir. Porque malvivir no es una opción, no hay momentos buenos para malvivir. Morir es todo ventajas.
- ¿Morir duele?
- Por supuesto que sí: los pulmones y el cerebro piden oxígeno y el corazón detenido es un instante angustioso y eterno. Aún así, no es más doloroso que malvivir.
Y es más digna la muerte que una vida como... pongamos por caso, la nuestra. Somos... como lo diría... alérgicos a esta vida.
- ¿Qué ocurrirá luego?
- Vamos, hombre, lo tengo por alguien inteligente. No me venga con esas... Es lo mejor de todo: no ocurrirá nada, no hay consecuencias. Y si las hubiera, que se queden para los vivos. No responderá de nada.
Así que antes de morir sea malo, deje deudas.
- ¿No es triste morir solo?
- No es triste, es de una admirable valentía, libertad y elegancia. Morir debe ser un acto íntimo. Imagine que le filman en plena agonía y se cuelga el video en internet. Recuerde la única ley inviolable en el planeta: cobardía con indignidad se paga.
- ¿Y qué será de los que me quieren?
- Nadie le quiere, no quiere a nadie. No estaría aquí si así fuera.
- Es cierto, solo quería parecer importante por un momento.
- Es usted un gran tipo, pero no es importante para nadie; ni falta que le hace. La importancia está basada en el interés y es precisamente por ese interés por lo que sentimos una náusea crónica al despertar. La tristeza de un nuevo día es un cáncer que nos come. No se trata de ser importante, lo que cuenta es ser único. Y le aseguro que usted lo es. ¿Qué decide: veneno, gas, cuchillo, disparo o lanzamiento desde gran altura? Todo está al mismo precio, al menos esta semana. Porque está a punto de subir el precio de los venenos y no sé si podré mantener la tarifa.
- Me quedo con el disparo.
- Quinientos euros y firma del documento de consentimiento.
- Me parece bien... Aquí tiene.
¡¡¡BANG!!!



Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.