El nuevo y normal fascismo estalinista homosexual y clima-sanitario instaurado globalmente en el año 2020 mediante el coronavirus, no quiere que sus reses/contribuyentes/votantes y asalariados coma cosas dulces, que prácticamente ya son placeres exclusivos de la aristocracia política corrupta y multimillonaria.
Por dogma estalinista maricón es un placer innecesario que hace gordas a las reses humanas que explotan en sus establos-ciudades; pero lo que de verdad no quiere en forma alguna el estado fascista-estalinista maricón, es que se alimente el cerebro de sus bestias y tengan más energía. Los jerarcas cleptócratas de estas dictaduras (antes pseudodemocracias) quieren reses átonas, abúlicas e incapaces intelectualmente, para facilitar su pastoreo y explotación.
No se les permite a estas bestias de granja criticar al estado/dios maricón y no deben desarrollar masa muscular para que puedan ser dominadas fácilmente por la policía y el ejército. La incapacidad intelectual llevará a las vacas, cerdos y borregos humanos a abrazar todo dogma que el líder maricón estalinista predique como parábola o decreto.
El veganismo homosexual es uno de los grandes dogmas primordiales del fascismo estalinista maricón.
Un dogma más de un gobierno controlador y tóxico, que de nuevo ese rebaño de reses humanas ha “escogido” mediante el espejismo de su voto; pero con una real deficiencia mental para intuir al líder criminal y desarrollar por él un fanatismo musulmán, que lo llevará a amarlo aunque condene a muerte a sus hijos. Es algo que ha ocurrido hace unos días con Hitler, Mussolini, Stalin, Mao Zedong, Franco, Ceacescu, Fidel Castro, Hugo Chávez, Fulgencio Bautista, Javier Rafael Videla, Bokassa…
Todos ellos y muchos que faltan (los actuales también), fueron y son soportados por sus propios animales de granja votantes/contribuyentes/asalariados.
Sin una masa humana imbécil y de fanatismo musulmán en su líder, jamás los grandes cerdos de la historia pasada y actual hubieran accedido al poder.
Y por ello, el actual estado/dios maricón fascista-estalinista surgido con el coronavirus e instaurado en tantos países consumistas occidentales, ha declarado una guerra contra el azúcar y un absoluto apoyo a las drogas narcóticas de todo tipo como el alcohol.
Tabaco y azúcar u otros productos de consumo no narcóticos y que podrían conducir a la reflexión han sido vetados.
Quienes más obsesión y represión cometen contra su población de reses humanas autóctonas por el azúcar y su “gordura”, son los fascismos regionales nazionalistas (en España) como el catalán, gallego, vasco, valenciano, balear y otros que poco a poco se van uniendo al mismo negocio. En su racista supremacismo quieren presumir de que sus reses son las más perfectas, las que tienen la mejor genética, las más mansas, obedientes con servilismo total.
Y estos fascismos maricones tribales (por su pequeña extensión territorial) han gozado de un gran éxito, sus reses votantes/contribuyentes/asalariadas jalean como fariseos con devoción por sus caciques fascista-estalinistas maricones, clima-sanitarios y contrarios al azúcar y al tabaco que pronto sustituirán por hiel y marihuana.
Una masa humana átona y castrada de capacidad intelectual, no necesita libertad, incluso hablar de ella, la incomoda porque no sabrían que hacer, qué decir o que enseñar a sus hijos en libertad.
El fascismo estalinista maricón quiere idiotas, cobardes y débiles desde su nacimiento hasta su muerte en el centro de explotación (puesto de trabajo) antes de que pueda gozar, por supuesto, de una pensión de jubilación.
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.