Powered By Blogger

20 de mayo de 2020

Crónica y conclusiones de la estafa del coronavirus 2020

 
Ahora que la peña ya está sentada y bebiendo en las terrazas de los bares (milagrosamente han dejado de hacer deporte en masa), es hora de dar un repaso al timo que han llevado a cabo los gobiernos de la Red 5G con el coronavirus. Es un buen momento para volcar en el papel toda la mierda que he tenido que ver y oír, mientras los borregos se beben su cervecita sintiéndose protegidos tras dos meses de cárcel en casita, como decretaron los titos salvadores, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Estoy asistiendo a una época vergonzosa de la historia. Una cobardía inédita de la especie humana. Desmesurada y multitudinaria. Veo gentuza conduciendo su propio coche sin acompañantes con mascarilla y guantes. Hay gente paseando por la montaña con mascarilla. Gente corriendo con mascarilla donde no hay nadie más. Hay gente que debe follar (mal) con la mascarilla y los guantes para meterse los dedos en sus propios anos. Gente que mira con desconfianza y camina cabizbaja temiendo que el coronavirus les rompa el cuello o algo así. La vejez nunca había sido tan indigna como en la era del coronavirus. Gente que se siente enferma porque sus pobres cerebros han sido usurpados por la miseria de los mensajes doctrinales de las emisiones televisivas.
La cobardía de los borregos es una venenosa e indigna caricatura de si mismos.
En una era de avances tecnológicos y sanitarios, las reses humanas se han refugiado en sus casas hasta el punto de no ejercer sus obligaciones de subsistencia, dejando en manos de sus amos todo lo que se refiere a su trabajo y economía. Con una obediencia ciega. Tan ciega que me daba miedo de que se pudiera contagiar toda esa imbecilidad.
Los líderes políticos, sobre todo los de países mediocres y pobres como España, han mostrado su depravado carácter dictatorial y ambición desmedida. Todos los esfuerzos y gastos para salvar la crisis sanitaria por la imposición del coronavirus, se han dedicado exclusivamente a encarcelar, acosar y reprimir a la población. La compra del favor de la prensa y medios audiovisuales hacia el nuevo régimen, intenso rastreo de las redes en busca de publicaciones notorias que critiquen el Régimen Español de Sánchez e Iglesias, y un adoctrinamiento exhaustivo y asfixiante (con la comprada complicidad de la prensa y la televisión) para que las reses encarceladas piensen que es mejor estar arruinados que la posibilidad de caer enfermos de coronavirus.
El gobierno buenista y paternalista del tándem Sánchez e Iglesias, ha negado sistemáticamente todos los días que la ruina económica va a ser con creces, mucho peor que la enfermedad. Y por otro lado, se han preocupado diariamente en sus homilías de insistir en que la gran crisis económica va a requerir muchos sacrificios; pero a las reses no les importa, porque tienen una fe inquebrantable que el gobierno les dará de comer, casa y algo de dinero para pasar los meses sin trabajar.
Ha sido tan brutal en desmesura y paranoia el adoctrinamiento por medio de prensa, internet y medios televisivos, que los cobardes que han guardado cárcel en sus casas con aplausos y carteles de “todo irá bien, quédate en casa” (en tu puta casa), han hecho de los enfermos sus enemigos.
Y cada día, sin faltar y con verdadera devoción e ilusión han aplaudido cobarde y servilmente a sus carceleros y estafadores. Los propios acosadores se dedicaban a las ocho todas las tardes, a exigir aplausos y vítores a los encarcelados.
En medio de tanta muerte, no podía haber nada más vergonzoso que lanzarse a la fiesta como niños de tres años.
Esto es el único resumen y conclusión de una estafa cuya ruina provocada, se prolongará posiblemente por dos lustros y creará más enfermedad y muertes que la enfermedad que los gobiernos de la Red 5G, han provocado y extendido entre sus habitantes.
¿Y qué han ganado los gobiernos y las empresas afines? El primer gran control exitoso de las masas, convertirse en la salvación (en el imaginario de la chusma) de millones de reses, enriquecerse y crear una gran crisis económica que, inequívocamente está destinada a esquilmar la economía de los obreros o trabajadores a fin de que gran parte de lo que trabajen, sea dedicado al gobierno para protegerlos de otras posibles epidemias que sin duda alguna volverán. Ese dinero en forma de impuesto, irá a parar a los bolsillos y bancos de siempre; para que se empolven la nariz con más frecuencia.
Lo mismo que existe una poderosa Red 5G, es innegable la antiquísima y poderosa corrupción de los políticos, forma parte de su idiosincrasia.
Salvo que seas un lerdo ciudadano integrado, un mediocre anodino, jamás se debería considerar la honorabilidad y honradez de los políticos; sobre todo si son españoles o hispanoamericanos.
Al final, las grandes ciudades y toda la inmundicia que fluye por las inmensas cloacas, con toda probabilidad ha ayudado a propagar una enfermedad que, sin sentirme paranoico, ha sido perfectamente diseñada con una precisa diana de mortalidad y contagio por edad: jubilados.
Las granjas humanas o ciudades, es lo realmente insalubre e indigno.
Demasiados miles de reses cagando, meando y follando al mismo tiempo, hace mierda cualquier higiene y su profilaxis.
Tampoco creo en la inteligencia de todos estos tiranillos de medio pelo que son los presidentes elegidos democráticamente por la chusma, así que no me extrañará nada que llegue un crack rotundo y mortal de las economías occidentales.
Y cuando eso ocurra, será mejor que seas cazador y tengas armas en casa.





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

16 de mayo de 2020

Solo contigo


Solo contigo quiero vivir en el paraje de la Inmensa Soledad.
No aceptaría a nadie más.
¿Te has fijado, amor?
Es un caos de libertad.
La soledad más hermosa grita con furia su grandiosa libertad inquebrantable de precisos y sólidos matices indestructibles.
Hay una senda infinita a un horizonte aún por descubrir, por la que nadie más caminará.
Te quiero avanzando hacia mí con esa voluptuosidad tan tuya, con esa sonrisa que ilumina el universo.
Sin que nada te detenga.
Ven a mis brazos abiertos, a mi rostro que exhibe una sonrisa feliz y cansada. Ha costado tanto tiempo crear este lugar, cielo…
Por favor…
Sé que es mucho pedirte habitar esa inmensa soledad.
Perdóname. A veces no pienso en lo poco que valgo; pensar en ti me hace valioso.
Es inevitable.
No tengo derecho a pedirte semejante soledad.
Solo es una muestra de deseo, cielo.
No puede hacer daño.
Ahí, en el centro de la soledad, no puedo dejar de pensarte. Lo llenas todo.
Y sueño tenerte sin más consideraciones. Como si por una vez en la vida algo fuera fácil.
No me siento solo.
Estoy bien, amor.
Simplemente te necesito en cualquier universo.
Pudiera ser que en esa soledad me eternizara y no debiera preocuparme el tiempo que pasa y no tenerte.
No sé… Amarte me hace confuso a mí mismo.
Solo contigo, cielo; es en esencia lo que quería decirte por enésima vez.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

11 de mayo de 2020

Enamorarte a cada segundo


No basta con que estés lejos, ¿verdad?
Debes ser deseable sin piedad en todas las horas.
Como si no quisieras que dejara de pensarte ni un por un segundo.
No eres consciente de tu aristocracia extraterrenal.
No es tu voluntad sojuzgarme. Simplemente te parieron así de extraordinaria.
Por decir poco, por decir lo mínimo.
¿Sabes, cielo? No importa lo angustiado que esté por no tenerte. El mundo y mi vida son mucho mejores con tu existencia.
Nunca he creído ser merecedor de nada, no tengo complejos de ese tipo.
Así que tenerte solo un poco, es un mucho.
Solo puedo asegurar una cosa: si no te pensara a cada segundo, no entendería para que sirve mi cerebro.
Amor… Hago lo que puedo para enamorarte cada día más. Como tú haces conmigo con esa facilidad, con esa sencillez…
Invento fórmulas para reescribir con musicalidades distintas lo que invariablemente te deseo.
No tengo otra misión que ser desmesurado en estos tiempos de cariños disueltos en cobardías, en excesos de alegrías con la que los mezquinos pretenden conjurar su miedos.
Tiempos con un serio defecto de trascendencia.
¿De qué se ríen las hienas? ¿Y los idiotas?
Te amo, lo declamo y escribo con el semblante serio como la propia muerte, sin sonrisas, sin promesas vanas. Con los dientes apretados de dolor y atávicas frustraciones que pesan intentando doblar mi espalda.
No sé cuanto aguantaré ya…
Te amo y cualquier otra consideración, cualquier maldad o bondad, queda relegada a la indiferencia de mi pensamiento que te adora.
Solo importa que cada día te pienso, que te puedo escribir mis locuras de amante y asistir a tu sonrisa.
Es la única forma en la que puedo trascender en este mundo sórdido e insalubre.
Volveré.
Esto no acaba aquí.
Acabará bajo tierra, dentro de un ataúd.
Lo escribo sin sonreír.
Bye, amor.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

10 de mayo de 2020

El Barrio Sésamo de Sánchez e Iglesias


Escuchar un discurso del Caudillo del Régimen Español, el generalísimo Sánchez, es tan aburrido como lo era soportar las largas peroratas de Fidel Castro. Ambos tienen en común que sus discursos son pura masturbación; y como ningún camello se ve su propia giba creen ser la hostia puta de la retórica, unos escritores natos (a sabiendas de que los discursos los escriben sus respectivos jefes de propaganda doctrinal).
Pues no hace mucho, el Caudillo español habló de la desescalada del estado de alarma y encarcelamiento ciudadano por coronavirus (desescalada es un eufemismo torpe por devolver las libertades que robó y usurpó a los ciudadanos españoles con el pretexto cobarde de la epidemia).
De esa basura de la “desescalada” dijo literalmente: “Será gradual. ¿Y qué quiere decir gradual? Que se hará poco a poco por etapas. Y será asimétrica. ¿Qué quiere decir asimétrica? Que no será igual en todas las comunidades.”
Es real, es literal. YO lo escuché en el mismo instante en el que soltó su lección de vocabulario for dummys.
Ocurrió que “gradual” y “asimétrica” eran términos que acababa de aprender hacía unas horas y estaba impaciente por lucir sus recientes conocimientos ante los españoletos.
Y como el idiota piensa que todos lo son, creyó acertado dar su lección semanal de Barrio Sésamo con estas dos palabras.
Hay que señalar que el Régimen Español, en sus lecciones de Barrio Sésamo, suele cantar habitualmente la canción del cinco de Barrio Sésamo versión infantil: Uno, dos, tres, cuatro y cinco, las abejas trabajan con mucho ahínco.
Sin embargo, hay en el Régimen Español una frecuencia oculta en sus discursos; la versión adulta que jamás se emitiría en Barrio Sésamo: Uno, dos, tres, cuatro y cinco, en el culo te la hinco. El mantra que el Caudillo canta para sus adentros mientras se hace la paja en público (declama su discursito).
Los países europeos con cierto y engañoso nivel “democrático” (el coronavirus ha tirado por tierra a todas las democracias y el respeto que se tenían a si mismas como formas de gobierno), gracias al Caudillo Sánchez están convencidos de que España es el cotolengo europeo y africano; el asilo adonde van a parar todos los tontos de los dos continentes.
Vamos, como un campo de refugiados para imbéciles
Es normal que España sea un país cobarde, va de la mano de la ignorancia y la dejadez, abulia, vagancia, desidia o pereza (toma vocabulario)
(Foto de un episodio de Barrio Sésamo y el gag habitual de Epi y Blas)




Iconoclasta

9 de mayo de 2020

El minimalismo de la niebla y el cuervo


Hay tanto espacio para un ser tan pequeño…
Yo no cuento, porque me arrastro por el suelo.
Afortunadamente no aparezco, no estropeo el momento.
Son las seis treinta de la madrugada. Y el cuervo posado en un cable eléctrico grazna de tal forma que, concluyo que le pasa como a mí: otro día más de mierda.
Y no podía parar de reírme de mi colega.
¡Qué genio!
Estábamos solos el y yo entre la niebla y frente a grandes montañas invisibles.
Y la soledad envuelta en niebla, era magnífica. Quise que se detuviera el mundo.
Ese resumen de vivir; de vivir por vivir sin más necesidad, daba paz.
Pero el cuervo voló y pensé que nadie puede detenerse demasiado tiempo, es peligroso.
Hay que saber disfrutar los breves segundos minimalistas.
Y camina o revienta.
Yo no volé, cojeé hasta la bici y pedaleé hacia donde debía. A donde quería, afortunadamente.
Como mi enojado colega. Qué risa…
Y el frío calaba en el corazón quieras que no.
No sé por qué me vino a la cabeza aquella canción… Here comes the sun (Aquí viene el sol).
Bueno, si no hay más remedio…





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

8 de mayo de 2020

Un experto en dolor y miedo


Cada mañana me cruzo con un proyecto de hombre que se quedó en miseria humana, uno de esos que pasea a su perro. Un perro con más dignidad que él. Siempre que pasa alguien cerca, el maricón toma el cuello de su abrigo y se cubre la boca ostentosamente.
Es un gesto tan cobarde y el tipejo de mierda respira un aire tan mezquino, que cuando lo veo, le deseo que se muera. Que se contagie del coronavirus que teme y muera vomitando sangre y los pulmones hechos jirones.
Me ofende su existencia. Si tuviera fe en algo más que en mí, encendería velas en una iglesia pidiéndole a Dios que lo mate.
En este momento de cobardía ante la enfermedad, la gente que deseo que muera, suma miles de millones. Son muy pocos mis humanos que no pueden morir.
Es lo que ha revelado el coronavirus. Veo y oigo a presidentes, ministros, médicos y científicos promoviendo la cobardía, la ocultación del avestruz para vencer la enfermedad. Dejar de trabajar y abandonarse a la desidia más repugnante y humillante.
La pose más indigna que pueda existir para alguien que tenga un mínimo de honor o decencia ética.
Viendo toda esta mezquindad espero y deseo una muerte global, planetaria. Que mueran los hombres y mujeres, sean jóvenes o ancianos.
Es preciso extinguir esos millones de líneas sanguíneas cobardes, indignas y absolutamente imbéciles.
Yo no quiero vivir cerca de ellos, ni lejos. No quiero saber siquiera, que existen.
Soy uno de esos humanos que sabe muchísimo del dolor, de la enfermedad y el miedo.
Literalmente, se me pudrió una pierna por un accidente que tronchó mi tibia derecha, que gracias a la negligencia de un médico se me pudrió dentro de un yeso ortopédico.
Soy uno de esos humanos que gracias a esa podredumbre, no se puede sanar un cáncer que se come la tibia poco a poco. Soy uno de esos humanos que se le iba la vida entre infecciones, dolor, cáncer y miedo. Y así durante un año en el que perdí la capacidad de caminar.
Y en ese año subió un trombo a los pulmones; un día durante treinta y seis horas, cuando sacaba aire al respirar, salía con sangre. Me dijo el médico cardiovascular que era un fantasma porque debería estar muerto.
Nadie que no lo haya vivido puede imaginar el dolor cuando el trombo sube a los pulmones, la incapacidad absoluta para respirar sin sentir que te meten un hierro al rojo vivo por dentro, unos dedos por encima de los riñones, en la espalda.
La seguridad absoluta de que vas a morir.
Que escupes la sangre con mucho cuidado porque sabes que se rasgará algo dentro de ti si no eres cuidadoso. Que tienes que hablar con el tono más bajo que jamás creías que pudieras usar, incluso para oírte a ti mismo.
Soy uno de esos humanos que tenía que ser curado en una habitación a solas, porque las curas eran tan sangrientas y dolorosas, que no era popular que otro paciente lo viera.
Soy un humano que temía que un día llegara mi hijo y encontrara mi cadáver, tenía doce años y no me acababa de gustar la idea. Esperaba morir de noche, cuando mi mujer estaba en casa tras el trabajo.
Hay noches en blanco, imposible dormir evocando aquella madrugada, cuando tras el golpe que me dio el coche (yo circulaba en moto), me arrastraba a un lado de la calzada, mientras la tibia rota en dos agudos trozos, cortaba la carne por dentro. Hasta entonces no había sentido jamás el dolor tan adentro, no podía controlar lo que esos huesos rotos hacían, cuando se movían sin que yo quisiera. Y yo me decía que no era un buen momento para cerrar los ojos, aunque me jodiera.
Pensaba que no podía estar más roto, que jamás me arreglaría, que se acabó.
Cuando me inyectaron la morfina en la calle, antes de inmovilizar la pierna que parecía de goma, pensé que eran ángeles los de la ambulancia.
Y entonces, sin dolor, me sentí más calmado y observé a mi alrededor y pensé con frialdad en lo largo que sería recuperarse. No sabía que tenía un tumor maligno aún.
La médica en la ambulancia me dijo que estaba en estado de shock, yo le dije que no me lo parecía, sabía perfectamente lo que me había pasado, donde estaba y el inmenso dolor que pasé hasta que me inyectó.
¡Oh, gracias! ¡Chutadme otra por si vuelve a doler, por favor!
Son demasiadas noches las que no duermo evocando aquellos huesos rotos destrozando mi carne por dentro, la sangre que salía de mis pulmones con un dolor letal, de esos que dices que ya llegó el final. La operación pasados dos meses de que no consolidaba la fractura (la gangrena…). Yo me despertaba y les decía que estaba muy cansado. Mi pierna en vertical estaba abierta y veía el hueso, veía como sacaban carne sucia.
Y la anestesista me decía que tranquilo, ya estaba acabando. Y luego, cuando creían que estaba dormido otra vez, le decía con malas maneras al cirujano traumatólogo que se diera prisa; porque no podía anestesiarme más tiempo o me moría ahí mismo.
Lo recuerdo todo. La anestesista me visitó cuando aún no podía hablar y me dijo que tenía que ser fuerte, que no iba a ser fácil; pero si me rendía, estaba perdido.
Ya lo sabía, siempre he sido un tanto reticente a morir sin luchar.
Una vez, de pequeño un médico me arrancó en vivo una uña del pie que tenía una infección por una herida, tendría siete años. Ese fue mi primer contacto con el dolor absoluto. Aquel trallazo de dolor se me quedó tan grabado como el rostro de mi padre muerto.
No podía imaginar lo que iba a doler la vida años más adelante.
¿Por qué se ensaña tanto conmigo la vida hijadeputa?
Hay noches que no duermo, porque el dolor no me ha dejado jamás desde hace ya quince años. Cada paso es una punzada que lo revive todo.
Y no me sale de los huevos pasarme la vida narcotizado, vaya mierda.
Y camino, no le hago caso. No hay nada que me pueda detener salvo la muerte, y un gobierno hijo de puta que pretende asesinarme con su cobardía mierdosa condenándome a la inmovilidad. Os deseo que muráis en un charco de ácido, putos dictadores del miedo y la mezquindad.
El tiempo no puede curar lo que no todavía no ha pasado. Hace quince años y el dolor que sentí es tan vívido ahora como entonces.
Y mi puto miedo, miedo a morir, a la amputación, a la amputación y morir. A la sangre que subía hasta el techo de la habitación del hospital cuando me presionaban la carne de la pierna, las grapas que debían cerrar la herida de la operación, se desprendían solas de una carne que supuraba. Tengo un álbum de miles de fotos del dolor y el miedo.
Durante tres meses yo mismo me inyectaba en el vientre heparina, tres veces al día.
Y el vientre se cristalizó y tuve que buscar otros sitios donde no fuera tan doloroso seguir pinchando y pinchando y pinchando… Me daban bolsas de supermercado llenas de jeringuillas para pasar el mes.
Hay momentos en los que al caminar, temo que se vuelva a partir por el mismo sitio. Duele tanto algunos días… Se me cierran los puños sin querer intentando dominar el dolor.
Así que mi negra y podrida pierna sigue funcionando quiera o no. El cáncer ahí está, no me importará hasta que vuelva a comerse la tibia y un día me caiga en la calle o en casa con la tibia otra vez rota. Pero ese día moriré porque ya no tendré fuerzas para volver a pasar todo eso. Ser viejo tiene sus ventajas, te libra de trabajos que no conducen a ninguna parte.
Si sobrevivo, me amputarán la pierna. Y como dijo un gran cirujano ortopédico que ayudó a los especialistas a tratar una pierna tan enferma, si amputamos ahora la pierna, el cáncer podría volver a salir; pero en la cadera.
Porque el cáncer es un marcador, un límite de vida; por lo que pude entender ante tantas conversaciones con médicos y entre ellos. Hay cánceres, tumores que volverán a aparecer, porque genéticamente es una función de tu naturaleza desarrollarlo. Y si no es en ese lugar, lo hará en otro. El gran experto, dijo que era mejor mantenerlo en la pierna. Pierna imposible de operar.
Así que me dijo que era el momento de echar huevos al asunto y vivir con ello.
Y le hice caso. Me arranqué de la pierna la férula y comencé a hacer en casa ejercicios (siempre he practicado gimnasia y pesas desde los dieciocho años todos los días, en casa o en gimnasio) de recuperación que me habían negado en el hospital porque era una pierna tan grave que nadie se atrevía a hacer algo. Tenían miedo de que su paciente empeorara o muriera con la rehabilitación. Un cáncer da más miedo a los médicos que al que lo tiene, es algo que hay que tener en cuenta para no quedarte parado esperando que el cielo te ayude.
Pero un cáncer con una falta grave de retorno venoso (con la gangrena desapareció el 70 % de las venas de la pierna y la sangre que baja no sube), es lo más grave que pueda existir, porque el movimiento es necesario para que no aparezca una trombosis de nuevo y el movimiento con un cáncer en el hueso más importante de la pierna es un riesgo de rotura de nuevo.
No requiere conocimientos médicos concluir que el movimiento es curación y vida. Duela lo que duela. Lo tenía muy claro.
El día del primer aniversario del accidente en moto que me rompió, pude apoyar la totalidad de mi peso en la pierna.
Sé mucho del dolor y la enfermedad. Tengo un máster en ello.
Lo que están haciendo los gobiernos que han secuestrado a sus habitantes en sus casas es un crimen, es un timo. Una manera de hacer ostentación de poder y dominación.
Cualquiera debería saber que el sistema nervioso es el que tiene el control del sistema inmunológico.
La cosa es bien sencilla, si tú pones en situación de estrés a una persona, caerá enferma muy a menudo.
Esto es algo que saben los putos gobiernos, porque pagan una pasta a mediocres doctores para que les enseñen cosas de anatomía de primer grado de instituto.
Si al conjunto de la población lo encierras con represión policial en sus casas y los bombardeas con epidemias, muertes y miedo, conseguirás que se sientan enfermos, tanto que llegarán a desarrollar la enfermedad.
Y tú como gobernante, te convertirás en su salvador.
Es un timo.
La vida de la humanidad ha estado plagada de enfermedades epidemiológicas.
Los médicos de verdad, no consienten esa cobardía, no pueden asumir ese encierro que empeorará el sistema inmunológico y evitará desarrollar los necesarios anticuerpos con la actividad de una vida normal.
Tomar medidas efectivas en las infraestructuras de transporte colectivo, en los locales públicos y en el control de manifestaciones, es lo correcto. Paralizar un país y hacer de sus ciudadanos ratas de laboratorio en espera de ser masacradas, es un totalitarismo delirante y tan evidente que solo una sociedad tan indecente y decadente como la actual puede estar ciega a ello; es pura pornografía política.
Yo sé mucho más que cualquier médico comprado de rebajas por el gobierno respecto a la enfermedad, el dolor y la recuperación.
Sé muy bien lo que digo, lo que he vivido y que mi conocimiento de la especie humana es impecable.
Si tienes miedo a morir, quédate en casa, cabrón cobarde; pero no jodas a los demás que no lloran como niños de teta, hijoputa.
Y ahora me voy a pasear por la montaña, a ver si puedo dejar de ver tanto hijoputa mezquino tapándose la boca con miedo.
Si supiera que en mi saliva está el cáncer de mi tibia, les escupiría.
Asquerosos ignorantes y cobardes.





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

7 de mayo de 2020

El Sol delator


He visto al Sol salir de su escondite. Asoma feroz, tiñendo el cielo de color naranja, como una sangre rara...
Y lo he fotografiado antes de que me pudiera dejar ciego.
Se esconde tras una pequeña montaña el muy traidor.
Y cuando ves el cielo naranja, no te agaches para anudar los zapatos porque cuando te enderezas de nuevo ya ha salido.
Es rápido… Y arrasa con sus rayos los bosques, las montañas y los pueblos.
Y revela tu ser secreto y oscuro con impunidad, sin poder protegerte.
Ese ser que nace de mis pies y se extiende por el suelo y las paredes durante lo que dura el día.
Toda esa iniquidad y hostilidad que soy.
Preciso discreción para poder actuar y el Sol es un delator de mierda.





Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.



6 de mayo de 2020

El Caudillo español y más de lo mismo


El caudillo del Régimen Español, el excelentísimo y generalísimo Pedro Sánchez, en sus habituales verborreas, ha insistido con orgullo nazional, que España ha sido el país que con más represión y acoso ha llevado a cabo el encierro de sus habitantes para luchar contra el coronavirus. Se equivoca en lo de luchar, el Régimen Español solo ha esperado arruinando el país a que la enfermedad se agote por sí sola.
Y en sus discursos para mentalidades infantiles de entre seis y diez años, ha chantajeado a esa oposición que es solo un teatrillo de títeres, diciendo que si pierde el poder supremo de España, acabará con las ayudas a los arruinados económicamente.
Desde su púlpito, toda la mierda que ha soltado en horas, se reduce en esencia en dos minutos: quiero mi poder y soy el mejor dictador al que jamás nunca le ha temblado la mano.
La razón decisiva para que Sánchez e Iglesias hayan instaurado su dictadura y además sea duradera, es gracias a que la oposición política, es tan cobarde y negligente como el gobierno mismo.
También gracias a la lealtad de su oscuro y poderoso ministro de Interior amo y señor de todas las fuerzas armadas, el carnicero Marlaska.
En España no hay oposición, solo la complicidad y esperanza de que un día ellos también sean partícipes del botín proveniente del estado de alarma y represión que sus caudillos decretaron.
En definitiva, el Régimen Español y su mano que no tiembla pero no hace nada, lo único para que le sirve es para decretar más prisión y alentar a los borregos presos en sus madrigueras para que les sigan aplaudiendo todas las tardes de mierda. 
Esa mano que le sirve además, para aferrarse al poder de su dictadura decretada con alevosía y paternalismos para un pueblo eminentemente analfabeto y cobarde. Como es un gobierno, es el pueblo.
No hay nada peor en el mundo que los cobardes ambiciosos.
Y España es primer país productor mundial en dictaduras y analfabetos.
Cuando una importante cantidad de borregos siente con fe ciega que encerrados en sus cuadras están a salvo, es que la sociedad ha tocado fondo en una indigna y decadente cobardía.
Héroes escondidos cobardemente en sus casas. Héroes… No jodas, es lo más repugnante que he visto y oído en mi puta vida de mierda.
Y estos analfabetos cobardes (ministros, presidentes, y chusma en general), son incapaces de imaginar en su infantilismo de deficiencia mental que, el coronavirus mata mucho menos que los filos y las balas.
La chusma cobarde, con sus mascarillas y sus guantecitos de ratón Mickey, ya tiene suficiente para distraerse hasta que los maten (es muy recomendable para preservar la especie humana).
Solo hay que ver a muchos viejarros que al caminar parecen enfermos pusilánimes, sintiéndose víctimas merecedoras de lástima y piedad.
Nunca los viejos han sido más repulsivos y mezquinos.
Concluyo: es necesaria una guerra que extinga esta denigrante sociedad española del coronavirus. Virus que lo más repugnante, peligroso y mortal, es que inflama los verdaderos tumores malignos: la mezquindad, la cobardía, el analfabetismo y la ambición humanas.
Y mientras llega la guerra con su pureza y eficacia, la dictadura española acumula meses de prisión incondicional con aplausos. Y se enriquece con grandes sobornos.
Es horrible la impaciencia por que llegue ya la solución final.




Iconoclasta

30 de abril de 2020

Coronavirus: la nueva sociedad revelada


España es una de las sociedades más oscuras y opacas del mundo, es el ejemplo máximo del advenimiento de la tiranía de los estafadores de paternal retórica; pero no quita por ello un ápice de despotismo al resto de países que anuncian una nueva era de mierda gracias al terrorismo de estado del coronavirus: en lo que se han convertido sus habitantes o votantes y el destino que les espera.
En Ripoll, donde vivo, hay un túnel bajo las vías del tren que lo resume todo con una decepcionante y escalofriante claridad.
El acoso y la extorsión en España, es tan solo la muestra de un catálogo de miseria, hipocresía y control dictatorial a los que se verán sometidos todos los rebaños humanos de todas las naciones-granjas.
Igual que España, el resto del mundo ha marcado un camino lleno de sombras, sin ninguna bifurcación, sin un lugar en el que protegerse de la amenaza de los policías que hacen guardia formando oscuros muros de opresión. De aniquilación de cualquier tipo de libre pensamiento.
Así han quedado la sociedades una vez aniquilada la fuerza, la pasión, la creatividad y la libertad del individuo: todo son manadas de rumiantes sin más inquietud que mal reproducirse ebrios e idiotas.
Han hecho de la vida un túnel sucio, de paredes ennegrecidas por la pobreza, el miedo, la represión y la mentira institucional. El pensamiento creativo, el poder y libertad del individualismo han sido devorados por la imbecilidad de la sociedad grupal, del pensamiento insectil que insulta a la inteligencia única de cada hombre y mujer de los que aún pudiera haber.
La mediocridad más pura, más carente de ningún tipo de rasgo, se ha instalado de la mano del gran engaño, ha creado un pensamiento obsceno, comparable al de una colonia de insectos cualquiera.
En la oscuridad de esos cenagosos muros del túnel se castrará con comodidad y en serie a todos los humanos que aún ostenten un libre pensamiento crítico, convirtiéndolos en cerdos de granja que avanzan hacia el dibujito que ellos ven como una pantalla de ordenador conectado a la red.
No se dan cuenta que el dibujo indigno e infantil, es el tope de su propia libertad, de su irrelevante intelecto. De su mediocridad tallada a golpes de sonrisas idiotas, de paternalismos y lágrimas de mal actor. De una indecente decadencia de cobardía y fe ciega en sus matarifes.
Es la nueva sociedad donde caminan todos juntos y hermanados hacia libertades que limitan con los oscuros muros del estrecho e infame túnel decorado con infantiloides mentiras de bondades que indignamente creen. La única libertad es el muro al final del túnel.
La mediocridad es el cáncer del pensamiento. Y ahora todos lucen su tumor como una mierda envuelta para regalo. Creyendo las patrañas de sus líderes cuando les decían que eran héroes por quedarse en su casa “confinados” y cagados de miedo, que así luchaban contra la enfermedad.
Te juro que se lo creyeron de verdad, te juro que dan ganas de vomitar ante tanta hipocresía y retraso mental. Deberían llevar a juicio a esos millones y millones humanos-vacas que creyeron que su cobardía era auténtico heroísmo. Los he visto y los he olido; y son seres humanos formados con excrementos y cables viejos.
Es necesaria una extinción, hoy más que nunca.
Lo malo no es la enfermedad. El coronavirus hace lo que debe y puede para limpiar de basura una especie que es plaga.
Lo malo son los cobardes que han asomado sus antenas de cucarachas desde las ventanas y balcones de sus casas, mirando la peste avanzar bajo el manto protector de su dictador que los hizo tarados hace generaciones atrás.
Lo malo es la hipocresía ofensiva de esa alegría en tiempos de muerte, de los aplausos que el gobierno les ha condicionado a ofrecer, con fe ciega en que serán salvados por ellos, por sus matarifes.
Son los descendientes directos de los que quemaban brujas y seres humanos en hornos industriales.
Lo malo es una sociedad degenerada y decadente que vive sobre ríos de mierda, orina y ratas.
Es una sociedad prescindible, no hace bien al planeta.
Y lo que ha de morir debe morir.
Debería…
Pero no ha podido ser.
Es pecado mortal gastar recursos y tiempo en cosas perdidas, como esos rebaños de millones de humanos, ya bestias de pastoreo, que se dirigen felices de su mezquina existencia hacia el único destino, un muro, el puto muro al final del túnel.
Las ratas jamás deberían haber subido a la superficie de las ciudades.
Al final del sórdido túnel debería haber una picadora de carne; pero nada es perfecto.
No hay que matarlos, solo mantenerlos estabulados y que rindan beneficios con obediencia grupal a cambio de no sufrir por coronavirus.
El coste ha sido la especie humana misma, su degeneración, la aniquilación de la creatividad, la inteligencia, la libertad, la independencia y la grandeza del individuo.
Porque solo el individuo merece la vida; las masas, la colectividad es el insulto, la degeneración insoportable de una sociedad podrida que debe desaparecer por peste o por balas.






Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

29 de abril de 2020

Una noche insomne


¿Hay errores fatales en el lugar y tiempo en el que se nace?
¿O el error está en dónde y cuándo debo buscar lo que deseo?
No tiene importancia elegir una opción, cualquiera dará el mismo resultado.
Todo se resume en que si ella existe. Y de ser así ¿Dónde? ¿Desde cuándo?
Y si de alguna forma la encuentras ¿en qué condiciones te encontrarás para afrontar la trágica odisea de amar?
Y reflexionando sobre las posibilidades, sientes el peso cada vez más asfixiante de la improbabilidad. Hay un tiempo límite para el amor, hay edades sin retorno de la soledad para aquellos que la sienten como una condena. Edades en las que solo cabe divagar y perder el sueño de una noche, pensando en lo que no pudo ser.
Es tarde si el cuerpo está maltrecho y el pensamiento seco.
El amor requiere cuerpos capaces de afrontar el ansiado contacto, el sexo y las emociones. Encerrado en el cuerpo, se halla el pensamiento.
Las emociones son peligrosas para los corazones no educados en el esfuerzo y el cansancio vital diario.
Aún tengo músculos, no sé cuanto durarán; pero no pienso en ello como fuente de preocupación de la misma forma que no pienso en la muerte y su decrepitud.
Para amar debe haber una mens sana in corpore sano.
Un recipiente duradero para mis emociones, para las de ella, para su corazón y el mío.
Tienes que ser prácticamente un atlante para soportar el amor tan ansiado y tan doliente.
Dicen que el amor no tiene edad. Es mucho decir, es una imprudente ingenuidad.
Tengo que ofrecer lo mejor de mí.
Pero solo existe lo que hay en mí.
“Lo que ves en mí, realmente está en ti”, dice el hada nocturna de mi insomnio.
Asiento feliz a esa belleza de imagen; pero no le digo que no acabo de ver en mí lo que ella esplende en el día y la noche.
No entiendo el enigma del hada nocturna de mi insomnio. Al igual que a los grandes poetas, no los puedes entender, solo dejarte mecer por las imágenes de sus palabras y su sonoridad, que un día edificarán un pensamiento en algún lugar de tu memoria.
“Lo que ves en mí”.
Lo veo todo en un segundo.
“Realmente está en ti”.
Solo si te abrazara.
Cuando no estás no hay luz dentro de mí.
Porque mi insomne noche solo tiene un pabilo moribundo que alumbra una página de algo que leo sin prestar atención.
Tal vez sea yo tu espejo.
Y tú mi pensamiento.
Y una noche en vela de cigarrillos, espiritualidad y cosas que no deben decirse para que la obviedad no las estropee.
Hay cielos reflejando lo que somos, sin embargo tú reflejas lo que deseo.
Es una redundancia de tu naturaleza, porque percibo tu mirada y tu piel, y el reflejo que de ellas emana.
No quiero saber con precisión quien soy, requiere un tiempo que me robaría de estar contigo. Me conformo con la intuición de lo que soy. Y librarme de responsabilidades alegando ignorancia.
No quiero entenderte, solo quiero atisbar tu alma deslizándome con desidia en tus palabras de místicas ternuras.
“Lo que veo en ti, está en mí”.
Gracias, cielo. No sabes del enorme alcance de semejante afirmación.
Aun así, pienso que hay un error en el concepto de la reciprocidad de nuestras almas. Y un error de modestia en la sintaxis.
Deberías decir: “Lo que ves en mí, es lo que toda la vida has buscado”.
Y yo te diría con rapidez: “Sí”.
Es tan difícil ponerse de acuerdo en el concepto de la experiencia acumulada durante todas esas vidas que no recordamos… ¿Qué elegir y reparar de lo malo?
¿De verdad crees que somos el reflejo que vemos en los ojos queridos? Es mucho decir. Yo no valgo tanto como tú.
Una noche de insomnio. Tocata y fuga...
De ojos enormes e intensos que hacen foco en la intimidad metafísica de la oscuridad de la noche. Una narcosis de irrealidad con los ojos abiertos.
Es hermoso no dormir por ello.
Hadas que crean mundos sutiles que tan solo requieren de un pestañeo para cambiar las grandes cosas feas por algo más tranquilizador, más esperanzador.
Una noche de cuerpos que nos contienen y quisiéramos escapar de ellos. De lápices que deben escribir, porque si no escribes no queda registro de un hecho extraño, cuasi onírico.
Lápices que no aciertan, que no dicen la verdad; las emociones son confusas y los lápices tienen una seria limitación para decodificar el espectro anímico. Requiere un tiempo tan grande, que no hay vida que dure tanto.
Y todo sin tener que despertar.
Zanjada la noche con un adiós que no entraña tristezas.
No sé que pensar.
Bueno, no quiero pensar más.
Se acabó la tocata y fuga, la maestría del músico jaleada por las voces nocturnas de una magia serena. Que no cese…
Hay templos que son cuerpos humanos y sus enormes y profundos ojos, los colosales vitrales que inundan el altar de paz.
Y ella esparciendo su polen mágico en el aire de la insomne noche, que cae como polvo de plata y luz. Y alguna risa sincera que lo alborota.
De alguna forma la filosofía de lo que escribimos da paz y arrincona al hastío vital que me provoca dolencias en forma de náuseas.
Una tocata y fuga que resalta el silencio de los que escriben sus anhelos y verdades en una vigilia nocturna.
Como en un sueño de narcótica realidad y del que no es necesario el despertar y su tristeza.
No dormir es a veces un sueño de ojos abiertos, de infinitas posibilidades que no duelen.
Dulces dardos de metafísica esperanza para lo que queda de vida.
Y un inevitable galanteo que no hace daño.
Es de día, hay que despertar de la noche insomne.
La luz, la del sol, lo borrará todo.
Otra vez.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

24 de abril de 2020

Ali Babá y los cuarenta dictadores


Los gobiernos de la globalización del coronavirus forman una corporación de delincuentes y dictadores que les caracteriza a todos ellos una retórica meliflua, dirigida a la infancia de entre los ocho y doce años, justo la edad mental de sus votantes.
Ningún escritor imaginó jamás una sociedad tan maligna y tan tóxica como la actual. Esta que ha robado la libertad por medio del coronavirus y el terror que produce en los castrados humanos o ciudadanos.
Cuando todos esos millones de votantes deficientes sean conscientes de la mierda que comen cada día y que la cobardía los ha llevado a la ruina y además a la indignidad, será tarde.
Porque la retórica venenosa de falso proteccionismo paternal, cambiará drásticamente; en lugar de ser ciudadanos, pasarán a ser ya sin eufemismo alguno: tarados y taradas que no se pueden valer por sí mismos sin sus líderes fascistas (sean de derechas o izquierdas, es la misma mierda). Conducidos por mano firme, esa que jamás les temblará a los tiranos del coronavirus y sus secuaces, la bofia, los militares y los jueces.
Es el peor escenario que podría haber sido posible.
Y el reinado de estos políticos degenerados durará generaciones y generaciones. Tantas que en cinco o seis, las crías de los tarados y taradas (añadir el toponímico que corresponda) ya nacerán castrados gracias a la endogamia, una selección genética enferma que hace de la imbecilidad una característica cualidad humana. Ya no necesitarán los tiranillos orar su mierdosa retórica de adoctrinamiento institucional y mansedumbre.
Destaca Europa, un continente tan decadente como viejo; cosa que lo convertirá en la sede de la dictadura mundial. Una triste y peligrosa cueva de Ali Babá y los cuarenta ladrones (sí, ya sé que serán muchos más, coño); pero sin ninguna gracia.
Pero tampoco será tan fácil para nadie, son demasiado idiotas para llevar bien sus repúblicas bananeras y ocurrirá algo terrible y de muchas muertes; tantas que las reses humanas añorarán el coronavirus y la feria que montaba la bofia para tenerlos contentos todas las tardes, confinados en su miedo y miseria.





Iconoclasta

20 de abril de 2020

El periodismo del Régimen Español


Es imposible de soportar si tienes un mínimo de inteligencia y criterio propio.
Es increíble ver las noticias en la televisión. Su nivel de adoctrinamiento y prostitución al Régimen Español al emitir sin tregua y enmascarados de bondad y buenismo, los grandes abusos, acosos y corrupción en la crisis del coronavirus.
Que nadie se pierda las telementiras, son una auténtica diarrea mental.
O cualquier artículo de la prensa española, que esos sí que se han prostituido bien al Régimen Español junto con las grandes empresas alimentarias. Aquel famoso periódico del franquismo, la Hoja del Lunes, comparada con los principales periódicos actuales, parece un panfleto comunista.
Es absolutamente asfixiante para cualquier persona con una inteligencia decente, leer la prensa escrita y su colaboracionismo con el fascismo español. El adoctrinamiento de obediencia y bondad del Régimen Español, causa vergüenza ajena por su burdo y torpe paternalismo y buenismo; que se convierten ambos en un burdo descaro que hacer reír a cualquier país demócrata del mundo.
Todo son grandes ventajas para los que han perdido su puesto de trabajo porque así son conscientes de que también sirven (si encuentran otro trabajo) para fabricar mascarillas y embolsar guantes en cualquier fábrica cutre y pirata. Según las televisiones del gobierno del Régimen Español, es puro enriquecimiento personal. Y sonríen como repugnantes beatos cuando los presentadores recitan la bazofia.
Y para los que están “confinados” (la gran mentira de la represión dictatorial del Régimen Español, ya que es la represión más obsesiva y paranoica desde que el marrano de Franco murió), no hay día sin aplausos para sus carceleros y acosadores. No hay día en el que no les digan, que lo peor está por llegar, que cuando les den permiso para salir con libertad de sus casas, comerán mierda; pero que con los años conseguirán superarlo si venden a sus hijos desnudos a empresas de pornografía en internet.
O cuando los presentadores babean pestañeando al cantar las excelencias de los menús de caridad para los nuevos indigentes del coronavirus; que el Gran Régimen Español que cuida de todos ellos, ofrece con celeridad y palabras amables, aunque detrás de la cámara atizan con una porra de madera y extienden multas a cuatro manos.
La farisea democracia del Régimen Español es el más grande insulto a la dignidad y a la inteligencia. El adoctrinamiento ha superado con mucho al fascismo del comunismo soviético. De largo.
No jodas, qué asco.
Si a la mañana enciendes la tele, ve con cuidado, te puede salir la presentadora-hiena contando alguna historia conmovedora y riendo con trozos de carne podrida entre los dientes.
Es lo más bajo que he visto en mi vida.






Iconoclasta

18 de abril de 2020

Lo que Murf atisba


Pienso en los seres que más quiero y en todo lo que haría por ellos.
Y en los que odio y las mil formas que imagino de masacrarlos.
Murf me observa con cierto interés, intuye la gran tensión que hay entre el odio y el amor en mi cerebro eficaz y peligroso.
Todos los bordes son peligrosos, cortantes.
Y si caminas por un filo, acabas herido tarde o temprano.
Bueno, más temprano que tarde.
De hecho estoy tocado desde hace mucho.
Y si ya lo estoy ¿qué puedo perder con un acto abominable?
El dolor te hace insano, ergo osado; el hastío, simplemente peligroso.
Y puede que algún día, si antes no muero, tenga que hacer algo por ellos por los poquísimos seres que amo con toda mi alma (si tuviera); como masacrar a los que detesto con una cólera controlada, fría y tóxica. Sistemática como un campo exterminio.
E inevitable.
Tal vez les deje un mundo mejor si descuartizo a cuantos pueda.
Extrañamente, puedo amar y odiar con idéntica pasión. Al mismo tiempo en cualquier lugar.
Algunos dicen que no es posible, pues sí lo es. Perdónales, Dios, porque no saben lo que dicen.
Soy el fracaso de Jesucristo.
Las tradicionales mentiras y leyendas religiosas siempre ayudan a dar más dramatismo a mi pensamiento incierto e inapropiado. Y por otra parte, las irreverencias son fuente de satisfacción.
Cuanto más quiero a esos pocos, más odio a esos millones. Amor y odio son directamente proporcionales y residen en el mismo lugar.
El lugar que mi Murf atisba.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.