Powered By Blogger

15 de julio de 2015

Te amo más que nadie



Nadie te ama como yo, nadie lo hará.
Quisiera que murieras lentamente (cuando te llegue el momento, no hay prisa).
Porque a pesar de tu sufrimiento, no quiero perderte, eres mi propia vida. Te amo con una intensidad que solo los dioses conocerían si existieran.
Quisiera que murieras poco a poco para penetrarte, en plena agonía.
O masturbarte, acariciar esos labios jugosos que me enloquecen y convertir tu clítoris en un diamante por su dureza.
Tu coño es mi refugio y mi paz.
Deseo que tu agonía sea larga para decirte durante horas y días que te amo más que a mi vida.
No es una buena idea que mueras.
¿Te duele respirar? Deja que te mame los pezones, que hunda los dedos en tu coño. Será como una anestesia.
No, mi amor, no puedo acabar con tu agonía, te amo con desmesura, no puedes pedirme eso. Me dolería. Si tú mueres, yo también.
Porque estoy sufriendo mi amor.
¿Te sientes con ánimo de tomar mi pene erecto y llevártelo a la boca?
Te limpiaré la sangre de la boca antes, no te preocupes.
Cuánto te amo...
Procura no toser, mi amor, tus pulmones van a estallar, todo es sangre, vida mía.
¿Quieres que te lo meta yo en la boca? ¿Estás cansada?
No llores, mi amor.
No te des la vuelta, no cierres las piernas, no hagas como si fueras a morir. Sé que estás cansada, que duelen los pulmones, que buscas el descanso por fin.
Pero yo te amo, no puedes ser tan egoísta.
Deja que te la meta, por favor...
Olvida al médico, te llevarían al hospital, me quedaría sin ti.
No llores, ya pasará.
Date la vuelta o te partiré la cara.
¡Ya!
Y deja de toser, lo estás poniendo todo perdido con la sangre.
¿Quieres ser madre? Aún tienes tiempo, tal vez... No pierdas la esperanza.
Te amo, tómalo. Está duro, es por ti, amor.
Te he dicho que lo cojas, cierra el puño en él y: arriba y abajo.
Te amo tanto... No lo entiendes ¿verdad?
No llores, aún no morirás.
Agonizarás eternamente, ni la muerte nos puede separar, no desfallezcas, mi amor.
Bésame, dame tu sangre, me excita tu dolor.
No llores, mi amor, eres hermosa hasta en la agonía.
Tal vez más que cuando esplendías de vitalidad.
¡Shh... mi amor, no cierres los ojos, no te duermas, podrías no despertar y dejarme solo!
No cierres los ojos, no te lo diré otra vez.
Te amo con locura.




Iconoclasta

10 de julio de 2015

Palabras


Por mucho que ames las palabras, el pensamiento final ha de ser lúcido. Hay que ser sincero con uno mismo, o se corre el riesgo de ser solo eso: palabras.
Hay que ser consciente de que las palabras solo sirven para saber el precio de la cosas y contar cuentos, mentiras e intrascendencias.
Hubo una carencia en el cerebro de un homínido que empujó a la humanidad hacia el lenguaje. Las palabras son el producto de una tara antiquísima.
Me muevo bien entre mentiras, las mías y las de otros.
Pero si quiero conocer la realidad, a lo último que recurriría es a leer u oír las palabras.
Solo necesito un ademán o una mirada para saber lo que miles de palabras mienten, no saben decir o se empeñan en engañarse a sí mismas.
Por definición, escribir debería ser lo mismo que mentir. En muchas ocasiones son mentiras sin más complicación o implicación que una distracción, mentiras bien construidas con musicalidad en las palabras, sin malicia. Son un regalo.
Pero miles de miles de páginas y buenas palabras sucumbirán con toda probabilidad a una mirada o un gesto.
No ocurre nada si no se ama, solo hay sufrimiento cuando no hay certeza.
Y en la naturaleza del ser humano,  la caza, la recolección, el refugio y la reproducción son las habilidades imprescindibles; el amor ocupa el espacio del ocio. De tiempos en los que ya no hay miedo a que las bestias nos devoren.
Cuando hay certeza llega la urgencia por resolver el problema, por  romper con cuentos y amabilidades.
Y cuando han pasado unas horas para asimilar la realidad y sus consecuencias futuras, llega la calma.
La calma es saber a si debes amar a alguien o no. Y ejecutar lo que se debe en cualquiera de los casos.
Con la palabra no habrá calma jamás. Porque no hablamos o escribimos a quien queremos, si no lo que queremos. Lo que queremos engañarnos consciente o inconscientemente.
La palabra no es mala, no es algo a erradicar, está ahí como una de las características del ser humano hay que aceptarla y asumir lo que de ella se pueda tras la observación de quien la escribe si es de nuestro interés sentimental.
Si no tiene interés sentimental, no hay problema, la palabra no importa que sea real o sincera, es arte o basura.



Iconoclasta

9 de julio de 2015

Bye-bye Lcda. Gabri, la pinche malinche

Estrella de Puebla, Puebla. México.

1/11/2014. No eres internacional por causa de descendencia paterna o materna. No te define ser mexicana, guatemalteca o chilena. Lo que te marca es Cuba, y no por esa admiración hacia el Che Guevara, uno de tus múltiples clítoris insertados en tu útero alegre. Eres de Cuba por ser la jinetera gratis para extranjeros y paisanos, eso sí, siempre y cuando estén ebrios y sean idiotas.

Estas cosas se saben de una forma natural. Tu hijo H. ya debe tener una idea aproximada de ti, el otro hijo M. ya lo debe intuir. Y la pequeña P. pronto sabrá lo que es su mamá.

Lo único internacional de ti son tus viejos tangas, tetas y vagina, que incluye el ano por aproximación y debido a la baja calidad de tus clientes (que no pagan, eres tú la que sueltas la plata por ser también idiota), confunden los agujeros.

No emplees tanto tiempo en convencer de que eres una madre abnegada, trabajadora y liberal. La gran mujer independiente y libre. Tu libertad se limita a antros, bares, moteles baratos, sanitarios y coches. A maleducar tus hijos con tu aberrante forma de ser y hacerlos neuróticos.

Si te crees otra cosa, es porque ni tú misma puedes asumir lo guarra y ambiciosa (sin muchas luces) que eres.

Tienes razón, porque Puebla y Cholula ya no son discretas, mejor te vas a Canadá, a ver si allí se te enfría el coño de tantas infecciones y un vicio mal sano que se lo traga todo, incluso la simpatía, la sinceridad, las amistades y el bienestar de tus hijos. Todo lo que tiene la mala suerte de estar cerca de ti.

Adiós, ahí te quedas con tu decadente añoranza de los tiempos en los que fuiste Miss Perra Borracha y Más Puta de la zona de antros bajo la pirámide del pueblo que tiene tantas iglesias como días el año. Tirándote ahora todo lo que se mueve en honor a aquellos tiempos de puta borracha.

 Ahí te quedas con tu coño de puta marrana atesorando tiempos de borracheras y narcosis, esas borracheras que te ponían caliente y te hacían coger con quien fuera. Volvías en tu coche a casa, borracha, con el vestido lleno de vómito y el coño y la boca supurando semen de idiotas y borrachos. Con las rodillas embarradas... No usas medias porque no tienes clase ni dinero para pagar tantas que romperías.
Las serpientes no envenenan a las serpientes, por eso te cogían sin miedo.

Tu coño es portador de infecciones. Eres sucia de pensamiento, cómo no lo va a ser tu vagina...
Añoras aquella marranería, eres sucia por naturaleza, como los puercos.

Si un día me dijeran que has muerto, yo pensaría incrédulo: "Qué extraño, mala hierba nunca muere; pero está bien, pensé que no ocurriría nunca". No es por odio, es por asco. Saber que no existes, hace el mundo más higiénico.
Vuelves a follar como una golfa subnormal cuando ves el paso del tiempo y la gloria de haber sido la puta más tirada y borracha de los antros. Combinas tus horarios de trabajo y te inventas visitas, pensando que el mundo es tan idiota como tú.

Pobre vieja perra... Golosa, guarra y gonorrera. Todo es g...

Añoras tus tiempos de coger con los idiotas y los tarados y buscas nuevos idiotas como el cerdo busca trufas; porque tú eres igual, solo que cuando no estás peda, se te da medio bien el engaño; que dura solo hasta que llegas con tu coño goteando leches de otros machos y la tanga del revés. Se aprecia cuando te agachas a dar el beso a tus hijos al llegar a casa.

Fumo y aún ahora, siento el asco de cuando subías las escaleras y tener que soportarte en nombre de tus hijos.

Tu madre no te deja las llaves de la casa por miedo a que entren los borrachos que te la meten cada vez que lo pides, también borracha y fumada. Tu padre era demasiado viejo para imaginar una hija tan sucia de alma y coño.

Adiós, sucia mujer cargada de hijos y de una vanidad injustificada. Nadie te soporta más allá de unos meses, cuando te han conocido.

Eres carne de antro, un polvo sórdido de fin de semana, una mamada en un carro que huele a cerveza rancia. Carne barata para borrachos e idiotas, como tú misma.

Carne en barra de mala calidad que te metes en ese coño torpe e incapaz de gozar, si estás ebria no te enteras de que eres tan estúpida como para ser solo una raja donde correrse. Y cuando estás sobria hasta tú te das cuenta de tu torpeza. Metértela es un camino árido y aburrido.

Quieres que te follen los borrachos para que no sepan lo insípida que eres mamando y cogiendo. Con tus manos estúpidas que no saben manejar un prepucio siquiera.

Si fueras puta serías respetable.

Si te llamo puta es un eufemismo por ser mala como el veneno. No quiero faltar a las putas. Eres una mentira grapada a otra mentira y a otra mentira.

Si al menos tuvieras algo de cerebro, cobrarías, pero eres idiota hasta para eso. Eres imbécil hasta para no saber manejar el placer de tu coño.

Tu vagina está tan ennegrecida, dilatada y holgada por el exceso de vergas y parir, que necesitas horas que te bombeen para que te puedas correr.
Aburres.

No se puede gozar de un buen sexo contigo, solo sirves para que te la metan o para arrodillarte sobre orines y mal mamarla en los sanitarios de los antros o en cualquier coche que te grite "chichona" por la calle. Por eso buscas más, porque tu coño es torpe y no te da el placer que sabes que imaginas podrías tener.

Das un placer poco exigente y te crees la reina del sexo.
Esa vanidad tuya es absurda y vomitiva.

Putilla de antro, carne de idiotas, no puedes vivir con alguien noble, porque tu naturaleza guarra te posee y te hace aborrecible en pocas semanas, lo que se necesita para conocerte bien.

Es tu vanidad sucia la que te mueve a abrirte de patas.
Eres vulgar y tirada.

Con la vanidad compulsiva de un deficiente mental que se masturba loco sin saber por qué.

Putilla de antro de chocho infeccioso... Deberían meterte en una jaula de por vida y quitarte a tus hijos.
Ahí te quedas, sola con tus niños y tus chulos y padrones, con tus borrachos que mal te la meten.

Tienes de todo: idiotas de barba y gafas, idiotas como solo tú lo eres, retrasada mental. Prietos, hueros, barrigones, delgados...

Los que te chupan los dedos de los pies, porque tu coño es demasiado sucio para meter ahí la lengua.

Eres ambiciosa y avariciosa; hubieras tenido dinero si no fueras tan imbécil.

Eres resultona para ebrios y narcotizados, pero tu físico no aprueba el examen sobrio, el examen exigente para poder acceder a una vida plena.

Y tu carisma es tan banal, que eres un insulto para mi inteligencia. Solo ríes como un burro con tus iguales: endogámicos de escasas luces, de genética mediocre, de un follar rápido como un mear.

Una analfabeta con pretensiones...

Tus compadres son chulos de penes anodinos y una corte de fumados.

Tu ambición sería ser una gran actriz porno. Eres simple como una pelota.

Eres carne de gente de obra de baja estofa. No tienes clase ni un culo llamativo.

Gira la rueda de la fortuna, mientras tu coño babea muestras de semen de tarados en una camilla de un barracón de servicio médico. Y gimes como actriz de película porno un orgasmo que no sientes. Eres una putilla idiota, por una cuestión de vanidad que nadie sobrio puede entender.

Coleccionas tus títulos de Miss Puti MotayPorno en Cruz Roma (consuelas jefes y amigos como solo puedes hacer, de rodillas o desflorando tu vagina lacia, fumada y con el coño caliente de ver videos pornos en los laptops de tus colegas que saben muy bien con quien tratan), Miss Putiruedadelafortunapoblana (el coño más internacional, con todas las infecciones alemanas, polacas y chicanas), Miss PutiHospital (zorra venida a menos, pero aún te conocen como puta, un lugar de encuentros, además, con antiguos compañeros una licenciatura que ni entiendes), Miss PutiCotiza (cada día más caliente en la oficina, con tu minifalda de puta barata esperas la hora de la comida y la de volver a casa para que te llenen tu chocho tonto), Miss PutiCerveza y Alitas de Pollo de Macarzysvergas (vuelves a tus orígenes, no salgas de ellos), y tu preferido Miss PutiMotelesalahoradelacomidaosalirdeltrabajo (y llegabas a casa con cara de santa subnormal y tu vagina idiota babeando aún; si te cortaran las piernas parecerías una babosa)... Y alguno más que otros conocen.

Vistes minifalda cuando vas a coger en el  trabajo con tus "proveedores", no mames, imbécil. Eres previsible como un niño de dos años, puta sin cerebro.

Llegabas tarde a casa y además sucia, llena de semen y babas. Eres una marrana. Y todo por un polvo que duraba una meada, una mamada solo para demostrar que aún eres lo puta que eras de joven.
Das lástima, zorrita de antro.

Si te dicen licenciada se ríen con ganas, como aquellos que te reconocen y te gritan puta desde un coche cuando paseas por el centro de la ciudad.

Cantas si volverá la maldita primavera con cara de cursi idiota, pero tu coño te pica tanto...
Porque estás borracha como una puta cuba de vino.

Qué suerte que te cortaran las trompas y evitar así que regaras el mundo con más hijos.

A veces lloras, eres tan retrasada que no entiendes el por qué: por ser una fracasada en el follar y en el vivir.

Destruyes ilusiones y proyectos con tu coño de puta marrana. Haces mierda cuestiones de amor y cariño con tus tangas siempre manchados de un hambre que no se puede saciar.

Sucia, sucia, sucia...

Solo hay una sinceridad en ti, puta marrana: que eres madre, que menstruas públicamente con copa y que tus pedos huelen asquerosos, cerda.

Ahí te quedas con esa suciedad entre tus piernas y tu pensamiento podrido y enfermo. Con tus tetas de sabor salado de las babas de tus sementales estúpidos.

Con tus escuálidas piernas llenas de moratones de los dedos de los palurdos que mal te follan. Que te cogen "rico". Decías que salían de la nada aquellos cardenales, la circulación...

No mames... Te veía jadeando en la camilla como una perra follada y tus tetas agitándose como flanes mientras el deficiente mental te bombeaba agarrándote fuerte las piernas. La circulación... Vete a tomar por culo, puta mentirosa.
Eres ridícula con tus mentiras de putón verbenero deficiente.

Fuiste estúpida hasta para engañar, tenías un hombre que sentía asco por ti en la casa. Tu puterío no te dio felicidad, ¿verdad idiota? Dos años para que te largaras, para poderte apartar de mi lado. Qué largo es el tiempo con una marrana cargada de hijos.
Se te acabó el negocio.

Vanidosa y tonta... Qué mala combinación, putilla barata de antro.

Ni siquiera como mala persona eres especial. Eres una de tantas, nada destacable, una golfa anodina que no acaba de entender qué ve en el espejo todas las mañanas al peinarse o alaciarse el cabello.

Ahí te quedas. Siento una pena por ti, la del caballo con la pata rota que relincha en el suelo.
Eres sacrificable.

Si mueres el planeta no lo notará. No eres especial, te lo aseguro.

Ojalá fueras puta de verdad, en pleno sentido de la palabra y la profesión, serías respetable. Pero no sirves para eso tampoco. Solo eres una alimaña ponzoñosa que se alimenta de vergas de los de su propia especie. Con tus muelas picadas de tanta mierda que has tragado, cuando ríes pareces un tiburón.

Me alegro de haberme sacado la rémora de encima. Me alegro de saber que no te veré envejecer y ver decaer más aún tu cerebro y tu coño tontos.
Hasta nunca, estúpida putilla de antro.
Fue un asco conocerte.











Iconoclasta

Publicada originalmente el 20/03/2015 a las 19:21 Hora de verano de Europa Central.

Lectoescritura en las redes sociales


Alguno consigue entender bien lo que lee la mayor parte de las veces, el resto, que son la inmensa mayoría (esos que dan su voto a los políticos más idiotas), no se entera de nada y de lo poco que se enteran, no aciertan a explicárselo a sí mismos.
Y si han de escribir, la cosa empeora.
Hay una dificultad irreparable en el cerebro humano.
Entender algo tras leer, se ha elevado a categoría de don.
Si se trata de sintetizar o resumir lo que se ha leído, y se consigue, estamos asistiendo a un milagro o una extraña conjunción o alineación cósmica que ocurre cada cientos de miles de años.
Justo lo que pasa con los manuales religiosos tipo biblias, corán, libro muertos, torá, el quijote, el capitalismo, Así habla Zaratustra, etc...
Nadie los lee, los que lo leen no se enteran de nada y un reducido número de fenómenos que llegan a entender algo de todo eso, lo manipulan para leerles su propio mensaje a los que no se han enterado de nada y así poder eternizar la ignorancia a través de un hermoso chorro de siglos en los que no cambiará absolutamente nada.
Los más cultos que he conocido, todos son adictos a la civilización egipcia de los faraones y saben decir Osiris y pirámide. Ser egiptólogo, es una de las carreras que más deslumbra a todo el mundo en las redes sociales. Y aún hoy día, hablar de que las pirámides fueron levantadas por levitación extraterrestre, es un hecho verídico ampliamente aceptado.
El nivel de lectoescritura de los ciudadanos y como llevarlos por el camino adecuado, es algo que conoce cualquier gobernante o alto funcionario, porque cuando acceden al cargo, les dan un manual de instrucciones ya antiquísimo donde se les instruye en como expresarse ante la peña que les ha votado y los que no les han votado también. Al final, a todos joden igual (por lo tanto, no perdáis el tiempo en ir a votar).
A medida que se ha cuantificado estadísticamente la capacidad de lectura y comprensión en los humanos, los aparatos electrónicos han ido adaptándose con rapidez a este profundo conocimiento del individuo tipo. Cualquier despertador tiene ya iconitos sonrientes, llorones o frotándose la calva. Los dibujitos en las pantallas y monitores de todos los equipos, han conseguido ya parecerse a un abecedario para chimpancés y gorilas que usan los biólogos para entrenar a esos animales.
Los memes se han convertido en el alimento espiritual de los que se deprimen abiertamente ante sus desconocidos amigos de las redes.
La proliferación de imágenes o videos cursilones o extraordinarios (por lo amañados y su grosera edición y manipulación que nadie capta) indica que todo va bien, como era de esperar. Y pronto le enviarán a la peña un email que al presentarlo en el lugar adecuado, les regalarán un plátano que tendrán que comerse ante una video cámara.
Se ha estandarizado el máximo de lectura a una frase y media, que es lo máximo que los usuarios pueden leer sin vomitar y compartir hasta el asco.
Un tema tratado por más de cinco minutos sin imágenes, deja en blanco el cerebro de los usuarios tipo de las redes sociales.
Las Cuevas de Altamira y sus imágenes rupestres, son un claro ejemplo aún muy actual de lo máximo que puede soportar un humano tipo leyendo.
Pero no hay peligro de que se extinga el lenguaje escrito, ni mucho menos. Vamos a ver: si a un usuario no le dan una pista de la imagen que está mirando, su cerebro se queda girando en vacío sin acertar a identificar nada, y así durante horas.
Se necesita (según la imagen) al menos dos palabras al pie para que puedan comprender.
Es tanta la falta de comprensión y redacción en los usuarios de las redes, que se ha tenido que cambiar el concepto de "analfabetismo" por "rebeldía social" para evitar denigrar a tanta gente.
El verano y sus altas temperaturas lo empeora todo en esos cerebros. Es necesario aplicar entonces a las dos o tres palabras que se redacten en un estado, imágenes de alto contenido sexual para captar la atención de los usuarios. Las palabras que las acompañen serán claras, básicas u onomatopeyas de pedos, algo que les haga reír mucho para que no se me dispersen de lo que están leyendo-viendo.
Es muy importante que crean que su sexo es pleno y potente para que no recurran a memes de psicología de feria que los deprimiría mucho.
Hay que cuidar esos cerebros de escasas luces, porque de otros apenas hay.
Y me parece que no queda más por decir, porque muchos de los que se han atrevido a leer esto, a estas alturas no saben porque lo están leyendo.
Una ayuda:
"Alguno consigue entender bien lo que lee la mayor parte de las veces, el resto, que son la inmensa mayoría..."
(Inicio del artículo, genios)

Apéndice 1:
Ejemplo de diálogo tipo usuario feisbu, para poder conseguir muchos amigos en un par de minutos:
-Salu2
-Chale
-Vale
-Por fis
-Tá güeno (sin tildes ni diéresis, yo porque sé escribirlo; pero no lo intentéis en vuestras casas, es peligroso).
-Lol
-Lol
-Pinchi
-Mola
-Chachi
-Sale
-Simón simonete
-Lol
-No tá
-(iconito de idiota sonriente dándose palmadas en la cabeza o chola)
-Pucha
-Mimí
-Ta jodío
-Goldo
-Chale
-La conchatumadre
-Pos sale
-Chichis glub
-Pelusa ñam...
-Chidón bidón
-Cruda?
-Sipi
-Xoxo
-Bubys goldas
-Gracs (e iconito ruborizado)

Apéndice 2:
Como ejemplo de meme de grado medio de comprensión (un poco avanzado, pero estimula un poco las meninges):







Iconoclasta

7 de julio de 2015

Hay ratas que sí


Aún se despierta acostado de lado en el extremo del colchón, en el borde mismo. Debe evitar el contacto con el sucio pelaje de la rata.
Cuatro años durmiendo con una rata al lado, crean un hábito difícil de erradicar.
Cuando adquiere conciencia, se da cuenta que no hay rata. Huele las sábanas: no hay el hedor de la rata impregnada por la suciedad de otros ratos. Entonces extiende los brazos en cruz y separa cuanto puede las piernas. Se esfuma la repugnancia inicial que le acompaña aún algunas mañanas y noches.
Observa por la ventana del comedor: ya no hay un precioso y majestuoso volcán; pero se compensa con un aire más limpio que huele a clorofila y lavanda. No hay cenizas que lo hacen toser y enturbian la luz.
Se ducha  y tiende a emplear demasiado tiempo para limpiarse el hedor de la rata que parasitaba su cama. Y se relaja, deja que simplemente el agua caiga templada por su cuerpo, sin frotar fuertemente. No es necesario.
Es sábado, ya no siente la profunda decepción y temor a tener que soportar la hedionda rata durante horas sin consuelo. Ya no tiene que aspirar el acre olor de la rata sucia y la mezcla almizclada de hedores de otros ratos. Sus chillidos histéricos provocados por los amarillentos y viejos incisivos que se le clavaban en el cerebro provocándole paranoias y calenturas que solo calmaba con vodka, cerveza y alimentos de mala calidad en sucias cloacas.
Dicen que las ratas son astutas; pero siente un escalofrío y el olfato se le llena de aquel repugnante olor a miseria y mezcla de orina y otras cosas innombrables. No, la rata no era astuta; solo repugnante. Solo evocaba asco.
No astucia, no inteligencia, no simpatía. Asco, asco y asco...
En sus patas anidaba la miseria como un hongo que impregnaba todo por donde pasaba.
Llega por fin al banco de madera y toma asiento con un suspiro, la caminata ha sido larga, como siempre. Es fácil caminar largas distancias en esa catedral de vida que son las altas montañas.
Saca de la mochila una bolsa de plástico, la rasga y la extiende frente a sus pies, hay restos de embutidos y frutos secos.
El río hace cantar a las piedras con una suave y apacible melodía.
Como siempre, aparece entre las hierbas de la orilla. Se acerca hasta la comida, se sienta sobre sus cuartos traseros y se limpia las patas delanteras como si fuera un saludo.
Él sonríe ante esa ternura y gracia. La menuda rata de negro pelaje brillante y húmedo come tranquilamente sin prisas, sin temor. Una avellana la toma entre las dos patas delanteras para poderla roer y comer. Mira al hombre aún con curiosidad mientras mastica.
Cuando acaba el festín, se sienta de nuevo sobre sus cuartos traseros, se limpia las patas en un adiós (eso quiere creer él) y desaparece de nuevo entre la hierba hacia el río.
-Son muy listos estos animales -le dice un excursionista habitual de aquellos parajes que ha estado viendo la escena.
-Sí, ésta sí -responde evocando el olor repugnante de la rata de aquel volcán.
-Y pensar que hay gente que las mataría...
-Hay ratas malas, repugnantes y sucias. Las ciudades esconden demasiada miseria, y hacen miseria de los seres humanos y todos los animales. Hay ratas que sí deben ser exterminadas. Y personas -responde con un deje melancólico, como si se encontrara lejos de algún lugar.
A veces es duro y demasiado directo; pero es mejor que ser hipócrita, no se arrepiente de haber contestado así.
El excursionista sonríe pensando que se le ha complicado un poco la conversación.
-Bueno, éste es un buen lugar, no hay ratas de esas -responde tras unos segundos de reflexión.
-Así es, jefe. Buenas tardes -le responde levantándose del banco y colgándose la mochila de un hombro.
-Buenas tardes. Salude a su amiga de mi parte la próxima vez.
Y sonríen, es un buen lugar para hacerlo.
Un buen momento.
Está bien no sentir asco, está bien conversar banalidades con simpatía.
Ríe durante un buen trecho del camino de vuelta a casa sin ser consciente.
Poco a poco recuperará el centro de la cama para dormir.
Una rata hace olvidar otra rata.
Dicen que los clavos hacen lo mismo, solo que siempre se queda un clavo.
La rata se va y deja una sonrisa. Ésta sí.
Y está bien otra vez.
Hace tiempo que todo está bien.




Iconoclasta

5 de julio de 2015

Una mariposa en mi mano


Algo debe estar bien en mí, pequeña.
Supongo que ya soy de aquí, de la naturaleza. Soy reconocido. Me gusta, porque nadie me ha dado la bienvenida jamás, nadie me ha esperado con una sonrisa en la boca, con una caricia. Nadie me ha dicho "eres de aquí".
Supongo que soy bueno para alguien por fin.
No pesas nada, bonita.
No imaginaba la levedad de tus patas. No esperaba que revolotearas a mi alrededor y posarte de nuevo en la otra mano.
Debes ser una mariposa con complejo de loro, como aquellos que siempre iban en el hombro de un pirata.
Qué casualidad, preciosa, casi tengo una pata de palo...
Tan pequeña y tan valiente... Supongo que sabes que no te haría daño, estas cosas las sabemos todos los seres con mirarnos a los ojos, solo que algunos son tan malos, ignorantes y porfiados que imaginan su propia maldad  e ignorancia en todos los seres.
Ahí, posada en el anillo de la calavera, luces como un monumento a la gallardía, con esas alas tan blancas y tan pequeña pisando el rostro de la muerte.
Me gusta mi anillo cuando estás en él, me ha gustado tu valentía tan sencilla que ni lo parece.
En la Teoría del  Caos, dicen que hay un efecto llamado "mariposa". Vivimos en un mundo tan hipócrita, pequeña, que algunos sueñan con hacerte responsable de un tifón, un tsunami o cualquier desastre por el batir de tus alas.
Si el aleteo de tus alas en un mundo sin mariposas pudiera provocar un huracán, el efecto de mis pasos destruiría el planeta.
Son idiotas y no tienen valor, necesitan crear cuentos y leyendas, ahora cuánticas, para explicar la muerte y el dolor.
Pretenden que la conciencia insectora de la humanidad, acepte una desgracia natural con la ilusión de que tú la has empezado a crear con tu batir de alas.
Pequeña, ambos sabemos que tu batir de alas no moverá ni una hoja de este bosque, son unos hijoputas cobardes. 
No pueden aceptar que son simples insectos también ellos y buscan en su mortalidad una causa maravillosa, fantástica, mágica.
Como si los humanos fueran tan especiales que para morir, necesitan una causa extraordinaria.
Pobre pequeña... Mirándote tan de cerca, tan frágil, el efecto mariposa se me hace una obscenidad, una mala fotografía de una revista pornográfica.
La humanidad lo contamina todo.
Los desastres vienen de alas de acero que sueltan bombas y se estrellan en las ciudades y las montañas, vienen de los errores, abusos y perversiones de seres que buscan la felicidad en su cochazo de mierda, en el plástico del dinero o en el acero de un reloj costoso. Las miradas de la envidia crean los genocidios y la ignorancia atesorada, miseria.
Que no se inventen cuánticas leyendas, teorías solo para ilusos idiotas sin ningún fundamento.
Es la retórica ignorante y cobarde vestida de ciencia.
"El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino).
Nada se amplifica en el mundo; para que algo se amplifique, alguien tiene que construir un instrumento que lo haga todo peor.
No hagas caso, los chinos dicen tantas tonterías como los africanos, los caucásicos o los latinos. Son solo humanos pedantes con ambición de ser los más sabios. Quieren romper el entusiasmo de las ideas de los creadores e innovadores con sofisticadas retóricas pseudo filosóficas.
Mi soplido perderá fuerza a diez centímetros de mi rostro y tu aleteo se diluirá a un centímetro del vello de mi mano.
No trascendemos más allá, ni queremos.
Sabemos que somos insignificantes, tengo memoria histórica y sé de lo que soy capaz. No hay amplificadores para el aleteo de una mariposa.
Que no vistan su decepción y su mediocridad, su muerte insignificante como lo es su vida, con cuentos de aleteos de mariposas que crearán una debacle cósmica.
Son idiotas, pequeña.
Vuela y acaricia mi piel, dime simplemente que soy de aquí.
Sé que morirás pronto, bonita, pero no soy como ellos, sé que tu vida habrá sido plena y que tu conciencia dirá dentro de unas horas, que es hora de morir, que la vida se ha cumplido.
Y no habrá miedo, ni habrás dejado ninguna posibilidad de catástrofe.
La muerte de otros, será mediocre, sin sortilegios ni cuánticas teorías caóticas.
Vuela pequeña, no temas, no importamos, somos fósforos que se apagan en dos segundos, no nos convertimos en volcanes.
Soy como tú, moriré en otra escala de vitalidad, pero igual que tú.
Gracias por tu bienvenida, por tus caricias.



Iconoclasta

4 de julio de 2015

Células


Me resisto a dormir porque sé que me queda algo por decir, por hacer.
No quiero que el descanso diluya la angustia existencial.
Pero mandan las células, ellas no quieren angustias, solo pretenden renovarse.
Y así es como lo físico vence a la psíquico; las células que parecían tontas...
Son las 9:38 de la mañana y me cago en dios para recibir al día, se me ha dormido un brazo.
Al dormirme me quedaba por decir que no importa, que mañana seguirán las muertes. Las muertes son razones para reír o llorar. Si muriera aquella mujer de sonrisa de asno que apesta a cerveza y vodka el mundo sería mejor, si muriera aquel explotador que me estafó en la juventud el mundo casi alcanzaría la perfección, si muriera aquel médico, si el cáncer se lo comiera y a sus hijos también... Si murieran tantos que se lo merecen tiraría cohetes de colores. Me gastaría un dinero  en fuegos artificiales que los hambrientos quisieran para sí.
Tengo cosas por hacer: insultar y despreciar.
Ahora mismo no recuerdo muertos por los que llorar, pero debe haber alguno, no me preocupa.
Entre tontos anda el juego, no me engaño; pero mientras se vive, hay cosas que hacer. Ellos que hagan lo que quieran y yo lo que me salga de los huevos.
También me gusta meterla, no todo es malo.
Y que hayan nacimientos no me conmueve, eso es una bondad de las células y ellas son unas optimistas, construyen cuerpos sin ningún tipo de selección. Todo nace, los hijos que no debieran lo hacen con costosas ayudas, la humanidad se multiplica con seres potencialmente no viables.
Pues parece que las células se equivocan, el despertar ha sido doloroso, no han alimentado los músculos, solo el cavernoso de entre las piernas. Durante unos minutos soy el toallero auxiliar y tengo que mear en la bañera.
No sé porque le llaman al sueño "reparador", porque cuesta dios y ayuda poner en marcha todos y cada uno de los músculos.
Las células aprovechan la noche para suicidarse algunas, estoy  seguro. También tienen sus paranoias.
Sabía yo que el optimismo es una superficialidad de seres simples.
Saldré a caminar montaña arriba porque nadie sube, nadie quiere sudar. Y si quieres no ver siempre las mismas caras, elige lo más penoso. Y vale la pena.
Escuchar el chillido del águila ha borrado todo lo malo que pasó y lo malo que pasará. Los conjuntos celulares se mueven por debajo de mí, yo soy el primero que ha oído el chillido del águila con un escalofrío en la piel y los que debieran morir, como que me importa una mierda que lo hagan o respiren.
Son fotos viejas y gastadas.
Así que me siento en una roca y escribo, odio, me maravillo y amo.
Aunque no sé que amo, pasa como con los muertos por los que vale la pena verter una lágrima, debe haber alguno.
Saco el pene y meo.
Y lanzo un grito.
Un pequeño petirrojo se ha quedado paralizado entre la hierba, hace como que no existe para que no lo vea, para pasar inadvertido. Me da la espalda y me arranca una sonrisa como hace tiempo que no he dibujado en mi rostro.
Me maravillo de esa sorprendente y maravillosa inocencia. Es una monada...
Sí, vale la pena no ver las mismas caras, solo lamento el tiempo perdido para encontrar una hermosa soledad.
Podéis no morir, ahora no es algo que me importe.
Tomo una pequeña pluma del suelo y vuelvo empapado de sudor a mi casa, para pegarla en una hoja de mi diario. Para que cuando muera, alguien sepa que es más importante la pluma que sus pieles.
Aún queda un rato para no dormir, he de aprovechar el tiempo, alguien desea que muera, estas cosas se saben de una forma natural.
Entre tontos anda el juego.
Y las células, ajenas a toda la mierda, siguen multiplicándose como idiotas.
La banda sonora de Interstellar suena potente en el HI-FI cuando acabo estas letras y sueño con un agujero negro y hacer del tiempo algo sólido que poder modificar. Deshacer lo que otros hicieron mal, evitar su nacimiento, evitar esto.
Tum -  tum -  tum -  tum -  tum  -  ...
Eternizar el chillido del águila.
Qué mundo...



Iconoclasta

3 de julio de 2015

La fuerza de la muerte y del amor (y video)



Acercarse tanto al agotamiento le quita dramatismo a la muerte.

Amarte tanto hace la muerte insoportable.

Ante estas dos variables, alguien podría con candidez, achacar a la muerte un carácter voluble o relativo.

Es un error de cobardía pretender dar imagen y criterio a la muerte.

La muerte es absoluta, se define con claridad y no se presta a ambigüedades en cualquier espacio o tiempo.

Son los humanos los volubles, relativos, cambiantes, escritores...

Solo pretendía, cielo, decirte que  mi amor es como la muerte: inalterable, definitivo.

Sé que no es agradable la conclusión ni el planteamiento; pero quiero ser absoluto expresándome. Soy inamovible amándote, ría o muera.

Tampoco pretendo llamar tu atención, es que cuando me siento absolutamente dolorido y cansado, eres mi reposo.

Mi isla en este mundo árido y tormentoso en dolores y sudores.

No te amo por cobardía o por interés.

Te amo y punto.



Iconoclasta

Video:








29 de junio de 2015

La última flecha


Nació con una determinada cantidad de amor que se encuentra en algún punto del cuerpo, tal vez en los brazos. Porque se tensan, se desesperan por abrazar. Buscan en el aire lo que desea.
Es un arco en tensión. Una flecha que tiembla esperando ser disparada.
El amor tiene que estar en sus brazos porque le duelen ya, porque es una fuerza vectorial directa al alma desde otra alma. Es demasiado metafísico y la razón se cansa.
Y la munición se gasta.
Flechas que se rompen y yemas de dedos que lucen heridas.
Lo desea, busca algún motivo, alguna situación que lo dispense de esa pesada carga, de esa continua tensión. Está seguro de que se puede vivir sin amor. El amor debería ser voluntario, nadie debería nacer cargado con él.
Y sus brazos son enormes, le dieron demasiado amor, demasiadas flechas.
Es injusto.
Es bueno relajarse, hay seres humanos que deben o deberían haber estado siempre solos; pero no lo han conseguido, no lo consiguen porque la humanidad es un vertedero de amores que siempre salpica a quien pasa cerca.
Y fracasan en la búsqueda de la soledad.
En lo profundo del bosque no hay nada que amar, solo se admira y se teme la vastedad de la naturaleza.
La naturaleza te toma.
Todo animal que camina bajo los árboles, bajo el sol del desierto o en la arena de una playa, es presa o es cazador. La naturaleza no distingue pensamientos, solo escucha los cuerpos: si están cansados, si están sanos, si la temperatura corporal es idónea. Y la naturaleza te lleva adonde te mereces.
Alguien debe poner las cosas en su lugar.
Tensa el arco y lleva la última flecha hasta el ojo, apunta sin demasiada convicción. Debería haber muerto antes. Le dieron poca vida y demasiado amor. Eso ocurre con el azúcar en el café, las cafeterías no son generosas.
Poca vida para tanto tiempo, el planeta se mueve a velocidad geológica y la vida corre a velocidad lumínica. No da tiempo a nada. En las esperas murieron los dinosaurios.
Él también está a punto de ser extinguido, es necesario liberarse de cualquier carga, la última etapa es dura para ir tan cargado.
Dispara no sabe adónde y no pasa absolutamente nada. Salvo que una urraca ha salido de entre la maleza causando estruendo, asustada.
Se le escapa la risa, parece que el pájaro blasfema.
Ya no es necesario el arco ni el carcaj.
Y caminar es sorprendentemente ligero.
El cigarro a la boca, las manos en los bolsillos, es hora de relajarse.
No ha sido un buen día para la urraca. Otra risa.
Dan ganas de silbar.
Y silba.
El oso hambriento lo observa desde la espesura, los pájaros no trinan, los insectos parecen contenerse, la naturaleza le dice al animal que su presa es demasiado lenta, es una buena opción de menú para hoy.



Iconoclasta

26 de junio de 2015

Bailando


Qué difícil es llegar a ocupar el día en las cosas que te gustan.
En instantes relajados, libres y solitarios cuando deben serlo.
Hay que pagar un precio: oírse uno mismo. Y no siempre hay valor para ello, porque no podemos creernos nuestras propias mentiras. Nos mostramos a nosotros mismos sin ninguna piedad.
No he conocido a nadie que se muestre a sí mismo. No he conocido humanos valientes. Solo humanos que hablan y hablan y hablan...
A veces he besado labios ardientes y temblorosos. He empujado el placer entre muslos preciosos y vientres convulsos. Pechos erizados y anhelantes de una baba cuasi feroz.
Y ha estado bien, no hay queja.
Hay momentos que apetece bailar. No soy sufí, pero podría entender a los derviches giratorios.
No busco acercarme a Dios, no busco acercarme ni a mí mismo. A veces me muevo descoordinadamente al son de una música para salir, para ser expulsado fuera de mi propia órbita y aparecer en el espacio.
La fuerza centrífuga es precisamente la que eludo. Soy más de la centrípeta, no es por gusto.
Es necesidad.
Solo pretendo alejarme de aquí, del fracaso. Fracaso no es la opinión de nadie, se alcanza el fracaso solo cuando lo reconoces, cuando lloras y sientes la intensa necesidad de abandonarte a un ritmo que te obligue a olvidar  tu existencia por unos segundos.
Lo que dure un vómito.
Cambiar de lugar.
Cambiar de piel.
Cambiar de sangre.
O vaciarse.
Suena el telégrafo inicial de Radioactivity de Kraftwerk. Y siento que es una llamada de socorro que me recorre todas las fibras nerviosas. Y mi cabeza se mueve al ritmo de las pulsaciones en un sí repetitivo que es más epilepsia que danza.
Doy una vuelta completa y la sangre que brota por los cortes del pecho, del cuello, de los antebrazos y los muslos, crea salpicaduras  en muebles y en paredes; pero no es trágico, solo es pop.
Trágica es la vida. Trágico es estar aquí, reconocerse fracasado. Cuando no has conseguido alejarte de la miseria, la miseria te fagocita. Es un acose y derribo que puede durar toda la vida o hasta que uno se cansa.
Alzo los brazos y la sangre baja hasta mis axilas y de ahí recorre el torso por las costillas.
Es fácil restañar las heridas, pero es más fácil bailar o agitarse, la sangre es un buen elemento decorativo.
No son cortes dolorosos, son cortes grandes y con buen caballo el dolor es un dimensión extraña y lejana. La heroína, es mi heroína. Son tajos que no han tocado un tendón, pero hay tantos que la sangre no sabe por donde salir más deprisa.
No sabe cual será el próximo paso de baile. O de descontrol, las cosas hay que llamarlas de alguna forma para entenderse. Ser preciso es una habilidad que pierde importancia cada día más en un mundo impreciso.
El equipo HIFI parece la tabla de un carnicero, no parece metal cromado su carcasa. Es un gran trozo de res sangrante. Se ha transformado en algo orgánico.
Cada convulsión me reafirma en que por una vez, lo que hago está bien. Me lleva donde quiero y la muerte se contorsiona conmigo. Va vestida como yo, tiene el color de mis ojos, es hombre. Soy yo mismo, no hay sorpresa y bailo frente a ella, porque es la única que sonríe con franqueza y un punto triste que me conmueve.
La navaja luce ensangrentada en el suelo, parece herida de tanta sangre que la cubre, la he pisado y la punta se ha clavado en la planta del pie y ahora el suelo se convierte en una mancha roja de Rorscharch sin más significado que mi propia muerte.
La música sigue su cadencioso ritmo apocalíptico  y la sangre me baña el cuerpo. Siento algo de frío, algo de mareo. Y una esperanzadora irrealidad.
La jeringuilla está descorazonadoramente vacía, me apetece otro jaco. No hay tiempo.
Y salgo de mí como un derviche blanco con el faldón girando veloz y ensangrentado. Ensangrentado yo, ensangrentado lo que me rodea. Soy una mancha entre manchas.
Soy consecuencia, ya no actúo, ya no provoco, no creo. Solo soy un resultado.
Era necesario, cuando todo lo que haces te deja en el mismo lugar, es que algo huele a podrido en Dinamarca y es mejor salir por la puerta de emergencia antes de enloquecer o perder el valor.
El paquete de tabaco parece el de las películas que toman los dedos de los soldados después de hurgarse la herida por donde salen las vísceras.
No es solo el color, la sangre tiene un brillo y una textura inconfundibles. Y no hay nada tan cálido como ella aunque esté frío. Pareciera que vive fuera o dentro de las venas. Que cuando se derrama, se hace cuerpo sólido, parece crecer.
La sangre es un monstruo que busca salir para expandirse.
Quiere salir porque está harta de fracasos, de días de insoportables monotonías. De un trabajo que se repite día a día, el viaje en el metro es la primera fractura de la mente. 
Se niega estar ahí, en un vagón, con todos los demás. Es un insulto, una afrenta a ser libre, a ser especial, a ser único.
Es la canallada más baja que podrían haberme hecho.
Es agónico convivir con quien no quieres. Un error no debería pagarse tanto tiempo, hay gente que vive con sus errores como muestras de orgullo, yo prefiero mi vergüenza a su indignidad, aunque me joda. Hociquean como cerdos entre su propia basura pensando que son excelsos.
Si no puedes matarlos a todos, huye de ellos, dice mi sabiduría.
Son demasiados, no puedo matar a tantos, no tengo tiempo. Aunque naciera mil veces, no podía eliminar ni una milésima parte todas las vidas basura que hay.
Soy el fracaso de los dioses o los seres extraterrestres que crearon semejante mierda que es la humanidad.
Si no estás contento vete.
Eso hago, coño.
Y te metes tus sentencias en el culo.
El suelo es una gelatina resbaladiza, caigo y me río aunque me he golpeado una ceja y ahora mana abundante sangre por mi rostro.
Prácticamente estoy llorando sangre.
Y me río cuando los altavoces repiten cadenciosamente: Raa-diooo-acti-vityyyyy.
El gato maúlla con miedo, me alza la patita, su pelaje blanco está salpicado de sangre. Y constantemente se está limpiando.
Perdona que te deje solo, amigo. Cómo lo siento.
Levanto una pierna y doy un giro torpe, ebrio, sobre el otro pie creando un círculo imperfecto de sangre, aunque podría ser perfecto, pero la sangre con la sangre se confunde, es difícil distinguirlo.
Normalmente no hago las cosas bien, desconfío de mí mismo.
Vomito, porque estoy realmente mareado.
El cigarrillo se apaga en un charco de sangre y parece que deja ir su alma con una voluta de humo rápida. Casi fulgurante, como si tuviera prisa en dejar este lugar.
 El gato se ha levantado sobre sus cuartos traseros y con las dos patitas delanteras parece llamarme, es una monada...
Los derviches no vomitan, seguro que no lo hacen bien. Deberías vomitar cuando trasciendes, es como un escape de la atmósfera a un millón de G.
Ya me encuentro en otro lugar. El rojo no es sangre, es solo color, decoración.
Está vacío, sigo bailando, pero sin música, hasta mi respiración ha perdido acústica.
Y el rojo se convierte en blanco y al blanco se lo come una viñeta negra.








Iconoclasta