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15 de junio de 2024

lp--666: un favor para el ex nazareno--ic

666 dormitaba con los ojos oscuramente abiertos en su trono de piedra centrado en la cámara principal de la fría, oscura y húmeda cueva que cubría el infierno. La Dama Oscura desnuda a sus pies dormía profundamente y un cruel lamía su vagina entre los muslos separados con premeditada obscenidad.

Percibió una vibración en el aire. Prestó atención a la frecuencia y su cerebro negro y venenoso la descodificó. Las pupilas se contrajeron hasta formarse dos rayas negras verticales apenas perceptibles.

– ¡Hola, 666! Soy JC ¿Puedo bajar a hablar contigo sin malos rollos?

– ¿Y eso? –preguntó perezosamente sacudiendo el pene y salpicando con semen las tetas de su Dama que gemía sin despertar. El cruel seguía hocicando en el coño con los ojos atemorizados observando al diablo.

–Ya te lo explicaré en un lugar más discreto. Mi todopoderoso padre tiene las orejas llenas de pelos; pero escucha por medio de sus querubines sexuales.

–Está bien, pero mejor nos vemos en la Tierra, aquí hace demasiado calor y si los condenados detectan tu presencia se alborota el gallinero y me da jaqueca.

– ¿Te parece bien en Jerusalén, frente al muro de las lamentaciones?

– ¿Estás deprimido?

–No ¡qué va! Sólo que hace muchos siglos que no lo visito y pensé que sería un buen momento.

–Bien, pues en un milisegundo allá nos vemos ¿Tu padre-dios te dio ubicuidad?

–No, le jode que alguien pueda tener tanto poder como él, como le ocurrió contigo.

–Está bien te abduzco hacia la entrada del infierno y nos vamos juntos a Jerusalén en una fracción de segundo.

– Gracias.

El sol de oriente medio creaba una atmósfera sucia por el eterno polvo en suspensión de las tierras desérticas. Apenas pisar suelo sagrado sintieron el calor abrasador en la piel y la mirada polvorienta.

Se habían materializado en Jerusalén, progresivamente se opacaron entre una riada de gente en la calle Bab El Silsilfh y accedieron a la plaza de los templos sin llamar la atención de la eterna muchedumbre que llenaba el sagrado lugar. Caminaron frente a la sinagoga Shomrei Hahomot y JC se sintió conmovido durante unos segundos. Encararon la vía Suq El Qatanin que los llevaría al famoso Muro del Oeste caminando paralelos a los interminables trabajos de arqueología. 666 movió una nube para que cubriera el fortísimo sol.

El rumor de tantas voces, el ruido de la ciudad, el roce con los monos...

–Es asqueroso, los destriparía ahora mismo y callaría sus repugnantes y pegajosas voces.

JC detectó un aura de sólido rojo sanguíneo alrededor de 666 y se separó de él con discreción.

–No temas, controlo. No entiendo cómo ese padre maricón tuyo pudo crear esta basura y sentarse a descansar tan feliz en su cochino cielo.

JC ignoró el repentino estallido de ira y expuso la razón del encuentro.

–Estoy preparando mi segunda venida. Padre está perdiendo la paciencia porque es algo que ya debería haberse cumplido; pues bien, antes quiero que los mates a todos.

– ¿A todos los monos?

–No, sólo exterminar a todo jerarca y burócrata que forme parte del gobierno o estado de todas y cada una de las naciones de la Tierra. Quiero que mueran todos.

– ¿Quieres su riqueza y poder?

– ¡Qué va! Tengo todo lo que quiero con mi padre. Sólo pretendo que antes de renacer entre ellos, no exista ninguna rata política o religiosa con mando en su nación. En ninguna nación, por pequeña o grande que sea. Necesito que los monos, como tú les llamas, se encuentren abandonados sin los amos que los dominan y mueven como muñequitos. Quiero el caos y el miedo, deben prestarme una atención absoluta y universal.

–Quieres ser el rey supremo... Está bien pensado. Eres tan narcisista como tu padre. ¿Quieres que acabe con ellos por la vía del dolor extremo?

–No, lo más rápidamente posible. Que no respiren más tiempo del necesario para que los anodinos monos esclavos de sus jerarcas no se enteren de nada hasta que vean los cadáveres enfriándose y pudriéndose los restos en las calles. Ahora bien, si los quieres quemar vivos para tu distracción y placer, no hay problema. Ardiéndoles la carne no podrán hacer o decir idioteces y mucho menos seguir con su mando. Total ¿cuánto pueden tardar en morir envueltos en fuego?

–Cuenta que un par de minutos de media, en cuanto aspiran las llamas mueren con los pulmones carbonizados, incluso antes que se les queme la piel de los pies, las crías mueren en un minuto y los neonatos en veinte segundos. Como mucho, alguno de los adultos puesto de coca podría aguantar un par de minutos y medio. No te preocupes, todo el que pase de ahí, se le arranca el corazón y asfixia metiéndoselo en la boca. Mis crueles son infalibles; pero necesitan por naturaleza practicar tormento, es la forma de recompensarlos. ¿Y qué pasa con sus familias y amistades?

–Extínguelas también, a todas las familias de todos los jerarcas, religiosos o burócratas que formen parte del estado, amistades y simples conocidos. No ha de quedar nadie vivo amigo o con intereses de los que rigen las naciones; incluidos los bedeles que usan como aparatos sexuales. Ha de morir toda línea sanguínea de cada uno de ellos, sean crías o adultos, no quiero que me molesten con sensiblerías y martirologios. Con sus lutos de mierda, manifestaciones y homenajes. Ya sabes cómo funcionan estos putos monos. No debe quedar prueba viva alguna de existencia de autoridad política y religiosa.

666 caviló unos segundos.

–Esas líneas sanguíneas del primer al último pariente vivo más sus amistades, suman unos setecientos millones de monos, millón arriba, millón abajo. Asesinados en pongamos, pueden ser extinguidos en un par de horas; pero a cambio, no quiero que aparezcáis tú o tus ángeles en cien siglos en mis masacres para llevaros las almas de los monos que descuartizo. No saber de tu padre marica y sus ángeles asexuados durante unos días me dará cierto relajo.

–¡Hecho! Tenemos el cielo a reventar de idiotas. Incluso un día te puedo enviar al infierno unos millones de almas como combustible.

–Los odias como yo ¿verdad? A mí me dan asco por su mera existencia; pero lo tuyo es venganza. Ven conmigo al infierno, has nacido para ello, tu padre fracasó contigo... Cuando te quedes solo frente a la chusma ¿qué harás?

–Bueno, aprendí cosas cuando me crucificaron y les debo unas cuantas. Mañana haré mi epifanía ante la humanidad, les daré un tiempo de espera de diez años para que demuestren su fe y su buena voluntad y entonces llegará el juicio final. Durante esos diez años los abandonaré como ellos hicieron cuando me crucificaron. Tengo planeado que algunos millones fanáticos se suiciden por desesperanza, creerán que no volveré. Combatirán entre iguales sin ningún fin y morirán otros cientos de millones; y será perefecto, cuantos más mueran más limpio estará el planeta. Y ya relajado, con menos monos a mis pies, los juzgaré y condenaré a muerte, salvo a unos pocos de miles para que sirvan de comida a los depredadores naturales y conservar la diversidad zoológica en la Tierra. Una vez ejecutada la sentencia, controlaré a la población mundial: cuando esté a punto de superar los trescientos millones de reses en todo el planeta, para contenerla como plaga, montaré un segundo juicio final o si me siento agobiado, la extinción. Y que mi padre cree otra especie animal que los sustituya. La verdad es que me aburren.

–Te van a confundir con el anticristo.

–Eso es tu gracia, hiciste creer a los monos que no estabas entre ellos y los angustiaste con tu venida. Astuto. Sin embargo, el cabrón de mi padre, me hizo torturar y asesinar para nada. Me humilló. Tal vez, algún día deberíamos hablar tú y yo del viejo y jubilarlo.

–No es una buena idea, porque sin tu padre sólo quedaremos tú y yo en un mundo sin dolor, sin cruentos designios divinos contra vidas miserables hasta morir. Ver a los cometas dar la vuelta al universo continuamente todos los días sería espantosamente aburrido. El dolor, la hipócrita misericordia, la caza y el tormento son nuestros alicientes.

–Eres oscuramente sabio.

– ¿Quieres que a tus monos les envenene el agua que beben durante tu descanso de diez años y vivan una especie de plaga que les haga creer en las viejas profecías que se inventaron aquellos locos? No es trabajo, me place. Y te los dejaré bien blanditos esperándote de nuevo con ansia.

–Por supuesto. Sólo asegúrate de que queden unos cuantos para que haga mi performance del juicio final ante un numeroso público. Y así, angustiados de miedo y penurias, les pasaré a esos hijoputas un video que guardo para la ocasión en mi palacio del octavo cielo. Un documental de mi tortura y crucifixión. Nunca me acuerdo... ¡Ah, sí! Pasión la llaman.. ¡Oye! Podrías aparecer conmigo como bestia surgida del infierno llenándolos de terror. ¿Te imaginas? Incluso podríamos interpretar que me arrancas la cabeza ante la multitud en un “gran evento global” y pierdan toda esperanza de salvación; en unos minutos resucito te doy una patada en el culo y te esfumas creando una tormenta de espinas y vidrios rotos.

–Sabes que soy impredecible y que podría acabar mal, es mi naturaleza. No juegues con ella JC, tengo una escasa tolerancia hacia la lealtad y cualquier ente surgido de la sustancia de tu padre maricón.

–Está bien, pero cuando llegue el momento si te sientes de humor, podríamos montarnos una buena comedia.

– ¿Sabes, Jesusito? Si me llegas a pedir piedad para los monos, tu cabeza ahora estaría metida en una sombrerera, sobre el regazo de tu todopoderoso y maricón padre.

Jesucristo le sonrió encendiendo un par de porros de maría y los fumaron a espaldas de los judíos que cabeceaban automáticos y mecánicos pegados al muro.

– ¿Me dejas sostener tu daga?

–Sácala tú mismo; pero no toques el filo o pasarás un mal rato, causa severos daños en el tejido celestial.

666 alzó la camisa por encima de la cabeza dejando descubiertos sus omoplatos, entre ellos, hundida en su carne palpitaba su puñal.

Con un sonido viscoso, Jesucristo lo extrajo. Del filo goteaba un miasma rojizo y gelatinoso desprendiendo vapor y restos de tejidos corruptos.

666 rebuznó como un asno y los monos que se encontraban frente al muro y los alrededores de la plaza del muro, quedaron congelados en el tiempo y el lugar.

– ¿Puedo? –JC señalaba con el puñal a un judío frente al muro.

–Adelante, disfruta.

Admirando el puñal en alto y haciendo movimientos de ataque y defensa en el aire, Jesús llegó correteando hasta el judío, con la inmovilidad de una estatua mantenía la cabeza gacha frente al muro, muy tentadoramente. Deslizó el filo por la nuca y el puñal se hundió dulcemente en la carne, se detuvo durante unos segundos en la médula espinal para encontrar una vértebra por la que pasar y acabó decapitándolo. La cabeza cayó al suelo de losas de piedra con un ruido sordo; pero no manaba la sangre, quieta y vibrante permanecía al borde de los vasos sanguíneos, el tejido de los muñones tenía el aspecto de las carnes que se venden en los mercados, limpias de sangre, crudas.

No pudo evitar cierta incomodidad, sentía que el decapitado era un muñeco roto, como si no lo hubiera matado. Es importante que mane la sangre como la suya corrió festivamente y sin pudor bajo el látigo romano, con cada pedrada en la cabeza, entre las espinas de la corona, entre los clavos y la lanza... Cuando 666 mata todo a su alrededor queda encharcado de sangre. ¿Cuántos litros de sangre son los de setecientos millones de monos desangrándose en dos horas? ¿Se evaporará parte de la sangre y luego lloverá espesamente? Sonrió, sería estupendo que mañana en su segunda venida, lloviera la sangre de los muertos sobre los rostros de la “humanidad redimida” dos mil años atrás.

666 captó el pensamiento de JC frente al muro.

–Está bien, lloverá sangre en tu performance. No me gustan los milagros, porque le dan a la muerte un acto de furia divina; pero se debe reconocer que será impactante– le transmitió.

Jesucristo esbozó una sonrisa. Encantado le dio una patada a la cabeza que rodó tan solo media vuelta para quedar detenida contra el muro, los judíos ojos permanecían cerrados y la boca congelada en un lamento, de la que escaparon por los labios dos gotas de sangre espesa y pesada que cayeron semejando las cabezas carmesíes de dos clavos en la piedra.

–Todo cuadra, es perfecto –pensó divertido JC.

Sonriente e ilusionado, dio media vuelta para volver con 666.

– ¡Qué belleza de arma! Parece un ser vivo...–comentaba introduciendo de nuevo el puñal entre la carne de 666.

–Me espera mi Dama Oscura, vamos a pasar la tarde con cuarenta familias en un pueblo de Ucrania. Las descuartizaremos. No hay nada que desestabilice más el ánimo de los monos que muerte sobre muerte. Cuando los colmas de asesinato, dolor y hambre, pierden el control de sí mismos. A veces se atacan con sus propios excrementos. Luego, el tonto del pueblo contará cosas increíbles.

–Vámonos de aquí –concluyó 666.

–Yo me quedo, quiero ver qué hacen cuando los descongeles y vean al decapitado. Más tarde le pediré a mi padre que me arrastre al cielo. ¿Cuándo empezarás la masacre?

–Dame cuatro horas para hacer mi obra en Ucrania y luego follarme a mi Dama Oscura. Después cenaremos en algún bistró de París. Calcula esas cuatro horas y dos más para masacrar a esos setecientos millones de monos. En seis horas puedes hacer tu segunda venida. Yo te aviso.

–Te debo una- le respondió con entusiasmo.

666 se desmaterializaba.

Y la inmovilidad en aquel lugar desapareció y se elevó de nuevo en la atmósfera el insoportable rugido de la colmena humana.

El decapitado creó una gran alarma, la sangre manaba ahora con fuerza de los muñones. La gente huía aterrorizada de la plaza por miedo a un acto terrorista, otros rodeaban el cadáver. Nadie se lamentaba frente al muro en ese momento. No se entendía como pudo pasar algo así, en qué momento...

La policía israelí y un convoy de militares antiterroristas crearon puntos de control prohibiendo salidas y accesos al lugar sagrado. En pocos minutos se inició la tarea de identificación de los testigos.

Los sanitarios, tras la actuación de la unidad forense, retiraban la cabeza y el cuerpo del judío dentro de una bolsa para conducirlo a la morgue para su autopsia. Por protocolo antiterrorista, podría la víctima estar contaminada química o biológicamente. Repentinamente a los sanitarios les cayeron encima cinco musulmanes descabezados lanzados desde la cara opuesto del muro, sus kaftanes blancos estaban ensangrentados. Policías y soldados apuntaron con sus armas hacia el muro esperando algo más, un helicóptero volaba en círculos a muy baja altura. No ocurrió nada más.

JC sintió la carcajada de 666 en su cerebro:

–Estaban en la lista de los setecientos millones. Bueno, hay un par que no; pero es más difícil no matarlos que matarlos. Nos vemos Jesusito, sé malo.

JC sacó del bolsillo de la camisa empapada de sudor otro porro de maría y lo encendió esperando el momento en el que su padre lo elevara de nuevo al cielo. Admirando los cuerpos, ahora sí, sangrantes. La agitación de los monos le evocaba a las hormigas moviéndose neuróticas cuando se aplasta con el pie la entrada de un hormiguero.

Tras unos minutos de idiocia narcótica, dulcemente se desmaterializó dejando una voluta de humo en aquel aire sucio de polvo y fétida religiosidad humana.

Siempre sangriento: 666



Iconoclasta

3 de febrero de 2024

lp--Simas y lagunas--ic


Hay quien tiene lagunas mentales.

No es por alardear; pero yo desciendo y habito con frecuencia en simas tan profundas de mi miseria que cuando emerjo fuera de mí, no puedo dejar de sentir la repugnante viscosidad de mi intestino. Y en el rincón más penumbroso de mi caverna me froto paranoicamente las manos una y otra vez en los muslos desnudos para limpiarlas.

Luego me pregunto qué habrá pasado durante mi ausencia. Tras encender el cigarro y toser con una risa torcida como el cuello de un ahorcado, me respondo: ¿Y qué cojones quieres que pase? Esto ya estaba muerto y detenido antes de bucear en tu mierda.

Y escupo el filtro del cigarrillo. Si no fumara me habría cortado la lengua hace años.

Muchos.

Es esta ira que me lleva a apretar los dientes hasta romperlos, mejor que sea el filtro que alguna parte de mí lo que partan.

No sé porque habito en mis abismos, ni es terapéutico, ni los perros mean a dos patas como yo.

Simplemente hago lo que puedo.

Un día esta acidez gangrenará mis tripas.

Algo no hicieron bien cuando me concibieron. Tal vez les dio la tos y se salió en el momento más lácteo.

No sé...

Yo no quiero que el mundo se detenga, eso ya lo sé hacer y lo hago perfecto.

Quiero que el mundo se hunda, se doble sobre sí mismo y se convierta en una enana blanca que, emitirá al cosmos millones de mezquinos convertidos en fotones de efímero y tísico brillo. Aunque yo los veo más como esa materia oscura que dicen los religiosos de la cuántica que hay en el espacio.

También quiero que a mi hijo le vaya mejor que a mí; esta es toda la piedad que soy capaz de desarrollar. Yo tuve mejor padre que él; pero no puedo hacer nada al respecto.

Me limito, en mis ratos de ocio, a descender es puro vicio de mortificación.

Aunque eso me salva de pudrirme ahí fuera.

Y como ocurre tan fácil, tan habitual; hay momentos que no puedo distinguir si navego en la mierda de mis intestinos o estoy ahí fuera, en el mundo mezquino. 

Hay quien no entiende a los francotiradores... Como si fuera difícil, como si fuera el misterio de dios, su hijo lelo y su espíritu sucio como una paloma de ciudad comida por las pulgas.

Las trinidades suelen ser sucias, siempre usan la misma argamasa: vanidad y mezquindad para hacer altos y espesos muros de codicia, ambición y envidia. O, ignorancia, miedo y servilismo. O, adoración, humillación y sacrificio. O, hambre, sed y muerte. Toda la mierda de este mundo civilizado va de tres en tres, mínimo.

Yo no tengo trinidades de mierda, no soy una piojosa civilización.

He visto un bulto en el intestino y no me sorprende.

Tal vez esperaré aquí a que se haga grande y se extienda como los tentáculos de uno de esos pulpos que son la hostia puta de inteligentes por sus cantidades de cerebro (nos dicen los profesores y biólogos del estado para que comprendamos que un pulpo es más valioso que nosotros). Y no acudiré a morir a un hospital, sólo curan bien a los ricos, a los pobres les mueven el bulto a otro lugar y cierran rápidamente; incluso escatiman en anestesia para que te jodas. A veces el cáncer se lo meten al paciente por la nariz si el cirujano tiene prisa; pero no es efectivo, el bulto se muere sin un cerebro al que aferrarse y al paciente le darán el alta igual de vacío que como entró en quirófano.

Los mezquinos no son pulpos, ni yo los comería.

No sé porque cojones me he limpiado las manos si me he caído otra vez dentro de mí...

No estaré mucho ahí, me gusta fumar con o sin filtro, me la pela.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

 

16 de diciembre de 2023

lp--Desde mi tumor--ic

Pienso que con tantos millones de humanos presionando la corteza terrestre hasta la ruptura, no hay suficientes muertes.

No tardará en faltar espacio para expandir los pulmones y respirar.

Es necesario que la muerte haga su trabajo.

Que surja una especie animal cuyo alimento sea exclusivamente la carne humana.

O eso, o que en los transportes públicos, cines y edificios-colmena; en asientos, paredes y mamparas se instalen pantallas de Rayos X camufladas con publicidad, a la altura adecuada para que radien constantemente los genitales de los usuarios y vecinos. Sería una solución incruenta.

Pienso que hay demasiado amor en el mundo, amores infundados y fabricados según las circunstancias y que se confunden con reproducción por una cuestión de ignorancia y una vanidad injustificada.

Yo sólo quiero a dos o tres personas, no es por elitismo o ser celosamente selectivo. Es fisiología, mi cerebro tiene un estrecho canal afectuoso. Y el puto Amazonas como canal de libertad y fascinación por los espacios libres.

Llegan fechas institucionales de paz y mierda, con los arrebatos angelicales de bondad en todo su esplendor hipócrita y mezquino tan propios de la eufórica y alcohólica narcosis navideña. Y yo me retraigo hacia el negro tumor de mi cerebro, donde el exceso de azúcar no puede penetrar y sólo caben los muy pocos que quiero.

Aquel mendigo mitológico, Jesucristo, murió por “nosotros”.

Bien, tanto celebrarlo con lloriqueos de ternura y empatía; pero nadie toma ejemplo y se deja destripar y crucificar.

Se celebra paranoicamente la vida y se ofrecen los mejores deseos a los millones de desconocidos e indiferentes seres que hay en el mundo. Y la pragmática y sincera muerte se asfixia entre bisturís, vacunas, pastillas, oxígeno en lata y otros tratamientos médicos. Con los edictos fascistas de los “padres bondadosos” que velan por la salud y productividad de sus millones de reses contributivas. Que salmodian como villancicos lo mala que es la libertad para la salud y que un cigarrillo mata más que los asesinos que ellos dotan de armas y misiles, recompensan y aúpan a su nazista órbita de poder.

El amo nazi adoctrina a sus borregos que aquellos que degüellan, aplastan con coches y revientan con explosiones a seres humanos en el nombre de Alá, son ahora sus amigos del alma. Que el islam, a pesar de decir que hará de todas las naciones su reino mediante el terror y la muerte, es amigo navideño. Se les debe amor a los asesinos sectarios, dice su ilustrísima nazi del coronavirus.

Mágicamente, de la noche a la mañana, aquellos que odian a los que no rezan a su dios, se han convertido en seres de luz. ¿No es precioso, después de siglos de matanzas, que de repente se obre el milagro merced a un líder nazi de una falsa “democracia”?

Y los borregos decadentes y serviles del amo nazi se apresuran a salir a la calle con todo su amor y banderas que no son suyas, a dar el aleluya a sus nuevos y amados amigos.

Cada pueblo tiene el líder nazi que se merece, y por tanto la muerte que se merece también.

La propia conciencia insectil de la humanidad, pide a gritos su propia muerte porque se reconoce venenosa y plaga. Asqueada de sí misma a nivel instintivo.

Desde mi tumor, el que siempre protegí de curas y tratamientos, soy el megáfono del oculto y oscuro pensamiento del hombre sin doctrina y sin amo.

Hay tanto amor, que irremediablemente voy a ir a vomitar al cementerio, el mejor sitio para ello. Si no los amé en vida, mucho menos sus esqueletos.

Tal vez sean ellos, los asesinos sectarios, la nueva especie animal que se alimentará exclusivamente de seres humanos.

Me parece una buena idea que la chusma sea asesinada por la mano amiguísima de quien ama. Es una ternura que dejará espacio.

No importan los medios, importa el fin, generar espacio e higiene para mis pulmones.

No pueden hacer daño unas navidades oscuras como este tumor, este refugio anti hipocresía desde el que divago. No a mí, claro.

Más vale una docena viviendo dignamente que millones lloriqueando frente a sus móviles y sus mensajes de blanca imbecilidad.

Blanca pornografía de corridas níveas....

Desde el negro tumor de mi cerebro: feliz navidad y sus millones de muertes. Y el más kilotónico y aterrador fin de año.

Y si comienza otro, que sea el año uno garabateado con un pedazo de uranio en las paredes de una caverna gélida y oscura.

Hay quien discutirá que sería el año cero. Bien, me suda la polla, al fin y al cabo el cero es el símbolo de la nada, me parece genial también.

Siempre vi problemas cerebrales en mis profesores en sus salmos cuando intentaban castrarme y adoctrinarme en la escuela. Siempre veo problemas mentales de subnormalidad en los decretos de paz y amor del jerarca y su fascismo que no cesa, como un parásito que me amenaza desde mi nacimiento.

Y exhibo con orgullo ese fracaso “escolar” cuando me apetece acariciándome el rabo.

Soy humano, tengo mis vanidades.

No podían ellos saber de mi poderoso tumor y refugio anti amor gratuito e indiscriminado.

Lerdos...



Iconoclasta

 

14 de julio de 2023

lp--Amazon a por la concesión del Ministerio Censor del Nazismo Poscoronavirus Mundial--ic

Si hay un claro candidato para la administración y desarrollo del Ministerio de Censura del Nazismo Mundial Carcelario Homosexual y Clima-sanitario, es Amazon.

Se ha convertido en el mayor censor de todos los tiempos, incluso se inventa cosas ofensivas, como avisar al televidente del consumo de tabaco o alcohol en la película o serie como si ya fuera algo pornográfico; y así ofensivo para un pobre cabestro habituado a la vacuna y al bozal, que vea humo salir de tu boca.

Amazon, y en general todas las compañías de streaming, está haciendo méritos porque el Estado (cualquiera del mundo) no dispondrá de suficientes medios para gestionar la censura de los contenidos audio visuales en internet; la manipulación y censura en enseñanza, prensa y televisión necesita muchos recursos. Es por ello que la censura en internet se privatizará.

Y Amazon es uno de los buitres que busca su tajada con gran ahínco y fanatismo.

Con la nueva versión de aquel bodrio de los ochenta y noventa del siglo pasado: Humor Amarillo, en su primer capítulo por boca de los tristes comentaristas absolutamente faltos de gracia, se adoctrina al público que Humor Amarillo está prohibido por Amazon. ¡Cuidado! Incluso pensarlo; porque podría constituir vejación para la raza oriental. Así que los tontines comentaristas-tamagochis invisibles te educan muy seriamente, pero con tonito infantiloide, en que el programa se llama El Castillo de Takeshi, como en Inglaterra se llamó al bodrio en cuestión en aquellos años pasados. Luego, como si hablaran para absolutos retrasados mentales, insisten sin gracia alguna en que no es Humor Amarillo cinco o seis veces más hasta que empieza la mierda de programita para descerebrados.

Un día Amazon será dueño del Ministerio de Censura del Nazismo Mundial del Coronavirus, y si se os escapara la expresión “Humor Amarillo”, no os otorgará el certificado de ciudadano nazi ejemplar y por tanto, no podréis acceder a ningún comercio, ni siquiera para comprar comida. Sin embargo, se admitirá vuestra tarjeta de crédito para alquilar contenido mierdoso en su zona de streaming, en la que dispone de un amplio catálogo de miserias valiosamente clasificadas con avisos: Consumo de tabaco, consumo de drogas, consumo de alcohol, desnudez, lenguaje malsonante, violencia, sexo, imágenes aterradoras, y todo aquello que con el tiempo decrete ofensivo.

Pareciera que Amazon tiene un catálogo de monstruosidades, porque toda película o serie está llena de avisos de posibilidad de ofender al público; pero es mentira, incluso en los telefilmes más soporíferos y para mayores de ciento treinta años (por ejemplo una escena de un viejo pescando en silencio durante hora y media), te avisa del peligro de que alguien en una escena pueda salir bebiendo una copa de vino.

Cuando administre Amazon el ministerio de la censura, si se os escapa en público la expresión Humor Amarillo, os tratarán exactamente como si no estuvierais vacunados de la covid-19 y por tanto no llevarais en el brazo el brazalete nazi de respeto y afiliación al régimen.

Escuchad con atención a los tristes comentaristas del bodrio El Castillo de Takeshi 2023 y borrad Humor Amarillo de vuestras mentes.

Y nada de mencionar a aquel famoso “chino cudeiro” quien quiera que fuese, porque nunca nos mostraron a quién se referían. Solo lo nombraban y yo buscaba al chino gallego con afán paranoico y no lo localizaba. Era angustioso.

Se debe tener en cuenta que el Nazismo Chino del actual chino cudeiro Xi es muy estricto censurándolo todo en internet, y Amazon va a la caza de esa concesión del Ministerio de Censura China también. Y es peligroso jugar con Humor Amarillo.

Más adelante os impregnaré de conocimiento sobre el humor negro, que es muy discriminador, carente de inclusividad alguna e incluso racista e insultante.

Y también os contaré, bellas mujeres de mi glande rosado, inflamado y cremoso que sabe a frutas del bosque. Y digo mujeres, porque a los machos que les den, no soy maricón.

En este instante estoy cometiendo la infracción amazoniana de lenguaje malsonante y homófobo; así pues he de ser diligente y rápido publicándolo pronto, antes de que Amazon obtenga la dichosa concesión del Ministerio de la Censura y me joda.



Iconoclasta

7 de julio de 2023

lp--Agenda Climática 2030: Juguetes sexuales ecológicos--ic

Este presente año 2030, celebrando la plena y exitosa implantación de la Agenda Climática elaborada por el Estado Protector del Planeta y de vosotros mismos. Aquella Agenda Climática redactada primorosamente en sus despachos residenciales y ante las cámaras de Global Visión por aquellas primeras Madres y Padres Salvadores Sonrientes y Orgullosos de las “democracias del planeta”, durante aquella “trágica pandemia de la covid 19” hace ya diez años. Os invitamos a disfrutar de una nueva forma de placer sexual limpia y cuidadosa con el medio ambiente.

Los tiempos del plástico y materiales difícilmente biodegradables han llegado a su fin. Los juguetes sexuales deben adaptarse al nuevo panorama ecológico y climático.

Te ofrecemos información de como adquirir uno de los nuevos juguetes sexuales ecológicos, duradero y de económico mantenimiento. No más baterías ni plásticos que destruyen nuestro planeta que el Estado, con gran generosidad, os permite disfrutar por breves espacios de tiempo.

Empieza por acudir al Centro de Inmigración más cercano a tu domicilio, donde muy amablemente un oficial o agente te asesorará para elegir el tamaño, color, edad y estética de tu nuevo juguete sexual. Cada individuo tiene su ficha, donde figuran sus medidas, edad (hay una amplia oferta desde los cuatro hasta los ochenta y cinco años) y lugar de origen. Si te decides por la compra presencial, si lo compras y lo transportas por tus propios medios, puedes ahorrar hasta cincuenta euros de manipulación y entrega. Sin esperas.

A través de internet o si presencialmente no tienes medio para transportarlo, el tiempo de entrega es de dos días. De razas humanas exóticas, no suele haber un gran stock en los centros de inmigración; pero a través de la web puedes programar una alarma cuando haya disponible alguno que se ajuste a tu gusto. Por ejemplo, puedes optar por un hindú macho o hembra con vitíligo, por ejemplo, y en caso de no tener alguno en inventario te enviarán un mensaje o correo electrónico a la dirección indicada cuando esté disponible.

¡Hay un gran surtido de negros, orientales, hindús, gitanos, marrones, blancos, esquimales, africanos…! Hay mestizos que lucen doble color con manchas como aquellos míticos caballos del Viejo Oeste, los Paint Horse.

Puedes elegir entre una gran cantidad de tatuajes si así lo prefieres.

¡Y buen sexo!

Hagamos que nuestra actividad sexual también sea respetuosa con el medio ambiente.

Todos esos inmigrantes almacenados en los centros de inmigración, si no los comprara nadie, serían sacrificados. Es un acto de bondad comprar un juguete sexual orgánico.

Y para que veas que sencillo es el proceso de adquirir, configurar y mantenerlo, aquí van las instrucciones y consejos generales para todo juguete sexual orgánico:

Inyéctale la jeringuilla cargada con anestesia en el ganglio izquierdo, bajo la mandíbula (ver figura 1).

Una vez destruido el cerebro con una descarga eléctrica de doscientos veinte voltios (adjuntamos el sombrerete metálico de electrocución con arnés elástico, sin necesidad de molestos ajustes, ver figura 2) durante sesenta o setenta segundos, depende del peso del sujeto; con un par de ganchos de cincuenta centímetros vacías la materia gris muerta a través de las fosas nasales como hacían los egipcios con sus faraones. Es muy fácil.

Posteriormente vacías la materia semi sólida del cráneo mediante un aspirador (no incluido en el kit) para que no huela a podrido. Si así lo deseas, puedes llenar el cráneo con el sobre de gravilla fina que adjuntamos para que la cabeza haga efecto sonajero. Necesitarás un pequeño embudo para insertarlo en la nariz (no incluido en el kit).

Y le arrancas todos los dientes, para evitar posibles lesiones en la función oral. Los dientes puedes usarlos, por ejemplo, para decorar tu acuario.

Atornillas al cráneo el servo cerebro por encima de la nuca con los tornillos auto roscantes (ver imagen 3) y con la broca del kit practicas una agujero en la columna vertebral por encima del omoplato (ver imagen 4), introduces un terminal jack del cable adjunto en la espina dorsal y el otro extremo en la toma “output” del servo cerebro. Mediante el alimentador, cargas la batería del servo cerebro durante al menos una hora y ya estará listo para su primer uso.

Como mantenimiento bastará dos veces al día llenar su comedero con leche fermentada y/o patatas podridas. El agua puedes cambiársela sin problema una vez a la semana.

Para su higiene, un manguerazo de dos o tres minutos y dejar secar a la sombra, tanto en verano como en invierno.

A tener en cuenta: en el caso de los juguetes machos, el tiempo de producción de semen tras la eyaculación dependerá de la alimentación; pero como estándar se considera entre veinte y cuarenta minutos para disponer de una nueva carga de esperma. No obstante, sin semen, es operativo sexualmente, su erección se mantendrá hasta que pronuncies la orden “lacio”.

Las hembras no requieren ningún tipo de tiempo de espera, sus fluidos vaginales son constantes.

Hembras o machos no necesitan más espacio que un pequeño cuarto trastero de dos metros de altura por metro y medio de ancho y de largo.

Aconsejamos para los machos disponer de una defensa eléctrica, no es extraño que en algún momento la erección no sea lo potente y satisfactoria que debiera. Aplica los electrodos en los testículos para excitar el pene y disfrutar de un multi orgasmo “megaeléctrico”.

Y recuerda guardar sus excrementos, el ayuntamiento los recogerá en tu casa gratuitamente y te regalarán unas semillas para que adornes tus ventanas y balcones con plantas de marihuana.

Tendrás un seguro de reposición por muerte en los dos primeros meses de la compra.

Nunca masturbarse y practicar sexo fue hacer tanto por el planeta y el Estado que te protege y cuida.

Acudid al centro de inmigración más próximo, y convenceos de las enormes ventajas del consolador orgánico que el Estado pone a vuestro alcance a precios de risa.



Iconoclasta

 

18 de mayo de 2023

lp--Preguntas frecuentes: teología y decoración--ic


¿De dónde sacan los dioses? ¿Y dónde duermen? ¿Qué comen? ¿A quién? ¿Quién los creó? ¿Cuánto matan los dioses por minuto? ¿Los psiquiatras que los revisan son corruptos?

¿Tienen titulaciones oficiales? Es que hay tanto imbécil vivo y tantos buenos muertos, que tengo serias dudas de su divinidad y omnipotencia de mierda.

Todo el mundo dice que no cree en dios, pero tampoco niega su existencia por si acaso (por si dios lo castiga, pinche cagón cobarde…).

Es la muestra de cobardía más mezquina y primigenia que existe en el cráneo vacío del ser humano en general.

¿Qué precio tiene un cráneo humano descarnado, pulido y barnizado con dentición completa? ¿Y un cerebro en formol? ¿Cuánto piden por un corazón podrido? ¿Los fetos muertos se pagan por edad o peso? ¿Está legislada la colección de restos humanos con fines decorativos? 

Son cosas que todo el mundo desconoce y ansía saber para ampliar o crear su colección sin trabas administrativas.

Los monstruos no viven entre nosotros.

Somos los monstruos.



Iconoclasta

22 de abril de 2023

lp--Los árboles también tienen cáncer--ic


Bueno, algo deben tener para que puedan morir ¿no?

Es anecdótico tener algo en común con los árboles.

Las anécdotas sórdidas siempre son sorprendentes.

Me alegro de que el mío esté dentro. No soy amigo de llamar la atención sobre mí sin vivir en mí.

Si el árbol tuviera que caminar como yo, me gustaría ver si se mantiene tan estoico.

Nunca he sentido una tristeza de esas de enmarcar en el cuarto de las lágrimas.

Yo soy más de blasfemar, es cultural, no es una cuestión religiosa.

Cuando algo duele, simplemente me encabrono.

Asaz…

Y menos mal que la procesión va por dentro y no tengo que pasar horas lijando el tumor.

Dale que te pego sangrando…

Aunque el cáncer no duele, duele aquella carne a la que no le llega la sangre.

Una carne negra que parece, precisamente, el tronco de un árbol con cáncer.

¡Vaya, menuda reflexión! Soy la alegría de la huerta.

Los hay que escriben cosas edificantes. Está visto que yo estaba destinado a ser el contrapeso del himno a la alegría.

Los hay que se comen el bistec y yo la carroña.

No es casual, es algo que me propuse en algún momento, no sé cuál.

Fue mucho antes de que pensara que el árbol y yo teníamos algo malo en común.

Mucho antes.

Siempre fui precoz para lo sórdido.

Podría ser peor: que alguien no dejara de cotorrear a mi lado y me distrajera de las maravillas y grandes ventajas de los cánceres de los árboles y los hermosos nudos que dejan a la posteridad para la producción de muebles lujosos.

Porque del de mi pata no me puedo distraer, no soy un indolente, desgraciadamente.

De cualquier forma, yo y yo mantenemos suficientes charlas para hacer amenas las caminatas dolientes, cancerígenas.

Espero que el ladrillo de Tolkien, hiciera a sus Hobbits libres de cáncer, bastante tienen con las plantas de los pies peludas y las uñas como las de las águilas…

Se me escapa la risa…

No sé quién inventó aquello de que el dolor te hace piadoso. Algún mártir con serios problemas de humildad.

Tal vez algún trastorno neurológico que les da esa apariencia imbécil.

Y desconocimiento absoluto del dolor.

Yo no padezco ninguna parafilia respecto al dolor, si me duele, no follo y punto.

Hay más días que subnormales y entre ellos los días que duele poco.

Vas a meterla precisamente cuando te duele con solo correrte…

Idiotas.

Otra vez… ¿No estaba yo hablando del cáncer de los árboles?

Lo de ser absurdo e inestable no tiene que ver con los bultos, siempre he sido así. Lo sé porque cuando hablaba demasiado, mi padre miraba al cielo buscando no sé qué.

Cuando me hice un poco adolescente, llegué a pensar que cuando le daban esos pasmos, debía ser que su cigarrillo estaba contaminado y se quedaba en animación suspendida escuchándome embelesado.

Resulta que el muy querido (grrr…) buscaba paciencia.

Maldita sea…

Me largo, me duelen los dedos de escribir.



Iconoclasta

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5 de junio de 2022

Morir secretamente (si tuvieras la suerte)


Si tuviera que suicidarme antes de padecer un dolor inenarrable llegaría tarde, moriría sin mi propia intervención. Tengo tan alto umbral del dolor que mis órganos se colapsarían sin que comprendiera cuan grave es la situación por ahí dentro.

Además, cuando algo duele tanto ¿por qué prolongar la agonía? Es mejor morir libremente en tu casa o en el bosque, a la sombra de un árbol; puedes fumar sin que nadie te toque los huevos.

Y nada me parece más humillante como que me vean morir. Incluso los animales se esconden cuando saben que van a morir.

Pobrecitos…

Que mi cadáver apeste no me importará lo más mínimo, y si lo viera un niño… Bueno, los pequeños deben aprender que los seres mueren, es tan habitual como follar o nacer. Es ley de vida, no pasa nada por ver un muerto y además, adquirirán una buena y necesaria madurez.

Todo son ventajas muriendo en soledad, sin patéticas escenas.

Has de morir como se debería vivir: oculto y secreto.

Si vieras la luz al final de un túnel, no seas gili, es el chispazo final, el cortocircuito de tu cerebro por falta de sangre y oxígeno.

Es bueno también no morir engañándose.

No te despidas de nadie si tuvieras tiempo para ello; más adelante encontrarían una razón para reírse de ti, sobre todo los que te odian. Porque todos somos odiados, la vida es un catálogo de envidias y mezquindad. Sé oculto, secreto y desconfiado; que nadie estropee tu muerte.

Lo digo porque quien más o quien menos hemos tenido alguna aproximación a la muerte y conocemos el negocio.

Un elefante viejo en el oficio con la trompa se tapa el orificio.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

2 de diciembre de 2021

Decepción



Disección del cuerpo humano para encontrar el alma.

Sin piedad.

Los gritos son inevitables, como el rugido de un martillo neumático rompiendo el viejo hormigón. Y sus intestinos, como una lombriz gigante, se deslizan al suelo arrastrando la vida a un rebosadero.

No la he encontrado.

Tal vez se encuentre bajo las uñas porque el tacto es lo primero que se usa al nacer.


(Diario de la demencia, pensamientos psicóticos)



Iconoclasta


19 de octubre de 2021

La banalidad y sus cadáveres


El precio de una vida banal es una muerte también banal.

Incluso los que importan, en solo unos días ya son carne de charlas de fiestas de año en año.

Si has sido tan banal como un bostezo, ni siquiera darán pésames a los que vivos, tengan algo que ver contigo, con tu cadáver.

Y por favor… Cuida un poco tu agonía, porque no hay nada más aburrido que un muerto superficial que no acaba de morir y reúne a su alrededor a sus allegados para despedirse largamente, protagonizando su propia caricatura.

Normalmente, cuando mueres (a no ser que seas una imbécil y asquerosa celebridad de de yutup, tuiter o feisbuc) nadie pondrá una carita triste. Y menos aquella puta de la que eras cliente habitual y casi usurero, so puerco.

Si tienes contratado un buen funeral en tu seguro, pudiera ser que a la hora de tomar el tentempié que celebra tu muerte, alguien diga algunas palabras emotivas en tu recuerdo; pero seguro que será producto de la ebriedad.

Normalmente al morir no importas a mucha gente: un pequeño y tímido lamento y unas palabras mentirosas para el indiferente cadáver vestido de muñeco ventrílocuo, con la chaqueta cortada por la espalda. Y a seguir devorando canapés de merienda.

De hecho pondrán cara de estreñidos muchos menos de lo que piensas. La banalidad se paga con indiferencia y no con putos bitcoins de mierda.

Si no hay merienda o algo de picar para amenizar el funeral, tu cadáver y tu banalidad silbaréis impacientes hasta que os quemen u os metan en el nicho.

Pudiera ser que aún que estás vivo, pienses que lo peor es que de tu superficial vida no trascienda nada, ni siquiera por esa accidentalidad de una azarosa cadena de pensamientos que llega a evocar que alguien existió en algún momento de la película.

No sé si es bueno o malo ser banal; pero me lo tomaré como un asunto de elegancia: prefiero que me recuerden con asco que con indiferencia bostezante.

Habré aportado mi granito de arena sucio a este mundo de mierda.

Y como tengo más facilidad para ser desagradable que banal, mi muerte no dejará indiferente a mi gato.

De cualquier modo, todo lo que conocí en la ciudad, podría morir antes que yo por aplastamiento, cremación o disuelto en ácido sulfúrico y no se me elevaría un milímetro ninguna de mis cejas bien separadas y definidas, ni siquiera levemente por algún inopinado tic (por lo único que recuerdo que una tal Frida Kahlo existió y tascendió, es por su uniceja tan rústica, que siempre me deja bizco, es la razón de que me preocupe el asunto estético).

Además, cuando has conocido la muerte de alguien allegado a ti por segunda vez, el resto de muertes te dan el carisma de un forense aburrido que mastica con glotonería unos snacks crujientes de arroz inflado con los guantes sucios de mierda.

Pensándolo bien, no importa que seas banal o trascendente.

Los muertos se disipan en el aire en cuestión de segundos y no tienen oídos ni ojos y solo dejan un desagradable olor, por mucho que los hubieras querido cuando tenían color.

Si un día te masturbaste con la mano llena de excrementos y gritando como un cochino, ni siquiera generarás un pecado ominoso que pagar, ni para lo malo trascenderá nada de tu vida.

Morir es lo que es, peña. El único misterio reside en que hay tantos muertos acumulados en los anales de las historia cuyas almas no aparecen por ningún lado, que es absolutamente estúpido y patológico que la chusma siga creyendo en paraísos e infiernos. Ven que desapareces y siguen con su esperanza de mierda en que la muerte sea una renovación de tus vacunas caducadas. Una nueva vida tras la muerte.

¡Qué lelos!

Por ello, olvida los asuntos de la banalidad y la trascendencia. Antes de morir (si tienes suerte de morir lentamente por un cáncer o un hígado que se deshace y lo cagas cada día un poco), deja todo lo que puedas por hacer; pero sobre todo deja muchas cosas por pagar. Y esas cosas rómpelas para que no se puedan recuperar.

No trascenderás; pero morirás con la sonrisa más divertida y sincera que jamás hayas tenido.

Tanto filosofar de mierda, para acabar concluyendo lo de siempre, que se jodan los vivos cuando te mueres.

No me negaréis que no ha sido divertido, superficial pero con clase, este pequeño ensayo sobre banalidad y trascendencia.

No intentéis hacer estas cosas en vuestras casas si no sois adultos bien formados, u os deprimiréis.

Y bueno, cuando acudáis a un funeral, imprimid esto para amenizarlo. Ya veréis la visibilidad que conseguiréis, mucho mayor que la del cadáver.

Tal vez haya que volver a la moda de las fotos victorianas post mórtem, al menos trascendieron unos minutos más aquellos cadáveres, aunque tuvieran un gusto del carajo.

Aquella gente debía tener el cerebro podrido (lo vivos de las fotos digo).




Iconoclasta

17 de diciembre de 2020

Un pirado en el metro

Lo bueno de tener una pierna hecha mierda entre cáncer, venas podridas, piel negra, articulaciones con artrosis y además, torcida como un tirachinas con una rama rota; es que no tengo que ir a trabajar. Vamos, que no me dejan trabajar.

Por mí, de puta madre; pero es que si quisiera, ninguna empresa contrataría un tullido con tanta mierda ni para vender caramelos en un quiosco, por muy guapo y fuerte que sea.

Un tullido no es negocio si tiene tantos números para que todo le vaya a peor, y no pueda aguantar sin descanso tres o cuatro horas caminando, sentado o de pie.

Ya sé que un día me subirá algún trombo al pulmón, un trozo de cáncer al cerebro o se me desprenderá la pierna caminando y la tendré que recoger para reciclarla y que no me multe la bofia fascista; pero todo eso carece de importancia, porque mi enfermedad es mi libertad.

Y por otra parte no voy al médico porque solo quiere verme para aconsejarme sobre la amputación (uno de ellos). Otros no, simplemente me dicen que hay que cuidarla y me dan una bolsa de supermercado llena de ibuprofenos para que me coloque durante tres o cuatro meses.

Y yo no me desprendo de un miembro ni de mi polla tan fácilmente. Por mucho que joda o me duela; por poco que pueda, conseguiré que mi cadáver pese lo que debe pesar en canal y entero.

Bueno, pues cuando tenía la mala suerte de tener que acudir al trabajo diariamente, todos los putos días de cada semana en algunas ocasiones; una mañana al salir del vagón del metro, me tropecé con un tipo.

-Perdón -le dije sin sinceridad ni afabilidad, era un puro trámite.

El tipo olía a marihuana desde la barba hasta los pies descalzos, en los cuales, sobre cada empeine lucía una cicatriz circular, de esas que se hacen algunos con el cigarrillo por puro aburrimiento. O eso, o le habían clavado unos clavos a martillazos o golpeando con una piedra, no sé…

Y no quiero hacer comentario alguno, para no ser aburrido en detalles, de su sotana de jipi, o la cuerda de esparto a modo de cinturón. O de sus serenos ojos tristes. Ni de su media melena castaña y tan sucia como la barba. O de aquella franja de cicatrices pequeñitas, como una viruela, que lucía en la frente y le bajaba hasta las cejas.

-No… La culpa ha sido mía, perdóname por no haber estado más atento y haberte molestado por ello -respondióme con humildad. 

Había juntado las palmas de las manos como saludan los chinos en las pelis (porque nunca en las tiendas chinas me han saludado así, ni de coña); pero sin mover rápidamente la cabeza arriba y abajo. En el dorso de cada mano tenía también una cicatriz circular, como las de los pies. Parecía que se hubiera quemado por puro aburrimiento con sus porros (tanta maría provoca reacciones raras o adversas hacia uno mismo). O bien, también la habían metido un clavo en cada mano a martillazos o golpeando con un taco de madera, no sé…

Por un momento tuve un deyavú (también se francés, aunque prefiero que me lo hagan), que mi hizo pensar en alguna película que había visto de pequeño; cuando el hijo de puta de Franco ordenaba que la televisión emitiera en semana santa películas de romanos y leones comiendo cristianos. Aburridísimas, un auténtica mierda bostezante. Y cada año la misma basura.

-No te preocupes, no ha pasado nada -le dije otra vez con idéntico nivel de sinceridad y afabilidad que hacía unos segundos.

Y me di la vuelta para continuar mi camino hacia el calvario laboral.

-Quiero que sepas que lamento mucho mi torpeza. Perdóname por ello, rezaré por ti.

Me giré ya con la paciencia a niveles de hierro en sangre de anémico y díjele:

-Oye, no tengo tiempo para esto, y no llevo nada suelto para darte.

¿Y sí además de jipi era marica? ¿Eh? ¿Eh?

Y con decisión, sin esperar más, me puse en marcha y me alejé camino a las escaleras mecánicas; yo no hago esas estupideces de subir escaleras a trote de atleta gilipollas. Y es que tenía unas tremendas ganas de salir de la puta estación para encenderme un cigarrillo.

Solo por no encontrarme con pirados así, vale la pena ser un tullido y la libertad que conlleva. Duele, pero nada es perfecto.

Coño, es que parecía el mismísimo Jesucristo Superstar. Y ese olor a porro…

Qué gusto, ahora, no entrar en el metro y así en el campo, aspirar el efluvio de la mierda de vaca y el podrido estiércol tan propio de los ambientes rurales, cuyos labriegos y ganaderos tienen también ganas de aportar su granito de arena para que nada sea perfecto con su: “vamos a tocar los cojones para que se enteren lo que es oler mierda de la buena” (sinceramente, es mejor el olor de aquel pirado, eso sí).

Como yo me entere de que rezó por mí, vuelvo al metro para encontrarlo, tropezarme con él cojeando y meterle un clavo en cada ojo y otro en la lengua.

Buen sexo.



Iconoclasta


22 de junio de 2020

Las muertes que no importan


Hay tantas muertes…
Caen las almas muertas como un polen que pica en la nariz, una ceniza que no ensucia, solo molesta. Marchita el buen humor más concretamente porque deja restos en la ropa.
Se puede vivir entre tanta muerte. Es una cuestión tan habitual que ni siquiera preocupa; a menos que seas alérgico a la ceniza de los cadáveres.
Se puede vivir y ser feliz siendo consciente de todos los que mueren. A mí me importa lo mismo un nacimiento que una muerte: nada.
Y por lo que veo, al resto del mundo, salvo los que ahora están en el tanatorio por algún familiar o amigo, también les importa el resto del año lo mismo que a mí.
No soy especialmente cabrón.
Me masturbo con la misma pasión que usaría sino hubiera en el aire polvo de muerto.
Mientras escribo unas palabras que puedan tener cierta irritación, sentido y musicalidad en el pensamiento, las cosas suceden y les doy la espalda.
No se puede estar en todo. Vivo una época veloz, de vertiginosas mentiras, de insultantes ignorancias, de patéticas ingenuidades.
La madurez intelectual de los adultos ha caído hasta límites de subnormalidad.
Y el rigor mortis es la única verdad inquebrantable e inviolable.
Que aquellos que dicen sentirse aún como niños, por favor que alguien los trate. Y sino, los esterilicen para que no se reproduzcan.
Es más romántico pensar en las almas muertas que en las gentes que respiran.
Visito el cementerio a menudo, un cementerio donde no tengo a ningún muerto. Ese silencio eterno, la seguridad de que ninguno volverá a salir de la tumba me relaja.
Porque la muerte de los otros da un respiro a mi humor y sobre todo, más espacio.
Es legal no prestar atención a demasiadas cosas que no me importan, aquellas que más que por su nulo interés, me son estúpidas. Si para alguien pudiera ser un problema moral de empatía, me parece bien y sigo fumando como si nada ocurriera.
Porque cuando ocurren demasiadas cosas, no se pueden procesar todas. No es por falta de capacidad intelectual, es que no quiero morir como si me importaran las cosas (muertes) banales, aquellas que no me atañen directamente.
No soy solidario, solo soy capaz de ayudar a quien miro a la cara, a quien creo que debo apoyar, saludar, abrazar, besar o follar.
Que nadie se engañe, hay mucha chusma que no necesita misericordia; tan solo un profundo agujero para que, una vez muerta, por muy zombi que pudiera ser por alguna catástrofe nuclear, no pueda salir jamás y se convierta en fósil.
Sí, ya sé que hoy día queman los cadáveres más que enterrarlos; pero arder como un neumático gastado no tiene nada de glamur.
Los detalles importan para la última foto.






Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

27 de abril de 2019

Sin tacto


-El bebé ha nacido muerto. Sus piernas no se habían desarrollado y los dedos de la mano izquierda estaban fundidos entre sí.
Mi amigo prosigue con la horrenda descripción de su hijo muerto.
-Lo de muerto no tiene arreglo; pero aunque solo sea para que quede bonito y presentable durante el entierro ¿no le podrían grapar unas piernas de esas que deben tener amputadas de otros bebés? Simplemente algo decorativo, para que no resulte tan sórdido el bebé. Ya sabes, luego cuelgan su foto en insta o feis y no queda nada bien.
Es tan repugnante, tan cruel y extraña mi respuesta y reacción a su desgracia que, por un momento me mira atónito y con odio; agresivamente. Pienso que si además de tener un hijo muerto, le voy a tener que partir la cara si se pone violento.
Sin embargo, de repente arranca a reír con histéricas carcajadas. Y no estoy seguro de que llore solo de risa. Los clientes de las mesas vecinas nos lanzan miradas curiosas, debemos parecer dos maricas discutiendo.
Yo sé de estas reacciones, estoy entrenado y curtido en la muerte de seres queridos.
Para la muerte de los seres odiados o que simplemente no conoces, no se requiere entrenamiento: te ríes de una forma sana, distendida y feliz de verdad.





Iconoclasta



1 de diciembre de 2018

Exquisito cadáver

Subir doscientos metros de montaña en apenas tres kilómetros de recorrido. Aspirar los pulmones que con restos de tabaco se me han salido con una tos. Recuperar ritmo cardíaco con un cigarro colgando de los labios y observar con la mirada brillante las lejanas montañas nevadas.
El frío cala en la piel filtrándose bajo el sudor. Y pareciera que la bici está cansada como yo.
Eso es pasear de verdad y no andar oliendo la mierda que sueltan los coches en las pocilgas-ciudades. A veces tengo suerte, o la identifico.
Bueno, tal vez no sea demasiado el esfuerzo realizado; pero si tienes una pierna podrida, sin sangre, con una rodilla que parece un balón y un tumor que no duele pero jode, los tres kilómetros valen por quince y los doscientos metros por el puto Everest.
Lo del fumar es un extra que me hace aún más heroico.
Veo cada día gente que por menos daño, circula en un cochecito eléctrico.
Pusilánimes…
La foto está inacabada, más temprano que tarde la imagen será completa con mi cadáver enredado entre la bici, la mochila y el casco. Yo diría que mi sombra es algo profético. A veces soy místico de la forma más coloquial.
Está bien, es un hermoso momento y lugar para morir.
Seré un cadáver exquisito, no el sentido literario; en el literal. Un lujo de muerto…
He visto lugares peores para morir, más anodinos y sórdidos. Morir formando parte de la carrocería de un coche no es exquisito y morir en casa y que descubran tu cadáver cuando apesta, tampoco es una delicatesen.
Sé de estas cosas, la experiencia es un grado.
Sinceramente, antes que formar parte de la foto, conozco muchos que deberían morir y yo estar presente para fotografiar sus cadáveres.
Me pregunto que, si mi padre hubiera muerto ahora en la era digital, lo habría fotografiado y colgado en las redes con algún jocoso comentario.
Nunca he querido ser buena persona, de hecho no he considerado ser nunca malo o bueno. Soy como un buitre o un cerdo: es mi naturaleza y no la combato. No me juzgo, solo hago lo que debo y lo que quiero cuando puedo.
Es frustrante lo que se refiere al “cuando puedo”. Me jodo.
¡Bah! Mientras muero y no muero, bajaré a casa con más alegría, la bajada me da risa en la misma medida que la subida me ha dado diarrea.
Tengo un hambre del carajo.

Hasta pronto, Muerte. Nos vemos.




Iconoclasta
Fotos de Iconoclasta.