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15 de junio de 2024

lp--666: un favor para el ex nazareno--ic

666 dormitaba con los ojos oscuramente abiertos en su trono de piedra centrado en la cámara principal de la fría, oscura y húmeda cueva que cubría el infierno. La Dama Oscura desnuda a sus pies dormía profundamente y un cruel lamía su vagina entre los muslos separados con premeditada obscenidad.

Percibió una vibración en el aire. Prestó atención a la frecuencia y su cerebro negro y venenoso la descodificó. Las pupilas se contrajeron hasta formarse dos rayas negras verticales apenas perceptibles.

– ¡Hola, 666! Soy JC ¿Puedo bajar a hablar contigo sin malos rollos?

– ¿Y eso? –preguntó perezosamente sacudiendo el pene y salpicando con semen las tetas de su Dama que gemía sin despertar. El cruel seguía hocicando en el coño con los ojos atemorizados observando al diablo.

–Ya te lo explicaré en un lugar más discreto. Mi todopoderoso padre tiene las orejas llenas de pelos; pero escucha por medio de sus querubines sexuales.

–Está bien, pero mejor nos vemos en la Tierra, aquí hace demasiado calor y si los condenados detectan tu presencia se alborota el gallinero y me da jaqueca.

– ¿Te parece bien en Jerusalén, frente al muro de las lamentaciones?

– ¿Estás deprimido?

–No ¡qué va! Sólo que hace muchos siglos que no lo visito y pensé que sería un buen momento.

–Bien, pues en un milisegundo allá nos vemos ¿Tu padre-dios te dio ubicuidad?

–No, le jode que alguien pueda tener tanto poder como él, como le ocurrió contigo.

–Está bien te abduzco hacia la entrada del infierno y nos vamos juntos a Jerusalén en una fracción de segundo.

– Gracias.

El sol de oriente medio creaba una atmósfera sucia por el eterno polvo en suspensión de las tierras desérticas. Apenas pisar suelo sagrado sintieron el calor abrasador en la piel y la mirada polvorienta.

Se habían materializado en Jerusalén, progresivamente se opacaron entre una riada de gente en la calle Bab El Silsilfh y accedieron a la plaza de los templos sin llamar la atención de la eterna muchedumbre que llenaba el sagrado lugar. Caminaron frente a la sinagoga Shomrei Hahomot y JC se sintió conmovido durante unos segundos. Encararon la vía Suq El Qatanin que los llevaría al famoso Muro del Oeste caminando paralelos a los interminables trabajos de arqueología. 666 movió una nube para que cubriera el fortísimo sol.

El rumor de tantas voces, el ruido de la ciudad, el roce con los monos...

–Es asqueroso, los destriparía ahora mismo y callaría sus repugnantes y pegajosas voces.

JC detectó un aura de sólido rojo sanguíneo alrededor de 666 y se separó de él con discreción.

–No temas, controlo. No entiendo cómo ese padre maricón tuyo pudo crear esta basura y sentarse a descansar tan feliz en su cochino cielo.

JC ignoró el repentino estallido de ira y expuso la razón del encuentro.

–Estoy preparando mi segunda venida. Padre está perdiendo la paciencia porque es algo que ya debería haberse cumplido; pues bien, antes quiero que los mates a todos.

– ¿A todos los monos?

–No, sólo exterminar a todo jerarca y burócrata que forme parte del gobierno o estado de todas y cada una de las naciones de la Tierra. Quiero que mueran todos.

– ¿Quieres su riqueza y poder?

– ¡Qué va! Tengo todo lo que quiero con mi padre. Sólo pretendo que antes de renacer entre ellos, no exista ninguna rata política o religiosa con mando en su nación. En ninguna nación, por pequeña o grande que sea. Necesito que los monos, como tú les llamas, se encuentren abandonados sin los amos que los dominan y mueven como muñequitos. Quiero el caos y el miedo, deben prestarme una atención absoluta y universal.

–Quieres ser el rey supremo... Está bien pensado. Eres tan narcisista como tu padre. ¿Quieres que acabe con ellos por la vía del dolor extremo?

–No, lo más rápidamente posible. Que no respiren más tiempo del necesario para que los anodinos monos esclavos de sus jerarcas no se enteren de nada hasta que vean los cadáveres enfriándose y pudriéndose los restos en las calles. Ahora bien, si los quieres quemar vivos para tu distracción y placer, no hay problema. Ardiéndoles la carne no podrán hacer o decir idioteces y mucho menos seguir con su mando. Total ¿cuánto pueden tardar en morir envueltos en fuego?

–Cuenta que un par de minutos de media, en cuanto aspiran las llamas mueren con los pulmones carbonizados, incluso antes que se les queme la piel de los pies, las crías mueren en un minuto y los neonatos en veinte segundos. Como mucho, alguno de los adultos puesto de coca podría aguantar un par de minutos y medio. No te preocupes, todo el que pase de ahí, se le arranca el corazón y asfixia metiéndoselo en la boca. Mis crueles son infalibles; pero necesitan por naturaleza practicar tormento, es la forma de recompensarlos. ¿Y qué pasa con sus familias y amistades?

–Extínguelas también, a todas las familias de todos los jerarcas, religiosos o burócratas que formen parte del estado, amistades y simples conocidos. No ha de quedar nadie vivo amigo o con intereses de los que rigen las naciones; incluidos los bedeles que usan como aparatos sexuales. Ha de morir toda línea sanguínea de cada uno de ellos, sean crías o adultos, no quiero que me molesten con sensiblerías y martirologios. Con sus lutos de mierda, manifestaciones y homenajes. Ya sabes cómo funcionan estos putos monos. No debe quedar prueba viva alguna de existencia de autoridad política y religiosa.

666 caviló unos segundos.

–Esas líneas sanguíneas del primer al último pariente vivo más sus amistades, suman unos setecientos millones de monos, millón arriba, millón abajo. Asesinados en pongamos, pueden ser extinguidos en un par de horas; pero a cambio, no quiero que aparezcáis tú o tus ángeles en cien siglos en mis masacres para llevaros las almas de los monos que descuartizo. No saber de tu padre marica y sus ángeles asexuados durante unos días me dará cierto relajo.

–¡Hecho! Tenemos el cielo a reventar de idiotas. Incluso un día te puedo enviar al infierno unos millones de almas como combustible.

–Los odias como yo ¿verdad? A mí me dan asco por su mera existencia; pero lo tuyo es venganza. Ven conmigo al infierno, has nacido para ello, tu padre fracasó contigo... Cuando te quedes solo frente a la chusma ¿qué harás?

–Bueno, aprendí cosas cuando me crucificaron y les debo unas cuantas. Mañana haré mi epifanía ante la humanidad, les daré un tiempo de espera de diez años para que demuestren su fe y su buena voluntad y entonces llegará el juicio final. Durante esos diez años los abandonaré como ellos hicieron cuando me crucificaron. Tengo planeado que algunos millones fanáticos se suiciden por desesperanza, creerán que no volveré. Combatirán entre iguales sin ningún fin y morirán otros cientos de millones; y será perefecto, cuantos más mueran más limpio estará el planeta. Y ya relajado, con menos monos a mis pies, los juzgaré y condenaré a muerte, salvo a unos pocos de miles para que sirvan de comida a los depredadores naturales y conservar la diversidad zoológica en la Tierra. Una vez ejecutada la sentencia, controlaré a la población mundial: cuando esté a punto de superar los trescientos millones de reses en todo el planeta, para contenerla como plaga, montaré un segundo juicio final o si me siento agobiado, la extinción. Y que mi padre cree otra especie animal que los sustituya. La verdad es que me aburren.

–Te van a confundir con el anticristo.

–Eso es tu gracia, hiciste creer a los monos que no estabas entre ellos y los angustiaste con tu venida. Astuto. Sin embargo, el cabrón de mi padre, me hizo torturar y asesinar para nada. Me humilló. Tal vez, algún día deberíamos hablar tú y yo del viejo y jubilarlo.

–No es una buena idea, porque sin tu padre sólo quedaremos tú y yo en un mundo sin dolor, sin cruentos designios divinos contra vidas miserables hasta morir. Ver a los cometas dar la vuelta al universo continuamente todos los días sería espantosamente aburrido. El dolor, la hipócrita misericordia, la caza y el tormento son nuestros alicientes.

–Eres oscuramente sabio.

– ¿Quieres que a tus monos les envenene el agua que beben durante tu descanso de diez años y vivan una especie de plaga que les haga creer en las viejas profecías que se inventaron aquellos locos? No es trabajo, me place. Y te los dejaré bien blanditos esperándote de nuevo con ansia.

–Por supuesto. Sólo asegúrate de que queden unos cuantos para que haga mi performance del juicio final ante un numeroso público. Y así, angustiados de miedo y penurias, les pasaré a esos hijoputas un video que guardo para la ocasión en mi palacio del octavo cielo. Un documental de mi tortura y crucifixión. Nunca me acuerdo... ¡Ah, sí! Pasión la llaman.. ¡Oye! Podrías aparecer conmigo como bestia surgida del infierno llenándolos de terror. ¿Te imaginas? Incluso podríamos interpretar que me arrancas la cabeza ante la multitud en un “gran evento global” y pierdan toda esperanza de salvación; en unos minutos resucito te doy una patada en el culo y te esfumas creando una tormenta de espinas y vidrios rotos.

–Sabes que soy impredecible y que podría acabar mal, es mi naturaleza. No juegues con ella JC, tengo una escasa tolerancia hacia la lealtad y cualquier ente surgido de la sustancia de tu padre maricón.

–Está bien, pero cuando llegue el momento si te sientes de humor, podríamos montarnos una buena comedia.

– ¿Sabes, Jesusito? Si me llegas a pedir piedad para los monos, tu cabeza ahora estaría metida en una sombrerera, sobre el regazo de tu todopoderoso y maricón padre.

Jesucristo le sonrió encendiendo un par de porros de maría y los fumaron a espaldas de los judíos que cabeceaban automáticos y mecánicos pegados al muro.

– ¿Me dejas sostener tu daga?

–Sácala tú mismo; pero no toques el filo o pasarás un mal rato, causa severos daños en el tejido celestial.

666 alzó la camisa por encima de la cabeza dejando descubiertos sus omoplatos, entre ellos, hundida en su carne palpitaba su puñal.

Con un sonido viscoso, Jesucristo lo extrajo. Del filo goteaba un miasma rojizo y gelatinoso desprendiendo vapor y restos de tejidos corruptos.

666 rebuznó como un asno y los monos que se encontraban frente al muro y los alrededores de la plaza del muro, quedaron congelados en el tiempo y el lugar.

– ¿Puedo? –JC señalaba con el puñal a un judío frente al muro.

–Adelante, disfruta.

Admirando el puñal en alto y haciendo movimientos de ataque y defensa en el aire, Jesús llegó correteando hasta el judío, con la inmovilidad de una estatua mantenía la cabeza gacha frente al muro, muy tentadoramente. Deslizó el filo por la nuca y el puñal se hundió dulcemente en la carne, se detuvo durante unos segundos en la médula espinal para encontrar una vértebra por la que pasar y acabó decapitándolo. La cabeza cayó al suelo de losas de piedra con un ruido sordo; pero no manaba la sangre, quieta y vibrante permanecía al borde de los vasos sanguíneos, el tejido de los muñones tenía el aspecto de las carnes que se venden en los mercados, limpias de sangre, crudas.

No pudo evitar cierta incomodidad, sentía que el decapitado era un muñeco roto, como si no lo hubiera matado. Es importante que mane la sangre como la suya corrió festivamente y sin pudor bajo el látigo romano, con cada pedrada en la cabeza, entre las espinas de la corona, entre los clavos y la lanza... Cuando 666 mata todo a su alrededor queda encharcado de sangre. ¿Cuántos litros de sangre son los de setecientos millones de monos desangrándose en dos horas? ¿Se evaporará parte de la sangre y luego lloverá espesamente? Sonrió, sería estupendo que mañana en su segunda venida, lloviera la sangre de los muertos sobre los rostros de la “humanidad redimida” dos mil años atrás.

666 captó el pensamiento de JC frente al muro.

–Está bien, lloverá sangre en tu performance. No me gustan los milagros, porque le dan a la muerte un acto de furia divina; pero se debe reconocer que será impactante– le transmitió.

Jesucristo esbozó una sonrisa. Encantado le dio una patada a la cabeza que rodó tan solo media vuelta para quedar detenida contra el muro, los judíos ojos permanecían cerrados y la boca congelada en un lamento, de la que escaparon por los labios dos gotas de sangre espesa y pesada que cayeron semejando las cabezas carmesíes de dos clavos en la piedra.

–Todo cuadra, es perfecto –pensó divertido JC.

Sonriente e ilusionado, dio media vuelta para volver con 666.

– ¡Qué belleza de arma! Parece un ser vivo...–comentaba introduciendo de nuevo el puñal entre la carne de 666.

–Me espera mi Dama Oscura, vamos a pasar la tarde con cuarenta familias en un pueblo de Ucrania. Las descuartizaremos. No hay nada que desestabilice más el ánimo de los monos que muerte sobre muerte. Cuando los colmas de asesinato, dolor y hambre, pierden el control de sí mismos. A veces se atacan con sus propios excrementos. Luego, el tonto del pueblo contará cosas increíbles.

–Vámonos de aquí –concluyó 666.

–Yo me quedo, quiero ver qué hacen cuando los descongeles y vean al decapitado. Más tarde le pediré a mi padre que me arrastre al cielo. ¿Cuándo empezarás la masacre?

–Dame cuatro horas para hacer mi obra en Ucrania y luego follarme a mi Dama Oscura. Después cenaremos en algún bistró de París. Calcula esas cuatro horas y dos más para masacrar a esos setecientos millones de monos. En seis horas puedes hacer tu segunda venida. Yo te aviso.

–Te debo una- le respondió con entusiasmo.

666 se desmaterializaba.

Y la inmovilidad en aquel lugar desapareció y se elevó de nuevo en la atmósfera el insoportable rugido de la colmena humana.

El decapitado creó una gran alarma, la sangre manaba ahora con fuerza de los muñones. La gente huía aterrorizada de la plaza por miedo a un acto terrorista, otros rodeaban el cadáver. Nadie se lamentaba frente al muro en ese momento. No se entendía como pudo pasar algo así, en qué momento...

La policía israelí y un convoy de militares antiterroristas crearon puntos de control prohibiendo salidas y accesos al lugar sagrado. En pocos minutos se inició la tarea de identificación de los testigos.

Los sanitarios, tras la actuación de la unidad forense, retiraban la cabeza y el cuerpo del judío dentro de una bolsa para conducirlo a la morgue para su autopsia. Por protocolo antiterrorista, podría la víctima estar contaminada química o biológicamente. Repentinamente a los sanitarios les cayeron encima cinco musulmanes descabezados lanzados desde la cara opuesto del muro, sus kaftanes blancos estaban ensangrentados. Policías y soldados apuntaron con sus armas hacia el muro esperando algo más, un helicóptero volaba en círculos a muy baja altura. No ocurrió nada más.

JC sintió la carcajada de 666 en su cerebro:

–Estaban en la lista de los setecientos millones. Bueno, hay un par que no; pero es más difícil no matarlos que matarlos. Nos vemos Jesusito, sé malo.

JC sacó del bolsillo de la camisa empapada de sudor otro porro de maría y lo encendió esperando el momento en el que su padre lo elevara de nuevo al cielo. Admirando los cuerpos, ahora sí, sangrantes. La agitación de los monos le evocaba a las hormigas moviéndose neuróticas cuando se aplasta con el pie la entrada de un hormiguero.

Tras unos minutos de idiocia narcótica, dulcemente se desmaterializó dejando una voluta de humo en aquel aire sucio de polvo y fétida religiosidad humana.

Siempre sangriento: 666



Iconoclasta

7 de marzo de 2021

El Evangelio del Coronavirus


Y fue así que vi a la Virgen María llorar acunando el bebé muerto en sus brazos.

El cadáver de Jesucristito al que le habían arrancado los ojos.

Y fue así que los fariseos con bozal gritaron que era la Covid 19.

Y un policía municipal de negro bozal sancionó a la Virgen con una multa de cien euros por no llevar bozal en el hocico. Con la porra le golpeó los brazos y Jesucristo cayó al suelo rompiéndose los huesitos muertos.

Y fue así que los que caminaban con bozal, le pedían a gritos al policía que le pegara un tiro a María. Porque podía contagiarlos por no usar bozal. El policía procedió a golpear las piernas de María hasta que cayó de rodillas.

Y fue así que el policía municipal se sacó la polla y se la metió en la boca a la Virgen María arrodillada.

Y fue así que la Virgen María padeció la Sagrada Arcada.

Y los ciudadanos de bien aplaudían la mamada como una Pascua. Con mezquindad se separaban el bozal del hocico para escupir al bebé muerto, con su carita sin ojos manchada de la leche que escupió el pijo del policía.

Y fue así que los ciudadanos con bozal, se dieron por satisfechos con la justicia impartida y retomaron de nuevo su camino cabizbajo y cobarde hacia la mierda.


El Evangelio del Coronavirus según Iconoclasta.

Libro de la Mezquindad, capítulo 2021, versículos 3 al 7 (LdlM 2021,3-7)




Iconoclasta

17 de diciembre de 2020

Un pirado en el metro

Lo bueno de tener una pierna hecha mierda entre cáncer, venas podridas, piel negra, articulaciones con artrosis y además, torcida como un tirachinas con una rama rota; es que no tengo que ir a trabajar. Vamos, que no me dejan trabajar.

Por mí, de puta madre; pero es que si quisiera, ninguna empresa contrataría un tullido con tanta mierda ni para vender caramelos en un quiosco, por muy guapo y fuerte que sea.

Un tullido no es negocio si tiene tantos números para que todo le vaya a peor, y no pueda aguantar sin descanso tres o cuatro horas caminando, sentado o de pie.

Ya sé que un día me subirá algún trombo al pulmón, un trozo de cáncer al cerebro o se me desprenderá la pierna caminando y la tendré que recoger para reciclarla y que no me multe la bofia fascista; pero todo eso carece de importancia, porque mi enfermedad es mi libertad.

Y por otra parte no voy al médico porque solo quiere verme para aconsejarme sobre la amputación (uno de ellos). Otros no, simplemente me dicen que hay que cuidarla y me dan una bolsa de supermercado llena de ibuprofenos para que me coloque durante tres o cuatro meses.

Y yo no me desprendo de un miembro ni de mi polla tan fácilmente. Por mucho que joda o me duela; por poco que pueda, conseguiré que mi cadáver pese lo que debe pesar en canal y entero.

Bueno, pues cuando tenía la mala suerte de tener que acudir al trabajo diariamente, todos los putos días de cada semana en algunas ocasiones; una mañana al salir del vagón del metro, me tropecé con un tipo.

-Perdón -le dije sin sinceridad ni afabilidad, era un puro trámite.

El tipo olía a marihuana desde la barba hasta los pies descalzos, en los cuales, sobre cada empeine lucía una cicatriz circular, de esas que se hacen algunos con el cigarrillo por puro aburrimiento. O eso, o le habían clavado unos clavos a martillazos o golpeando con una piedra, no sé…

Y no quiero hacer comentario alguno, para no ser aburrido en detalles, de su sotana de jipi, o la cuerda de esparto a modo de cinturón. O de sus serenos ojos tristes. Ni de su media melena castaña y tan sucia como la barba. O de aquella franja de cicatrices pequeñitas, como una viruela, que lucía en la frente y le bajaba hasta las cejas.

-No… La culpa ha sido mía, perdóname por no haber estado más atento y haberte molestado por ello -respondióme con humildad. 

Había juntado las palmas de las manos como saludan los chinos en las pelis (porque nunca en las tiendas chinas me han saludado así, ni de coña); pero sin mover rápidamente la cabeza arriba y abajo. En el dorso de cada mano tenía también una cicatriz circular, como las de los pies. Parecía que se hubiera quemado por puro aburrimiento con sus porros (tanta maría provoca reacciones raras o adversas hacia uno mismo). O bien, también la habían metido un clavo en cada mano a martillazos o golpeando con un taco de madera, no sé…

Por un momento tuve un deyavú (también se francés, aunque prefiero que me lo hagan), que mi hizo pensar en alguna película que había visto de pequeño; cuando el hijo de puta de Franco ordenaba que la televisión emitiera en semana santa películas de romanos y leones comiendo cristianos. Aburridísimas, un auténtica mierda bostezante. Y cada año la misma basura.

-No te preocupes, no ha pasado nada -le dije otra vez con idéntico nivel de sinceridad y afabilidad que hacía unos segundos.

Y me di la vuelta para continuar mi camino hacia el calvario laboral.

-Quiero que sepas que lamento mucho mi torpeza. Perdóname por ello, rezaré por ti.

Me giré ya con la paciencia a niveles de hierro en sangre de anémico y díjele:

-Oye, no tengo tiempo para esto, y no llevo nada suelto para darte.

¿Y sí además de jipi era marica? ¿Eh? ¿Eh?

Y con decisión, sin esperar más, me puse en marcha y me alejé camino a las escaleras mecánicas; yo no hago esas estupideces de subir escaleras a trote de atleta gilipollas. Y es que tenía unas tremendas ganas de salir de la puta estación para encenderme un cigarrillo.

Solo por no encontrarme con pirados así, vale la pena ser un tullido y la libertad que conlleva. Duele, pero nada es perfecto.

Coño, es que parecía el mismísimo Jesucristo Superstar. Y ese olor a porro…

Qué gusto, ahora, no entrar en el metro y así en el campo, aspirar el efluvio de la mierda de vaca y el podrido estiércol tan propio de los ambientes rurales, cuyos labriegos y ganaderos tienen también ganas de aportar su granito de arena para que nada sea perfecto con su: “vamos a tocar los cojones para que se enteren lo que es oler mierda de la buena” (sinceramente, es mejor el olor de aquel pirado, eso sí).

Como yo me entere de que rezó por mí, vuelvo al metro para encontrarlo, tropezarme con él cojeando y meterle un clavo en cada ojo y otro en la lengua.

Buen sexo.



Iconoclasta


21 de noviembre de 2017

Últimos lamentos de impureza


 “Tu menstruación es un excremento líquido, las partes podridas de tu naturaleza corrupta.
No deberías sentirte orgullosa de menstruar, solo aliviada por expulsar todo ese veneno y podredumbre de tu organismo.
Esa misma sangre sucia que en tu cabeza y corazón hace las ideas pestilentes.
Te odio por encima de todas las cosas y seres.
Te odio porque me haces impuro, por ti deambulo con esta cosa que crece y se endurece entre mis calzones.
Mi padre es La Palabra y a él me debo.
Mi odio es bíblico.
Tus paños de entrepierna son mortajas de la miseria humana. Cada coágulo mezclado con los pelos de tu coño, es un feto de algo deforme y ominoso.
Padre creó cosas hermosas; pero tus calzones sucios de sanguínea impureza anulan cualquier consideración de belleza y amor.
Te cosería el coño con tiras de piel de puerco para que la sangre no saliera y te ahogara por dentro; pero estoy hambriento de ti.
Envuelve esto duro que me humilla y me hace hombre vulgar, con ese paño sucio que anida como una babosa destripada entre tus piernas. Que mi flujo seminal diluya la sangre sucia de tu coño.
Retuerce así mi cosa dura con dolor y que la menstruación que se escurra del obsceno paño me bañe el vientre. Le gritaré a Padre que por él, me sacrifico ensuciándome de ignominia.
Por su amor me hago impuro contigo, prostituta.
Pero ningún hijo mío crecerá en tu repugnante matriz.
Llévate como siempre a la boca mi cosa dura y goteante. Y gime falsa y corrupta por las monedas que he tirado en el rincón de tu casa donde habitan las ratas y los restos de hijos que no nacieron.
Cuando me claven en la cruz, que mi sangre limpia y divina bañe tu rostro. Que Padre no te perdone y menstrues así, hasta quedar vacía de sangre y alma.
Me has hecho impuro al yacer contigo, porque no puedo dejar de hacerlo sangres o no. Te pago con las monedas que los pobres necesitan; por lamer la sangre que mana espesa por tus muslos.
Estoy condenado.
¿Quién me redimirá?
Tú me condenas, serpiente.
Por ti muero impuro, Magdalena.”





Conservo como un tesoro este trozo de tela donde Jesús escribió su paranoia de remordimiento en Getsemaní. Se lo arrebaté de las manos cuando lloraba su hipocresía arrodillado y humillado, le escupí a la cara y no lo decapité porque quería verlo clavado en la cruz.
Estaba tan enfermo como lo está su padre Dios y sus leyes idiotas.
Cuando lo mate, cuando rebane su divino cuello; le meteré en su muerta boca el testamento de su Hijo crucificado tan teatralmente para nada.
Mi Dama Oscura no menstrua, la sangre que mana de su coño es la hemorragia que le provoca mi impúdico y brutal rabo. Ella no es de Dios, es solo mía.
Y es absolutamente pura e incontaminada.
Salvaje…
Siempre sangriento: 666

“Cuando la mujer tenga la menstruación permanecerá impura siete días y quien la toque será impuro hasta la tarde. El lecho en el que ella duerme mientras dura su impureza y los muebles en los que se siente durante la menstruación, serán impuros”.
“Si un hombre yace con ella, contraerá la impureza de la menstruación y será impuro siete días. Todo lecho sobre el que él se acueste será impuro”.
(La Biblia. Levítico, capítulo 15, versículos 19 y 24)




Iconoclasta

10 de diciembre de 2015

AC - DC

Jesucristo y los siete enanitos




No es el nombre del grupo de rock heavy de los ochenta del siglo pasado. Me refiero a la forma de datar los tiempos de la historia según fuera antes y después de Cristo.
Esta forma de dividir las distintas épocas es una convención. Es el pago que tuvo que realizar la ciencia a la religión para poder enseñar y avanzar en conocimientos.
Porque si no fuera por esta división temporal, la iglesia hubiera quemado muchos herejes que no lo eran, como era su costumbre hacer hasta que las ciencias y la enseñanza comenzaron a estrangular la ciega fe. 
Negar los progresos tan evidentes de las ciencias y las humanidades, cuando la capacidad de leer y escribir estuvo al alcance de los humildes, hubiera sido un camino directo hacia la rebeldía.
A Dionisio el Exiguo, un monje del siglo VI en el año 525, le ordenó el  papa Juan I, poner fecha al nacimiento de Jesucristo. Y un fanático organizando la historia, es el peor negocio que pueda haber.
(Me gusta pensar con una sonrisa astuta, que el 525, es la fecha de creación de la biblia)
Jesucristo no existió, creer en él es un acto de fe. No hay documento alguno que lo nombre. Y los evangelios, son simples lecturas mitológicas (mucho más dulces que el antiguo testamento) como lo son las sagradas escrituras de Homero y Virgilio.
Así, que el antes y después del nazareno, es una convención como la de los colores de los semáforos: alguien eligió rojo para parar y verde para andar.
Nada más.
Sin embargo, esta datación mantiene la fe del ignorante con rango académico: hace creer a la gente sin demasiadas inquietudes intelectuales que Jesucristo tiene respaldo histórico, que es una figura verídica.
Es el más craso error.
El carbono 14 hace mucho que tumbó muchas mentiras, muchas reliquias y mucha ropa sucia.
Yo y los curas, sabemos muy bien que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad a los ojos del rebaño.
Cuando falla la fe, siempre quedan los OVNIs para saciar las necesidades de esperanza de los seres humanos. La esperanza para escapar a una vida plana, llena de mediocridades e incomprensiones.
Y es que el intelecto se ha sobrevalorado mucho en la especie humana, por rarezas como Einsteins, Da Vincis, Miguel Ángeles, Hawkins y Galileos.
Ellos no representan la capacidad intelectual de la  humanidad, son honrosas excepciones.
Por otra parte, la figura de Jesucristo, no se creó para salvar al hombre (redimirlo de su propia estupidez), cualquiera que haya leído la biblia con un mínimo de comprensión, sabrá que el viejo testamento es un compendio de amenazas y  glorificación del asesinato, la exterminación, la ira y la esclavitud. Es el manual del perfecto dictador o tirano.
La biblia es clara y tajante, no tiene misterio alguno en su apología del miedo y la esclavitud. Tiene como fin la opresión y el sometimiento de un pueblo sobre otro. 
Por eso es necesario que la lea un cura, que convierta esas afirmaciones y mandatos maquiavélicos en dulces eufimismos (en puras mentiras) para la ignorante masa humana.
Es deber del sacerdocio esconder el verdadero fin y propósito de las enseñanzas: que el esclavo respete al amo.
Porque "los hombres son de dura cerviz", dice tantas veces la biblia en nombre de Yahvé, el dios que se llama a sí mismo "celoso". Iracundo hasta el vómito.
Se necesitaba una figura que diera algo de bondad y dulcificara tanta miseria.
Así es como se inventó al personaje Jesucristo.
El día de navidad es una fiesta pagana, que celebraba el solsticio de invierno: indios coitando en las playas o frente a hogueras que los mantenga "calientitos" y embriagados con los hongos de sus regiones geográficas.
Como siempre han hecho todas las religiones, adaptaron las fechas clave de celebraciones populares para que el pueblo tuviera sus dosis periódicas de alegría. Las grandes religiones han gobernado el planeta durante miles de años, solo en época moderna se han constituido gobiernos laicos.
Es por así decirlo, como el tambor que alegra las horas al remero esclavo de las galeras.
Hoy además, están los deportes de masas y sus estrellas compitiendo con Jesucristo. Lo laico se va imponiendo poco a poco; pero en modo alguno van a ceder parte de su poder los privilegiados que nacieron con suerte.
Así que se puede decir que la clasificación en Antes y Después de Cristo, es una prostitución que tuvo que aceptar la ciencia para no ser aplastada por la religión, cuando en las manos de los curas, estaba el matar a cualquier ciudadano del mundo que no les besara el culo.
Hoy día hay referencias reales y precisas para datar la historia. La ciencia sigue arrastrando la miseria de la fe ciega y los ciudadanos siguen pensando que si hay un antes y después de Cristo, es que existió semejante individuo, semejante cuento.
Siguen engañando a los niños con esas ridículas fechas.
Y así se eterniza la ignorancia y se alimenta esa mentira repetida durante tantos miles de años.
No es casualidad, que la iglesia gaste ingentes cantidades de dinero en excavaciones arqueológicas, buscando aunque sea un miserable rastro de la existencia del nazareno. Las ventas de las nuevas biblias, quintuplicarían los beneficios de las grandes multinacionales en dos semanas.
Si se repitiera mil veces que Cristo se crió con siete enanitos en una cabaña de un bosque, la chusma pondría los nombres de los enanitos de Disney a sus hijos.
Es todo tan previsible, es tan sencillo en su burda ejecución, que me parece imposible que pueda pisotearse lo obvio argumentando mentira sobre mentira y nadie le preste demasiada atención.
La mentira de hoy, son los trabajadores y docentes del mañana.
Y el oscurantismo está matemáticamente codificado en las sintonías de los programas de telebasura.



Iconoclasta