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26 de noviembre de 2022

lp--Parapsicología y ovnis--ic


En los ochenta, desde finales de los setenta del siglo pasado y hasta casi el final de la década, surgió un gran interés por los efectos paranormales y los extraterrestres, su presencia y existencia.

Una auténtica paranoia a nivel mundial, se hacían por mes decenas de películas, cientos de debates, programas televisivos, radiofónicos, testimonios, libros, enciclopedias…

Erich von Däniken fue el gran gurú mediático que pregonaba que, rara sería la civilización en la que no hubiera intervenido una especie de extraterrestres super avanzados para educar y ayudar a los homínidos a establecer sus culturas. Vendió millones de libros, era el papa de la parapsicología.

Cualquier hecho o suceso que por la lógica no tuviera explicación fácil, se etiquetaba como parapsicológico.

El triángulo de las Bermudas era un agujero negro que se tragaba aviones, barcos y todo bicho viviente que entrara en él; desaparecían sin dejar rastro. A veces solo los ocupantes, otras el cerdo entero (incluso barcos de guerra).

Las pirámides, asumiendo su complicación técnica para edificarlas por el hecho de alzar aquellas grandes piedras talladas que las forman; eran obra de los extraterrestres que tenían la tecnología adecuada para levantar por ingravidez esas moles de piedras. Igual pasaba con las grandes figuras de cabezones de la isla de Pascua.

Se anunciaban apariciones de ovnis y extraterrestres en todos los lugares del mundo, en prensa y televisión. Rusia, USA y China competían por tener el mayor número de avistamientos ovnis.

No se puede olvidar a Uri Geller, el mentalista israelí que doblaba cucharas con la mente  en programas de entretenimiento e incluso informativos.

La hipnosis, los poderes mentales…

Y todo eso contagió el cine y la literatura de ficción basada en hechos reales.

¿Cómo olvidar aquellos “hechos reales” de la casa de Amityville?

Toda esta avalancha de cuentos y supersticiones afectaba con más virulencia a las clases sociales de más baja cultura e intelecto.

Y en medio de aquella vorágine histérica de superchería, incultura y populismo, surgió Stephen King. No sé si es bueno o malo; tal vez, simplemente mediocre.

Yo viví aquella locura que como a todo buen adolescente, fascinaba. Aunque duró poco la magia y cayeron en mis manos artículos y alguna literatura seria y honrada al respecto.

En toda época de la humanidad existen momentos para la vergüenza, como la actual con el miedo de la población y su dependencia infantiloide de los nuevos y aplaudidos nazismos surgidos mediante el resfriado del coronavirus. Miedos e histerias que se extienden hacia la doctrina recaudatoria y represiva del estado por el “cambio climático”, también beatamente comprendida por una sociedad decadente e indolente, apática y crédula como antaño.

Si no son marcianos o fantasmas, son los hijos de puta jodiendo.

No hay descanso en La Tierra.



Iconoclasta


11 de octubre de 2022

lp--Pecados y obediencia--ic

Los problemas religiosos de fe, obediencia, pecado, castigo, etc… Tanto de religiosos como de feligreses crédulos o ingenuos, existen y existirán porque van contra la libertad de la especie humana y su inteligencia creativa, lo que la diferencia notablemente de los insectos y mamíferos de ganadería.

Así fue antes del primer acto de fe de un primate hacia otro.

La religión busca pudrir la esencia misma del ser humano.

Denigrarla hasta la humillación disfrazada de buen ciudadano.

Por ello, pecados, incultura, fe, oscurantismo y esclavitud moral (adicción a los charlatanes), son las herramientas con las que el poder, ya sea religioso o su evolución: político; rige o pastorea a la población.

No todo el mundo es tan lerdo para dar su vida y voluntad al capricho de un dios, un mesías o un líder orador codicioso y ambicioso; pero siempre ha sido mayoría la chusma que precisa ser pastoreada para su mayor tranquilidad y descanso. Ahí reside la inmundicia, la suciedad e indignidad de toda democracia, en la masa ignorante o chusma otorgando el poder al estafador que es incapaz de ver.

Y por ello no hay individuos suficientes para regenerar y enriquecer la genética de una masa humana sucia y endogámica. Es endogámica porque se ha creado en todos los asentamientos político-religiosos (ciudades o pueblos) una selección de machos y hembras reproductoras afines y creyentes en los regímenes de pastoreo humano o gobierno de toda época, eliminando así al humano libre autosuficiente por una cuestión de envidia por parte de los mansos y la eliminación de disidencia por parte del estamento político-religioso.

La premisa del poder religioso/político es tan obvia que da risa su simplicidad ganadera: si pides (debido a tu ignorancia o pobreza intelectual o psicológica) que un pastor te guíe, te indique donde has de comer, beber y hasta donde puedes llegar; no es necesario pensar, los pastores lo hacen por ti. Y por otro lado para aplacar el sentimiento de humillación que pudiera desarrollarse, ahí está el político o el sacerdote subido al púlpito, para que lo critiques en alto ante el rebaño; sabiendo que dentro de ti reconoces tu incapacidad para conducirte y una patética obediencia vacuna, provinciana e ignorante. Luego gritarás para salvar una dignidad que no tienes: “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Eso se llama cobardía en su esencia más condensada. Y el político o el sacerdote, sonreirá frotándose las manos satisfecho del buen rebaño que pastorea y la piel, carne, sangre y oro que saca de ellos.

No es lo mismo obedecer con repulsión para sobrevivir en el estercolero social, que obedecer con fe. Es terrorífica y degradante la monstruosa plaga de obedientes fervorosos que conforma la mayoría votante en las venenosas democracias del planeta, convertidas al rancio fascismo o nazismo con el coronavirus o covid.

Hay unos pocos libres de pensamiento y actos, no precisan cuentos ni dioses que los protejan o guíen su destino. De esas cosas se encarga el ser humano si no es deficiente en su genética. Saben que la religión es dominación y la política su evolución; pero la democracia los mata, los asfixia, los aplasta y les hace la vida amarga como el cianuro. El peso de la mayoría es letal para el individuo.

La fe pudre el conocimiento racional y empírico. La obediencia ciega, pudre la dignidad.

Hay que recordar con la promesa religiosa “solo los mansos heredarán la tierra” o la política “un futuro mejor para los hijos”; que haga lo que haga la chusma, por muy cabestras que sean las reses votantes, nunca son suficientemente mansas; ni viven lo suficiente para hacer un futuro mejor, según sus charlatanes o gurús religiosos o políticos.

En la religiosidad y la política la pobreza es virtud porque das tu esfuerzo, tu dinero al estado, al poder. Y debilidad y pobreza son pasaporte al paraíso y un futuro mejor que nunca verás, ni tus hijos si los tuvieras.

La moda actual es que los multimillonarios, las grandes fortunas; actúen como guías espirituales y ejemplarizantes del rebaño humano. Es éticamente pornográfica toda secta constituida por un millonario decadente y aburrido, denigrante y vergonzosa la atención que les presta tanta res mugiente y votante.

Y en pleno dos mil veintidós tecnológico, es más obvia que nunca la imbecilidad de la población y la persecución y corrupción de la ética y la libertad por políticos y sacerdotes de cualquier secta religiosa o ideológica que, insultan sin descanso la inteligencia y ensucian la esencia humana.

Quien inventó el primer pecado, obtuvo la ansiada obediencia de las vacas y bueyes humanos.




Iconoclasta

24 de julio de 2022

Misma hora, mismo día, mismo lugar


Actualmente es tan fácil engañar a los adultos sobre el pretendido cambio climático fotografiando el bosque y las hojas secas en verano, como engañarlos sobre lo mortífera que es la libertad para la salud. Y digo (y dicen) de la libertad de la chusma y su salud. Porque los políticos no se encarcelan a sí mismos, de la misma forma que una serpiente no envenena a otra. No tienen problema alguno con su libertad que es absoluta e impune.

Y de la misma forma que los pseudo periodistas fotografían lo seco, obvian el real verdor de los árboles para crear el horror y el miedo en sus votantes o reses: el llanto y crujir de dientes global.

Hay cosas básicas que el periodismo desempeña desde hace ya veinte años con verdadera codicia y sin ningún tipo de ética, esta misma y corrupta prensa y medios de comunicación actuales y quienes viven de su prostitución al régimen al que son afectos.

Las premisas básicas de los medios de comunicación, mal llamados periodísticos, consiste en la manipulación, perversión y desinformación de la realidad al servicio del estado que les paga por cada amaño.

Bulos y mentiras que sirven para que el estado pueda llevar a cabo sus estafas recaudatorias con una dogmática impunidad, ante la ignorancia y la confusión de una sociedad consumista decadente, cobarde e ignorante.

El Estado se hace rico y sus secuaces, prensa y medios de comunicación entre otros muchos, consiguen pingües beneficios por una mentira que se escribe teletrabajando cómodamente desde casa.

De hecho, desde la creación del primer periódico, la prensa ha sido siempre un instrumento de los políticos y jerarcas para difundir la desinformación y manipulación de la realidad entre las manadas humanas que pastorean. Claro que, no con la difusión actual con la que a las reses humanas se les envía directo a sus bolsillos donde guardan su teléfono, los bulos creados más de veinte veces al día; cumpliendo así con otra premisa político-religiosa o el dogma de los criadores humanos: la mentira repetida mil veces se convierte en verdad en el escaso y limitado imaginario de la sociedad.

Y así con la medicina, y así con la cultura, y así con el arte, y así con la educación, y así con los hábitos, y así con la moda y así con la dignidad y la honestidad.

Hace decenios que la libertad y la realidad informativa que pudiera haber fueron erradicadas de los medios periodísticos y comunicadores.

Y así es como la chusma actual se comporta igual que la de la edad media: matarían con fanatismo a pedradas o incinerarían a una mujer u hombre acusado de brujería por el estado o el predicador electo. Y sería festividad para adultos y niños como antaño.

Es horrible, retuerce las tripas la indignidad y mezquindad social; pero alguien tenía que decirlo: yo, el último hombre libre e independiente (libre mentalmente, por supuesto, porque estoy sometido al capricho de lo hijos de puta quiera que no).

Resumiendo, dios no ha alterado el clima. Si algo arde, alguien del gobierno o estado le pega fuego para ganar dinero.

Bueno, y si hace calor, no te pongas plástico encima. Eso debería formar parte del sentido común humano. Y de la educación que el estado proporciona a los niños ¿no? Los golpes de calor suelen nacer de la ignorancia. Y en algunos casos, de una forma física o salud debilitada.

Nada nuevo bajo el sol, ni las muertes ni el calor; solo lo cuentan deformemente para los que han perdido la memoria que son miles de millones.

Gracias a los medios de comunicación, y pongamos prensa por llamarla de algún modo; la ignorancia y la cobardía, ya constituyen la globalización implantada, tan perseguida por los nuevos estados fascistas surgidos con el coronavirus.




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


11 de julio de 2022

La dictadura penitenciaria española


La dictadura de la ignorancia, la pereza, el arribismo, la indolencia, la vanidad (injustificada), la de los monstruos sexuales, el de las mujeres-hombres, la de los temerosos, los mansos cabizbajos, los adultos infantilizados.

La dictadura de los decretos del estado de extorsiones, acosos y ruina avalados por la “justicia”.

La dictadura de la policía que acosa a la población con saña y entra en casas a patadas.

La dictadura de los delatores del fascismo penitenciario, chivatos aplaudidores por una caricia en las orejas.

La dictadura sectaria que pervierte y envenena el conocimiento, la razón y la historia.

La dictadura que decreta que los hijos se han de educar por el estado, son del estado. Y aparta a los progenitores como mierda apestosa, lo intenta con toda pasión.

La dictadura que decreta y adoctrina comidas y placeres. La que pervierte sexual e intelectualmente a la infancia y la procreación, la básica y única reproducción.

La dictadura que acosa y restringe la biología humana y sus instintos.

La dictadura que debilita y enferma.

La dictadura que segrega, extorsiona, encarcela e inyecta cosas en el cuerpo de los españoles.

La dictadura que estafa, la narco dictadura…

La dictadura de otra nueva ruina económica, eterna en la profunda y endogámica España de políticos sucios e inoperantes. De próceres de rancio abolengo fascista.

La dictadura de la prensa prostituida al estado penitenciario español vendiendo sus mentiras y dogmas putos en todo teléfono móvil de todo español.

La dictadura que entró con el coronavirus un catorce de marzo del dos mil veinte y lo propagó.

La asfixiante dictadura del insano y fetichista símbolo neonazi: el bozal.

El Nuevo y Normal Estado Penitenciario Fascista Español del coronavirus, la guerra ruso-ucraniana y el crack económico de la clase baja o trabajadora por los impuestos delictivos por el cambio climático; ha sido preciso y omnipresente llevando su dictadura a todos los ámbitos de la población española, robando las más mínimas libertades y pensamientos incluso. Pero sobre todo, creando miseria.

Habrá de verse pronto donde se quedan todas las liturgias, doctrinas y catecismos del Caudillo Penitenciario Español y sus secuaces ministros y Caciques Autonómicos; cuando estalle la guerra civil en forma de “revuelta social”. Porque mejor morir a tiros que de hambre e indignidad.

Tan solo cuarenta y siete años han podido vivir los españoles sin un caudillo dictador.

Y ante tanta indignidad, asfixia y religiosidad penitenciaria/fascista-comunista, mejor la guerra y su libertad salvaje.

Además, es necesario destruir para crear algo nuevo, está todo tan podrido que nada vale ya. Y eso incluye morir a quien le toque, lo que realmente es la guerra (lo digo por el extendido infantilismo).



Iconoclasta



 

28 de marzo de 2022

La isla ibérica


Los políticos pervierten el lenguaje con su ignorancia, por la escasez de vocabulario en gentuza que debería tener esos conocimientos necesarios para cumplir su correcta tarea, como son los políticos. Cuanto más populistas, más empobrecen su comunicación, cualquier político al azar, es un ignorante en potencia.

Por eso se inventan aberraciones como “isla ibérica”, en relación al asunto del elevado precio de gas, luz y combustible de automoción en España. Isla ibérica es el vergonzoso eufemismo por país en bancarrota por causa de una gestión negligente y corrupta, y por ello se le da alguna limosna, por cierta lástima que aún son capaces de sentir algunos jerarcas europeos. La caridad de los países desarrollados al subdesarrollado. España es un país con una gran depresión económica ya crónica. Es pobre por tradición fascista, por tradición dictatorial. Una península en Europa a la que no llega ni asomo de inteligencia, tal vez sea por la barrera que forman los Pirineos, que la decencia no consigue superarla.

Al gobierno español se le llena la boca diciendo que la culpa la tiene la guerra de Rusia y Ucrania; pero es mentira, porque desde hace más de seis meses llevan subiendo luz, gas y combustibles sin cesar. Aparecía casi a diario en las noticias los nuevos récords del precio de la luz; sin que aún siquiera se imaginara la guerra.

Que un país pobre como España haya hundido su propia economía destruyendo la industria que da trabajo al obrero con impuestos usureros por colocarse por un orgullo imbécil a la cabeza de las medidas contra el cambio climático, debería ser causa de delito y sanción al gobierno. Un gobierno que además, ha batido récords históricos en la creación de nuevos ministerios, un gasto público colosal, como el que Egipto gastaba en sus pirámides de mierda.

Un gobierno debe tener claro que lo primero es la economía de sus habitantes. Y luego, para el “problema” del cambio climático, donaciones de lo que sobre tras tenerlo todo cubierto.

Ocurre que la cuestión del cambio climático, se ha convertido en el chollo de los políticos, medidas facilonas, que no requieren más que crear un cúmulo de impuestos contra la población, la cual acepta, ya que es por el planeta “que le vamos a hacer” dicen los mansos. Y así hasta que se encuentran que no pueden comer. Porque atender el presente de la población, requiere una energía, inteligencia y conocimientos que los políticos españoles jamás han tenido ni tendrán, porque adolecen de una endogamia ya vieja como sus litorales.

Los países más pobres, suelen ser los más tontos; por sus habitantes y por sus gobiernos que son el reflejo de esos millones de idiotas que los votan.

España, ha sido convertida en una “país tercermundista” por un gobierno fascista de carácter pseudo comunista en Europa. 

¿Isla ibérica? Parece una marca de embutidos, de productos del cerdo. Y si se piensa bien, resulta acertada la imbecilidad que se han inventado.



Iconoclasta


25 de diciembre de 2021

La irremediable violencia que dicta la biología y la historia


La violenta represión contra el pueblo catalán, el encarcelamiento colectivo y acoso que ejerce su propio gobierno; tiene unas enormes posibilidades de que acabe en un estallido de violencia que, posiblemente cause los primeros muertos en la Nueva y Normal España Penitenciaria del Coronavirus. Esto es aplicable (y un hecho) al resto de las pseudodemocracias europeas y occidentales.

De esos muertos a que se complique la situación hasta desembocar en una guerra civil, no hay mucho recorrido.

Si durante décadas no se hubiera pervertido la educación, y naturalmente la historia, muchos lo sabrían.

Y para mayor inri hay un error en la estrategia de instauración de la dictadura en los nuevos líderes neonazis de las pseudo democracias occidentales, tal como ha hecho el Gobierno Nazi Catalán y el Gobierno Penitenciario Español (el francés, el australiano, el italiano, el austríaco, etc… Una plaga de nazismo planetario apoyado en el resfriado del coronavirus).

El error, el craso error radica en que han asaltado los derechos biológicos de la población: le han prohibido la respiración y el movimiento para el sustento vital por la fuerza, con policía, ejército y mediante chantaje económico y racial. Y no se sostendrá semejante nazismo, porque va directamente contra la naturaleza humana, su biología más básica y necesaria.

El tiempo que se puede poner en jaque la biología, si no se ha sobrepasado, está a punto de llegar al límite. Y el límite lo marca el hambre y el instinto más básico de vivir.

Los actuales líderes neonazis, son víctimas de la ignorancia u oscurantismo que se ha llevado a cabo durante décadas para convertir a las masas de personas en masas de herbívoros rumiantes. Su ignorancia llevará a un nuevo fracaso político social que costará muchas vidas y hambre.

La biología se rige por los caminos de la supervivencia y la violencia, son cosas que van necesariamente de la mano e inevitables cuando se ataca la básica naturaleza humana y su mantenimiento.

Toda retórica política se ha convertido en una patética liturgia y eucaristía digna del nazismo más pervertido fundado por Hitler.

La segregación de los no vacunados (pensamiento libre) es exactamente la racial. Y ahí los líderes neonazis han cometido otro error: entre los no vacunados hay “puros arios” que no asumen conformismo o mansedumbre alguna.

Se puede morir de muchas maneras; pero hoy día la que va tomando forma con más rapidez, es morir por los disparos de un policía adoctrinado (fanático) y acobardado por el resfriado del coronavirus narrado por la prensa del nuevo neonazismo y sus instituciones. Con lo cual, ese psicópata en potencia disparará contra cualquiera que no lleve mascarilla, no guarde una distancia de seguridad o tosa. Porque le han enseñado que si mata la persona, mata la infección y así ayudará a la especie humana a superar el resfriado.

El lema del neonazismo planetario del coronavirus: “la libertad es enfermedad”, es el más dañino y religioso con el que se haya adoctrinado jamás a los jueces, ejércitos y policías.

Ya es tarde, aunque desaparezca la enfermedad quedará el nazismo que seguirá atacando la biología, la naturaleza humana y contra eso, la única vacuna es la defensa, la violenta defensa de los acosados, encarcelados y asfixiados.

Si una canción decía: “antes muerta que sencilla” que dirá la canción de los que están encarcelados en sus casas y además, no se les permite la respiración libre.

Todo nazismo es una orgía de analfabetismo.



Iconoclasta

7 de diciembre de 2021

La historia inmediata


Con la velocidad con que actualmente se escribe la historia (y también como se la pervierte y transforma para los usos políticos electores y económicos de cada etapa de agitación social); muchos aún vivos de este tiempo de la estafa del coronavirus, podrán leer en los anales que han sido los grandes protagonistas de la más mezquina época de la cobardía, el infantilismo adulto, la abulia, la ignorancia, la mansedumbre y la mezquindad como nunca antes y con tantos habitantes se había escrito jamás un momento histórico tan vergonzoso.

Tendrán los cobardes su repugnante honor de figurar como protagonistas de la historia más mezquina, aún que estarán vivos.

Por supuesto, ocurrirá que la ignorancia será más profunda de aquí a unos años, así que serán incapaces de entender lo que leen o les leen: que los miserables llorones que vivieron aquellos tiempos de bozal, obediencia, aplausos y cobardía suma, fueron ellos mismos que respiran vacunados y con cartilla veterinaria de mierda. Tal vez, en unos meses con un chip en el codo aprovechando el nuevo y normal saludo fascista global.

Y yo habré sido (hará ya mucho que estaré muerto) un testigo de excepción, representando la inteligencia, el valor y la determinación que debería tener la especie humana si no hubiera degenerado tan repugnantemente (tractoristas con mascarillas en sus propios campos, por ejemplo, ilustrarán una de las grandes castas cobardes de la época del resfriado llamado coronavirus o lacovid19) en esas reses rezongonas de mirada vacía y andares de culo prieto.

Habré sido un testigo insignificante y anónimo sin un ápice de cobardía y mezquindad. Un no vacunado, un no llorón. Yo Iconoclasta, el hombre.




Iconoclasta

2 de octubre de 2021

El derecho a la vida


El derecho a la vida no existe, la vida no está regulada. Los seres vivos nacen y respiran sin que nadie les de permiso.

La vida no tiene ni precisa derecho alguno.

Y en muchos casos, para vivir hay que matar o cazar.

Ningún ser vivo tiene otorgado ningún derecho a la vida. Eso no existe, es solo un insulto burdo e infantil del poder para someter a las grandes manadas humanas. Un derecho es algo que impone el poder político, militar o religioso para erigirse en dueño y señor de todo lo que gobierna.

Es solo cháchara del más puro fascismo, viejo como el mar.

Hablar de derecho a la vida, es decir que alguien regula tu vida, tu respiración, tu libertad. Es decir: el poder te da su bendición y permiso para vivir.

Y resulta que los grandes líderes democráticos, sobre todo europeos (aquellos a los que se les llenaba de flores las bocas alardeando de su democracia de mierda) se han erigido en auténticos Moisés, enviados para defender su fe y la vida de sus judíos, encarcelándolos y acosándolos. Europa es un vertedero de un fascismo que se ha hecho llamar sanidad.

Y es entonces cuando entra en juego (su juego, el del poder) mi derecho a defenderme y ejercer la violencia necesaria y efectiva para proteger mi vida y su dignidad de la extorsión a la que me somete el poder. Todos sabemos que contra el poder, se tiene las de perder; pero es algo que como se dice coloquialmente: me suda la polla.

Haré lo que deba aunque me joda.

Quien no tenga valor para ser violento, vivirá según le deje el poder. Justo lo que está ocurriendo en este momento en el que los gobiernos occidentales han elevado a rango de santidad nazista, la sanidad.

Millones y millones de reses humanas respirando pobremente a través de un bozal en el hocico (incluso en campo abierto) y dejándose chutar en las venas o en la carne el veneno que les ha sido asignado por la poderosa Sanidad Nazi a través de esos criadores de cerdos que son los políticos y sacerdotes de cualquier religión elegida al azar.

Alguien dijo: Debieron elegir entre el deshonor y la guerra. Eligieron el deshonor y por tanto la guerra.

El nuevo nazismo surgido en el mundo no está resuelto, ha de vivirse un alto grado de violencia de tal magnitud, que los criadores de cerdos de la Sanidad Nazi, se deban plantear si ha valido la pena subir el grado de extorsión a la población a cambio de tanta destrucción y pobreza que ha de llegar aún. Independientemente de que se consiga volver a ser medianamente libres o no.

La violencia es inevitable y es el medio definitivo para conseguir un vencedor y un vencido; mientras no haya una gran violencia y sus muertos, no habrá paz.




Iconoclasta

8 de agosto de 2021

Fotografía y televisión

 


Una vez te has decepcionado de las cosas vivas, las muertas te dan paz si no huelen mal o te sitúas demasiado cerca de ellas. Bastaría ver las cosas cadáveres con la lejanía de quien ve un gran cuadro, con cierta distante perspectiva.

Y ahí radica el encanto de la fotografía.

Las cosas que fotografías vivas o muertas tienen las ventajas de lo muerto e inodoro, con la razonable estética que hayas decidido para el encuadre y la luz.

Lo cierto es que cuando observas la foto, sin pretenderlo piensas en la muerte, en la vida y en las experiencias sin sentir que un ser vivo está cerca de ti invadiendo con su proximidad tu aire. Sin ruidos, ademanes u olores molestos.

En la televisión ocurre algo parecido, solo que o bajas el volumen de las imbecilidades que se cuentan en cualquier programa elegido al azar, o te colocas unos auriculares con buena música a plena potencia; aunque te sangre un poco el oído no pasa nada.

Ver todos esos bustos y monigotes parlantes, ridículos, mentirosos, repugnantes, gritones, estafadores, melifluos, hipócritas, colaboracionistas con los fascismos y banales; no molestan. Son como cerdos que ves de lejos y piensas que pronto estarán muertos y así, todo está bien.

Lo que sale en la televisión son cosas muertas animadas; pero no hay que olvidar que muchas cosas vivas, tienen una fe ciega en ellas, de la misma forma que la tienen en esos dioses que crearon para condicionar su comportamiento y asegurar un buen nivel de mansedumbre e ignorancia ente las reses humanas. La ignorancia es la política que mejor guarda los intereses del ambicioso político: si un político no es medianamente imbécil, puede tener a los ignorantes bebiendo de sus genitales y éstos, gracias a su ignorancia, felices y agradecidos.

Y amén.

Observar a todas esas cosas animadas que aparecen en la tele sin temor a que en un arranque de ira te lances a ellos, para coserlos a puñaladas y por ello arriesgarte a perder tu libertad, es la mejor forma de visualizar la miseria de la que estás rodeado. Hay que tener en cuenta que las religiones y sus leyes derivadas de los falsos ídolos o cristos, se inventaron para castigar las acciones nobles. Si eres un buen tipo, no tienes futuro en la sociedad que se creó miles de años atrás, con los primeros mandamientos religiosos y adoraciones a un brujo charlatán.

Es lógico y aconsejable, que si tienes mucho dinero, actúes como Elvis Presley destrozando televisores a balazos.

Aunque por norma general, las cosas ricas están sodomitamente unidas en sus propios círculos del poder religioso y político.

Si tienes el control, observa la tele y aprende lo que no hay que ser y lo que se debe eliminar en caso de que te quede poco tiempo de vida; puesto que si te mueres ¿qué más da lo que pase luego? Que te metan en la cárcel muerto sería muy gracioso.

Pero la televisión da poco desarrollo filosófico, la fotografía es la reina. Ese instante en el que puedes observar los ojos de una cosa congelada en un tiempo y lugar por la eternidad, te da la paz y la verdad absoluta de lo que eres: algo que morirá, que la vida pasará veloz y cuanto menos tiempo pases entre las cosas que no te gustan, mejor. Que la soledad es un don solo para los elegidos, los cobardes viven rodeados de cosas siempre.

Observar una foto no es como ir por la calle y observar las cosas anodinas, ofensivas, mezquinas, cobardes y envidiosas que pululan por las calles como otra especie de hormiga.

La fotografía es un arte relajante y la televisión una feria de monstruos que antes de acabar el cigarro, ya te aburre. La televisión es un cubo de basura divertido e internet el cubo auxiliar, el de los plásticos. Ambos, no consiguen juntar ni un píxel de dignidad.

Así que para no tensar tu humor, observa fotos y juzga.  Recuerda que cualquier cosa que se mueve, lo único que consigue, es que tu instinto de caza tome el mando. Y la violencia, en esta sociedad, hay que ejercerla muy cuidadosamente si quieres vivir cómodamente.




Iconoclasta




7 de junio de 2021

Jesucristo se vacuna


Jesucristo pasa ante un vacunódromo y decide, por un bien de la humanidad, vacunarse contra el coronavirus.

En la cola un policía municipal le increpa:

–Ponte la mascarilla, hijo de la gran puta o te rompo la cabeza con la porra, cabrón de mierda.

Y Jesucristo crea de un excremento de perro, un bozal que se coloca en el hocico.

Cuando llega su turno de entrar, el voluntario de protección civil le grita a la enfermera que teclea en el ordenador datos para el control de la libertad robada:

–¡Pepa, este idiota no tiene cita previa! ¿Qué hago?

–¡Déjalo pasar, tenemos vacunas caducadas!

La enfermera le pregunta su nombre, profesión y edad, así como el número de la Seguridad Social y el del carnet de identidad. Y le interesa también si es patriota y ha votado al partido socialista, el del Nuevo y Normal Caudillo Español.

Cuando Jesucristo le explica quién es, anota en su ordenador, sacando la lengua en cada tecla que va a pulsar: “tarado psíquico”. Y lo envía a la siguiente enfermera para que le pregunte las mismas cosas.

Por fin, al cabo de una hora, consigue llegar al practicante que pincha las vacunas. Al ver las llagas o estigmas en las palmas de las manos de Jesucristo, le derrama la vacuna en ellas para ahorrarse el jaco.

Al cabo de unos segundos, Jesucristo se queja de dolor de cabeza y no le dan ni una aspirina porque dicen que son venenosas, muy malas. Muchísimo peor que una sacrosanta vacuna de la covid 19.

Y Jesús vomita también.

Y en los ojos se le han formado derrames.

Y vuelve a morir otra vez por un coágulo del tamaño de un hueso de oliva que le ha subido al cerebro.

Al cabo de unos minutos, cuando el personal sanitario está a punto de etiquetar su cadáver como “muerto por la covid 19”, resucita otra vez. Y limpiándose las llagas con gel hidroalcohólico, le dice al sanitario que le ha administrado la vacuna:

–No estoy aquí para condenar a nadie, sino para salvar vuestras almas; pero eso no te hace menos hijo puta a los de Dios, mi papá. Así que cuando llegues a tu casa, reza ante los cadáveres de tu hijo y esposa, que acaban de morir hace unos segundos. Y da gracias a mi Padre en los cielos, de que a ti no te ha enviado un trombo al pulmón porque cerebro no tienes. ¡Oye! ¿Aquí no dais bocadillo como cuando te sacan sangre? ¿No tendréis un poco de vinagre en esponja, la vacuna da mucha sed y mis labios están secos por la resurrección?

Al salir, santigua el aire frente al andoba de protección civil que cae muerto en el acto.

Observa al policía municipal, pero se encuentra demasiado lejos y le da pereza santificarlo también. Siempre se cansa tras morir y resucitar; así que se va a dar una vuelta por el barrio a ver si encuentra un camión de la cruz roja para donar sangre y comer un bocadillo, aunque sea duro y de chorizo barato de supermercado.

Y así es como Jesucristo volvió a redimir a todos los hombres sacrificándose con la vacuna del coronavirus.

(Nuevo y Normal Testamento Español del Coronavirus).




Iconoclasta


24 de mayo de 2021

La envidia de los mezquinos


Con la boca pequeña, con un hilo de voz, el fascismo dice que si tienes suficiente fuerza para realizar una actividad física, si tus pulmones están fuertes y ejercitados; no es necesario usar mascarilla en espacios abiertos. Porque simplemente puedes combatir el coronavirus, y tal vez, ni siquiera contagiarte.

El coronavirus es el precio que ha pagado una sociedad sedentaria y estabulada, que se mueve de casa al coche, del coche al bar y de nuevo del bar al coche. Es pura enfermedad de la decadencia. 

Llegados a este punto, lo malo no es el virus, lo malo es el ganado humano debilitado por una forma de vida perezosa y de un aburrido consumismo que se ha tomado como deber de fin de semana. Esos pulmones no pueden soportar una gripe.

Es el gran “secreto” del coronavirus.

El nuevo y normal fascismo surgido de la cobardía y el ansia de poder con el coronavirus, ha encarcelado (confinado, dicen los hipócritas fascistas paternalistas) a gente que no debía, asesinado ancianos y negado el tratamiento a enfermos graves por un pornográfico deseo de dominación y la misma ignorancia que la del pueblo que acosa, encarcela y arruina.

Nadie debería llevar mascarilla si no quiere, es básica la libertad de respirar; obligar a una pobre e insalubre respiración y a un confinamiento salvaje, son crímenes de lesa humanidad porque atentan contra la salud del individuo y su sustento. Lo que ha hecho el nuevo fascismo ha sido crimen, crimen nacido de la ignorancia, ambición y corrupción.

Han encarcelado y acosado a quien no debían porque conocen la envidia de sus mezquinos votantes. Como si fuera el puto rey Salomón, el nuevo y normal gobierno fascista español ha decretado mierda indiscriminadamente para todos y así de paso, sentirse Generalísimos, Caudillos; son unos hijoputas. Han dado gusto a los más miserables de la sociedad (mayoría votante): “¿Por qué él no lleva mascarilla y yo sí?”, se preguntan los cabestros cobardes con sus piojosos bozales bien ceñidos en los hocicos.

Los nuevos fascismos surgidos con y por el coronavirus, son una banda de criminales ignorantes, corruptos e imbéciles.

Y este tipo de gobierno debe ser masacrado. Es algo que destruir porque va la vida de mucha gente en ello. Y gente que vale la pena que respire decentemente, hijoputas cobardes.

Los que tengáis miedo, no os quitéis el bozal, a nadie le importa una mierda, nadie os envidia, gilipollas miserables.






Iconoclasta


15 de mayo de 2021

El papel higiénico y el descubrimiento del bozal

(Historias covídicas o del coronavirus)


Estoy empíricamente convencido de que al inicio del cuento de la epidemia del coronavirus o “la covid 19”, los millones de cosas descerebradas que votaban en democracias y más adelante aplaudieron hasta romperse las manos; compraron ingentes cantidades de papel de limpiarse el culo para hacer tapones que meterse en los agujeros de la nariz con la ingenua e infantil idea de evitar el contagio.

Y es que los protege bragas (con su cómodo adhesivo) son caros. Así que, papel del culo bien prieto en cada fosa nasal y a respirar como los idiotas con la boca abierta y babeando.

Luego, al cabo de unos meses a los que sus amos los condenaron a prisión para salvar sus míseras e innecesarias vidas del catarro; y ya con unas horas más de libertad, el régimen fascista decidió educar a sus estúpidos votantes sobre la existencia de unos trapos con elásticos para las orejas a modo de bozales, que se conocen como mascarillas. Y eran además más baratas que los protege bragas, aunque un poco más caras que el papel del culo; pero más dignas y duraderas. Más efectivas para nada, pero les daría una apariencia más sanitaria. Como les explicó una vez su Caudillo: “La desescalada será progresiva. ¿Qué quiere decir progresiva? Que se irá haciendo poco a poco”. Ser un Caudillo elegido “democráticamente” no es garantía de cultura y mucho menos de un alarde de retórica. Lo único que por aquel entonces podía articular con claridad el Caudillo y su ganado entender, era la palabra “decreto”.

Bien, pues ante aquel descubrimiento, la chusma que lo votaba y adoraba, le aplaudió más, hasta lesionarse las palmas; se hincaban incluso ante los genitales de los caciques y otros cómplices del fascismo del coronavirus. Algunos se quitaron inmediatamente los tapones de papel de la nariz (que ya les sangraban las fosas) y otros (los más pudientes), no se fiaban y seguían con el protege bragas pegado en el hocico, ciñéndolo con cinta adhesiva a las mejillas. Maricones…

Y esta es la historia de la intrigante demanda y acopio de papel de limpiarse el culo al inicio del cuento de la pandemia y la posterior imposición del bozal que no ha servido nunca para nada más que los cabestros caminaran atemorizadamente cabizbajos y fueran dóciles y enfermizos. Porque los bozales no han evitado las cientos de olas de contagios que ha habido y habrá por decreto.

Deberían haber seguido con las narices llenas de papel o el protege bragas en el hocico.

Son todos, votantes y electos, una panda de idiotas.




Iconoclasta

14 de mayo de 2021

Cincuenta años de acoso y derribo a la cultura y la libertad


Crónica de la muerte del hombre como especie, una muerte premeditada.


Lo han conseguido, han sido feroces. Han eliminado al individuo y su intelectualidad.

Han culminado el golpe de estado terrorista a la cultura, la libertad del pensamiento y la creatividad; una fiera extinción del individuo y su creatividad, sepultándolo bajo los despojos sensibleros, infantiloides y musicales de las masas de borregos.

Sazonado todo ello con los memes de la ignorancia más chabacana.

Todo empezó en el inicio de la década de los 70 del siglo pasado, con la formación y concentración de aquellas decenas de miles de colosales rebaños de reses humanas, constituidos por cientos de miles de humanos alucinados con la gran variedad de drogas que se pusieron de moda, follando en barro amasado con orina y mierda, trascendiendo espiritualmente ante banales grupos de rock y pop y charlatanes sectarios. Fue entonces cuando el poder advirtió el verdadero y simple espíritu gregario o grupal de las masas. Vio el potencial que ofrecía para su explotación y sacrificio. Y se sentaron las bases para formar una sociedad estabulada y pastoreada. 

Así dio comienzo una estrategia para convertir la mente de las masas humanas en un solo pensamiento y deseo insectil y maleable que, convertiría a hombres y mujeres en cabestros castrados y mansos, consumidores y votantes de unas democracias basadas en el voto estúpido o inculto.

El bombardeo de banalidad y consumismo llevaría a la humanidad al actual (mayo 2021) grado de decadencia, gracias a su acusado carácter gregario y la inducción del  pensamiento único con la fórmula magistral de drogas, alcohol, música, consumismo y sexo que eliminó de la faz de la tierra las consideraciones intelectuales de pasadas generaciones de autores, filósofos y científicos. Un nuevo oscurantismo estaba arrasando el intelecto colectivo, ya de por si muerto por un consumismo febril. Se adoctrinó contra el tabaco porque es un hábito reflexivo (a las empresas el cigarrillo les salía caro por el tiempo laboral perdido y porque el obrero recapacitaba en su esclavitud mientras fumaba cansado del abuso); y en paralelo se permitió que los coches envenenaran masivamente las ciudades (es tal el analfabetismo inducido que los borregos temen más al humo inocuo de un cigarrillo que al humo tóxico y letal de los coches). No se ilustraron las bebidas alcohólicas con fotos de accidentes de coches, hígados podridos, pobreza y violencia que el alcohol provoca, tal como se hizo con el tabaco. Y nadie vio la trampa, la hipocresía. Las borracheras de los hijos fueron toleradas en nombre del gran esfuerzo que era estudiar y luego el porro y su narcosis, la coca y su euforia… Básicamente se siguió la pauta de la extinta URSS, consistente en alcoholizar y por ello anestesiar al obrero asfixiado por una vida gris. Sin embargo, la heroína tuvo poco recorrido, porque en lugar de castrarlos mentalmente, los mataba y el poder perdía contribuyentes y ganado humano que explotar. Por supuesto, creaba zombis de comportamiento imprevisible y violento.

Las ciudades no son metáfora alguna, son auténticos termiteros dominados por una casta de muy pocos individuos que rigen la colonia de millones de ciegas termitas, que se sacrifican sin ninguna utilidad a capricho de sus amos y dioses. Con la absoluta fe en la democracia: la más virulenta trampa contra la libertad y el hombre como especie creadora y libre. No existe peor gobierno que el elegido por una masa humana ignorante y miedosa, decadente y pueril.

Así se explica como unos pocos con repugnancia, hemos llegado a ver a esos millones de aplaudidores cobardes, mansos y analfabetos de las genocidas dictaduras “democráticas” que han emergido tras la infección de las ciudades por medio del coronavirus.

El proceso de castración emocional e intelectual de la humanidad ha sido lento, ya que las logias o castas de poderosos debieron esperar pacientemente a que murieran los grandes filósofos, escritores y científicos que eran el referente de la cultura a nivel planetario, quienes abogaban con naturalidad y sin dogmas por la libertad advirtiendo del fraude de la democracia.

Esperar que se extinguieran los intelectuales tenía dos objetivos: no tener excusa para aplastar/censurar con más banalidad e idiocia los programas divulgativos de cultura que eran habituales: entrevistas semanales con escritores, filósofos, biólogos, físicos, médicos, realizadores de cine, pintores, historiadores, etc... Y el otro objetivo: los políticos son seres surgidos de los mismos miasmas que la sociedad, con idéntico analfabetismo, con idéntico adocenamiento; pero nacidos en familias de poder económico y político. Esos políticos analfabetos, tenían que permanecer en la sombra mientras un erudito de libre pensamiento aún respirase para no quedar en evidencia.

El cine se prostituyó hacia las nuevas doctrinas de la mansedumbre (el exacerbado pacifismo que consiste en pura pasividad y abulia) y el mono pensamiento. El cine para adultos junto a la divulgación cultural en forma de programas televisivos, ha sido censurado para que la edad intelectual de la población insectil humana no supere los cinco o seis años (Marvel y Disney más concretamente).

Actualmente apenas hay diferencia de poder entre las grandes multinacionales, las dueñas de las redes sociales y los políticos. El mundo empresarial, su dinero, quita y pone políticos y es quien dicta las tendencias que han de seguir las masas en cuanto a consumismo y conducta social. El lugar de la cultura y la ciencia se ha usurpado por empresarios millonarios actuando con su retórica de iluminados, como sacerdotes ante un público ansiando comprar sus productos, líderes sectarios de absurdos radicalismos y falsas causas ecologistas o sociales que se han creado para llenar con paja los cerebros vacíos de los superficiales y maleables habitantes de las naciones.

Y lo mismo con la literatura, incluso algunos títulos de libros del siglo pasado, han sido descatalogados para mantener las librerías llenas de la actual bazofia con la que se adultera el escaso espíritu de los insectos.

La divulgación cultural fue empujada, arrastrada al arcén con una invasión de música rock psicodélica en los 70, en los 80 eclosionaron los videoclips musicales que coparon las emisiones televisivas y crearon un sinfín de estilos musicales con el propósito de que cada intérprete y autor pudieran hacer su videoclip. Cuando llegó internet, los videos de caídas y accidentes ridículos, fueron ocupando el espacio de los videoclips que ya comenzaban a saturar las pocas neuronas de la chusma. Y claro, los videojuegos se convirtieron en los juguetes de la infancia. Juguetes que evolucionaron hacia la realidad aumentada que la gente juega por la calle como si tuviera (de hecho la tiene) una grave deficiencia mental. Mientras tanto la informática invadió como otro virus los hogares y se formaron las redes sociales. En paralelo surgieron los programas basura televisivos, los reality show; una forma de voyerismo blanco para ir a dormir con el cerebro abotargado por la repetitiva visión de los monstruos absolutamente estúpidos y anodinos, parásitos que ganaban dinero exhibiendo su imbecilidad y analfabetismo como una forma de vida desenfadada y divertida. Las redes sociales mientras tanto ganaban a velocidad lumínica millones de adeptos.

Los únicos programas divulgativos que han sobrevivido son los reportajes de vida animal a las horas en las que los termiteros bajan su actividad metabólica, como la siesta tras la comida. Y se desarrollaron las performances de los gurús de youtube (falso periodismo inhibidor de la cultura y la dignidad) con monstruos extraídos de los excrementos de la sociedad: putas de lujo y putas de calle, vividores estafadores, aristócratas rancios y arruinados, falsos médicos, falsos actores, falsos cocineros, falsos cantantes, malos políticos olvidadizos y en los últimos quince meses (a fecha de la redacción de este ensayo) la ingesta doctrinal del coronavirus o Covid 19. No se puede obviar el absoluto y apabullante adoctrinamiento sobre el uso del humillante e insalubre bozal o mascarilla contra el coronavirus, la necesidad de vacunarse aunque cause en “pocos casos” la muerte y saber que antes no estabas protegido porque las aspirinas son venenosas y que la libertad es lo que menos que te conviene porque es enfermedad. Veinticuatros horas al días, siete días a la semana sin descanso. En televisión, internet y los teléfonos.

Con la adjudicación a cada ciudadano de un teléfono inteligente, han modificado el lenguaje pervirtiéndolo hacia lo más básico y popular para que el analfabetismo del termitero fuera capaz de entender y asimilar los dogmas. Un lenguaje puramente funcional para una sociedad formada por hormigas que van y vienen y se reproducen sin pudor alguno para mayor gloria de los analfabetos poderosos de dinero.

Coche y casa de propiedad son las consignas de triunfo social de las masas, a pesar de que muchos morirán antes de ser dueños de una casa por la que se han hipotecado más allá de la vida; es literal.

Los que fracasan en el logro de ambos objetivos, en el teléfono móvil encuentran las suficientes razones y argumentos para no sentirse fracasados y acceden a pornografía gratis que combina muy bien con la borrachera y la narcosis para olvidar que son unos fracasados.

La aniquilación del individuo (el que crea arte y pensamiento, así como conocimientos científicos) se ha hecho realidad de una forma tan definitiva y con tanta habilidad que los propios insectos que alimentan el poder, no son capaces de verse a si mismos como realmente son. Es el gran triunfo del fascismo de la nueva y normal decadencia y cobardía: que un bicho o insecto llegue a creer que es un individuo con capacidad lectora, con libre albedrío y obediente hasta la emasculación.

Los logros de un individuo son parasitados por un controlado y numeroso grupo de hormigas robando una autoría de algo que jamás hubieran conseguido sin la existencia de ese único e irrepetible ser humano.

Mientras ejercían el oscurantismo (control absoluto y censura de la cultura) en escuelas, televisión, prensa y puestos de trabajo, ponían el pie sobre la cabeza de cualquier intelectual que pudiera destacar y afirmara que la creatividad y el intelecto no se encuentra en un hormiguero, si no en cada cerebro humano con inquietudes humanísticas. Que la colectivización es esclavitud del pensamiento y convierte al hombre en un animal sin otro fin que la ganadería: su explotación y sacrificio. Los intelectuales o libres pensadores que murieron desde la década de los 70 del siglo pasado, hasta la entrada del presente siglo XXI; no tendrían continuación alguna. Alea jacta est.

El fraude que constituye la democracia desvelado con las voces tranquilas entre humo de cigarrillos en tertulias y entrevistas de los intelectuales, quedó silenciado. Y por tanto la libertad del individuo se convirtió en enfermedad y rechazo social.

En el actual neofacismo solo se permite la existencia dentro de un enjambre si no eres millonario.

La victoria del fascismo de la insectil sociedad y su cobardía y mansedumbre, explotó como triunfo en Marzo del 2020 (tras haber infectado a la población con el coronavirus y su pánico) sometiendo una población acobardada, su supervivencia y alimento a los designios de políticos analfabetos nacidos de familias ricas. Una sociedad cuyos insectos llegaron a creer con ferviente anhelo que sus amos políticos los alimentarían quedándose en casa y conservarían sus valiosas propiedades como casa y coche. Que salvarían sus vidas de un resfriado si se quedaban encarcelados en el hogar aplaudiendo el fascismo y su genocidio.

Y fueron millones y millones de hormigas pensando lo mismo, respirando lo mismo: su propio aire viciado y gastado inhalado cientos de veces al día que les hacía el cerebro más lerdo y los pulmones más débiles. Y enfermizos.

En todas las naciones del planeta se libró una guerra entre políticos: quien sería el mayor y más temible tirano. Entre la población: quien sería el más obediente y aplaudía con más fuerza.

Ya nadie se acuerda de los bebés de la talidomida cuando aparece una vacuna en menos de un año. Y si se acuerdan, es para decirte que ahora solo muere algún desgraciado raramente por trombos; pero que vale la pena que mueras por el bien de las hormigas y su imbecilidad y cobardía.

Es de película de terror que todas aquellas entrevistas en blanco y negro a Borges, Josep Pla, Cela, García Márquez, Dalí, Cortázar, Onetti, Vargas Llosa, Severo Ochoa, Carpentier, Benedetti, etc… Un día sean borradas, para que ya nadie las pueda ver en youtube; para que nadie ose pensar, ser libre, ser individuo único, irrepetible e imprescindible.

Es de película de terror cómo se ha pervertido la educación, incluso a niveles biológicos, para confundir a la infancia y que no acaben de saber si son mujeres u hombres. Si su futuro dependerá de si tienen pene o vagina y si deben transformar sus genitales y anatomía.

Bajo la prohibición de la tauromaquia por razones animalistas humanitarias, subyace la cobardía y la envidia. Que un hombre de setenta kilos se enfrente a un toro de casi seiscientos y asuma el riesgo de morir para crear una emoción en el público, es algo que no pueden soportar las generaciones adoctrinadas por el fascismo de la cobardía: el miedo a la lucha, a la violencia más primigenia. Reses se sacrifican cientos de miles cada día en el planeta. Que un toro tenga el privilegio de luchar contra su enemigo, es algo que admirar. 

Admirar a ambos.

Es tan solo una anécdota de tantas sobre la evangelización de la globalidad: todos igual de pobres, igual de ignorantes.

Han creado al cobarde perfecto con la cultura del miedo enmascarada de ecología y animalismo. Esos insectos que a lo sumo se atan a un seguro arnés para dejarse caer unos metros al vacío y gritan con euforia infantil su valor, son una pequeña muestra de la cobardía sembrada entre la población y que ha dado generosos frutos.

Es lógico que las hormigas se quedaran en casa quietas, sin una sola protesta ante la prohibición de realizar sus más elementales actividades de supervivencia como encontrar comida. Dejaron sus vidas y las de sus hijos, de forma absurda y alienante en manos de unos dictadores. Se repite sin hornos de cremación (por ahora), el borreguismo judío del Tercer Reich.

Una proclama como: ¡Quédate en casa! (cabestro). Sesenta años atrás y con el nivel cultural veinte veces superior al actual, no se hubiera obedecido.

Ernest Hemingway se hubiera reído de semejante basura cobarde.

Ahora que se ha demostrado que el ser humano no es más que una hormiga y se ha prohibido y penalizado el individualismo (lo que hizo evolucionar al hombre y le dio más años de vida y conocimiento), todo irá a peor. El miedo de los bichos a una gripe es tal que, prefieren sacrificar el alimento de sus hijos quedándose en casa aprendiendo que hace más pupa una aspirina que una vacuna.

Ya no hay eruditos, solo sacerdotes oscurantistas que evangelizan el miedo y la pasividad, el analfabetismo y la enfermedad que es la libertad.

Sé corrupto y cobarde tendría que ser el lema de la nueva logia sectaria del poder surgida con el coronavirus.





Iconoclasta


2 de abril de 2021

De patrias e ignorancias


El problema surge cuando has viajado y conocido otros lugares con tiempo, comprendiendo donde te encuentras y lo que ves.

Lo más probable es que pienses que al fin y al cabo, donde naciste no es tan bueno y perfecto, no se come “como en ningún otro sitio” y no tiene tanta cantidad de climas como para convertirse en el paraíso de mierda que los patriotas o nacionalistas dicen que es.

Si no eres un mediocre con el coco adoctrinado por patriotismos, nacionalismos u otros fascismos, acabas concluyendo que no tuviste muy buena suerte con tu lugar de nacimiento. Y eso ocurre cuando tienes ciertas inquietudes por conocer y saber, y así desarrollas inevitablemente el asco por el lugar que te mantiene prisionero.

Los patriotismos destruyen todo tipo de libertad, adoctrinan basura y tergiversan la historia a su favor. Más que una nación, hoy día los países se han convertido en sectas, en facciones radicalizadas por las redes sociales que a la velocidad de la luz, hacen correr sus mentiras y podredumbres. Sectas formadas por analfabetos funcionales aptos para trabajar y ser estafados en su trabajo y aceptándolo todo de sus amos, a los que han votado, con mansedumbre. Llevan bozales y padecen miedo crónico como si formara parte de su ADN.

El resto vivimos cada día más asqueados de ese fascismo que pretende inculcar sus ideas sucias, su indignidad y una mansedumbre digna de reses en un camión al matadero.

Los patriotas de mierda te quieren joder como individuo y convertirte en un trozo de mierda que haga lo que le dicen.

Los países y sus patriotas son granjas y cerdos, nada más. Los gobiernos solo son criadores o ganaderos de porcino.

La patria podría ser un supositorio en mi recto aliviándome de un estreñimiento, porque es lo que me provoca la devoción patriótica: cagar.

Fuera de sus propiedades terapéuticas, el nacionalismo es un estiércol venenoso para la libertad y el conocimiento.

El ejemplo más obvio es España, sus taifas y su decadente pánico y mansedumbre.






Iconoclasta


29 de enero de 2021

Los toques de queda de la vergüenza

 


Las noches del miedo y la sumisión

son noches de vergüenza y asco.

Putas noches…


Las noches de los aplausos y la indignidad

son noches de vergüenza y asco.

Cochinas noches…


Las noches de la desconfianza y el acoso

son noches de vergüenza y asco.

Sucias noches…


Las noches de la hipocresía y la ignorancia

son noches de vergüenza y asco.

Apestosas noches…


Las noches negras de espías y envidia

son noches de vergüenza y asco.

Repugnantes noches…


Las noches de la pobreza y amén

son noches de vergüenza y asco.

Pornográficas noches…


Las noches de ratas y policía

son noches de vergüenza y asco.

Bastardas noches…


Las noches de cárcel y calles oscuras

son noches de vergüenza y asco.

Perras noches…


Las noches de televisión y mentiras

son noches de vergüenza y asco.

Mezquinas noches…


Las noches de los caudillos, caciques y serenos

son noches de vergüenza y asco.

Vomitivas noches…


Las noches del coronavirus y el fascismo

son noches de vergüenza y asco.

Enfermas noches…


Son las auténticas noches de la vergüenza y el bochorno, en las que los caudillos y caciques decretan que la libertad es enfermedad y los mediocres frente al televisor y el móvil, lo creen con fe analfabeta.

Son las noches que avergüenzan a mujeres y hombres; y dan paz y protección a las bestias de las granjas humanas.

Y a la noche de la vergüenza y la náusea, le sigue el amanecer indigno del bozal y las miradas cobardes.

Un nuevo sol para respirar el aire corrupto que se acumula en el bozal de sus hocicos medrosos.


El nuevo y normal fascismo español del coronavirus, del miedo y la vergüenza; ha llevado a España a la edad media, de donde nunca debería haber salido.




Iconoclasta

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4 de enero de 2021

La increíble fe de la cobardía


Es increíble, absolutamente absurda la fe de la cobardía.

Les han robado la libertad más básica, la del movimiento; los han encarcelado en sus propias casas, les obligan a usar un bozal que les cubre el hocico y han dicho amén a la ruina económica.

Incluso han dejado entrar mezquinamente la desconfianza y la cobardía en sus casas, entre su familia y amigos.

Es increíble, absolutamente absurda la fe de la cobardía que, ha accedido a prostituir su libertad de respirar libremente para nada.

Son incapaces en su cobardía de ver la estafa y el ansia de control de los tiranos que votaron.

Ni siquiera con la rotundidad matemática de la duplicación y triplicación del coronavirus, son capaces de razonar que todo ese control, prisión y dominación que ha decretado el nuevo fascismo de las democracias, ha servido para duplicar y triplicar muertos y contagios. Aunque muertos, no; porque cada vez quedan menos vivos susceptibles de morir por coronavirus. Es una purga.

Sus mesías políticos no han conseguido frenar la enfermedad, la han hecho más virulenta porque por ignorancia y ambición de poder, han minado el organismo de los habitantes que han aceptado debilitarse por una cobardía injustificada. La imagen de las ovejas amontonadas entre ellas, ofreciendo sus cuartos traseros a los lobos es la verdad de esta sociedad que algunos pocos hemos tenido la mala fortuna de ver, oír y sentir.

Es fascinante en su sordidez observar la fe de la chusma que, a pesar del engaño obvio y en presente, siguen llevando con fe indigna su bozal de moda, creyendo que pueden morir si respiran con decencia y dignidad.

Es fascinante en su sordidez la fe de la chusma, en sus políticos electos, estafadores y dictadores que ven como auténticos mesías y padres salvadores.

Y se dejarán inyectar el veneno de la mezquindad con agradecimiento y reverencia.

Ni siquiera es necesario esperar un tiempo para tener una perspectiva histórica de esta decadencia político social.

Es tan patente ahora que vuelve a ser increíble, absolutamente absurda la fe de la cobardía.

Es sucio incluso de escribirla; y no hay un gel, filtro de aire o vacuna que cure la mezquindad y la cobardía, estoy abandonado…

Nunca como ahora, los límites entre ganadería y política, veterinaria y medicina, nazismo y democracia, voto y sumisión, oscurantismo y educación, y madurez e infantilismo; han sido tan confusos y difusos.

Tal vez, el gran visionario que haya conocido la humanidad en toda su historia, fuera Kafka.





Iconoclasta

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