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30 de septiembre de 2018

Vellos: otra banalidad idiota


Se escriben reflexiones de lo más ramplonas y aburridas, así como muy buenas y divertidas; sobre el asunto de las mujeres, las feministas y los hombres respecto al asunto de la depilación o rasurado de sobacos, piernas y genitales.
Básicamente me importa una mierda lo que cada cual haga.
Ocurre que como no puedo estar callado, también tengo que decir la mía y como tengo gracia y dominio del lenguaje, entraré a formar parte de la mitología moderna de escritores cerebrales que no se prostituyen por un “me gusta” en las redes “suciales”.
Y por ello digo que mis cojones están limpios, rosados, tiernos y apetecibles porque no tienen un solo vello.
Desde muy pequeño observaba hasta quedar bizco cada naipe de aquella baraja de mujeres desnudas que mi padre guardaba en el cajón de la mesita de noche.
Como me impactó mucho, me preguntaba en mi tierna candidez al ver los sobacos peludos de mi madre, si allí habría también un coño. Mi padre también tenía sobacos peludos; pero como no tenía tetas, carecía de interés alguno para mí.
Luego, con la edad fui subiendo de nivel, sobre todo cuando el puto Franco murió por fin.
Y así la pornografía entró a formar parte de mi vida diaria y cotidiana hasta hoy, en el que felizmente internet regala muy entretenidos videos pornográficos que tienen una utilidad aproximada de veinte, treinta segundos a lo sumo. Una vez he eyaculado, la película porno me aburre hasta el bostezo.
Nunca he tenido conflictos entre masturbarme y follar, da igual el orden.
Y si tenía que ir a trabajar todos los días, ¿qué razón había para que no me la pelara cuantas veces me diera la gana y luego se la metiera a mi santa?
Así que nunca me privo de una buena paja mirando porno lesbiano (es que cuando sale una polla me da asco).
Y como el porno es tan natural en mi quehacer diario y mi pene muy discreto de tamaño, me rasuro los cojones para que la picha parezca más grande.
No hay ninguna cuestión de higiene, es por pura vanidad. Y por otra parte, cuando el semen se desliza calentito por el pubis y los huevos, hay un placer añadido que los que tienen esa araña de pelo afro entre las piernas, desconocen.
Como mi cultura es básicamente pornográfica, adoro los coños rasurados ya que los puedes chupar, lamer, sorber y morder sin que un desagradable vello rizado te provoque una arcada y un vómito.
Además, un coño depilado, hace mi polla también más notoria (que sea efectiva no es consuelo para mí), más grande durante la cúpula. Los vellos restan unos centímetros importantes para mi desmesurada vanidad pornográfica.
Eso es todo lo que me rasuro, no soy un maricón, narcisista o un tonto del culo refinado (o todo junto, que los hay a patadas) que se afeita piernas, brazos, pechos, sobacos y genitales para que sus músculos resalten y se crea que una tía al azar le va a comer el rabo por verlo tan bien depilado.
Si tuvieran algo de cerebro, sabrían que hacer mientras no duermen.
Son tiempos de mierda: mujeres barbudas y bordes, compartiendo espacio con julandrones provincianos sin un solo vello.
A mí, conque la polla luzca bien, me basta. Ya soy suficientemente guapo.
Ya que soy un tanto vergonzoso no aporto una foto de mi pene luciendo en un pubis prístino y diáfano, libre de pelarros. Por otro lado, algún envidioso de mierda censuraría la foto.
Así que dejo aquí como documento gráfico, mi rostro erótico, dulce y trascendente durante el acto masturbatorio o de follar.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

12 de septiembre de 2018

Superando a las vacas


Consiguen ser más vacas que las vacas, más rebaño, más mansas, más manejables, más predecibles, más sacrificadas y sacrificables; para luego comer mierda en cuchara de palo sin lijar. No hay ninguna razón o indicio a lo largo de la historia y de mis conocimientos de que no sea así.
Veo dentro de los rebaños de vacas de cuatro patas, reses solitarias que precisan distanciarse de las otras.
Millones de vacas de dos patas gritan enfervorecidas con puños en alto exactamente las mismas palabras. Todas las reses al mismo tiempo.
Los votantes son una manada sin vacas solitarias.
Es deprimente…
Porque las han asesinado, las vacas bobas iguales les han robado el aire a las pocas solitarias.
Lo gracioso es que gritan libertad al tiempo. No sabrían que hacer con ella si se la concediera su pastor, su amo.
Es la misma escena repetida a lo largo de los años, la misma turba que aupó al poder a Hitler, Mussolini, Stalin, Franco, Milosevic, Pinochet, Gandhi, Trump, Degaulle, Churchill…
Grandes asesinos que firmaron con la alegría festiva de las vacas bobas, la producción de millones de muertes de enemigos y adoradores. De gente con pensamiento libre.
La chusma, las vacas humanas cada treinta o cuarenta años precisan un nuevo pastor, un nuevo amo que les diga qué gritar y pensar. Que su dedo les indique el camino hacia una nueva puerta al matadero.
He visto a las vacas lamentar la muerte de su amo en un llanto cobarde, preguntándose: “¿Qué va a pasar ahora?”
La chusma son como los perros que viven en los tejados de las casas mexicanas: sienten terror a los grandes espacios, no saben que hacer ante tanto territorio.
Esa misma vacada llorona, continuará años adelante, mostrando su añoranza por su amo, reflexionando que con él se vivía mejor. A pesar de que se comía a sus hijos y asesinó a sus padres.
Vuelven las vacas a aupar otro pastor para que las guíe por el recto y claro camino del sacrificio; todos los millones de vacas bípedas a una sola voz sincronizada en distintos basureros humanos del planeta.
Está ocurriendo ahora, siempre ocurre en algún lugar.
Y es cíclico, periódico, inevitable, apestoso, un insulto a la libertad, la inteligencia y la dignidad.
Las vacas de dos patas, con banderas sobre sus lomos y puños en alto, tienen el inconfesable deseo de hacerse mártires ante su amo, por una aberrante consigna y conducir, si así se lo ordenan, con rostro sonriente a sus hijos a un campo de exterminio o entrenamiento. Es lo mismo, ambas cosas son mortales.
Cuanto más grande es el rebaño, más me alejo de la sociedad, más inhumano me torno. Más odio a las reses bípedas, más me ofenden. Más aborrezco su proximidad maloliente.
Lo que tiene más votos y más reses prevalece. La voluntad de las vacas es lo peor que pueda suceder.
Lo que elige la chusma es el error y la estupidez.
Es historia en estado puro. Lo dice mi experiencia y mi conocimiento, del que no puedo evadirme.
Me sobrevienen arcadas al imaginar que un día las coloridas vacas se me acerquen o me rodeen y deba pasar segundos entre ellas, como si fuera de su rebaño, como si me hubieran absorbido como la compresa a la sangre de la menstruación.
Es inconcebible mi pensamiento como vaca, es un insulto a mi dignidad, a mi inteligencia, a mi espíritu predador, vanidoso y egoísta.
Porque no soy un santo de mierda, no soy vaca bondadosa y obediente.
Donde hay millones de seres humanos gritando por la libertad, hay un tirano que les ofrece sus genitales para que lo acaricien como santo protector de sus vidas.
Lo que la gran mayoría exige o vota, es muerte, esclavitud, ignorancia y decadencia.
Millones de bocas no solo están equivocadas, si no que ni ellas mismas entienden lo que sus bocas mierdosas pronuncian.
No puedo abrir libros de historia o periódicos y ver a todas esa gente alzando los brazos hacia un iluminado o sacerdote para convertirlo en su único pastor y dios. No puedo abrirlos sin vomitar.
Es una pesadilla que se repite en el tiempo. Se repite solo a ojos de quien sabe leer y comprender, quien tiene cierta memoria histórica hacia la mediocridad, el engaño y la esclavitud de la ignorancia. Y por lo tanto ha aprendido a conocer a la papilla cerebral humana. E identifica sus movimientos de rebaño colectivo como lo peor para la libertad: encumbrar en el reinado de sus patéticas vidas a un rey zángano paria de su colmena.
A los becerros humanos les han enseñado de muy pequeñitos a ignorar su espacio vital de seguridad, condicionando su comportamiento por medio de festivales musicales y eventos culturales o lúdicos que los obliga a rozarse entre ellos. Hasta tal punto, que ya no distinguen su propia piel de las otras vacas que se rozan con ella. En dichos actos públicos, los que están más alejados no ven u oyen al cantante o protagonistas, solo perciben las vibraciones de la colonia y se sintonizan por efluvios químicos.
Una vez han sido condicionados a perder su intimidad, valentía y libertad, se convertirán en unos fervientes seguidores de toda manifestación, sea del signo que sea, que agrupe a muchas vacas de dos patas. Hasta que mueran de una forma u otra.
Las vacas de dos patas están castradas intelectualmente.
Los han habituado a vivir todo el tiempo cagando y paciendo unos al lado de los otros. Esnifando sus propios hedores orgánicos y robarse la respiración entre todos, bien apiñados en espacios abiertos, que convierten en prisiones.
Han dejado de ser libres desde muy pequeños, porque son hijos de esclavos. Y así, cuando crecen, sacrifican el tiempo libre de sus trabajos en encumbrar a idiotas con suerte o vendedores de mierda envuelta en paquetitos preciosos, como regalos.
Siento suciedad en mi piel cuando imagino que yo hubiera podido acabar como ellos: rozándome como una vaca sucia y mugiendo la misma consigna.
Es imposible que ocurra, soy único; pero me gustan las novelas y cuentos de terror.
Espero alcanzar a ver como su nuevo amo los convierte en abono para alimentar los prados; y que alguna meditabunda vaca solitaria, se alimente de ellos.
Hay que nacer servil, crédulo y con el cerebro podrido para dedicar el poco tiempo libre que deja la esclavitud y la prostitución, a aupar a un nuevo mesías, asesino o tirano.
Los libros están llenos de fotos de vacas desfilando con banderas y puños en alto, con alegría idiota en sus rostros al estar cerca de su amo. Quemando a otras vacas que no son de su color.
Otra vez…
Ha comenzado a repetirse de nuevo, estoy casi dentro de ello.
Y es fascinante ver la mierda reptar y moverse, es fascinante en su repulsión.
Como observar el pus rezumar al reventar un grano.
Otra vez…
En el fondo me gusta, toda esa vacada que muge lo mismo me hace más único, especial, libre… Me aleja de esta mierda de lugar en el que tuvieron a mal mis padres, concebirme y parirme.
Es algo que no puedo evitar reprocharles.
No puedo asimilar el amor a la “tierra”, porque las tierras son muy pequeñas para mi gran capacidad de libertad. Al contrario que a las vacas coloridas de lomos abanderados y puños en alto, mi conciencia se expande ilimitadamente y el planeta se convierte en una pequeña plaza de barrio abarrotada. Así de triste…
Tal vez soy hijo de serpientes, por eso odio a las vacas de dos patas. Por ello siento un asco infinito e inabarcable hacia las grandes concentraciones humanas. Carezco de empatía hacia ellos, los que gritan y ocupan grandes espacios haciéndolos angostos.
Miles de flamencos cagando sobre una pata en un lago africano…
Solo que son vacas cagando sin elegancia en asfalto y vertederos de basura.
En las sucias y opresivas ciudades granja.
Es imposible desarrollar una mínima simpatía por esa vacada gigantesca que grita libertad con un aro de acero apretándoles el cráneo y el cerebro si lo tuvieran.
Pobres…
Los electrocutarán y luego desangrarán en serie, como ha sido y será siempre.
No existen épocas sin vacas bobas y simplonas.
No existen épocas sin uno o varios pastores hijoputas.
De alguna forma, la masa humana precisa de algún mecanismo de autocontrol.
Un control de plagas temporizado.
Está ocurriendo, no ha dejado de ocurrir.
Otra vez.
Es igual que una película que emiten cada dos meses en la tele, solo que no tiene arte, no tiene gusto y su decorado es bostezante y sórdido en su mediocridad.
He visto una vaca mugir sola en el bosque, lejos de las otras.
Le sonrío, me gusta mi amiga preciosa.
Lo han conseguido, lo juro: son más vacas que las vacas.
Ya tocaba de nuevo.
Viví la muerte de un cabrón y estoy viviendo el nacimiento de veinte cerdos como el que murió, de millones de vacas como las que también murieron imponiendo su ignorancia y su necesidad de esclavitud.
La desproporción es desesperante, muere uno y nacen veinte, con sus millones de vacas con el rabo lleno de mierda.
Fascinante.
Que los jodan a todos y todas.
No hay drama alguno en las muertes de las vacas que son más que las vacas, porque renacen.
Puedes observar fotografías de setenta u ochenta años atrás y verás los mismos rostros e idénticas miradas bovinas que las de hoy.
Las vacas que son más que la vacas, al igual que el judío errante, están condenadas (aunque ellas no lo sepan) a lamer siempre los sucios pies de su amo.
No existe otra forma posible de vivir, las vacas que son más que las vacas dictan quien es su próximo amo. La vacas buscan el electrodo en la cabeza y el cuchillo en la garganta.
Cualquier otro concepto de sociedad, es imposible dado el carácter colonial e insectil de las reses coloridas y chillonas.
Estoy abandonado en este planeta-vertedero.



Iconoclasta

9 de septiembre de 2018

Sacrificio


Hay un imbécil con manos chapadas en oro puro que pide sacrificio a los pobres, a los idiotas, a los crédulos, a los ingenuos, a los ignorantes, a los esclavos, a los que sonríen a todo sin ser necesario y a los que acarician con elaborada ternura repugnantes gusanos vomitivos, en nombre de la tolerancia y la bondad intrínseca del ser humano. Su espiritualidad de mierda es tan solo una pose astuta para recrear un sentimiento de ingenuidad y santidad en la conciencia insectil humana.
El sacrificio es la maldición que a lo largo de la historia hace crónica la miseria y la esclavitud. El sacrifico enriquece y hace las tierras más valiosas a los grandes amos de posesiones inmuebles, de grandes extensiones, de montañas y prados plagadas de putas alambradas que instalan con codicia esos ambiciosos puercos y pervertidos.
Para que sus posesiones sean más valiosas, se han de abonar con muerte y pobreza.
El cuento del sacrificio lo escuché en una clase de catecismo impuesto por aquella cultura dictadora y asesina. Pretendía que sacrificara mi vida o lo que contenía, para honrar a un puto dios y sus sacerdotes o a un viejo militar asesino y maricón con gafas de sol que, no podía hablar sin cagarse encima.
Cuando escuché el cuento de Dios ordenando a Abraham que sacrificara a su hijo, lo entendí todo. Y pensé: una puta mierda.
A los diez años entendí la basura que me querían meter en la cabeza una gente mucho menos inteligente que yo. Identifiqué el gesto envidioso de mi profesor, cuando mis compañeros de clase escuchaban con interés y risas mi redacción sobre los perros.
No me hizo falta follar para hacerme hombre perdiendo la inocencia en un coño. Aquellos dos momentos de comprensión en la escuela prisión me provocaron una náusea, y devolví el vómito que me subió a la boca, al estómago de nuevo. Así que a los doce años me fumé mi primer cigarro y no dejé de hacerlo; porque para tragar mierda, elijo yo.
Cuando oigo “sacrificio” siento aquella náusea infantil de nuevo. Al ver la envidia en ojos ajenos, busco una navaja para pincharlos.
No ha cambiado nada de la humana miseria en los cuarenta y pico de años que han pasado desde mi inicio a la madurez intelectual, solo el decorado.
Siguen apareciendo hijos de puta predicando sacrificios, mesura, paciencia y obedecer sus designios repugnantes. Sus ojos porcinos ansiando la inteligencia que no tienen y las palabras que no saben colocar. Les viene grande el lenguaje y la cultura.
A la chusma se la pone dura o se le empapa la entrepierna ante un crucifijo, una virgen, un himno, una bandera o una sonrisa rastrera y carroñera.
Es como vivir un bucle, siempre la misma mierda.
Es cíclico.
Frente a un botón rojo para hacer estallar mil bombas nucleares, mostraré complacido en que consiste mi espíritu de sacrificio.
Si no consiguieron engañar a un niño de diez años, tampoco podrían sobrevivir a mi torva mirada y mi puño pulsando con un golpe, toda la muerte posible.
No quiero un mundo mejor, quiero morir en un mundo sin ellos. Sin iluminados, mesías y generales con gafas de sol color mierda.
Quiero ver sangrar las uñas de las manos que se entrecruzan encima de los genitales ante discursos repugnantes que insultan mi inteligencia. Esas manos que pretenden demostrar la más repugnante bondad mentirosa, el más sucio paternalismo.
Quiero una última cena en una mesa llena de armas humeantes con un cristo arrodillado ante mí y apóstoles sangrando.
El único sacrificio que podría satisfacerme tras estos años de vida, es el de millones de idiotas deshaciéndose en las calles y esos miles de iluminados, derramando los intestinos sobre sus pies.
Cualquier otra consideración de espiritualidad y sacrificio de un futuro mejor, es pura cháchara sin gracia e ingenio.
Alguien debería detener toda esta cíclica e iterativa mediocridad.
Una extinción sería deseable.
También me gusta follar con una o tres mujeres voluptuosas y golosas como yo; pero ya es otro tipo de retórica más amable y familiar.




Iconoclasta

29 de agosto de 2018

La Filosa Redención


La navaja arranca indoloramente las costras que contienen el pus bajo mi piel.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Y dolorosamente libera el pus que llena los ojos de aquellos que grupalmente observan, lloran y ríen de las mismas cosas en los mismos lugares.
Dolorosamente secciona los tejidos blandos, preferiblemente las lenguas hipócritas que exigen paz a las bestias esclavizadas, tolerancia a los animales estafados y frustrados y una mierdosa piedad para los monstruos de feria que caminan por las calles con sus complejos y sus enfermedades como caparazones.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
La violencia que da temple al filo de una dolorosa navaja, es la que redimirá a los humanos de su servilismo e indolencia por la punzante vía del dolor.
Solo el sangrador filo de acero conseguirá hacer una a cada mujer y uno a cada hombre.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Mi navaja sucia corta los cancerosos filamentos de la endogamia moral y la deforme conciencia colectiva, la que reside en los profundos intestinos excrementicios.
Es un filo asesino que eviscera todo el presente para ser único, sin importar quien ría, sufra, viva o muera en el futuro.
Los hijos que no han nacido no existen y no requieren por tanto, bienestar alguno. Y con toda probabilidad, las madres y padres que podrían ser, no nacerán, o morirán.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Hay una navaja dolorosa que salvará el mundo y os mostrará en una tapa sucia de inodoro, los dos pezones y el prepucio de Jesucristo El Blando. Y las uñas arrancadas de su madre. Cosas, inutilidades…
Un atrezo descorazonador.
Soy el artista sórdido.
Hay una navaja brillante, cuyo filo se desliza indoloro por los labios babosos del coño amado. Y le susurro con lengua goteante, que solo quiero joderla. El filo la adora, la cuida y no la sangra. No será mutilada como los de ahí fuera. La animo a que sonría feliz, indiferente a los gritos que manan junto a la sangre de las gargantas cercenadas de hipócritas y cobardes que miles, forman uno.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Le digo besando el coño, que la única sangre que manará de ella será la sucia y maloliente de su menstruación. La que me hace salivar abundantemente y eriza mi polla.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Es el miedo y la ingenuidad lo que une a miles de tarados. Y la muerte y el dolor que se deslizan silenciosos por el filo, los que darán dignidad y libertad a la razón acorralada.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Si pudiera, si me quedara tiempo antes de morir, con sus muertes los redimiría a si mismos. Solo soy un pequeño dios de baja potencia que sueña con mundos mejores e intensos; que muerde sus puños horrorizado de vivir cada día lo mismo. No hay magia, no hay nada por lo que valga la pena sonreír.
 Soy la censura de la censura y la libertad absoluta personificada en la Bestia que soy, la que no pudieron educar, convencer.
La que no ama más tierra que la que orina.
La Bestia que no eligió dónde nacer, solo dónde morir.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Soy una sonrisa amable que en el bolsillo del pantalón, acaricia un filo con un dedo sangrante alojado en el filo indoloro.
Soy el orgulloso despojo de todo lo que habéis rezado, engendrado, abortado y construido.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Una vez fui pulga y muerte negra. Viví brevemente feliz durante la extinción de millones de vidas. Tan iguales a las vuestras…
No hay porque no repetirlo ahora, aquí.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Extender un manto de veneno incoloro en el aire y una mutación en vuestros genitales para que vuestros hijos nazcan muertos.
Muertos, muertos, muertos…
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Y tu coño bendito palpitando mi semen como una tos de un placer asfixiante, respirando por encima de sus cadáveres.
Soy la afilada redención humana, la justicia absoluta.
Que nadie me ore, que nadie pierda tiempo de su mínima vida.
De morir nadie se libra.
Soy el filo que levanta una uña y los excrementos derrama patas abajo.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

Besamanos y besaculos


¿De verdad es posible hoy día un grado de servilismo tan intenso, visceral y ciego como el que gozaba la chusma por sus reyes y aristócratas de épocas más oscuras y oscurantistas?
Porque si a mí me meten en la trena por hacer lo mismo que el que se ha escapado dejándome solo en la estacada, no le voy a hacer el besamanos papal y el besaculos a quien está disfrutando de unas inmerecidas vacaciones, pongamos, en Bélgica, a costa de mi libertad.
No sufro yo de tanto amor, cariño, empatía y adoración como para venerar al que me la ha metido bien (y aunque no me la hubiera metido, soy alérgico a dioses e iluminados). Hay un concepto llamado traición que parece resbalar como mierda de gato en un suelo encerado entre los fanáticos. Idéntico, igual que ocurre con el fútbol.
Tal vez sea la prueba de que la época actual es mucho más oscurantista: han conseguido extender en muy pocos años la ignorancia y su ingenuidad, el analfabetismo y su cobardía (de ahí lo de anal-fabetismo), y nuevas pseudo filosofías de exaltación de la santidad, tolerancia de mierda y bondad humana a nivel planetario, con formas de yugo y dogmas; tan familiares para alguien que haya leído con escasa atención algo sobre la historia de esta puta humanidad piojosa.
Como los habilidosos sofistas (falaces) de la Grecia clásica, han conseguido hacer de la traición y la cobardía, milagro y virtud.
Me cago en dios… Tengo que dejar de escribir de esta mierda, no encuentro final satisfactorio.
La historia de la humanidad es como una piel humana plagada de costras, tan fáciles y rápidas de arrancar que produce cierto vergonzoso y adictivo placer.
Y así hasta morir para y por nada.




Iconoclasta

21 de agosto de 2018

Diarios que aburren


Yo no escribo un diario. Escribir un diario en público es un acto de vanidad y por el mismo concepto de vanidad, es injustificada la importancia que se da el que escribe y describe su vida.
Yo no caigo en esa trampa estúpida de mirarme al espejo y ver el reflejo de un ser guapo, inteligente y sobre todo, interesante.
Hace eones que aprendí que todos los humanos son (creen) especiales. Y cuando los especiales son numerosos, se convierten en plaga y apestosa vulgaridad.
Me gusta escribir cosas interesantes que tras un tiempo YO pueda decir: “Hostia puta, la virgen… ¿Yo he escrito eso? Soy el puto dios”; pero jamás contaría cosas de mi asquerosa y aburrida vida.
Escribo para mentir y llegar a ser el más perfecto, creíble y detestable mentiroso.
La admiración me la paso por la raja culo con un trozo de papel todos los días.
Me suda la polla el electorado, los me gusta y el número de visitas. Si estuviera solo (qué hermoso) en el planeta, escribiría en la misma cantidad y condiciones. Tal vez más debido a la paz.
Ahora tan solo me basta con ver mis mentiras fabulosas e ingeniosas flotando en ese mar de mierda donde todos depositamos nuestros excrementos que es internet. Bueno, hay que reconocer que las figuras públicas y los que más seguidores tienen, cagan a ritmo de diarrea y verdaderas montañas. Se las deberían comer ellos y sus hijos y sus descendientes en treinta generaciones.
Por todo lo demás, si la misantropía fuera cancerígena se me debería agradecer y premiar por las millones de muertes que provocaría con solo unas palabras.
Odiar es más intenso y satisfactorio que amar.
Hay un salvaje deseo de sangre y destrucción en cada una de mis mentiras.
Los hay beatos, filántropos, amadores profesionales y estoy yo un poco por encima de la cadena alimentaria para equilibrar tanta mojigatería.

Con dieciséis años, una mujer de cuarenta y pocos (madre de un amigo) me hizo una mamada en el baño de su propia casa, estaba caliente porque se había divorciado hacía meses y no follaba. No me lo pidió, entró en el baño y giró mi cintura hacia ella cuando iba a mear y se la metió en la boca.
He pensado en denunciarla, porque ahora puedes sacar una pasta por estas cosas; pero me da vergüenza decir que tenía dieciséis años y que me tomen por un retrasado mental que no sabía lo que era una mamada y el semen corriendo por las comisuras de los labios de aquella mamá salida como una perra en celo.
De todas formas, me informaré con un abogado especialista en cometer fraudes y perjurios en la línea de #metoo a ver qué pasa.




Iconoclasta

13 de junio de 2018

De trendings topics y otras mierdas


Los políticos son proclives a ser religiosos porque les interesa parecerse a los dioses en los que cree la mayoría de los votantes o ciudadanía a la que sodomizan independientemente de sexo o edad que tengan. De esta forma se pueden disculpar de su negligencias, ignorancias y robos mediante la infalible fórmula erigida en ley universal por El Vaticano: “Designio inescrutable”.
Si a la masa electoral o sodomizada se le proporciona por medio de las redes sociales (siempre que aparezca en su móvil o celular) una consigna, idea o moda (hashtag o trending topic para los más incultos o con problemas de CI), tendrán a la chusma ocupada y distraída de sus engaños, componendas, desidias y estafas que efectúan sin desaliento. Un ejemplo de ello es la movida #MeToo (se han puesto histéricas sin ninguna buena razón, todo basado en cháchara y victimismo de gente con un poder económico tan grande, que bien valió la mamada como pago de su estatus de vida. Es de suponer que quieren más y les duelen las rodillas). Tienes también a niños muertos, dramas de refugiados y mil cosas más que se inventan a lo largo de las semanas.
Para drama ya tengo bastante con la esclavitud del trabajo y la mierdosa paga que tengo. Si hubiera tenido la oportunidad de hacer una buena mamada otro gallo me cantaría ahora. Así que soy completamente inasequible al drama humano ordinario: niños muertos, mujeres mamando por unos billetes o barcas miserables que se hunden. Me sabe mal; pero yo tengo ya mis años y como nadie ha publicado un tuiter por mí cuando me hacía falta, que les den por culo. Estoy más curtido que unas alforjas.
Sigamos. Con tales consignas entran en escena los marginados social y económicamente hablando. “Lo social” y lo económico” es un ejercicio de énfasis retórico, porque todo el mundo debería saber que lo económico es lo social. Son sinónimos.
Con estos marginados bien "viralizados" en videos y fotos en las redes sociales la chusma desarrollará una empatía de forma lenta y sutil, hasta llegar a la conclusión de que se encuentran en el paraíso en vista de esos seres que en esos momentos padecen entre sus manos, en sus teléfonos. Incluso dirán y pensarán que es un asco ser multimillonario si has de follar de vez en cuando en un despacho.
Parece increíble; pero en esta civilización, una mierda cubre a otra mierda más seca hasta convertirla en algo apetecible y comestible.
Los hay que con palabras beatas de concordia y unidad, permitirían que un gobierno nuevo de una nueva nación les quitara a sus hijos para obligarlos a hacer el servicio militar como en tiempos de Franco y otras “repúblicas” orientales de corte comunista que aún perduran negándose a perder el gran chollo.
De hijo de puta a Dios o Apóstol o Mesías en unos cuantos miles de “me gusta”, en menos de veinticuatro horas y sin procesos cruentos. Es la carrera política.
Es un asco sin emoción alguna, al menos a Cristo lo crucificaron y se ganó así el título de rey y mesías (en caso de haber existido él y la cruz).
Los políticos y dictadores de hoy son unas mariconas lloronas, aunque perversos hasta el vómito.
Y ahora se me hace incomprensible e inoportuno, ese esfuerzo de esos dos idiotas con el cerebro podrido: Kim y Trump, por eliminar el armamento nuclear. Con la falta que haría una destrucción masiva para arreglar las cosas.
Son gilipollas hasta para ser malos.
Margaritas a los cerdos, sin ningún tipo de alegría.
Algo huele a podrido en Dinamarca, por eso me toco la nariz con lascivos trendings topics. Hay que joderse…
Buen sexo.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

27 de marzo de 2018

El Guardián del Ancestral Rencor


Es algo sexual, se me pone dura con solo imaginarlo.
Políticos y jerarcas en la cárcel…
Y sus becerros seguidores llorando a lágrima viva por su encierro…
No jodas. Hay cosas que vale la pena vivirlas y no leerlas en libros de historia.
Los sectarios, fans, simpatizantes y seguidores de cualquier político o personalidad pública son perros que lamen la mano del amo que le apaliza y lo mata de hambre. Perros y militantes no son diferentes, hasta los cojones tienen situados entre las patas. Son parecidísimos.
Se me escapa una risa incontenible, entrecortada y maliciosa cuando veo llorar a los seguidores de los líderes mesiánicos y ladrones (lo son todos). Y pienso que toda esa chusma se merece acabar también en una cárcel o picadora de carne; los serviles solo son esclavos clavados a una pantalla electrónica que emite mensajes pueriles, indignos de adultos.
Deberían desaparecer de la faz de la tierra todos los militantes y seguidores de políticos, jerarcas, mesías y jugadores. Cesar su reproducción que hace de la sociedad un gran vertedero de basura de indignidad y pobreza mental.
El control de mi vida es exhaustivo por parte de la administración, de lo que gano me retienen todos los impuestos innecesarios posibles y cuando hay una multa, nadie me indulta. Me obligan a mirar el culo de otro en largas colas de espera y los precios suben por encima de lo poco que gano.
¿Y voy a llorar porque un político, un jerarca o un deportista se va a la cárcel o incluso muere?
Una mierda. Mi glande se humedece como si estuviera preparado para la penetración del más deseado coño.
Los fanáticos son idiotas por pura definición y están tan inmersos en su propia miseria, que se tratan a sí mismos, como los tratan los putos políticos privilegiados.
No hay un solo ser humano en el planeta más valioso que yo.
No existe ningún líder que pueda mover mis emociones, soy absolutamente impermeable a la retórica y la creencia de la buena voluntad de los buitres.
Nadie aprende una mierda de la historia.
Yo soy el Guardián del Ancestral Rencor.
La confusión de las bestias entre justicia y leyes, no acaban de entenderla. Aunque les reventaran con un martillo sus cráneos, no saldría de ellos un solo gramo de entendimiento y libre albedrío.
Bestias, políticos y mesías; que los jodan o se mueran de una puta vez.
Y cuando meten en la cárcel a un cabrón, lo multan o lo cesan; mi erección se hace, de tan potente, cuasi dolorosa.
Yo soy el Guardián del Ancestral Rencor.
Porque a mi polla baja en torrente la sangre y los deseos de pagarles a todos esos idiotas con la misma moneda que me han estado metiendo por el culo desde el momento que nací. Tengo el suficiente rencor para vivir cien vidas sin comer.
La prensa, en cualquiera de sus formatos es la puta de los gobiernos y el dinero. De hecho, solo los millonarios que reciben lluvias doradas del poder en sus rostros, pueden crear este tipo de empresas: manipulación y ocultación informativa.
La prensa es la encargada de sensibilizar al electorado en una u otra doctrina: la chusma reirá, gritará, llorará o se deprimirá de todas estas formas por la muerte, encarcelación o victoria de un político o cualquier otra figura pública de mierda.
Sin embargo, hay que leer y escuchar la prensa para mantenerse al día de las mentiras y mantener vivo el rencor y el asco.
Hay que recordar que la prensa necesita noticias o inventarlas para seguir vendiendo. Y sobre todo, para mantenerse en la élite de puercos que ostentan el poder y el control.
Si alguien se cree que existe una publicación honesta (como un político, juez o empresario multimillonario), tiene el cerebro podrido de ingenuidad infantil, esto es: retrasado mental. O con menos sesos que una mosca.
Premios nobel de la paz y literatura, premios de grandes editoriales y periodísticos, son solo mamadas entre iguales. Una orgía de hijos de puta.
Yo soy el guardián del ancestral rencor. Y si un día tuviera un botón rojo nuclear al alcance de mis dedos, el juicio ya está hecho. No reflexionaría.
He visto cerdos en un camión de transporte con más valor que muchos humanos de mierda.
En tiempos de mensajes de paz, mierda y tolerancia; yo digo que mentiras e indignidad, con muerte y dolor se pagan.
Siempre se ha infravalorado la violencia por un excesivo celo cobarde.
La única tolerancia que contemplo son los centímetros que varía mi pene del reposo a la erección.
La letra inicial de “poder” en principio era la “j”. La jota de “joputas”.
Buen sexo, pardillos.




Iconoclasta

20 de enero de 2018

Hombres-mosca




Hoy he topado con un hombre-mosca.
Uno de esos mediocres que solo son visibles porque no saben caminar en línea recta. Con un rumbo errático y aleatorio, no tienen destino u objetivo alguno. Son como los gusanos, respiran y se mueven porque los parieron, simplemente.
Su función es molestar, molestarme a mí.
Estorban con sus interrupciones, se sitúan delante de otros para luego detenerse de repente y cambiar de dirección. No tienen reflejos ni cerebro suficiente para virar de dirección sin dejar de caminar. Son repugnantes y gordas moscas que necesitan un calibre .45 para dar caza.
Como las moscas. Igual de irritantes con su vuelo, con su acercamiento al rostro.
Aún quietos, los hombres-mosca, causan un rechazo que los identifica con solo un vistazo. A lo mejor huelen mal y por ello mi cerebro los descubre con solo atisbar su repelente cogote.
Cuando los miras directamente a la cara, se puede ver su minúsculo cerebro a través de sus ojos absolutamente transparentes, vacíos. Otra característica es que no saben respirar por la nariz y caminan-zumban con la boca semi abierta, haciendo alarde de su imbecilidad profundamente genética.
Tienen el repelente carisma de las nerviosas cucarachas, me causan repulsión.
Las cucarachas las aplasto sistemáticamente, estén cerca o lejos de mí, las piso crujientemente. Porque el mundo es mejor y más higiénico sin cucarachas y sin hombres-mosca.
Si hubiera tiras-trampa para hombres-mosca, llevaría una colgada de cada oreja, y una vez enganchado el asqueroso, le pincharía los ojos con una navaja. Luego lo quemaría, antes de que muriera.
Suelen reptar-revolotear estúpidamente por los mercados semanales de los pueblos y barrios, como las ratas rondan por las noches los contenedores de basura. En todas las regiones del puto planeta.
También hay mujeres-mosca, aunque en mucha menor cantidad; pero todo lo que tiene tetas, me causa simpatía y erección; soy demasiado complicado para este mundo.
Sin poder evitarlo, me ha rozado uno y con los dedos llenos de mi propio vómito (lo he provocado al llegar a casa, me sentía sucio por dentro), he escrito esta vivencia.
Parece que no; pero cuando conviertes el asco y el odio en palabras nítidas y precisas, uno se siente mucho mejor.
Si alguien piensa que los lunes son malos, que vaya el sábado a un mercado.
Mierda.





Iconoclasta

31 de diciembre de 2017

El control perfecto


Idea germen:

Para cagarse: miles de pusilánimes llorando en rebaño y en el extranjero, por un imbécil político tele-predicador y millonario que puede vivir donde quiera y todo el tiempo que le dé la gana sin preocuparse por el dinero. Y la mayoría de los que lloran, no tienen apariencia de ser millonarios, ninguno lleva un reloj que supere los doscientos euros.
No jodas… Robin Hood al revés, y los pobres felices por ello.
Menos mal que no vivo en Bélgica, qué descanso.
Diciembre 2017.

El posterior desarrollo del pensamiento autónomo:

La gracia de los timadores-políticos de las actuales democracias occidentales, radica en su habilidad y medios para desviar adecuadamente la atención de la mayoría de la población hacia un mismo programa televisivo, una película o un libro determinado.
Y por supuesto, las redes sociales de internet.
Si un libro es promocionado por medios televisivos y prensa, el pensamiento resultante de cada individuo será razonablemente similar en todos ellos. Suficiente para los fines de control de adocenamiento.
Evitar el pensamiento autónomo es el secreto del control eficiente.
Aún así, la televisión y las indicaciones de lectura y cine por parte de los entes institucionales, a veces no son suficiente; queda la herramienta definitiva: las bebidas alcohólicas.
El alcohol es el ajuste fino. En otros tiempos, gobiernos totalitarios fascistas derechistas o izquierdistas, usaron el alcohol como principal medio para el control de la sociedad; pero por sí solo, provocaba mucha abstención y negligencia entre los funcionarios y obreros.
Dada la baja capacidad intelectual de la especie humana (salvando alguna minoría irrelevante), la palabra o la lectura por sí solas, causa bostezo en las ovejas humanas, aunque vayan bien colocadas de vino o maría; si al alcohol u otra droga se le suma música (himnos y otras músicas adocenadas) y colorido (banderas y luces de neón brillantes y móviles), el manejo de la chusma roza casi la perfección.
Y todo ello, sin asesinatos, torturas y encarcelamientos por parte del poder judicial y el legislativo. Además, con la ilusión de absoluta libertad. Debería tomar nota el gobierno chino.
Aun así, queda un muy pequeño porcentaje que piensa de forma autónoma por alguna tara genética o por una voluntad atípica; este porcentaje no importa. No es preocupante, puramente anecdótico y sin peso alguno. Lo único que importa son las mayorías que dan votos y se manifiestan con uniformidad.
Es por ello por lo que los miles que se manifiestan por una causa, cuando son llamados para la causa contraria, también se manifiestan con idéntico alborozo.
Si al rebaño se le da cualquier motivo festivo que lo arranque de su monótona existencia, morderá el anzuelo sin que le duela el paladar.
Se sentirán además, protagonistas absolutos y no serán conscientes en ningún momento de su insignificancia como entes individuales; ni de la maravillosa propiedad que los caracteriza: ductilidad.
La sociedad occidental actual es prácticamente la de Un mundo feliz de Aldous Huxley; pero con un decorado amable, musical y colorido.
Sobre todo, sin consideraciones funestas sobre la pérdida del pensamiento autónomo.
Y si improbablemente algo fallara, siempre quedará youtube.
Amén, borregos.

La política es un fraude constante, sea cual sea su ideología.
Políticos que se pueden permitir el lujo de pagar millones de euros en dinero y propiedades para evitar la prisión. Y son aclamados por la chusma.
Políticos que pueden vivir sin preocupaciones económicas y legales en un país que han elegido para evadir sus responsabilidades. Y son aclamados por la chusma.
(Si yo no pago impuestos, me revientan el ano, me embargan lo que pueden y si con eso no basta, a mi hijo le arrancan los ojos, riñones y corazón para venderlos.)
Políticos que se llaman a sí mismos “legítimos presidents”, mientras su “legítima república” se va a la mierda junto con el trabajo de sus ciudadanos. Y son aclamados por la chusma.
Estudiantes y trabajadores (que suelen coincidir con los más tontos, estadísticamente hablando), adoran y defienden a esos millonarios y fasciosos políticos tele-predicadores que se están gastando en un mes, lo que ellos no ganarán en diez vidas.
No hay que ser muy avispado para saber a quien le han robado el dinero que ahora se gastan; pero como dicen las estadísticas: fanáticos y mediocres, muy listos no son.
Esto demuestra que cualquier época, por muy moderna o contemporánea que sea, es buena para que cualquier político sea elegido con total fervor por su capacidad de acumular dinero para sí mismo y pedir más conmoviendo a los no muy despiertos, mostrando estigmas dibujados groseramente en sus manos. Y luego, como premio, cantar en familia el lúgubre himno “Els segadors” con una mano en la bragueta.
Esa misma chusma, llorará lágrimas amarillas emocionada perdida.
Si naciera Hitler otra vez, las cruces gamadas serían europeístas, amarillas y pacíficas. Y tendría una cuenta en tuiter donde colgaría videos de judíos sodomizando a Blancanieves sin piedad, y así conmocionar y emocionar a la chusma votante.
Estupidez con violencia se paga.
Y es bueno, porque la violencia, al final, pone las cosas en su sitio y selecciona a los más fuertes y menos tontos.
Urge una depuración, ya.
El 2017 ha cerrado con una espantosa, mediocre e ingenua chusma pensando que viven en un mundo perfecto; y lo que es peor, tienen fe en que unos tele-predicadores, los hará vivir en el paraíso.
A ver si el 2018 es un poco más violento para evitar tanto empacho de hipócrita pacifismo.




Iconoclasta

22 de noviembre de 2017

Comunicación en redes sociales: propuestas y análisis


La comunicación, la que se ejerce simplemente por hacerse notar, sin ningún mensaje claro y ameno que transmitir; conduce al empobrecimiento del lenguaje y con ello, más analfabetos al poder de una forma totalmente indiscriminada y peligrosa.
No se deberían vender teléfonos con teclado alfanumérico a cualquiera, es malo. Debería haber versiones potentes y completamente multimedia, pero sin teclado, solo un menú para elegir emoticonos, monosílabos y palabras sencillas de uso habitual con un máximo de cuatro letras.
Con eso sobra y basta para las funciones de redes sociales y mensajería.
Algo así como la democracia y el voto: cada cual elige una papeleta sin saber que significa. Es cuestión de azar y que esté en el lugar adecuado.
Porque la claridad y precisión de la expresión escrita no admite analfabetismo disfrazado de anarquía esnobista; ya existe el tam-tam africano si alguien quiere ser ácrata de mierda expresándose.
Tiene que haber claridad en el mensaje para definir con precisión la verdad, y lo que es más importante y a mí me interesa más: la mentira.
Sin claridad, sin conocer el código de escritura, no se puede mentir bien.
A mí no me preocupa; pero a los que ignoran su analfabetismo, debería preocuparles mucho.
Más soluciones para los que tienen ansias de escribir por puro aburrimiento y no saben una mierda: los investigadores usan con los monos unos pizarrones en los que hay dibujados plátanos, pelotas, cuerdas, agua, etc…
Este mismo sistema cumpliría a la perfección su cometido comunicativo en Twiter, Facebook, Instagram, etc… Debería implementarse como opción en una barra de herramientas, accesible para los simi… usuarios.
Y en cuatro días, todos lo usarían con gran jolgorio. Un éxito brutal.
También existe la tortura física (la psicológica no serviría de nada, ya que hay poca psique) como medida correctora. Alguien con las uñas arrancadas en vivo, sin anestesia y sin higiene, no siente especiales ganas de teclear sus analfabetismos.
Recordemos que por mucho menos, se quemaba (no, no me he equivocado; no se escribe “kemava”, genios) a un judío en el siglo pasado.




Iconoclasta

23 de octubre de 2017

Diez céntimos


Una anécdota de la enseñanza catalana.
Entre el 2007 y el 2011, mi hijo estudiaba ESO (enseñanza secundaria obligatoria) en un IES (instituto de enseñanza secundaria) de Barcelona, en el distrito de Nou Barris.
Una tarde cuando llegó a casa de la escuela, me dijo que uno de los profesores exigía de cada alumno de la clase diez céntimos para pagar el bolígrafo que uno de los alumnos perdió durante la hora del recreo o descanso. Ya que todos eran responsables de lo que ocurre en la clase, según el profe que además, era tutor de ese curso.
Fue como si me retorcieran los cojones; y lo que es peor sentí que me pellizcaban los sesos.
Le expliqué alto y claro a Iconaclastito (mi hijo) que él no era responsable de la negligencia o torpeza de otra persona. Cada cual ha de cuidar y proteger sus propiedades.
Escribí una carta para que se la entregara en un sobre al tutor de su clase.
En la carta le decía que incluso tenía suficiente dinero para pagar veinte bolígrafos y que aceptaba pagar los diez céntimos exigidos; pero como ayuda a una familia pobre. En ningún caso aceptaría la responsabilidad de mi hijo y así se lo había hecho saber. Esos diez céntimos, para mí y para mi hijo, serían un acto de caridad y en modo alguno una multa por alguna alienante "responsabilidad".
El tutor me citó a la tarde siguiente para conversar. Me dijo que era un asunto de disciplina, los adolescentes precisan un buen control precisamente por la edad tan problemática en la que se encuentran. 
También agradecía mi interés por la educación de mi hijo, ya que ningún padre se había puesto en contacto con él por este asunto.
Yo le respondí que hay una tiranía moral y una acto de deliberado adoctrinamiento en esa medida de responsabilizar a terceros de la torpeza, dejadez o mala suerte de otra persona.
Insistí en que pagaría caridad para una familia sin recursos, en ningún caso el coste de un bolígrafo que otro ha perdido.
También le dije, que en el caso de que mi hijo perdiera el reloj de doscientos euros que le regalé para su cumpleaños, la clase deberá pagarlo ¿verdad?
Torció el gesto como si algo no fuera bien. Me dijo que no me preocupara, que solo era una forma de imponer disciplina y que no se llevaría a cabo el cobro de ese bolígrafo.
Yo no me preocupaba de nada, ya había dejado definitiva y clara mi postura.
El tema derivó en otros sobre anécdotas y problemas de alumnos y profesores.  Nos despedimos cordialmente tras una larga charla variada.
Ahora pienso que por aquel entonces ya se intentaba en los alumnos anular la creatividad, el individualismo; para formar un rebaño en el que se identificaran todos con una misma causa, independientemente de si esa doctrina era justa, ética y lógica.
Precisamente lo que ha ocurrido con las grandes manifestaciones por el independentismo que se han hecho en Cataluña: años de adoctrinamiento en colegios y de familias mirando la televisión autonómica TV3 (púlpito machacón de arengas pseudo paternalistas sobre la importancia de ser un rebaño unido y con un solo pensamiento), ha creado un comportamiento unidireccional y colectivo. Absolutamente sectario.
La chusma no necesitaba ninguna independencia, puesto que hay una democracia consolidada; y mucho menos precisa un gobierno como el de la Generalitat, desde hace mucho tiempo obsesivamente controlador y represivo (de los más caros en España con sus impuestos para el ciudadano). Es el gobierno que se ha instaurado con un golpe parlamentario en Cataluña. Formado además, por políticos tan corruptos y acusados de ello, como tantos otros en cualquier país del mundo.
Así ,con ese pensamiento unidireccional si un catalán se siente víctima todos lo son y por tanto, las víctimas son mártires. Y los políticos, santos.
Ninguna novedad, eso ha ocurrido en Bosnia, en la Italia fascista, en la Alemania nazi, en las sociedades radicales islámicas...
En el caso catalán, este lavado de cerebro ha sido posible gracias a la decadente indolencia de una sociedad demasiado acomodada y endiosada en un espejismo de superioridad racial (no son raza; pero han asumido que lo son) y geográfica; que ha perdido la autocrítica en favor de una infantil ingenuidad cebada con una facilona y paternalista retórica.
No existe tiempo en el que no sea posible o no interese al gobierno de una nación  la violencia y la guerra cuando de apropiarse de un territorio se trata. Es una candidez de cerebro enfermo e inmaduro pensar que una independencia fuera de la ley se resuelve con unas manifestaciones "pacíficas" (que no lo son) y unas flores.
Es habitual ver llorar a la chusma emocionada por las homilías de un presidente con estética de beato y gesticulación de predicador. Qué chochos...
Y me encanta ser testigo directo de la actuación y progreso de una fascismo y un fanatismo; porque reafirma lo que pensaba, sabía e intuía de la humanidad.
Mi pensamiento libre y certero me llena de vanidad.
Yo no pedí ser catalán, español o terráqueo. Mi situación geográfica fue accidental, no pude elegir.
Por ello, no le debo nada a nadie; y mucho menos, mi pensamiento.
Ni diez céntimos...



Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.