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15 de noviembre de 2025

lp--¡Hijo de puta!--ic

 


(Un puto drama)


Nunca entenderé el sentimiento de esos muchos palurdos que se sienten ofendidos cuando se les llama hijos de puta.

Se ponen histéricos porque padecen la demencia de que su madre es la más put... ¡pura! del planeta.

No entiendo cómo algo tan extendido y frecuente hasta el adocenamiento puede causar ese desasosiego e histrionismo del honor y el amor de madre en el palurdo hijoputa susceptible.

Mi abuela materna era puta en Barcelona y fumo igual, como fumaba a los doce años cuando aún no sabía lo guarra que era.

Cuando a los trece me enteré por una conversación jugosa, morbosa y acalorada entre madre y padre; más que sentir rechazo o angustia, me comía la curiosidad por saber cuánto cobraba para pedirle a mi padre una paga adecuada a mis necesidades.

Me estaba saliendo una gran mata de pelo en los huevos y tenía ciertas urgencias; las habituales en todo macho en evolución.

Quiero decir, que lo mismo hubiera ocurrido en mi percepción de la vida si la puta hubiera sido mi madre: nada. No hubiera cambiado por ello mi marca de tabaco habitual.

La primera muestra de inmadurez mental e ingenuidad es hacer de la propia madre una virgen maría, como aquella de la mitología cristiana.

Como si se les cerrara el coño tras haber parido.

Estos hijoputas susceptibles...


Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


11 de noviembre de 2025

lp--Si no puedes vivir--ic


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Ahí reside el valor de los hastiados que se rebelan.

Con su desprecio a la muerte lo consideran todo perdido y actúan en consecuencia.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Un nicho de hormigón donde las señales de prohibición, dirección y obligatoriedad marcan y acotan una vida indigna y fallida desde el nacimiento en cautividad.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Ni siquiera te permiten acceder a la naturaleza más que unos regulados minutos al mes.

Sólo los asqueados con su desprecio a una vida fallida pueden ejercer la violencia contra los esclavistas, el estado/dios y sus sórdidos, sucios y opacos horizontes que pudren toda ilusión, incluso las neuronas.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

La tribu de los que genéticamente nacen amaestrados, mansos y son inmunes al hastío existencial. Son mayoría y votan también mayoritariamente a la mierda y sus corruptos esclavismos decretados y personificados en sus líderes, sacerdotes y dioses.

Lo malo no es que esté todo roto o mal hecho.

Lo horrible es que está podrido y el hedor infecta el pensamiento, la vida misma.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Nacer en cautividad ha resultado ser una pútrida vida de horizontes de cemento, mierda y asfalto.

Bajo mis pies fluyen miles de metros cúbicos de excrementos cautivos.

Y con ellos el cadáver de la dignidad humana.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

A quien madruga toda una jornada inacabable le espera.

No hay ayuda alguna de un dios maricón, obsceno y cabrón. Un monigote mal dibujado por un hechicero que generó los patriarcas, emperadores, reyes, presidentes y ministros. Y la esclavitud que atenaza y pudre los genitales que, concebirán más esclavos para ese puto dios.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Lo que mal nace pronto se descompone. Desde primera hora de la jornada de prisión, esclavitud y humillación.

Unos cochinos cobardes sellaron un pacto social que hoy me pudre la vida en las venas.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Desear la muerte de quien se odia es privilegio y placentero sueño.

Una actitud de dignidad humana.

Esperar e imaginar que ese puerco que anida en el estado/dios como un hongo de la mugre muera, le da un aliciente añadido a la vida.

Una de esas emociones primigenias que nada ni nadie podrá reprimir.

Porque además, son íntimas, secretas. Siempre que seas astuto.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Cuanto más tiempo se odia, más probabilidades hay de que por fin se desate la liberadora violencia. Un acto maravilloso, obra cumbre de la libertad y dignidad de todo humano.

Todo son ventajas y satisfacciones íntimas con el odio.

No como en el amor que es todo tristeza, depresión y drama entre episodios neuróticos de besos babosos y descoordinadas cópulas que con los meses se harán hastío. Y concebirán bebés esclavos como mamá y papá. Nacerán en blanco y negro, en una grisentería total.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Ahora que los malos sueños se están haciendo realidad, el estado/dios decreta el control absoluto de las castas parias asalariadas, es tarde no hay tiempo para pactos y sus mentiras de libertades adulteradas con fascismos susurrados con voces episcopales y labios temblorosos que evocan un ávido sexo con carne infantil.

Es hora de que estalle una violencia total planetaria y la destrucción de las propiedades y vidas de los que forman y velan por el poder esclavizador y jalean como putas sifilíticas: ¡Larga vida al estado/dios!

Ellos y su cobarde “mejor lo malo conocido” no pueden seguir respirando, son los siervos idiotas del estado/dios. Los hay que deben desaparecer...


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Que muera quien deba y sobre las ruinas y los cadáveres, para no olvidar, se construya otra cosa distinta a este hedor en el que nacimos cautivos.

Hay infinitas posibilidades mejores sin la existencia de los que hoy nos parasitan la vida aquí y ahora.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

La violencia es una necesidad primordial ante una mayoría votante sodomizada y castrada por el estado/dios que no puede imaginar una vida digna.

Consideran digna la mierda que respiran hoy con glotonería e indolencia.

Lo que debe morir ha de morir.

Se requiere una renovación sangrienta de las líneas genéticas podridas por el estado/dios.

Las especies animales fallidas deben desaparecer de la faz del planeta ya que ni siquiera sirven de alimento a otras especies nobles.


Si no puedes vivir la muerte no es amenaza.

Es una guerra perdida, pero si no puedes vivir, la muerte no es amenaza, es dignidad.

No puedes seguir siendo un excremento fluyendo con los meados del estado/dios por las alcantarillas, bajo mis asqueados pies.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


1 de noviembre de 2025

lp--Un bebé muerto--ic


El feto era especial, precozmente sensible, curioso por la vida que le aguardaba.

Sin embargo, algo no marchó bien, los sonidos que llegaban de ahí fuera eran horribles, hostiles contra lo que su instinto y naturaleza le llevaban a esperar. Y su organismo, cada una de sus células que se multiplicaban para formarlo, estaban expectantes ante cualquier cambio en las condiciones de idoneidad para nacer.

El bebé nació muerto porque le ofendió y temió lo que olió y sintió a través del cordón umbilical y el líquido amniótico que propaga el sonido con terrorífico realismo. Incluso algunos malos sabores que llegaban como una hiel desde la placenta.

“No nacerás” es el mandamiento humano primigenio que los bebés lindos obedecen cuando es hostil la vida.

Incluso dos segundos de vida son tortura y humillación eternas en el degradado mundo de la humanidad, incompatible con la propia naturaleza de la cría que nace.

Tal vez, pobrecitos, los buenos tienen un sistema de autodestrucción para no convertirse en masa amorfa palpitante.

Aquello no estaba bien. La vida es otra cosa diferente a lo que sentía. Se lo decía cada una de sus células que trabajaban afanosamente en su construcción.

Toda señal sensorial del exterior era artificial, incluso algunos nutrientes de la madre.

Hubo un momento en el que el feto sintió una vibración acompañada de un sonido chirriante que se extendía por el útero agitando incluso la placenta, molestándolo.

Asustándolo.

Aquel día, antes de nacer muerto, madre comenzó a agitar la cadera extrañamente, jadeaba y sus pulmones y corazón acelerados lo turbaron creando alarma en su instinto de supervivencia. Y en un momento dado, dejó de respirar y crisparse toda ella mientras el padre le decía: “Te ha gustado, ¿eh mami? ¿Ves como sí que podías?

Y el ruido chirriante y la vibración cesó al fin.

Nunca llegó a poder definir el bebé hoy muerto que madre se había corrido.

El feto se sintió extraño en lugar y tiempo. Llegaban cosas inquietantes a través del vientre reverberando en el limbo-fluido que habitaba.

Hubiera sido muy inteligente, ya tenía una conciencia intuitiva y efectiva del lugar y tiempo en el que nacería.

Prefirió no nacer, su instinto le gritaba que nacería en cautividad en ese mundo, como madre, para toda la vida.

Para toda la puta vida.

Y se imponía la nobleza humana, una dignidad.

Los bebés inteligentes que escuchan o sienten cosas en la oscuridad del vientre no quieren ese vivir.

Son muy pocos los que tempranamente desarrollan esa habilidad sensorial y se niegan a respirar un aire rancio y ante sus ojos un horizonte que provoca ecos demasiado cercanos con olor a cemento, asfalto y excrementos húmedos de las alcantarillas.

Los bebés que se forman con el instinto humano más desarrollado o agudo tienen una conciencia primigenia funcional y su afán de vivir se marchita ante la falta de libertad para desarrollarse dignamente.

Y por todo ello la humanidad se degradada un poco más cada día, por cada no nato.

Su corazón o pulmones no han funcionado o tal vez haya alguna malformación o mutación no detectada. Su cuerpo inerte está entre las manos de una comadrona repentinamente silenciosa.

Hoy, hay dos sangres en el paritorio: la del coño de la madre y la inmóvil del bebé, atronadoramente desoladora.

Malvivir no es vida, sólo una larga agonía.

Mejor no nacer.

Y en los bebés que nacen, pobrecitos míos,  la sabiduría primigenia de especie se ha retrasado y no pueden intuir la indignidad de respirar ahí fuera. Nacen esclavos hasta la muerte.

Es la razón de que en cada nueva generación surjan menos o ningún creador.

Los nacidos, como los que ahora respiramos, servirán de comida para el estado/dios, sus ministros y sacerdotes. Viven triste e indignamente fermentando sus esperanzas y anhelos hasta que la indolencia se apodera de ellos y los lleva a borrar cualquier concepto de libertad y dignidad en su día a día.

El sistema nervioso del bebé advirtió en varios momentos de su corta intra-existencia que algo lo espiaba desde allá fuera arrastrándose por el vientre materno; una presión que deseaba controlar, espiar su intimidad, su vida apenas formada.

Algo que no era madre lo esperaba allá afuera. Y si no era madre, era predador de tacto duro, hostil.

Reptil.

Y los bebés quieren ternura, una piel cálida que los acoja. Es su derecho indiscutible.

Las madres y padres que no desarrollaron en el útero esa sensibilidad ambiental no pueden intuir siquiera lo que su feto o bebé podría temer.

Las sociedades cautivas humanas se han saturado de pobres bebés que no supieron sentir y los humanos de calidad, los autosuficientes, los libres ya no nacen. No hay esperanza para la humanidad, está abocada definitiva e irremediablemente hacia el pensamiento y conducta insectil totales.

Al bebé se le marchitó el ánimo de vida en el vientre de madre y nacer dejó de ser ilusión.

Si no hay alegría de nacer ¿para qué quieres un corazón, pulmones o el cerebro mismo?

Por cada sonido que le llegaba amnióticamente del mundo-prisión exterior se le desanimaba un poco el ritmo del corazón.

Perdía latidos...

Hasta que se detuvo para siempre poco antes de emerger ante el ofensivo olor químico de un hospital. Y sus sonidos plásticos...

La madre sufre la tragedia que no olvidará jamás sumándose a su cautiva existencia; nunca sabrá que su pequeño eligió dignidad a falta de libertad.

Es el momento de blasfemar.

Otra esperanza hecha añicos, una pena que cauteriza toda alegría y esperanza.

Es tiempo de odiar el mundo mal construido que ha asesinado al bebé.

Consuela que no haya nacido para sufrir, para ser humillado.

Con esa precoz habilidad, era lógico que el bebé forzara a las células a detener su trabajo por la implícita tristeza que madre le insuflaba inconscientemente en su sistema neuronal.

Todo bebé raramente inteligente nace muerto al presentir la mierda de vida que le espera.

Su naturaleza e instinto rechazan ese horizonte, aire y materiales adulterados.

La especie humana no tiene salvación, cada generación es física y mentalmente más pobre que la anterior y en esas malas sangres surgen los políticos actuales y las poblaciones que se dejan someter a sus fascismos, mentiras e ignorancias.

Desde que los bebés puros de naturaleza humana nacen muertos, la especie humana camina hacia la extinción.

Los que se forman con el instinto animal humano íntegro no pueden ni deben adaptarse a la cautividad de los asentamientos humanos hacinados o urbanos.

Mejor muerto que la dignidad podrida infectando el alma, si la tuviéramos.

Un bebé muerto, otro más.

Misericordia...


Iconoclasta

21 de octubre de 2025

lp--El mejor estiércol para el fascismo--ic

La doctrina fascista estalinista del narco estado sanchizta español: “La libertad es enfermedad”, fue uno de los pilares fundacionales de la “nueva y normal” narco corrupta república islámica-estalinista sanchizta que instauró en marzo del 2020 el rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico, mediante y gracias al coronavirus.

A partir de aquel momento en el que ejecutó su golpe de estado contra las libertades y derechos de la raza humana española, todo ciudadano era culpable de respirar. Y era perseguido, acosado, extorsionado, sancionado, agredido y encarcelado por policías y militares talibán-sanchiztas que en sus limitadas mentes creían estar salvando a esa horda de españoles aborregados, de sí mismos.

Y hoy día los ejemplares de españoles tipo, al igual que con el franquismo, no se espantan ni les preocupa la destrucción de la libertad, ni las injusticias y sus prevaricaciones, ni la corrupción. Por ello una ruina humana como el ayatolá Sánchez I el Arribista ha tenido todo el tiempo y aplausos necesarios para parasitar las instituciones con sus nalgas.

La raza humana española especialmente seleccionada para ser explotada, humillada y exprimida por cualquier dictador de diestra o siniestra (como el actual ayatolá Sánchez I el Arribista) da larga vida a los cerdos que llegan al poder gracias al: “Mejor el cerdo malo conocido que lo bueno por conocer”, que dio tantos años de vida a Franco y ahora, a pesar de la sonoridad, espectacularidad y publicidad de la corrupción, fascismo, delincuencia y fraude sanchizta, al ayatolá Sánchez I el Arribista; que sigue y seguirá alzado en su farlopera poltrona por esos ejemplares humanos que tanto agradecieron los encarcelamientos, bozales y pinchazos que sólo servían para enfermar y subnormalizar más aún a los “todas y todos” que lamen los huevos sanchiztas cada día y en cada aparición en televisión.

Si con un ser tan anodino, repelente, detestable y sin personalidad como Franco la masa animal española decía con orgullo palurdo: “Como en España no se está mejor en ningún sitio”. Ahora con un palurdo e ignorante homosexual farlopero como el ayatolá Sánchez I el Arribista, la actual masa animal española dice: “Como en España no se está mejor en ningún sitio, excepto posiblemente en Gaza”.  Y ahí tienes a miles de reses humanas españolas llorando por una Gaza que lleva dos años de bombardeo y, ahora de repente, se rasgan como moros las barbas y vestiduras porque el ayatolá Sánchez I el Arribista así lo ha decretado para que sus delitos, corrupciones, dejaciones e incapacidades pasen desapercibidos a los tontitos ojos de “todas y todos”.

Y da resultado.

La raza humana española es el mejor estiércol con el que abonar todo fascismo.

Tiempo atrás había huelgas, incluso cuando Franco subió el precio de los transportes públicos en los sesenta, hubo violencia. La raza española ha degenerado tanto que ahora ni siquiera es capaz de levantar un dedo a su “cerdo malo conocido” por temor a ejercer una libertad que le da miedo porque su cerebro está castrado de todo instinto de libertad. Al actual espécimen español tipo le da mal rollo la palabra “libertad”, le incomoda, le causa sufrimiento fetal, gime pusilánime si no ve al pastor con la vara tras sus cuartos traseros. Su natural estado de cobardía, desidia y servilismo a todo corrupto dictador es lo que le da armonía a su genética desnaturalizada.

Los progenitores del sanchizmo están tan fieramente controlados por la agencia tributaria sanchizta que deben contar el dinero que les dan a los hijos para que pasen una tarde de ocio. Y mamás y papás se sienten bien controlados por su estado/dios. Es pura genética emponzoñada.

La raza humana española tiene denominación de origen protegida de “Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer” y es el sueño dorado de todo palurdo con complejo mesiánico que quiera ocupar la poltrona hasta la muerte.

Y por supuesto, es cuestión de empatía: a un animal ignorante le pones delante a un matarife ignorante y queda deslumbrado ante lo muy majo que es, talmente como un conejo en la carretera de noche ante los focos de un coche que lo aplastará.

Al español tipo, en definitiva, le encanta sentirse mortificado por los palos y humillaciones de su dictador, como algunas mujeres aman al macho que las muele a palos.

Es así como son los ciclos políticos españoles, a corrupto dictador muerto, dictador puesto. La España eternamente fascista es un ciclo repetitivo de dictaduras de medio siglo de indignidad, ignorancia y humillación; aunque los animales españoles no sean conscientes de ello a pesar de estar amenazados constantemente con los bizum a sus hijos, como ejemplo más leve.

Cuando una raza humana actúa así, es alimento de otras razas menos amantes de dictadores y corruptos. Y su futuro es negro como una barba musulmana.


 

Iconoclasta

9 de octubre de 2025

lp--Las religiones abrahámicas, las más represivas y agresivas hacia sus creyentes--ic


El judaísmo surge entre los siglos VI y IV a. C., es la quinta secta en número de adeptos y la más antigua de las sectas abrahámicas, cuyo origen está en el patriarca Abraham.

De ella deriva el cristianismo que surge en el año 30-33 d. C. y la que más adeptos tiene. Y posteriormente el islam, ya en el siglo VII d. C. y la segunda en número de adeptos.

Estas tres sectas o supersticiones han conformado la mayor parte de la cultura y población del mundo occidental y parte del oriente cercano a África y Europa por su carácter represivo y violento contra la población, que como ocurre aún hoy en día con el islam, el estado/dios hizo adeptos por coacción “divina”, por supuesto.

Son supersticiones o sectas (hay quien prefiere denominarlas religiones) en constante evolución con los tiempos ya que sus líderes o jerarcas religiosos legislaban e inventaban mandamientos y liturgias con sus pecados, condenas e impuestos a medida de su codicia y ambición (siguen en el presente con la misma evolución). Las mitologías del antiguo testamento (el origen de las tres sectas) son ingenuos cuentos mágicos y muchos violentos, con moraleja para someter a la población o adeptos (es lo mismo) al miedo a dios personificado en el estado. Los salmos son unidades didácticas ideológicas para implantar obediencia y respeto al estado/dios omnipresente que habla siempre en nombre de Yahvé. Se crearon castas o linajes “escogidas” por Yahvé con los correspondientes patriarcas de cada tribu. Al final el mensaje primordial era: O eres de los nuestros o morirás, por hambre o por el cuchillo.

Con el tiempo, la coacción se hizo fe y tradición; pero esto nadie lo cuenta o enseña porque deja en mal lugar al estado/dios en su tiranía y criminalidad y a los adeptos en su cobardía, servilismo e ingenuidad a nivel de discapacitación mental.

Al tiempo que las supersticiones se hicieron fe, las comunidades regidas por sus líderes religiosos ejercían una cruel y sangrienta selección de la población eliminando a disidentes y quedándose con los reproductores más mansos para lograr una población dócil, de fácil explotación y ante todo, rentable para las arcas de los líderes gobernantes. Es exactamente el mismo método con el que se consiguió por selección ganadera crear un ganado bovino manso, por ejemplo; fue el gran avance de la ganadería.

En el islam se controla también con minuciosidad la comida de los adeptos, la bebida y la intimidad hogareña. Las numerosas pausas para las liturgias se comen el tiempo de ocio y descanso de sus creyentes haciendo de la fe paranoia y del resto de religiones sus enemigos mortales.

Muy parecidos a los musulmanes eran o son (los pocos que quedan) los cristianos puritanos: agresividad contra el creyente y su continua humillación ante el estado/dios o sacerdote en definitiva.

Todas ellas son sectas que han creado su propios códigos legales, primero como mandatos divinos, luego como leyes sociopolíticas que han infectado y pervertido la original genética humana por esa selección o “limpieza étnica” llevado a cabo por los estados/dios. Realmente, la especie humana de hoy es una mutación castrada física y mentalmente de la original del homo sapiens.

La ferocidad y crueldad de estas sectas supersticiosas abrahámicas ha logrado que sean las más extendidas (no siempre con más practicantes) en el mundo.

Las religiones dhármicas (como el hinduismo y el budismo) tienen su origen en la India. Y a pesar de ser notables por su número de adeptos, no se han expandido con la rapidez y contundencia de las abrahámicas; a excepción del judaísmo que, con la mutilación del pene (la circuncisión) como condición y obligación para ser aceptado, se convirtió en minoritaria. Hay cartas paulinas en el nuevo testamento (biblia cristiana) que tratan este tema y que fue el origen real, más allá de imágenes y liturgias, del cisma entre el judaísmo y el cristianismo.

El hinduismo es la tercera secta con más adeptos, la superstición más antigua de la historia que surge entre el año 1500 a. C. Su retórica es más filosófica o espiritual que represiva o agresiva. Busca el control de la población de una forma más “amable”, como el budismo que surge en el siglo VI a. C. y es la cuarta con más adeptos. Ambas, apenas se expandieron más allá de sus lugares de origen, en contraste con el cristianismo y el islam. Sus mitologías son mucho menos agresivas. Porque no hay “sagradas escrituras” tan agresivas y represivas como el Antiguo Testamento de la biblia: un compendio de leyes que delimitan todo acto de libertad, intimidad, reproducción y el pensamiento de sus adeptos. En este primer libro de la biblia se pide sangre y esclavitud contra todo no judío. Yahvé es un dios celoso, furioso, colérico, amante de la extinción de los pueblos como castigo. Y el islam le ha sacado gran provecho a la retórica y mitología del Antiguo Testamento.

Las tres religiones, sectas o supersticiones abrahámicas, desde su surgimiento, han hecho mierda a la especie humana original. Y han evolucionado hasta convertirse en política; que sigue exactamente la mismas pautas de obligación, devoción, delito, condena, impuesto y obediencia al estado/dios, con el sarcástico epíteto actual de democracias.

La especie humana actual, en el siglo XXI d. C. es una cosa rara, biológicamente mamífera y de pensamiento y vida insectil, con un cerebro funcional para el trabajo, la obediencia y un servilismo auto humillante.

El estado/dios nunca ha sido inteligente, sólo codicioso, un carácter puramente carroñero. Y se ha aprovechado y parasitado de los conocimientos de los poquísimos creadores o inteligentes:

Cualquier individuo con un pensamiento libre o creativo es un exotismo, una rareza que lo confirma como la excepción a la regla y triste noticia de “todos insectiles”. De no haber sido por estas poquísimas excepciones surgidas de siglo en siglo, las actuales sociedades consumistas no existirían, sus “insectos antecesores” se habrían extinguido ahogados en sus propios excrementos hace seiscientos años.

El cristianismo, prácticamente todas las sociedades consumistas occidentales, ha llegado al nivel máximo admisible de paranoia; el punto de auto extinción por sus liturgias que enturbian y degradan la biología humana (lo poco que queda de ella), con el fin de conseguir la raza humana perfecta para su explotación fácil y económica.

Si dios es macho o hembra, no importa: se operará tantas veces de uno o de otro sexo como se auto perciba una mañana al despertar en su paraíso,

Lo inexistente puede ser imaginado como a cada cual le guste o satisfaga a su amo en el gobierno.

Si el estado/dios consigue degradar la biología de sus creyentes, el conjunto de la casta paria trabajadora; el estado/dios se erige en la institución más cercana a dios y es su portavoz en la Tierra. A estas alturas a la casta paria (trabajadora) ya no le quedaría nada de humanidad, convirtiéndose en una idiota (en el aspecto clínico) y ridícula mutación de los primeros especímenes de homo sapiens.

El antes de Cristo (a. de C.) y el después de Cristo (d. de C) es el chantaje que tuvo que pagar la ciencia al papado que ponía y quitaba reyes y legislaba naciones, copaba toda actividad política, legal, administrativa, económica y social; con especial énfasis el pensamiento de la chusma.

Si la ciencia quería desarrollarse, debía jurar que Jesucristo existió, de no hacerlo arderían los intelectuales y científicos en el infierno de las hogueras papales. Así fue como la ciencia dividió los periodos históricos en a. de C. y d. de C. En definitiva, repitieron aquellos primeros pobres científicos la existencia de un jesucristo millones de veces hasta hacer verdad de la mentira. De no ser por el pago que hicieron a la iglesia, hoy cagarían los humanos en los alcorques de los árboles sin pudor.

Pues ahora (ahorita como dicen los mexicanos) la cultura tiene que pagar otro chantaje, pero esta vez a las sectas aristocráticas del fascismo-woke (un corta y pega de los imperios papales): toda obra de arte o ensayo debe contener cierta cuota o número de homosexuales o transexuales; de no ser así, si no hay “Jesucristo”, no hay arte.

Es un ejemplo de cómo las liturgias políticas copian las religiosas con otras retóricas adaptadas a una población humana en déficit físico y mental (como lo estaba en la edad media). El mismo déficit mental y anímico definido por su acentuada cobardía y dependencia del estado/dios.

Y todo gracias a esas tres grandes supersticiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam.

Concluyendo:

Los que aún pensamos estamos abandonados porque los líderes políticos occidentales de las pseudo democracias cristianas y las aconfesionales, están viendo en las aterradoras “repúblicas” islámicas (por la esclavitud de sus adeptos al estado/dios) represivas y criminales (mutilaciones, matanzas, torturas y humillación de mujeres y ateos) una forma de gobierno que les puede multiplicar a la enésima potencia su riqueza. Esto explica la elaborada y planificada suplantación poblacional que llevan a cabo los gobiernos pseudo democráticos parasitando la sociedad occidental con multitudes de especímenes islámicos. Como está ocurriendo con inusitada velocidad en la vieja, desgastada y decadente Europa, un continente que agoniza política y ya étnicamente.

El islam es una secta abrahámica, como el judaísmo y el cristianismo; pero tiene a su favor su poder totalitario, el del terror, para extenderse por todo el planeta, como lo hizo la cristiana desde la baja edad media.

Lo importante y que no se debe olvidar: los cuerpos humanos, sean judíos, cristianos o islámicos, sangran y mueren igual. El terror se induce gracias a la ignorancia y la cobardía; pero ahí está la “raza” occidental decadente, dispuesta a ofrecer a sus hijos en holocausto a la secta que más miedo le provoque.

Ha llegado la hora de hundirse de nuevo en el oscurantismo de una edad media, pero con internet en el móvil para dar un aire de modernidad al decorado de las extintas democracias consumistas occidentales cristianas o aconfesionales.



Iconoclasta

29 de septiembre de 2025

lp--Cuando el amor se convierte en sociedad interesada--ic


El amor no se pone a prueba al follar, sino en las mañanas; cuando los amantes se enfrentan en el desayuno y deben soportar o no los ritos que en casa de “papá y mamá” llevaban a cabo cada cual.

Si uno o ambos amantes se sienten preocupados o incómodos porque en el desayuno se come una magdalena en lugar de una tostada de pan o huevos fritos, tendrán la gran oportunidad para para abandonar una relación fallida. Que se sientan incómodos con los ritos del otro, que son mucho peores e ilógicos que los propios, se convertirá en un herpes que les comerá toda ilusión futura e incluso las pasadas por el desengaño.

Y en poco tiempo ni siquiera se correrán a gusto al follar.

Si siguen adelante con la relación malograda, extrañando aquellos entrañables desayunos en la casa donde crecieron, sólo llegarán a consolidar una sociedad mercantil e hipotecaria que será además y oportunamente medicación contra el terror a la soledad.

Puro interés mezquino.

Si los amantes, o uno de ellos, no son adultos independientes y creen en su infinita inmadurez que las banales costumbres y liturgias familiares son las “verdaderas”, cuando deban enfrentar una situación importante, literalmente se cagarán encima y deberán discutir si los consejos de una familia u otra son los mejores.

A esas alturas ya estarán muertos como amantes y cada cual follará con otro u otra ajena a su relación. Y estarán, eso sí, dentro del estándar de pareja modélica de cualquier pseudodemocracia o dictadura consumista elegida al azar.

Malvivirán entre dos coches e hipoteca, e irán a votar su mierda como todo matrimonio integrado en sociedad.

Sólo los mantendrá oficial y mezquinamente unidos “los hijos” y el consabido miedo a la soledad y luego, será el miedo a la vejez y no tener a nadie “en quien apoyarse”.

Es el gran triunfo evolutivo de las sociedades humanas estabuladas en ciudades: cobardía, ruindad y un infantilismo que como un cáncer han podrido la adultez.

Si algunos humanos añoran tanto en la adultez sus ritos y supersticiones familiares, que vuelvan a casa y no jodan a nadie con sus deseos de repetir e imponer lo que vivieron. Y a lo mejor, si prueban a follar con papá o mamá, encontrarán al fin lo que siempre habían buscado en el amor: armonía, ternura y un sexo seguro y comprensivo.

Y si dios existiera o hubiera existido, haría milenios que hubiera borrado su gran error, “su imagen y semejanza” del planeta.



Iconoclasta

19 de septiembre de 2025

lp--Quien se ríe y abraza al asesino es responsable--ic

Independientemente de lo que tu estado/dios predique por mucha dictadura que sea, si loas al asesino, eres de los suyos. O le temes hasta ser indigno.

Quien la pega, tarde o temprano la paga.

Ningún israelí debe ni puede olvidar los públicos aplausos y las celebraciones histéricas de felicidad de los palestinos por las víctimas del atentado que masacró a más de mil ciudadanos israelís, que su gobierno y amo hamas ejecutó mediante tortura, descuartizamiento, violación, disparos, explosivos y cremación de niños y adultos en octubre del 2023. Se emplearon a fondo durante horas para demostrar al mundo su crueldad sin límites, y así aprendiera el pervertido y decadente occidente y perro infiel consumista lo que le espera. Y ya lo creo que han aprendido los cobardes occidentales, vista la devoción hacia los terroristas moros y el súbito odio hacia los judíos.

Si yo aún odio al profesor que en mi niñez abofeteaba a mi hermano en clase, puedo imaginar el odio que sienten las familias y amistades de las víctimas israelíes por los asesinos y quienes los celebraron.

Es más fácil odiar que amar. El odio se desliza suave y tentador por la piel, más que las risas y celebraciones de los asesinos y sus seguidores serviles.

La misma histeria de ebria felicidad que mostraron al mundo miles de musulmanes con el atentado del 11S del 2001 de las torres gemelas.

El pueblo palestino demostró ser cien por cien hamas. Con las ciudades-cuartel subterráneas que construyeron con penuria y esfuerzo bajo sus casas y calles, quedó demostrado que Palestina es un pueblo que vive por y para el terrorismo de hamas.

Ha sacrificado durante décadas su bienestar ciudadano construyendo túneles y zulos en lugar de equipamientos básicos, para servir a sus amados exterminadores de judíos, su gobierno electo “democráticamente” dicen con la boca llena de espumarajos hipócritas.

Los palestinos que han muerto son víctimas directas de hamas, en ellos se han escudado los terroristas haciendo chantaje emocional a las pseudo democracias occidentales lloronas y decadentes, ignorantes hasta auto humillarse.

Antes de reírse de los muertos israelís, mucho antes, los palestinos vendieron el bienestar de sus hijos en pro de unos asesinos que buscan el poder y su riqueza en nombre de su alá.

Respecto a las sociedades consumistas occidentales (pseudo democracias como la española) no son piadosas o solidarias, son cobardes. No les gusta y les aterra que alguien se defienda y ponga su pusilánime decadencia en evidencia. Esas sociedades que con el coronavirus, un resfriado que los estados/dios anunciaron como peste; se paralizaron y se “armaron” con los amuletos de la mascarilla, la vacuna que no vacuna y el nuevo cara al sol del siglo XXI: el “me quedo en casa”.

Y también cada pueblo, como ahora España, es culpable de odio mezquino y fariseo con sus alegrías y fobias, como lo fue el alemán de Hitler. No puede haber cerebro más podrido que el del que defiende a los asesinos por mandato político de su amo por “su necesidad y virtud”.

No, la sociedad de la Alemania nazi no es pasado, es de rabiosa actualidad, esta vez, en todo Occidente.

Quien ríe, acosa, señala, roba, agrede y humilla es responsable de lo que hace independientemente de lo que decrete su propio “ayatolá Sánchez” y cuando paguen por ello nadie gritará genocidio, será una guerra abierta. El enemigo no es un gobierno, es un pueblo, así funcionan las guerras desde que el ser humano perdió la gracia para alcanzar su actual degradación.

Genocidio es matar a tiros y hambre a la población como hizo Mao en China con su Gran Salto Adelante, los jemeres rojos en Camboya asesinando sistemáticamente a su población, Stalin en la URSS con sus Planes Quinquenales o el que llevó a cabo la Alemania de Hitler, su población eufórica de odio contra los judíos; aquellos alemanes eran responsables de los asesinatos como lo serán los españoles.

Y quien dice españoles, dice también Europa y USA.

En un genocidio la gente es asesinada sistemáticamente sin razones bélicas o estratégicas, fría y calculadamente, sin más motivo que la codicia de dinero/tierras y poder de un estado/dios propio o invasor.

Lo de Palestina no es genocidio, es una guerra abierta por ella misma. Los palestinos que huyen no son metidos en vagones para fabricar botones o peines con ellos y luego combustible. Es un pueblo en guerra que eligió su destino y tienen suerte: a los judíos los alemanes no les permitían ni huir.

Y los españoles serán responsables de sus propias muertes en una guerra o un “genocidio” como el que tanto lloran. Responsables de abrazar por cobardía y obediencia mezquina y fascista a los asesinos.

Los mezquinos españoles se cagan de miedo ante la posibilidad de ser degollados como israelíes; el gobierno español pro islámico tiene las ciudades atiborradas de musulmanes y claro, al igual que el español delataba al disidente con Franco y al que no llevaba la mascarilla del ayatolá Sánchez; ahora también delata al judío y al que no grita “genocidio”; el español de pura raza vende sus hijos al diablo por no ser degollado.

Y así, los judíos o israelíes tienen la culpa de todo por haberse defendido; pero en el fondo, este antisemitismo español es la envidia que corroe a “todas y todos”. Un pueblo que se defiende deja en evidencia a otros pueblos cobardes. Es algo inherente a la especie humana; ocurre que hay razas o etnias más mezquinas que otras. Y la española está orgullosa de ser hoy mezquina en un pódium.

En general, los decadentes occidentales consumistas sólo buscan interesadamente la simpatía de los terroristas en un vano intento por, algún día, no ser degollados también con sus hijos por terroristas moros.

Los israelíes no deberían haberse defendido para no enojar a los moros que viven en las ciudades occidentales (pseudo) democráticas. Deberían haberse sacrificado por el bienestar emocional de las naciones (pseudo) democráticas consumistas aniñadas y demasiado homosexualizadas.

Los políticos sucios de las pseudo democracias consumistas del coronavirus ven en sus poblaciones cobardes, quejumbrosas, dependientes e infantilizadas una borregada que les produce pingües beneficios con un mínimo gasto y el modelo de dictadura islámica asfixiante y de suma obediencia al estado/dios, es la meta de la política podrida y fascista que se inició con el coronavirus.

No existe cosa más vil y rastrera que un ciudadano integrado siguiendo todo mandamiento de su estado/dios con una fe tan ciega como la musulmana. Es el producto estrella de la selección de ganado humano que ha realizado el estado/dios a lo largo de los milenios.

Nadie acaba de darse cuenta de que la historia se repite cíclicamente, porque al fin y al cabo, el estado/dios pertenece a una especie endogámica y por tanto, humanamente fallida y hace las cosas mal una y otra y otra y otra vez. Por ello, los políticos sucios, corruptos, cerdos... Son una constante que surge en cada tiempo electoral o social, con sus complejos de napoleones analfabetos cuya única gracia es haber nacido de madres y padres con una genética también sucia, la endogamia de la riqueza.

Concluyendo:

Quien señala y acusa a las víctimas de los asesinos con la inmadurez infantil de una ideología inducida por los medios fascistas de las pseudo democracias, caerá inevitablemente bajo las armas y la esclavitud de los asesinos que defiende y justifica. El asesino o enemigo no le va a dar ni agua a los cobardes por mucho que lo hayan apoyado.

La chusma de la Alemania nazi ha vuelto con toda su mezquindad y miseria.

Y mientras viven y disfrutan falsas solidaridades, se olvidan de la corrupción y fascismo con el que su estado/dios les regala y humilla día sí y día también. Viven en sus peculiares guetos fascistas de realidad pervertida.

Esta época de hoy no es convulsa, es simplemente obscena para la dignidad y la ética.

Los asesinatos hechos virtud a conveniencia de un dictador y además, con alevosía e impunidad legal y ética; son feroz y mezquinamente celebrados. Una vergüenza más que adora la especie humana.

Y próximas generaciones humanas nacerán sin piernas para arrastrarse como gusanos, como consecuencia evolutiva de su obediencia rastrera.



Iconoclasta