Luna de mierda,
al observarte siento asco.
Siento odio por mis vergüenzas,
por mis penas obscenamente expuestas.
A tu luz, a tu puta luz
a tu podrida luz
a tu alabada luz.
La noche debería ser oscura
como las mentes sin cerebros,
agujeros negros que trabajan
y matan bajo la luz del cabrón rey,
del Luminoso.
Ramera barata chuleada por el Sol…
No eres un astro
ni una compañera de la Tierra,
eres un buitre que otea miseria en lo oscuro,
una lechuza deforme.
Tengo un misil que borraría la vida humana,
en segundos haría mierda la carne
y las casas.
Apunta a tu faz lechosa y pringosa;
para que mueran todos lentamente
en la ya eterna oscuridad de las noches,
abrazados a su cobardía.
Ojalá estalles y dejes de iluminar
la tierra en las noches
el planeta y sus reproches.
A los miserables y sus penetraciones…
Eres el consuelo de los cobardes,
la fantasía de los simples,
la molestia en mis retinas.
No más cochina luz,
no es bueno alumbrar lo que somos.
Revienta puta luna.
Que los locos se queden sin tu lunática visión
y que el mar muera,
y con él los animales todos
y los hombres todos.
Apágate puta del astro rey, estalla;
no lo hagas más, no luzcas.
No eres tan bella como dicen
eres un tumor en el cosmos
luces porque estás infectada,
de nosotros, de humanidad.
No me
entiendes, porque eres idiota
como el
dios que te parió.
Cuando al final
por fin el sol se oculta,
apareces tú, guarra entre las guarras.
Cerda blanca…
Y me expones de nuevo a la luz
junto con todos ellos.
¿Quieres ver la cópula de los mediocres
en sus cuartos con luces apagadas?
¿Te gusta eso, aborto de lechuza?
Eres un ojo enfermizo.
Yo que no los quería ver por unas horas,
yo que espero la noche para no saber…
Odio la luz.
Y la tuya es tan falsa como mediocre.
Revienta, luna mierdosa
y da oscuridad con tu muerte
a la noche de una puta vez.
Para siempre si puediera ser.
Quiero descansar de tanta luz
y tanta vida.
Me dueles en los ojos.
Mueves los mares y riges
menstruaciones y partos.
No es necesario que hayan partos
ni mujeres ni hombres,
no alimentes su idiocia.
Mi semen es estela de plata bajo tu luz,
pero no quiero oro ni plata,
solo lo negro.
No quiero ver que viven,
que respiran.
Necesito creer en las noches
que no se hará la luz nunca jamás.
Es mi esperanza lo que rompes.
La sangre roja por el día
tú la haces de color mierda con tu luz,
creas presión con tu gravedad en mi cabeza
y me robas esperanzas oscuras.
Tu luz no es fría,
es traidora y alevosa.
Hipócrita…
Eres solo una puta piedra
iluminada en la esquina de una calle
por un triste neón de night-club.
Y es por ello que luces
anaranjada en algunas ocasiones.
Como si el rubor de tu voyeurismo
te delatara en tu decadencia.
Iconoclasta
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