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2 de diciembre de 2025

lp--Mi muerte y mi caos--ic


No quisiera echar de menos una vez muerto mi caos silencioso e íntimo.

La muerte es la extinción de la conciencia.

Nadie flota, nadie trasciende. Nadie se comunica o manifiesta.

Es la gracia de los muertos.

Me irritan los que dicen estúpida e infantilmente que tras la muerte hay otra vida. Sería insufrible ser conciencia sin poder volver a mi táctil caos de soledad, letras, café, tabaco y pensamientos intangibles; pero ante todo, no volver a decirle cosas y acariciar a mi compañero Murf que añade una paz y belleza de nata montada a mi íntima existencia.

Es un merengue de silenciosa ternura y analítica mirada.

Odio que alguien adultere la muerte adaptándola a su cobardía innata. Es tan precisa y clara a pesar de la oscuridad que trae...

Cuando algo es sencillo y natural surgen pervertidos y cobardes arribistas que lo corrompen.

No quiero que hagan eso con la muerte, no con la mía.

Puercos... 

Y quiero morir antes que Murf, me niego a ver a otro ser amado pudrirse mientras aún respiro.

Quiero salir el primero de aquí y ahorrarme las desgarradoras tristezas que añadirán al acto de morir desolación en lugar de paz.

Así será cuando ocurra: en la foto él mirando una mesa vacía y el café por acabar.

Mejor él en la foto que yo.

Memento mori...

Y que muera la conciencia de una vez por todas, sin más tristezas.

Que morir no sea un llanto de tristeza, sólo de dolor y miedo.

Los míos.


Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.