De los variados objetos de escritura manual, tal vez sea el roller (un híbrido entre pluma estilográfica y bolígrafo por su trazo) el que requiere más esfuerzo, habilidad y cuidado para escribir con rapidez y dar legibilidad al texto.
Porque el roller tan suave, tan nítido y tan fina y bien calibrada la bola de trazado; literalmente resbala en el papel, e incluso derrapa espectacularmente.
Su trazo es mucho más sólido y preciso; pero esa rapidez te puede sacar de quicio si pretendes escribir relajadamente.
En definitiva, el roller es para competir en velocidad.
Y pluma, boli y lápiz para recrearse y relajarse.
Si eres tan hábil como yo no hay problema con el roller; pero si al escribir tomas entre los dedos de forma rara y exótica (esas que están de moda gracias a los zurdos del cine; la inclusión es irritante por imbécil) tu procesador de textos y sus sufrimientos; y además sacas la lengua al escribir, será mejor que uses un bic transparente, de esos que tienen la punta del tamaño de una canica para niños con las manos grandes y te dará menos disgustos, cansancio, vértigo y sus mareos.
Y si no te importa ser efímero, un lápiz con la punta tan roma, que en lugar de escribir, pareciera que esculpes como los Picapiedra sus notas.
Y ya.
Ponte a escribir y déjame en paz.
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.
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