Y una mierda.
¿Y los que han muerto?
Más vale tener las hojas bien afiladas. Si un cuchillo no corta, no comes.
Es solo una ley básica de supervivencia. Todo consejo es bienvenido cuando una gran parte de la población piensa que el gps del teléfono le podría dar de comer sin más esfuerzo que abrir Google maps. Cuando los adultos y viejos cantan que todo va a ir bien, escupiendo a los muertos en una burla preñada de hipocresía cobarde y venenosa.
No hay final feliz, no está ocurriendo semejante cosa. Y cuando acabe, el recuento de muertos no será motivo de orgullo o alegría. Nada habrá ido bien.
La longitud y el buen filo de un cuchillo pueden marcar la diferencia entre el hambre y la comida, entre el más débil y el más fuerte. En definitiva, entre vivir y morir.
Por otra parte, usar un cuchillo es menos agotador que ir olfateando los contenedores de basura en tiempos de crisis.
La inmovilidad y el miedo, matan a más gente que cualquier enfermedad.
Si algo lo demuestra, son los campos de exterminio nazi y la obediencia de los judíos.
Y es que la obediencia ciega se debe a una ingenuidad fruto de una decadencia social que provoca dependencia hacia el brujo de la tribu o el puto presidente de una nación.
La ingenuidad lleva inevitablemente a la humillación y tras unos días de vida de mierda, a la muerte.
De morir no te libras; pero de la humillación… Bueno, es una cuestión de cojones, seas macho o hembra (podría decir de valor; pero no me sale de la polla).
Un síntoma de decadencia en una sociedad es el excesivo número de amistades que cada individuo ostenta, siendo necesarias para soportar su mediocre y triste existencia; porque si se queda solo, se muere de asco de llegar a conocerse.
Otro síntoma, tal vez el que demuestra definitivamente que los individuos de esta sociedad están absolutamente castrados, como animales de granja talmente, es la ostentación y alarde que hacen de su cobardía en nombre de la paz y las buenas vibras.
No es nada nuevo, desde hace siglos por ejemplo los machos, se van a follar con putas en grupos. Ni eso son capaces de hacer solos.
Cuando la chusma precisa para sentirse protegida que, cualquier imbécil de sus congéneres le diga que todo va a ir bien y le creen, es que la sociedad ha descendido ya muy abajo por la vertiginosa curva de la decadencia y degradación social.
Sus individuos adultos y viejos, se escudan en las palabras “todo va a estar bien” cuando todo se derrumba.
Y cantan y hacen cosas infantiles, inservibles y banales en sus últimos momentos de bienestar, justo unos segundos antes de ser arrollados por una destrucción para la que no están anímicamente preparados por esa cobardía con la que se les ha castrado durante años y años de adoctrinamiento generacional.
Hacen como que no sucede la muerte y tienen un miedo que se cagan, dan las gracias servilmente a las cajeras del supermercado por “estar ahí” con toda su irreprimible cobardía y escuchan las noticias con el corazón en un puño.
Es repugnante, es asqueroso que mientras muere gente a miles, los adultos de mierda se dicen a sí mismos que todo va a ir bien.
Nótese la repugnante hipocresía y la mierdosa solidaridad: solo si ellos viven, todo irá bien.
¿No notas un vómito subir a la boca?
Nada va a ir bien, mientras pronunciáis el mantra de la cobardía y lo creéis, están muriendo, lelos. ¿Qué es lo que puede ir bien?
No eduquéis a vuestros hijos en la cobardía, los pusilánimes no tienen nada de que sentirse orgullosos.
Ignorar la muerte de otros, es tanto como celebrarla.
Y la ignoran por ese miedo que demuestra lo necesaria que es desde ya una selección natural.
Los que no sean demasiado ingenuos unos minutos antes de morir concluirán que la sociedad está acabada.
Cuando se ha constatado que la sociedad ya está en proceso de derrumbe, llega la violencia, la destrucción, el hambre, la sed, más enfermedad y las muertes sin funerales (como ya estamos acostumbrados a verlo en países africanos y algunos asiáticos; no debería sorprender a nadie, no es ninguna novedad el proceso de la muerte de una sociedad).
Cuando han muerto los necesarios, comenzará otra reconstrucción social. El resultado de la nueva sociedad dependerá de si los que quedaron vivos para realizar semejante tarea, eran más o menos idiotas. Suponer que hubiera alguno inteligente, sería cometer otra ingenuidad nivel “todo va a estar bien”.
Es el proceso de toda civilización o sociedad: crecer, decaer, morir y reconstruir para volver a crecer hasta el próximo apocalipsis.
¿No es maravillosa la simplicidad y claridad que otorga el hábito de lectura y pensar por uno mismo sin escuchar al imbécil que dice “todo va a ir bien”?
Nada ha ido bien, lelos.
Nada va bien mientras mueren seres bajo vuestras engalanadas ventanas de mierda con dibujos de patéticos arcoíris.
Ya nada puede ir bien con los que han muerto, gilipollas.
Si no se odiaban, si no los han matado ellos, los muertos no son para hacer fiesta; no si el cerebro está sano, hijoputas.
Zoi hun jenio…
Por otra parte me gustan las mujeres con lencería translúcida, si son morenas en blanco, si son rubias en negro para que haya contraste.
Están preciosas y follables con esas indiscretas blondas revelando sus pezones y sexos.
Me gustan de verdad.
Ñam…
Nada está bien, ni irá bien. Solo sumaremos muertos mientras follamos.
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.
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