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28 de octubre de 2016

La manzana



Muerde la manzana, ansiada mía.
No te prometo sabiduría.
No habrá un conocimiento profundo.
Ni serás más hermosa.
No dormirás.

Muerde la manzana y que tus muslos tiemblen convulsos ante mi mano que los acaricia. Muérdela y perderás todo pudor a mi posesión ávida y feroz.

Muérdela para que tu alma sea mía y mi pene se haga enorme dentro de ti. Que te veas arrastrada a un placer demencial y grites narcotizada clavando de desesperación los dedos en tus pechos.

Soy un satanás que ama hasta lo más profundo de tu coño, que deja gotear su baba en él.
Soy una leche ardiendo que rezuma por nuestra cópula goteando la tierra lentamente desde tus nalgas.

No basta que me ames, quiero narcotizarte como nadie pudo imaginar.
Que sea yo lo único que exista en el universo y me tengas aprisionado en tu vagina hambrienta. Quiero estar clavado en ti, y que tu boca mame mis dedos mientras tu pelvis golpea con fuerza la mía.

Muerde la manzana, como si fuera mi rabo de glande empapado, viscoso... Y hazme daño, dame dolor para que me hunda contigo en lo más profundo de un deseo desintegrador.

Muérdela con tus dientes, besa la manzana en mi mano con los labios de tu coño inmenso.
Viaja conmigo al placer desatado, a la negación de todo lo que existe a nuestro alrededor.
Separa las piernas al morderla y ofrécete descarada como la puta más deseada.

Seré tu gusano, tu esclavo, tu polla cauterizante que tus labios sexuales lamerán hambrientos.
Muérdela y arráncame el puto corazón si así lo deseas.
Muérdela y el esclavo seré yo.

Soy un satanás goteando en tu boca, infame, impío.
Amándote hasta la desesperación.


Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu texto me provocó este corto poema:

Aradia Cassandra de Hyde
2 de noviembre ·
Yo quiero ser la maldita manzana,
la que muerdes con fruición,
la que te empapa con sus jugos calientes.
Yo quiero ser la sacrílega manzana,
la que te narcotiza con sus efluvios,
la blasfema y terrible manzana
que yace en un tarro de mermelada.
Yo quiero ser la impúdica manzana,
esa en la que clavas tus dedos
mientras el universo se hace inmenso,
grande como una gota de semen
que cae en un diáfano llanto.
Yo quiero ser la maldita manzana.

Iconoclasta dijo...

La manzana que comería feroz, que saborearía con la lengua del diablo.
La manzana oscura que se halla entre las piernas deseadas, húmeda...
Siempre tan potente e indecente con tus letras.
Es un lujo, es un placer, es una masturbación en la oscuridad.
Besos.