Moriré como un pájaro enfermo o viejo que
espera la muerte en lo alto del tejado de una casa. No compartiré nada de mi
muerte.
No más compartir, la muerte es mía y solo mía.
Dejaré que el agua de la lluvia arrastre lo
que me queda de vida en soledad, con mis plumas desordenadas y apagadas;
caóticas de enfermedad, vejez y muerte.
Sin miedo y sin llantos. Ignorándolo todo y a
todos como si el resto del mundo estuviera muerto; como si nadie hubiera
existido jamás.
Soy único e irrepetible, conmigo muere una
especie. Y nadie asistirá a mi muerte para humillarme o arrebatar mi
protagonismo en mi propia historia. Que se joda la especie humana, porque no
dejaré nada de mí que se pueda aprovechar, ni siquiera el ridículo.
Nadie tendrá la posibilidad de reír mi muerte,
cuando se den cuenta, seré plumas enganchadas en el asfalto. Solo eso.
Sueño con ser ese pájaro enfermo bajo la fría lluvia,
sin importarle el afilado viento. Por encima de todos muriendo.
Con el cuello plegado
sobre el buche para apagarse sin mirar a nada o a nadie.Iconoclasta
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