El otoño es el Sr. Melancolía que suaviza las estridencias de nuestra vida para prepararnos a la crudeza del invierno.
¿Qué sería de la cordura humana si pasáramos de la calidez a la gelidez al instante, sin tener tiempo de evocar y añorar tiempos amables; consolarse de que llegará la templada luz y su color de nuevo?
Tiempo para crear esperanzas y despedirse un poco más relajados.
Y pienso que algo falló en mi concepción porque siento la tristeza de que el otoño es tan breve…
Saludo al Sr. Melancolía con un “¡Al fin, jefe! ¿Por qué ha tardado tanto?”.
Nací gris y quiero mi mundo gris.
Soy congénitamente melancólico, es posible que naciera un poco muerto.
Un ser de sangre fría…
Son cosas que no se pueden elegir. Y está bien, no me molesta.
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.
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