Powered By Blogger
Mostrando entradas con la etiqueta toque de queda marcial. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta toque de queda marcial. Mostrar todas las entradas

29 de abril de 2021

La lluvia de la prisión nocturna fascista


En las noches del toque de queda marcial del nuevo fascismo español, a pesar de la maravillosa lluvia, las calles huelen a rancio, añejo y mierda.

La lluvia no puede con toda esa indignidad que cubre como un manto de mierda las calles nocturnas de prisión. No puede la pobre lluvia, arrastrar el hedor de la dictadura y su cobardía. Su asfixiante presión.

No es por el bozal (o mascarilla como pretenden que se le llame) por lo que cuesta dios y ayuda respirar; es por los mezquinos carceleros que lo apestan todo. La dictadura pudre hasta la mismísima lluvia. Pobre amiga…

En mi pueblo la lluvia no es ácida, es tóxica y huele a excrementos y suciedad de prisión. A viejas muertes que ya nadie recuerda de otra dictadura cuyas estelas de olor a mierda, siguen flotando en el aire como las de los reactores en el cielo.

Y así una noche, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra… Hasta inevitablemente vomitar desde el balcón a la sucia calle fascista empapada de miserias. Literalmente el dedo del fascista que te lleva a la náusea.

Mierda con mierda se paga.

Mi pobre lluvia que han podrido…

Buenas noches de mierda a los puercos.





Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


3 de abril de 2021

Noche marcial en un gueto español


Un gueto cualquiera en el estado fascista español, en cualquiera de sus taifas autonómicas gobernadas por severos caciques.

Son las 21:30 y la calle está desierta, silenciosa, muerta.

Las viviendas nunca han guardado tanto silencio por el temor a la policía y al coronavirus, se diría que alzar demasiado la voz les podría llevar a entrar en tu casa derribando la puerta, a ambos.

En los campos de concentración y en los guetos, el silencio absoluto es cuestión de supervivencia.

Tan solo las amenazantes y tenebrosas patrullas de la policía política del nuevo y normal régimen fascista español del coronavirus, rompen el silencio momentáneamente al pulular a la caza de aquellos quienes intentan salir de la prisión en la que han convertido las viviendas del gueto.

Sin embargo, las calles lucen más brillantes que nunca: han mejorado la iluminación nocturna para evitar sombras que puedan ocultar a los que intentan conseguir unos minutos de libertad. Joderlos como sea es su única misión.

Hay mucha luz para que la policía política del régimen ejecute sus sentencias apoyada por una maligna red de delatores, como en todo régimen oscuro; negro como cruces de la SS.

Los campos de concentración de la España Fascista y sus Taifas Autonómicas gobernadas por feroces caciques, son obscenamente eficaces en quebrantar libertades y derechos.

Aunque las fuerzas fascistas lo tienen fácil para realizar sus acosos, represiones y encarcelamientos; mucho más que en los guetos de Varsovia en la Segunda Guerra Mundial. Los habitantes de un gueto español, con total seguridad respiran con un bozal en el hocico dentro de su propia casa (como en el campo, lejos de cualquier control) y les han educado en el lema: “la libertad es enfermedad”.

Los han amaestrado bien: se sienten protegidos como antaño en aquel longevo fascismo de Franco con el que vivían mejor.

Tras las nueve horas largas (se encierran ellos solos antes de la hora) de prisión nocturna, los habitantes de los campos de concentración españoles volverán a sus trabajos (quienes tengan), encenderán los receptores de televisión o atenderán el teléfono móvil para escuchar los bandos matinales del Nuevo y Normal Régimen Fascista Español del Coronavirus que, como cada mañana les anunciará que durante la noche (a pesar de las calles desiertas y muertas de todos los guetos del reino fascista) el número de contagios ha subido pavorosamente, por lo cual continuarán vigentes las leyes marciales de prisión nocturna y anulado todo derecho fundamental. El bando diario del fascismo se despedirá hasta una nueva emisión con su lema de estado: “La libertad es veneno. Fascismo forever).

Y el adoctrinamiento del miedo en las escuelas de los guetos proseguirá de la mano de maestros afectos al régimen, de esos que creen con fe ciega que podrían morir si al caminar por la calle, se les desprende del morro el bozal (aunque en su ingenuidad, le llaman mascarilla).

Maquiavelo debería leer esto, eyacularía en el tercer párrafo.

–¡Shh…! ¡Silencio, la bofia se aproxima!

(Extracto de “Las noches en el gueto”, diario de Iconoclasta Frank)






Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.