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21 de agosto de 2023

lp--Envidiar a las mariposas--ic


No puedo entender las mariposas del estómago; pero sí son razonables las imposibilidades que surgen de amarte dando vueltas en mi estómago como náuseas.

Las mariposas son la antítesis de desearte: su sutileza y mi densidad. Su volatilidad y la gravedad que me hunde década tras década en la tierra. La inmovilidad de una estrella que se consume alumbrando lejanamente las cumbres de tus pechos y ellas tan volubles volando de flor en flor.

De las mariposas adoro su belleza y volubilidad. Su universo, donde hay tantas flores.

Aquí existes solo tú, no hay más flor.

Tal vez sea que más que adorar, envidio su fugacidad y volubilidad.

No puedo ser como ellas, en mi cosmos es obscenidad.

Sin embargo, el no esperar.

Una vida sin vértigos, de luz…

Nací demasiado longevo, demasiado pesado.

Quien fuera ellas…

Una de las dos especies no tiene futuro, o es negro como la tumba en la que me hundo.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


27 de junio de 2020

Mariflores


¿Y si nacieron flores y luego quisieron ser mariposas?
¿Se las podría acusar de vanidosas, envidiosas, ambiciosas?
¿Las castigaría un dios por querer ser libres?
Como maldijo a Eva…
Las convirtió de nuevo en flores porque él no las creó así. Ese dios furioso no concedió permisos de ese tipo.
Estoy seguro de que cuando llegue la noche, se desprenderán de sus tallos y volarán libres toda una vida de unas horas.
Imaginarlo es un drama hermoso ¿verdad?
Existencias de las que solo estoy seguro ahí, dentro del bosque; cuya soledad susurra imágenes e ideas profundas y extrañas que hacen héroes a seres que a nadie importan si no están en un jarrón o en un ramo.
Las mariflores tienen una longevidad azarosa, a veces revolotean en mi pensamiento unos segundos hasta que un águila vuela bajo y letal entre los árboles, otras veces me acompaña la tragedia hasta que queda debidamente asentada en la libreta de la vida.
No puede hacer daño una caída controlada a los abismos de la magia y la peligrosa ingenuidad.
Porque cuando emerjo a lo humano, se acaba la magia y la realidad lanza un directo a la boca del estómago que provoca una náusea. Tal vez, me golpeo yo mismo. Sino tuviera una férrea disciplina, haría tiempo que habría caído en coma viviendo en un engañoso y hermoso bosque de mariflores y dioses malos como un cáncer.
O no… No tengo suerte: me hubieran desconectado enseguida. Lo bueno se raciona severamente y se paga con dolor, lo malo es pródigo y gratis.
Las mariflores piensan lo mismo en su tallo esperando la noche.






Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.