Dios debería reverenciar al ser humano que lo creó. Y no al revés de mierda.
Un hijo de puta vago y débil lo creó basándose en los idiotas que lo rodeaban, la manada a la que pertenecía. Y acertó, aquellos simples se creyeron toda la basura que se inventó para convertirse en el que “cotorrea con dios”.
Y claro, se repitió la mentira durante tantos millones de veces durante miles de años que, se convirtió en un vapor milagroso en el cerebro podrido de una masa humana infectada por el charlatán.
No fue más que un gran tumor que llevo a la indignidad a la humanidad. Y al ridículo.
Esto explica la actual sociedad y degradación como especie en el planeta.
Como última reflexión, explicado el origen de la perversión de la actual especie humana respecto a la original: ¿Creen, influenciados por aquel primer paria hechicero, que los gusanos que se comen la carne de los cadáveres son ángeles que conducen las almas al cielo?
La verdad de la vida y la muerte debe decorarse con plumas y oropel para que la chusma no llore toda la vida temiendo, ya que deprimida, rinde menos al estado/dios.
Dios debería lamer mis pies, o su hijo, me da igual.
O el jerarca de cualquier nación elegida al azar.
Y si fuera hembra, una mamada estaría bien.
Así es como Dios debe reverenciar al ser humano, como por ejemplo a mí.
Iconoclasta
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