Una vez has conseguido describir y escribir con exactitud lo que piensas, sientes, deseas y temes, no podrás dejar de hacerlo.
Codificarse en precisas palabras para conocer lo que un día fuiste, y luego descubrirte; es el sorprendente y más importante conocimiento.
No eras consciente de qué y quién eras en aquel momento o lugar, no te habías detenido para hurgarte dentro.
Cambiamos constantemente con las experiencias que vivimos, con sus accidentes, decepciones y alegrías si las hubiera.
No importa que no te guste lo que descubres de ti escrito en un cuaderno, importa conocer al verdadero bastardo que fuiste y mutó a algo, aún pendiente de su descripción por ese extraño a ti mismo que eres.
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.
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