Los hay, dicen, que se miran el ombligo.
A mí no me pasa. Me hipnotiza el tuyo e imaginar que lo penetro con la lengua inundándolo de mi baba animal espesa y cálida, cuyo río verterá en tu coño arrastrándome.
Con tus dedos aferrados a mi pelo contienes el aliento en el lento descenso a lo inevitable, mortificándome. Provocando el hervor de la leche en mis huevos pesados, doloridos por la presión del atávico deseo acumulado.
Me importa una mierda mi anodino y estúpido ombligo.
Estoy caliente y la tengo dura ¿Cómo cojones voy a mirarme el ombligo, si mi rabo colapsado de venas y espasmos domina la horizontalidad y verticalidad de la bestia abriéndose paso hacia tu alma carnal?
Quien se mira el ombligo no alcanza a intuir el acto de follar. No lo entiende.
Amarse uno mismo es el consuelo de los incapaces.
Un dinero metido en un coño a cambio de la vejación de ambas partes.
Un consuelo sórdido y patético de fracasados.
Solo miro tu ombligo, el camino directo a tu coño.
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.
2 comentarios:
Qué barbaridad de texto, de hombros y de clavícula...una termina hasta envidiando el aire que te envuelve, Ico 💋❤️💋❤️
Hombros y clavículas... Son tus coordenadas poéticas y proporciones áureas, con las que llenas mis espacios en blanco, como una divinidad cuyo ombligo hipnótico danza extraños ritos de amor y carne.
Lo malo no es envidiar lo malo es mi deseo que describe elipses que orbitan de la ternura a la obscenidad en un caos enloquecedor. Estás en todas partes... Qué locura, Alex... ❤️💋❤️💋❤️💋
Publicar un comentario