Toda esa chusma religiosa y votante da mucho miedo. Tengo la sensación de caminar entre psicópatas analfabetos asesinos. Deformes mentales por endogamia…
Los mismos que quinientos años atrás acudían en familia a disfrutar comiendo y bebiendo de las ejecuciones de gente inocente acusada de brujería o de matar un jabalí sin permiso, de la forma más cruel en las plazas de aquellas enfermas y sucias ciudades.
Es como si la mezquindad se reencarnara una y otra y otra y otra y otra vez…
Actualmente las sectas ciudadanas del voto y la obediencia al estado que se agrupan en izquierdas -comunismos y socialismos destructores del individuo y la creación- y derechas -facciones nacionalistas, chauvinistas o racistas-, siguiendo instrucciones de sus actuales amos nazis homosexuales sanitarios, apoyaron y ejecutaron con gran fanatismo y orgullo “cívico” la segregación racial de los no vacunados por coronavirus, considerándolos gracias al adoctrinamiento propagandístico del nazismo homosexual sanitario español, el origen (en el colmo de la imbecilidad humana) del coronavirus (creado realmente por los propios gobiernos para instaurar las actuales enloquecidas dictaduras de carácter homosexual sanitario).
Millones de personas de baja formación cultural e intelectual (básicamente la mayoría de la casta paria o trabajadora) aplaudieron a sus jerarcas nazis, carceleros y sanitarios del gobierno, en una gran orgía global de un euforizante nazismo renacido.
Y su vacuna ansiada, tan solo era una hostia con la que comulgaron con el nazismo marica sanitario. Porque no vacuna.
La chusma o masa votante se embruteció como un solo animal gigantesco y rindió culto religioso y sexual a sus burócratas nazis, en silencio por un bozal que los humillaba y les dificultaba el habla. Permitió con decadente pasividad el perdón y premio de corruptos y traidores miembros del gobierno que alcanzaba a amistades y familias de los dirigentes nazis homosexuales sanitarios.
En poco menos de dos años, la población del siglo XXI, sobre todo en España y Europa, descendió al nivel de ignorancia, superstición, cobardía y mansedumbre de la chusma de quinientos años atrás, de los siglos, XV, XVI y XVII.
Miles de generaciones en todo el mundo se ensuciaron de mezquindad sectaria y miserable moralina. De una nueva idolatría postrándose, hincándose ante los genitales de sus amos en el gobierno. Cediéndoles además a sus hijos para ser adoctrinados, alimentados con la ideología alimentaria nazi homosexual sanitaria y sexualizados por ese nuevo nazismo que se impuso con el coronavirus.
Actualmente los librepensadores están vetados, censurados por los estados nazis homosexuales sanitarios (todas las democracias pre-coronavirus). En peligro de ser linchados y asesinados por cualquiera de las turbas adeptas al nuevo nazismo que son mayorías absolutas en todos los países de La Tierra, ya sea con retórica de izquierdas o de derechas.
Ese ansia de la gente de pocas luces o poca cultura por creer en el más allá, en lo paranormal, en las supercherías religiosas, sectarias o paganas, etc.. Indica el alto grado de vacío y frustración que hay en sus vidas. El nazismo homosexual sanitario ha sabido rellenar esos huecos.
Desde los primeros asentamientos humanos, la especie humana comenzó a degenerar hacia el comportamiento insectil. Esa forma de humillar al individuo va contra la especie humana, es instintivo. Por ello, la chusma o población mundial trabajadora, está sometida a una constante educación y adoctrinamiento de carácter ganadero-veterinario. Influyendo con los medios informáticos y audiovisuales en las costumbres, sexualidad y alimentación de las masas humanas trabajadoras.
Lo que explica toda esta fe inquebrantable en los modernos gurús o brujos tribales multimillonarios, que propagan su falsa cultura que es, ni más ni menos, que el mismo oscurantismo que todas las religiones mayoritarias del mundo practicaron con sermones supersticiosos.
La sociedad que mantiene esta humanidad mezquina ya no le puede ofrecer más que la misma banalidad todos los días y sus cerebros lerdos no atinan a comprender esa alarma que su instinto primigenio les lanza; son incapaces de comprender cuál es su mal.
La inusitada violencia que ha surgido entre la ciudadanía, es un síntoma.
Cree la gran mayoría que hay un mundo nuevo esperándoles cuando mueran. Necesitan lo sobrenatural para dar interés a sus vidas que se ha convertido en la misma monotonía químico-eléctrica de los insectos.
El homosexualismo ideológico del nazismo sanitario es una doctrina y una experiencia mística para que hombres y mujeres, niñas y niños se entretengan en investigar y pervertir su sexualidad; llenando así sus espacios mentales en blanco durante un rato y se mantengan decadentemente mansos y obedientes. Un tiempo que los gobiernos nazi sanitarios homosexuales usan para preparar nuevas enfermedades y vacunas. Nuevos medios ganaderos y doctrinas con las que controlar una población ya deforme, radicalmente distinta de la especie humana original.
Una vez has observado y experimentado la mezquindad humana no puedes dejar de verla continuamente. La experimenté como una mala y sucia película pornográfica cuando todas esas masas quejumbrosas y lloronas, se apiñaban para recibir la hostia nazi homosexual: la vacuna. Con el bozal en el hocico para no hablar, solo escuchar. Y enfermarse con una respiración podrida y un pensamiento pusilánime para continuar siendo dependientes del Nazismo Sanitario por el tiempo que les quede de vida, cuando al final serán procesados sus cadáveres como fertilizantes o piensos.
Los monstruos existen y son peligrosos por su envidia e ignorancia feroces. Son miles de millones.
Me siento maldito, acechado por esos monstruos terribles, los anodinos y hambrientos de ser pastoreados y no pensar.
A lo largo de la historia la chusma mezquina (la baja población, la trabajadora) ha pedido muerte y sufrimiento para los que son superiores en inteligencia, en cultura u ostentan creatividad o libertad en su pensamiento. Y también han pedido, la muerte y el sufrimiento ajeno, a su amo el gobierno como mero entretenimiento.
La decadente Roma ha surgido de nuevo…
Ocurrió lo mismo hace un año: pedían hambre, cárcel e incluso muerte para los que decidieron no vacunarse. Lo pedían con furia, creyendo firmemente que los no vacunados eran los culpables de todo lo que ocurrió. Como los alemanes de la era nazi pedían la muerte de los judíos, con la misma bestialidad, con la misma envidia, la misma ignorancia; pero sobre todo, con la misma obscena mezquindad que no ha podido abandonar la especie humana desde los siglos imperecederos en los que se comenzaron a crear grandes concentraciones humanas, ciudades que en la práctica son simples granjas donde se estabulan, amansan, seleccionan y adiestran a los humanos que las llenan.
Algunos vacunaron a sus hijos con urgencia. Y algunos hijos murieron; pero las estadísticas nazi homosexual sanitarias los consolaron: solo eran unos pocos.
Y las líneas genéticas de la mezquindad, siguen siendo seleccionadas con absoluto y estricto control por los líderes del nuevo Nazismo Homosexual Sanitario Mundial.
En España, a ocho de enero del dos mil veintitrés, Tercer Año de Gobierno Nazi Homosexual Sanitario.
Iconoclasta
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