Hay gente con suerte y no como yo.
Gente que ha vivido y amado los desiertos, las áridas estepas, los mares más tormentosos y la tierra helada.
Si hubiera nacido en el lugar y momento adecuados, tal vez hubiera tenido tiempo y medios para conocer esos lugares.
Mantengo un moderado rencor hacia mis padres, no puedo dejar de pensar que soy hijo de la mediocridad aunque ellos, como todos los padres, pensaban que cualquiera de sus hijos podía ser único y no la mediocridad que refleja todos los días el espejo, cuando me arranco las legañas y luego limpio con saliva la sangre.
No sé si hubiera tenido cojones, aunque me temo que sí. Y que ya estaría muerto. Ser valiente tampoco es un certificado de aptitud.
Mi gran logro en la vida ha sido caminar durante algunas horas sobre una pierna podrida. Follar no es un logro, es algo que ocurre quieras que no, siempre hay alguien con mal gusto.
No es deprimente, solo triste, yo no me deprimo ni ante Jesucristo vomitando sangre, ni ante el bebé que se descompone.
Soy absolutamente ira y rencor por todo aquello que jamás haré.
No me voy a ir dando gracias a la puta vida, aunque como dicen algunos, deba sufrir más por esa ira. No pueden hacerme nada que no me hayan hecho ya.
Mierda… Puta mierda.
Y podría ser peor si me rompiera una uña.
Las uñas son las cosas que más duelen ¿Te has rasgado alguna vez una uña con una púa de acero que surgía de una persiana metálica? ¿Te han taladrado una uña para drenar un edema por aplastamiento del dedo? ¿Te han arrancado una uña de un tirón?
¿Has gritado alguna vez a la luz de la luna “hijos de puta”?
Los dientes no duelen tanto, cuando se pudren te llevan directamente a la locura y encuentras tornillos de ti mismo en la almohada.
He aprendido que la locura es mejor que el dolor.
He aprendido que soy un mierda.
No, no he conocido ni un solo desierto, solo he conocido miseria y mierda.
Es triste y vergonzoso reconocer toda una vida de monotonía que ha pasado lenta y estéril.
Podría hablar de la alegría del amor y de un hijo; pero no me sale de la polla; yo no me consuelo tan fácilmente, he llegado a viejo por no ser un pobre iluso. O por que el planeta y lo que lo habita, no ha sabido como matarme aún.
Iconoclasta
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