¿Has visto, mi amada, lo que hace el sol con las montañas? Les arranca el aliento, las somete, evapora sus humedades.
Eso haré contigo, mi amor, te cubriré, te arrancaré el alma metido dentro de ti embistiéndote como si fuera el último día de mi vida, haré que de tu boca se escapen gemidos formando nubes de vida, de tu sagrado ser, nubes que difuminarán los pezones de tus montañas paganas.
Arrollándote con mi deseo, con mi hambre paleontológica.
Los lobos de tu vientre aullarán y yo seré un sol abrasando tu cuerpo, bebiéndote.
Bombeando en ti hasta que la niebla nos cubra y llegue la serena inconsciencia de los derrotados.
Seré sol en tu cuerpo, en tu alma, en tu vida...
Que aúllen los lobos de tus blasfemas montañas ante la brutal violación de las leyes de la cordura.
Que aúllen los lobos a la atávica violencia de la posesión, seamos bestias con las bestias.
Astros junto a las deidades.
Iconoclasta
Ilustración (lobos) de Sacrila
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