Tengo
tantas cosas aún por hacer, contar tus cabellos, averiguar que tanto crecerá;
limar tus uñas y decorarlas con algún brillo. Suavizar las manos para que no
pierda tu tacto y así, cuando me acaricie con tus propios dedos se asimilen
solo un poco a la dulzura con la que solías dejarme atónito.
Me gusta el
brillo en tus labios, mujer. Y luego beberme el sabor artificial que deja el
labial en mi boca, en mis dientes después de apretujarme a ti, clavando mis
dedos en tus mejillas para no separarte y arrancarte hasta el último aire con
un jalón de dolor.
Te ves tan
tranquila, como esperando la palabra.
Pues te la
digo: te juré permanecer contigo siempre y decidí solo amar una vez para no
perder el tiempo en otros lados. Tengo
que separarte los cabellos del oído para que sientas mi aliento tibio y te
olvides de una vez por todas del frío.
Mira como
resbalan mis dedos por tu cuello y como te dejas asfixiar por mi mandíbula. Te
perdías en una blanca mirada turbia y tu corazón parecía descender hasta tu
coño húmedo para latir desde ahí en lo más intenso de tu placer. Mi lengua
aspira vida a cambio de placer. Sé que no dará resultado.
Déjame
abrir tu ropa y besar tu cicatriz.
Siente,
vida mía, siente…
Levanta esos
pezones como cuando presentían mi boca a unos centímetros.
Ahora esta
negra puntada atraviesa tu pezón y le dibuja un gesto triste…¡Hijos de puta!
Yo no
quiero esta enorme “y” de carne en tu pecho que hace rizos de piel en un camino
oscuro y lastimado. No han tenido cuidado. Mira que cortar así, sin oración ni
plegaria; sin arrepentimiento en el último punto.
Liberaré este ardor que llevas. Con un beso y el filo de mis dientes romperé
el hilo que cose tu vientre.
Eres
hermosa, mi vida.
Tantas
veces estuve ahí dentro y tu, envolviéndome en tus contracciones del orgasmo,
dilatándote, irrigando existencia a tu clítoris a mi pubis.
Tengo tanto
que hacer, armar y desarmar, mi trémulo rompecabezas.
No, no
abras tus ojos que no estoy preparado para enfrentarme a la opacidad de una
mirada que desconoceré. Aún no, por piedad.
Eres peor
de lo que imaginé. Tu vida en algún rincón de esta sala haciendo burla de mi
labor mientras me desgajo en sueños tratando de buscar en un resquicio algún
pulso en medio de esta enorme naranja desgajada de la que te has disfrazado.
Y sonreirás
guasona de verme envuelta en ti, con olor a tus vísceras y sin otro lubricante en
mis dedos más que el pus que encontré en tu vagina.
Pero me
excitas, mi vida.
Te llenaré
de nuevo los pulmones que te han vaciado, volverás a derramarte de mí hasta que tu nueva
lubricación me cubra la pena y seamos un mismo cuerpo.
Cúbreme con
tu piel, no podría ser más literal. Permite que pueda dormir en el hueco de tus
costillas, encerrarme por dentro, emparedado en ti bajo tu carne, con mi glande
eyaculándote desde dentro, rasgándote otra vez.
Así… para
burlarnos juntos un día de la broma de tu abandono.
Aragggón
060620121315
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