Iconoclasta, provocación y otras utilidades para escapar del negro abismo del agobio.
9 de noviembre de 2011
Tentación
No hay nada elegido al azar. Cada gen, cada trozo de piel y cada cabello han sido diseñados por algo o alguien no-humano con una concepción desmesurada y alienígena de la provocación.
Alguien la programó para que la tela negra que cubre sus pechos, resbalara por su piel y mis humanos ojos asistieran a un eterno discurrir del deseo.
No tengo alma, la he vendido por ella.
Su piel es blanca y repele el negro encaje, provoca la destrucción de la tela por manos y bocas colapsadas y crispadas de una tentación ya delictiva.
No sé distinguir la imperceptible frontera entre la desesperación y la tentación.
Solo sé que soy un bálano herido de lujuria del que cuelga una gota densa sin llegar a desprenderse nunca.
Ella es mi tentación, y mi tortuosa gota que busca su blanca piel para extenderse.
Para evaporarse.
Iconoclasta
Por y para Aragggón.
Modelo: Aragggón.
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