Iconoclasta, provocación y otras utilidades para escapar del negro abismo del agobio.
10 de noviembre de 2011
Dulce desidia
Tal vez mi reina está cansada, tal vez sea el bendito desfallecimiento tras la escalada al placer.
O el descenso… No sé donde se encuentran los polos, ni el sol, ni la tierra cuando mi semen empapa mi pubis o el de ella.
Solo me guía su cuello indefenso y vulnerable, una vena que late potente y tranquila.
Son mi cénit sus labios de pura carne suave y tierna, congelados en un suspiro.
Hay quien se siente Dios por su poder, otros por su sabiduría, otros por su bondad.
Yo no, yo soy Dios porque congelo el más bello instante.
Yo soy su Divino Objetivo, embotado de sangre que palpita aún furiosa ante su visión.
Quisiera ser su dulce desidia.
Y soy su obscena fatiga.
Iconoclasta
Para y por Aragggón.
Modelo: Aragggón.
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