Todo este asunto de los pederastas y violadores, se resuelve con la castración de los testículos y la amputación del pene. Que tengan que mear sentados. Que se sientan ñoños y llorones ante la falta de testosterona.
Y es más, se les podría dejar en libertad sin que cumplan un solo día de prisión, salvo los días de hospitalización por el tratamiento para la amputación o corrupción de sus genitales. Tenerlos en la trena es un gasto estúpido. Que se masturben continuamente a costa de nuestros impuestos, no es algo que me acabe de gustar.
Porque no hacen otra cosa.
Imaginad el sufrimiento de un animal de éstos que ha perdido su polla, el centro de su existencia. Incluso cabe la posibilidad de que se suiciden, estos animales reaccionan muy mal cuando no pueden ejercer su enfermiza afición.
Vale, incluso para que los progres de turno de Amnistía Internacional no lloren ante lo que para ellos podría considerarse una tortura, se podría plantear que al tarado violador, se le anestesiara localmente.
¿Sufrirían el síndrome del miembro fantasma estos tarados?
¿A que soy ingenioso?
Incluso podrían sacar provecho de su nueva voz si alguien no los mata antes.
¿Un chute para inhibir la libido sexual y ya está? Y una mierda, a estos hijos de primos no los calma una aspirina avanzada.
Y hay que ser un poco inteligente, no sólo hay que pensar en la eficacia de los inhibidores de los deseos sexuales. Si no se les castra físicamente, cabe la posibilidad de que tengan hijos, que sus genes se perpetúen. Y ya que estamos privados de cualquier tipo de selección natural y teniendo bien claro que estos deficientes salidos que son los violadores y pederastas no van a dejar nunca de lado sus instintos, la amputación es algo que ya tendría que estar funcionando.
A lo mejor no habría que gastar mucho dinero en cirugía siquiera: un viejo aparato de rayos x achatarrado de alguna clínica veterinaria, y a irradiarles dosis masivas en sus genitales. Más barato, imposible.
Y nada de psiquiatras, que a los pobres gatos no les dan ni una sola sesión para paliar su dolor.
Que ni un solo gen puedan transmitir por ningún tipo de medio, que su estirpe muera con ellos. Y si alguno tuviera hijos, se debería hacer un estudio genético y calcular las probabilidades de que puedan ser en un futuro, como su padre. Si no han cometido ninguna violación, bastaría con esterilizarlos, una vasectomía definitiva, por ejemplo. Algo no demasiado invasivo y que les conserve la funcionalidad del pene.
También habría que evaluar a los padres y familiares, tenerlos censados. Se les podría meter bajo la piel, un chip identificativo, como el de los perros.
Algo que facilite a la policía su localización.
Está visto que si no les das el trabajo hecho y las ideas mascadas, jueces y políticos son incapaces de encontrar ningún tipo de solución para controlar y acabar con estos tarados.
Vale, está bien, cabe la posibilidad que sus pezones se sensibilicen desmesuradamente ante la falta del bálano: pues ya que se les corta el rabo y los huevos que les arranquen los pezones para que no se los puedan pellizcar y llegar al orgasmo psíquico por medio de la mortificación.
¿A que soy listo?
En un próximo artículo, veré si puedo recuperar la canción del cinco, que tan famosa hicieron Epi y Blas en Barrio Sésamo; a ver si así conseguimos que los poderosos y desidiosos políticos y jueces, puedan usar sus neuronas con algo de gracia e ingenio.
Además, siempre están protegidos y con escolta y no tienen ni puta idea de lo que es una violación.
Es bueno tener la mente ágil. Sobre todo para encontrar soluciones sencillas y poco onerosas con el bolsillo de los currantes.
A continuación, copio un documento veterinario, que no dudo que se pueda aplicar en los machos que aquí tratamos (aunque no contemplan la amputación del pene):
La verdad de la esterilización
• Su temperamento, vitalidad, cariño, inteligencia, ganas de jugar.... no cambian. Evitas muchas conductas molestas para los animales y para sus dueños. La esterilización los hace más sociables y menos problemáticos.
• Es un bien para la sociedad ya que evitas la proliferación de camadas no deseadas y sus inevitables sacrificios.
Falsos mitos de la esterilización
• "Los animales esterilizados pierden vitalidad, enferman y se vuelven apáticos" "Las hembras deben de tener como mínimo un parto" "Tras la operación engordan"
• "Pierden el instinto"
• "Los animales necesitan tener al menos una camada"
Como podéis ver, capada la bestia, se acabó la rabia.
Eseso-eseso- esesos todo amigos… (Porky Pig).
Buen sexo.