Iconoclasta, provocación y otras utilidades para escapar del negro abismo del agobio.
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28 de junio de 2019
La muerte del amor
¿Cuánto tarda en morir un amor?
Porque los amores mueren o lo que es lo mismo: cuando sentimos que hemos muerto un poco, ese poco es el amor que hace unos segundos sentíamos.
Actualmente el amor está íntimamente ligado a la tecnología, intrincado molecularmente ya. Con lo cual muere en cuestión de segundos. Tarda unos pocos segundos más en nacer y formalizarse; pero su muerte es lumínica.
Muere con la primera duda.
Hay la suficiente información como para crear diez o doce dudas por día (esos banales muñecos infantiles que son los emoticonos son unos grandes creadores de dudas), según la presencia de los amantes en las redes sociales.
Una gran parte de los amores mueren en un par de semanas.
Hay demasiadas cosas, animales, y amistades que amar. Con lo cual, se frivoliza el amor y para los amantes queda un porcentaje tan ridículo de amor que no vale la pena sufrir o perder el tiempo en mantener.
Si a eso le añadimos que los amantes de las redes sociales por ignorancia o por incapacidad, usan las mismas frases ajenas y tópicos que todos encuentran en los buscadores y comunican sus pasiones con cortar y pegar; no tardarán en sentirse frustrados y falsos. No son lo que pensaban, no responden en la realidad con las mismas palabras y emociones que en la pantalla electrónica.
Para un mal follar no hacía falta tanto bombo, se dicen.
Internet forma parte de la cotidianidad; así pues todo nace y muere en la red, salvo algunas valiosas y escasísimas excepciones.
El desengaño, la duda y la frustración viajan en paquetes de gigabytes en pocos segundos.
Un par de siglos atrás, ante la presión de un amor elaborado, carismático y notablemente real, con una comunicación larga y tediosa de cartas que no llegaban nunca, había suicidios. O eso dicen las leyendas.
Ya nadie se suicida por amor, se ha hecho tan banal amar que carece de sentido morir por algo así.
Hay miles de amores muriendo en este momento aplastados por poemas y pensamientos buscados y usados millones de veces.
Y la mona, aunque se vista de seda, mona se queda.
Si un amor es duradero, con toda probabilidad se habrá gestado fuera de internet por imposible que pueda parecer.
En cambio, el sexo no es que sea duradero, simplemente es numeroso. Y vuelta otra vez a lo mismo: a la mediocridad, al adocenamiento.
Y las parejas folladoras de rápido sexo, son tristes y malísimos amantes. Cualquiera que haya follado buscando el goce, el placer real; sabe que se requiere algo más que un par de polvos de roedor para obtener placer, un placer que valga la pena; el buen sexo requiere un aprendizaje con cada amor, con cada cuerpo. No es una cópula ebria y sucia entre orines o en los asientos malolientes de un coche.
Para un polvo rápido, están las putas que lo hacen mucho más rápido y sin perder el tiempo. Vale, también es verdad que hay putillas no profesionales que hacen verdaderas marranadas dignas de pagarse. En cambio, putos para ellas no hay en tanta cantidad, los que podrían hacerlo, suelen estar vomitando o meándose encima en el momento más necesario.
No hay mucho más que decir de la vulgaridad del amor que corre en estos tiempos.
Y por otra parte, escribir demasiado de este tema, infecta el ánimo. Y no se trata de un virus, si no de puro hastío.
Iconoclasta
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