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5 de enero de 2015

Amante secreto


Quiero ser desconocido.
Oculto e ignorado.
Que nadie sepa lo que te amo. Que nadie imagine que eres deseada por mi cuerpo y mi alma hasta la obscenidad y la paranoia.
Porque los hay mejores que yo, y si te pierdo, me muero.
Y me da igual morir; pero no así, sin ti.
Podría llorar con solo pensarlo.
No hay nadie mejor que yo, te lo juro, solo tienen suerte. No hay nadie mejor que yo amándote.
Es mi íntima vanidad este deseo titánico por tu piel y por tu pensamiento todo.
Los fuertes y tenaces no tenemos suerte, perdemos y ganamos a pulso, abatidos por el cansancio, con los párpados escaldados por el sudor. Nos mordemos los labios de deseo.
Y los puños.
No es de extrañar esta sonrisa un poco torcida y sangrienta.
No soy inteligente, pero amarte así, no es de tontos.
Tú puedes decir que soy idiota y nadie nos molestará. La chusma está tranquila si no siente la mordedura de la envidia.
No soy vanidoso, no quiero lucirte como un premio. Ocúltame.
No le digas a nadie que eres para mí un ser de otra dimensión. No le cuentes a nadie que el café humea íntimamente para nosotros en la mesa todas las mañanas. Su aroma es el inquebrantable testimonio de que la noche nos ha cubierto y la mañana nos ilumina juntos de nuevo.
No le digas a nadie que te amo con esta importancia casi agónica. Porque irán a por mí y no tengo tiempo para pelear, no quiero hacerlo. Toda la vida he peleado, y si me sobran fuerzas, es para quererte.
No quiero perder más tiempo, me lo he ganado todo. Te he ganado palabra a palabra, segundo a segundo, beso a beso, silencio a silencio...
Esperando, esperando, esperando...
Es mi turno de amar tenaz y serenamente.
Secretamente.
Yo estaré tras un árbol admirándote, esperando que no haya nadie en la calle para besarte toda; a traición y con alevosía, por la espalda con mis brazos apresando tu vientre.
Con una erección entre tus nalgas, así de obsceno, así de hombre, así de loco.
Así te amo.
Déjame ser la bestia solitaria en el día que te ama secretamente bajo el sol y con descaro en la oscuridad o bajo la luz artificial del hogar. 
Déjame ser la fiera que te asaltará en lugares despoblados, en los momentos en el que la humanidad dormita o celebra sus inutilidades, miedos y frustraciones.
Estoy a salvo de esas cosas contigo, amándote. Soy tu androide aparcado en el armario de las escobas, esperándote.
Mantenme oculto y secreto, mi amor.
Es por mi bien, es por mi tranquilidad.
Que nada ni nadie me robe un instante para amarte.
Perdona que te cargue con esta responsabilidad.







Iconoclasta

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también pongo un dedo silencioso y provocador en mis labios.
Necesito la protección de un secreto que nos cobije, que nos cobije hasta de nosotros mismos.

Le cojo el pulso al silencio... que no debe quebrarse ni por un murmullo que se me escape. Somos dos desconocidos en una danza milenaria de la que no se escapa el alma. Estar cubiertos por un secreto debe ser la mejor salvaguarda posible contra un mundo envidioso que estigmatiza el amor, ciertos tipos de amor.

Amores secretos, escondidos, llenos de un no sé que que los parte, que los dobla. Te digo estas cosas, pero como las digo en voz baja, entre susurros, así, ocultadita, no importa.

Mi peor maldición es esa capacidad de recordar al detalle muchas cosas, ya había leído antes esta prosa poética, y ahora vuelvo a sentir lo mucho que me conmovió.

Pablo, te pregunto, ¿te incomoda que te mande poemas o comente? No me parece, pero si fuere así no lo haría.

Te admiro y más, un beso

Iconoclasta dijo...

Los amantes secretos están en acoso y derribo, la ocultación es descanso y tregua en medio de todo esa tragedia.
Sabes muy bien que me placen tus poemas, tus comentarios. Me apasionan, me ilustran, me doblan.
No dejes de hacerlos y enviarlos.
Un beso antiguo como el universo.