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3 de mayo de 2015

Confesión extrema de amor


Quisiera tener secretos verdaderos, temibles.

Cosas horribles que contarte.

Confesarte que soy el peor ser del universo.

Confesártelo al oído oprimiendo y acariciándote un pecho impúdicamente.

Quisiera decirte en un susurro que es un jadeo en tu oído, que todo está mal, que he matado todo lo que se movía o respiraba. De lo más grande a lo más pequeño. De lo más viejo a lo más joven.

Y sentir en la palma mi mano, tu pezón oprimido, duro y erecto, ansioso por ser mamado. Como mi erección palpitante por tu cercanía.

Te confesaría que soy la maldad más pura del planeta y demostrarte así, que te amo por encima de los vivos y los muertos, por encima de dios y de mí mismo.

Eres lo único que quiero vivo, me mataría por no matarte.

No te ofrezco sangres, dolor y muertos, te ofrezco el mundo en exclusiva para ti.

Ellos eran hojarasca en el jardín.









Iconoclasta

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Quisiera tener un montón de secretos para contarle a alguien lo zafia que muchas veces puedo ser.
Echaba de menos tus letras.
Leerte todos los días ahora me es un tanto difícil.
Pero cuando me encuentro que has escrito a chorros me siento a leerte con una taza de café y unos cigarrillos.
No hay terapia más relajante que la de tus letras.

Tu fiel lectora.
-M.

Iconoclasta dijo...

Hace unos minutos, he chateado con alguien a quien quiero o amo, da igual. Y le he dicho que he tenido mucha suerte de encontrarla.
De conocerla.
A ti te digo lo mismo, -M. (parece uno de los nombres de agentes de los hombres de negro): tengo mucha suerte de tropezar con muy pocas personas y tan especiales, tú eres una.
No eres fiel lectora, eres una extraña y a la vez, entrañable amiga.
Besos.

Anónimo dijo...

Firmo con una M porque mi nombre no es agradable para mi, por ahí dice un jocoso y soez dicho "Nadie está conforme con lo que se tiene"

Me has animado en demasía, hay días en los que despierto queriendo contraer tuberculosis y más dramaturgia.

Yo tengo tanta suerte de que respondas a mis comentarios.
He sido una tonta y una cobarde por no haberte escrito cuando aún estabas en Puebla.

Dos besos azules, Pablo.

-Mariel.

Iconoclasta dijo...

Pues es un nombre precioso para mí, Mariel, no puedo entender como sientes esa incomodidad por él. Me gusta.
Olvida la tuberculosis, yo tengo un cáncer que no me matará o sí, no lo sé, y es una molestia, la tuberculosis es mucho peor. Y las dramaturgias, MARIEL, se inventan sin tubérculos, sanamente, a conciencia, sin que sea necesario.
Me alegro de haberte animado, me entristezco de no haberte conocido en Puebla, porque me perdí conocer a alguien de un desmesurado interés.
Ahora ya no me siento tan afortunado, estuvimos tan cerca de poder tomar un café y fumar. En Profética, o en Punta del Cielo, en plaza Crystal, se puede fumar.
Gracias por esos bonitos besos, Mariel.
Y sé que no tienes un pelo de tonta, ni de cobarde.

Iconoclasta dijo...

Y besos también para ti, Mariel.
Perdona que lo repita, con tanta M, saber de ese nombre, me suena bien.

Anónimo dijo...

Si a ti te parece agradable, me conformo con ello.
Ni que decir, también me siento nostálgica por no haber juntado el valor para invitarte a Profética cuando se pudo, que por cierto, es un lugar ameno y tranquilo para una charla con alguien ameno y tranquilo.

Ni que decir del cáncer. Una deseando escupir sangre para hacer la vida más interesante y tu tan lejos.
Estoy de broma, Pablo.

El doble de besos para ti, me gusta cuando escribes mi nombre.


Iconoclasta dijo...

Desde luego, pensar en ese tiempo, y en la oportunidad, sí que da una tremenda melancolía. Porque tal como te expresas, tal como sientes, hay charla para rato, para disfrutarte, Mariel.
Y claro que me encanta Mariel, es muy bonito, en serio. Y después de tanto tiempo de M, es sorprendentemente musical. Y sí, me gusta escribirlo.
Besos, cuantos sean necesarios, por los que no nos dimos cuando pudimos. O no fue el momento adecuado...

Anónimo dijo...

En verdad que no me ha agradado mi nombre desde que tengo uso de razón, pero leerte escribirlo me provoca cierta... ternura.

Desde que te leo he sentido una inconmensurable curiosidad hacía ti.

Aquí te dejo mi Skype por si algún día gustas escribir en otro medio.


Besos kilométricos para ayudarte a aliviar el dolor de ese cáncer, Pablo.

-Mariel.

Anónimo dijo...

[ carne.fria ]

Soy una olvidadiza...
De nuevo, besos.
-M.

Iconoclasta dijo...

Muchísimas gracias, Mariel.
Y mi curiosidad era tremenda, que sorpresa que fueras de Puebla, eso te hace familiar, te puedo ubicar cercana.
Tomo nota.
Por supuesto que me gustará escribir más directo a Mariel.
Soy consciente de que tengo mucho tiempo, así que nunca te apures por contestar si se da el caso, sé que el mundo trabaja, y yo no. Cosa que me da un perverso placer, sinceramente.
Pero de ti no, espero que si trabajas, pronto dejes de hacerlo ganando más dinero aún. Toma ya.
Hay que reír, de nosotros mismos también.
Mi Skype es: ultrajant1.
Mi correo: ultrajant@gmail.com
Besos Mariel.