La bestialidad está presente en lo más
cotidiano, por ejemplo: comer y dormir.
Es algo que cualquiera con una inteligenca
comparable a la mía, sabe. Lo que ocurre es que nadie se ve a sí mismo y se
juzgan demasiado benévolamente.
Pero donde más se manifiesta este
embrutecimiento es al conducir, al manejar el coche propio, que es más o menos
como acariciarse con carácter de deficiencia mental los órganos genitales
del propietario sea coño o polla.
Éstos no ven más allá del morro de su propio
coche y mientras mueven su volante, sus labios inferiores cuelgan inertes
dejando escapar un fino hilo de baba.
Es algo que veo cada día, no necesito veros
dormir o comer de mierda.
El Mapache de Tepozteco* os observa.
Y os juzga.
Y yo más.
Y me río, me corro.
Lo humano es lo más bonito que he visto en mi
vida (lo juro por vuestras padres y madres).
Hermoso…
* Animal místico, frecuente en las visiones
profético-agoreras de Aragggón tras el éxtasis de la marihuana y una subida del
8000 % de desnivel a las ruinas de la pirámide que dura varias horas y vómitos.
Buen sexo.
Iconoclasta