Iconoclasta, provocación y otras utilidades para escapar del negro abismo del agobio.
22 de febrero de 2012
Iconoclasta, la bestia
He decidido no existir, he decidido que toda vuestra mierda no me atañe. Conjuro el cáncer de pulmón y de garganta para hacerme miseria ante vosotros y que sintáis asco. Que sepáis que os puede ocurrir, que vuestros sueños sean gobernados por el miedo a la decadencia del cuerpo y de un alma corrupta como la mía. Soy un ejemplo de miseria y quiero que sigáis mi camino.
Si yo me jodo, que se joda la humanidad.
Es justificable sentirme infectado, es lógico que os infecte también. El respeto y el amor por mis semejantes (que no lo son) es una tira de papel de periódico que me salva cuando no hay del suave para limpiarme el culo.
Los muertos no hablan y yo he de demostrar mi odio antes de morir.
Iconoclasta, la bestia.
Iconoclasta
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