Yo tenía una perra doberman que murió con casi 10 años; cuando la adquirimos no existía esa ley alienada e inculta en la que algunas razas eran calificadas de "peligrosas". Tuvimos que gastar un buen dinero en adaptarnos a la cochina ley que la democrática dictadura impuso por satisfacer la alarma social de una sociedad inculta, intransigente e inmerecedora de ningún tipo de tolerancia.
Cuando murió la perra, cuando dejó de ser peligrosa, nos exigieron un certificado de 40 € por darla de baja en el censo. Me salió más cara la muerte de mi perra que la de mi padre o mi abuela. Esta es la carta que les envié y me consta que algún funcionario de esta mierda de administración ha tenido que leer y tragársela entera. Los resquicios de la democrática dictadura, aún me permiten ciertos placeres, si yo pago, que ellos se jodan y lean. Porque a mí no me gustaría leer una carta como esta:
En Barcelona a 18 de Mayo del 2007
Distinguida Agència de la Salut Pública de Barcelona:
Un servidor (mi nombre, DNI y dirección), era dueño junto con mi mujer de una perra de la raza Dobermann, llamada Bianca (la titular de la licencia para la tenencia de esta perra potencialmente peligrosa era mi mujer (nombre y apellidos).
El propósito de esta carta es para que queden enterados de que nosotros también nos hemos reído mucho con su jocosa y caprichosa exigencia de obligarnos a gastar de una forma totalmente innecesaria 40 € y el tiempo correspondiente por un certificado veterinario innecesario.
Sí, no se preocupen, ya sé que el precio que he pagado incluye sus risas y sus burlas, créanme, yo aún me estoy riendo, es por esta razón que he tardado un poco en escribirles. Estas hilarantes lágrimas no me dejaban escribir claro.
Estoy seguro de que esta carta volverá a ser causa de cierto regocijo por su parte, y es que no es para menos. Riamos pues, que son cuatro días y al fin y al cabo no siempre tiene uno la suerte de poder sacrificar a un ser querido.
Y ahora les voy a contar más chistes:
- La madrugada que murió Bianca, nos gastamos cerca de 300 €. ¿A que mola? E incluso, al segundo día, cuando no era festivo, el veterinario firmó y selló la Declaración de Baja en la Cartilla Sanitaria oficial del Colegio de Veterinarios (que la enviamos justamente para que ustedes nos dijeran que no les servía para nada).
Es que es muy gracioso. No me dirán que a ustedes no les haría gracia estar sometidos al capricho voluble de una administración que no quiere aceptar el sello y la firma de un veterinario colegiado. ¿Han leído a Kafka? Deberían, aunque creo que es un escritor sobrevalorado.
Pero si hubieran aceptado la Declaración de Baja y no me hubieran obligado a pagar 40 € y pico, pues no se hubieran reído. Me solidarizo con ustedes y por esta misma razón les escribo estas líneas, para que nos riamos todos juntos.
La primera sensación que tiene uno al saber que no sirve para nada la Declaración de Baja de la Cartilla Sanitaria para perros y gatos, es que puede haber cierto abuso, cierto acoso por parte de Salut Pública; pero tras reflexionar unos días, simplemente se puede concluir que uno ha de apreciar en sus órdenes y exigencias, una invitación a la risa y al buen humor (sobre todo para no sentirse ultrajado).
- Esta ya es para revolcarse de risa: Perro peligroso muerto, ya no es peligroso.
Pero al exigir ustedes un certificado tan caro que para otros perros muertos no es necesario, parece que no, “algo huele a podrido en Dinamarca” que dijo un personaje de Shakespeare.
¿O acaso creen que por ser un dobermann va a resurgir de sus cenizas cual ave Fénix? Es que la incineración también cuesta un dinero y me sabría muy mal que la muy peligrosa Bianca sufriera una resurrección.
Esperen que me seco las lágrimas.
¡Ay que risa!
A lo mejor son ustedes poseederes de un terrible secreto que desconozco, pero es igual, soy un poco escéptico con esto del esoterismo.
- Esta también es muy buena: Mi padre murió con 45 años, 90 kg. de peso y tenía el pelo corto y el cuello recio. Un buen electricista, un querido humano.
Pues créanlo o no, nos hicieron pagar nada por darlo de baja. Y ya hace 27 años.
Con mi abuela igual.
Hubiera preferido pagar, porque con la risa hubiera dolido menos. Y no sé si es bueno o malo que valga más la muerte de la perra que la de mis familiares, bueno, lo llevaremos con buen humor ¿eh?
Lamento decir, que nuestro veterinario es un soso, que tramitó la baja del chip y selló la baja de Bianca con su número de colegiado, la firmó y encima nos dijo que lo sentía. Y no nos cobró ni un duro, el muy desconsiderado. Con lo bien que nos hubiera ido reír…
Entiendo perfectamente que por un afán de protección en bien de la humanidad, nos consideren a mi mujer y a mí, potencialmente estafadores por tener esta clase de perro y nos obliguen a desembolsar más dinero en su muerte. Me siento protegido. Y ahora, me río con ustedes, es que me lo paso bomba.
Mi mujer no tiene tan acusado sentido del humor negro como yo, claro que tampoco tiene un cáncer en una tibia ni tiene la incertidumbre de saber si se la amputarán una pierna en una próxima revisión por encima de la rodilla. Estas cosas también dan mucha risa.
Esto lo digo para que de verdad crean que me río con ustedes, que soy un pensionista tullido de 45 años con un envidiable sentido del humor y, por lo visto,demasiado tiempo que perder.
Y además escribo bien y soy ameno. Consideren esta carta un regalo, he mirado muy bien la ortografía.
Bueno, tras estas risas se despide de ustedes:
(Mi nombre y firma)
P.D.: Me olvidaba comentarles, que aunque no salga en las noticias sensacionalistas de los programitas de la tarde ni en la prensa amarilla; deberían incluir (para ser ecuánimes) al Pastor Alemán como perro potencialmente peligroso, que aunque no tenga el pelo muy corto (según que tipo), tiene un marcado carácter territorial, es fuerte y valiente y cuando te enseña los dientes flipas en colores. Es casi un super perro. No en vano es un perro de ataque y defensa. De los mejores y más fuertes.
Miles de libros y unos cuantos criadores y veterinarios, no pueden estar equivocados.
Por supuesto, no han respondido.
Buen sexo.
Cuando murió la perra, cuando dejó de ser peligrosa, nos exigieron un certificado de 40 € por darla de baja en el censo. Me salió más cara la muerte de mi perra que la de mi padre o mi abuela. Esta es la carta que les envié y me consta que algún funcionario de esta mierda de administración ha tenido que leer y tragársela entera. Los resquicios de la democrática dictadura, aún me permiten ciertos placeres, si yo pago, que ellos se jodan y lean. Porque a mí no me gustaría leer una carta como esta:
En Barcelona a 18 de Mayo del 2007
Distinguida Agència de la Salut Pública de Barcelona:
Un servidor (mi nombre, DNI y dirección), era dueño junto con mi mujer de una perra de la raza Dobermann, llamada Bianca (la titular de la licencia para la tenencia de esta perra potencialmente peligrosa era mi mujer (nombre y apellidos).
El propósito de esta carta es para que queden enterados de que nosotros también nos hemos reído mucho con su jocosa y caprichosa exigencia de obligarnos a gastar de una forma totalmente innecesaria 40 € y el tiempo correspondiente por un certificado veterinario innecesario.
Sí, no se preocupen, ya sé que el precio que he pagado incluye sus risas y sus burlas, créanme, yo aún me estoy riendo, es por esta razón que he tardado un poco en escribirles. Estas hilarantes lágrimas no me dejaban escribir claro.
Estoy seguro de que esta carta volverá a ser causa de cierto regocijo por su parte, y es que no es para menos. Riamos pues, que son cuatro días y al fin y al cabo no siempre tiene uno la suerte de poder sacrificar a un ser querido.
Y ahora les voy a contar más chistes:
- La madrugada que murió Bianca, nos gastamos cerca de 300 €. ¿A que mola? E incluso, al segundo día, cuando no era festivo, el veterinario firmó y selló la Declaración de Baja en la Cartilla Sanitaria oficial del Colegio de Veterinarios (que la enviamos justamente para que ustedes nos dijeran que no les servía para nada).
Es que es muy gracioso. No me dirán que a ustedes no les haría gracia estar sometidos al capricho voluble de una administración que no quiere aceptar el sello y la firma de un veterinario colegiado. ¿Han leído a Kafka? Deberían, aunque creo que es un escritor sobrevalorado.
Pero si hubieran aceptado la Declaración de Baja y no me hubieran obligado a pagar 40 € y pico, pues no se hubieran reído. Me solidarizo con ustedes y por esta misma razón les escribo estas líneas, para que nos riamos todos juntos.
La primera sensación que tiene uno al saber que no sirve para nada la Declaración de Baja de la Cartilla Sanitaria para perros y gatos, es que puede haber cierto abuso, cierto acoso por parte de Salut Pública; pero tras reflexionar unos días, simplemente se puede concluir que uno ha de apreciar en sus órdenes y exigencias, una invitación a la risa y al buen humor (sobre todo para no sentirse ultrajado).
- Esta ya es para revolcarse de risa: Perro peligroso muerto, ya no es peligroso.
Pero al exigir ustedes un certificado tan caro que para otros perros muertos no es necesario, parece que no, “algo huele a podrido en Dinamarca” que dijo un personaje de Shakespeare.
¿O acaso creen que por ser un dobermann va a resurgir de sus cenizas cual ave Fénix? Es que la incineración también cuesta un dinero y me sabría muy mal que la muy peligrosa Bianca sufriera una resurrección.
Esperen que me seco las lágrimas.
¡Ay que risa!
A lo mejor son ustedes poseederes de un terrible secreto que desconozco, pero es igual, soy un poco escéptico con esto del esoterismo.
- Esta también es muy buena: Mi padre murió con 45 años, 90 kg. de peso y tenía el pelo corto y el cuello recio. Un buen electricista, un querido humano.
Pues créanlo o no, nos hicieron pagar nada por darlo de baja. Y ya hace 27 años.
Con mi abuela igual.
Hubiera preferido pagar, porque con la risa hubiera dolido menos. Y no sé si es bueno o malo que valga más la muerte de la perra que la de mis familiares, bueno, lo llevaremos con buen humor ¿eh?
Lamento decir, que nuestro veterinario es un soso, que tramitó la baja del chip y selló la baja de Bianca con su número de colegiado, la firmó y encima nos dijo que lo sentía. Y no nos cobró ni un duro, el muy desconsiderado. Con lo bien que nos hubiera ido reír…
Entiendo perfectamente que por un afán de protección en bien de la humanidad, nos consideren a mi mujer y a mí, potencialmente estafadores por tener esta clase de perro y nos obliguen a desembolsar más dinero en su muerte. Me siento protegido. Y ahora, me río con ustedes, es que me lo paso bomba.
Mi mujer no tiene tan acusado sentido del humor negro como yo, claro que tampoco tiene un cáncer en una tibia ni tiene la incertidumbre de saber si se la amputarán una pierna en una próxima revisión por encima de la rodilla. Estas cosas también dan mucha risa.
Esto lo digo para que de verdad crean que me río con ustedes, que soy un pensionista tullido de 45 años con un envidiable sentido del humor y, por lo visto,demasiado tiempo que perder.
Y además escribo bien y soy ameno. Consideren esta carta un regalo, he mirado muy bien la ortografía.
Bueno, tras estas risas se despide de ustedes:
(Mi nombre y firma)
P.D.: Me olvidaba comentarles, que aunque no salga en las noticias sensacionalistas de los programitas de la tarde ni en la prensa amarilla; deberían incluir (para ser ecuánimes) al Pastor Alemán como perro potencialmente peligroso, que aunque no tenga el pelo muy corto (según que tipo), tiene un marcado carácter territorial, es fuerte y valiente y cuando te enseña los dientes flipas en colores. Es casi un super perro. No en vano es un perro de ataque y defensa. De los mejores y más fuertes.
Miles de libros y unos cuantos criadores y veterinarios, no pueden estar equivocados.
Por supuesto, no han respondido.
Buen sexo.
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