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15 de septiembre de 2011

El sueño de mediodía



El sueño del mediodía vence a Dios. Es un buen momento para masturbarse.
A MÍ también. Tenemos alguna cosa en común.
¿En qué piensa Dios cuando se masturba?
Sé positivamente que no tiene mi poderosa imaginación o no hubiera creado esto.
Aunque para los creyentes y los patriotas está bien. No necesitan gran cosa porque un cerebro estéril no crea inquietudes.
No son creativos y no pueden imaginar a Dios haciéndose una paja en su paraíso, en su cielo o en su universo paranoico.
He comido bien. Estoy caliente…
Yo me masturbo ante la resistencia del ano que se opone a mi lengua.
Puedo masturbarme con la dureza del excremento que empujo con mi pene.
Me deshago en semen ante la imagen de ella sujetando su vientre presionado por mí. Dentro y profundamente…
Dios siempre come bien, tiene que estar muy caliente aunque sus perversiones son infinita e inescrutablemente peores.
Me imagino lamiendo su regla, revolcándome en los meados que se le escapan por orgasmos de indecente e inusitada intensidad.
Pero Dios no. Dios se masturba ante el reventado sexo infantil.
Dios nos envía su poderoso semen regurgitado sobre los podridos pechos que se pudren de cáncer.
Dios se la menea soñando con invadir un coño lleno de pus y miseria.
Dios penetra por el culo al niño de color negro ceniza que no tiene carne bajo la piel.
Dios sueña con meter su aséptica, sagrada y pequeña polla en la boca del muerto sin piernas ni intestinos.
A Dios lo tendrían que incinerar en una pira alimentada de excrementos. Por malsano; ser creador no es excusa para masturbarse con tanta miseria. Hay que tener estilo, clase, ética…
Y sobre todo, no hay que aburrir.
Dios es un degenerado que castra a sus creaciones, solo sueña con llenar agujeros que previamente ha corrompido.
Tengo sueño y YO y Dios nos masturbamos al tiempo.
Pero yo follo lo que me ama porque amo.
Él sueña que folla toda esa miseria porque su puta creación no es más que el reflejo de su mente enferma.
Dios no ama, simplemente ignora mientras su pene lanza un semen transparente y sin fuerza. Tiene que chascar los dedos para crear, no disfruta con ello. Está aburrido. Su aparato reproductor no sirve y no sabe como arreglarlo.
El Gran Creador…
Dios se hace una paja ante la virgen que pare un niño con su himen intacto.
YO me la casco ante el himen sangrante que ha ensuciado mi pene.
Cuando hemos comido, cuando nuestras barrigas están llenas, llega el sopor y con ello las ganas de sexo. YO y Dios somos iguales.
El sueño de mediodía llega para Mí, para Dios y para los otros.
Él extiende su sexo podrido, su imaginación corrupta por todos los que en él creen.
YO solo gozo y pienso que siente envidia de mí, y en algún rincón de su podrido ser todopoderoso, debe sentir asco de si mismo.
Dios creó el mar, la tierra, el cielo, los animales y los hombres; pero algo no fue bien, algo falló en su cerebro blando, en todo ese poder mal administrado.
Es lo que tiene el azar: crea dioses con una limitada imaginación que practican un extraño sexo.
No comió bien, su digestión se hizo pesada, ergo sus masturbaciones fueron aberrantes.
Pesadillas…
Tengo sueño. Tengo mucho sueño.
Y estoy caliente.
Como Dios; pero con más gracia, con más placer.
Haciendo menos daño.



Iconoclasta

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