
Mi semen agrio, mi semen triste, mi semen esclavo.
De la paja a la locura, de un glande sangrante a una boca sin dientes que me la mama con seguridad...
Toda esa basura se viste de amor y las rosas crecen entre mierda y fracasos.
No, no es un buen momento para sonreír. Hoy me conformo con sangrar por el pijo; aunque duela, alivia la presión.
Hoy es el día en el que me la pelo y escupo a este mediocre mundo.
Un vano intento por convertir este planeta engañosamente azul en el infierno donde nos podamos corromper amantes y tarados.
Monstruos fuera de lugar y tiempo.
Resbalar entre sexos viscosos y lamer labios obscenos.
¿Quién quiere belleza aséptica? Miguel Ángel me aburre y los mártires, cuanto más mutilados, más me excitan.
No creo en Dios, pero el dolor...
El dolor es lo real y que ni los cerdos dioses son capaces de disfrazar.
El puro dolor del sexo mordido, demasiado ansiado para ser acariciado; llega directo al vientre y estalla en locura entre dedos crispados.
Hoy con la polla en la mano y gritando a su santo coño, quiero crear el infierno y llevarla conmigo.
Pudrirse en el infierno es mejor que vivir en la mediocridad del no placer, del no dolor.
Hoy me sentía especialmente tierno.
Buen sexo.
Iconoclasta
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