Si los vampiros existieran serían los jerarcas gobernantes de la humanidad (lo de globalidad se lo pasarían por el vampírico culo) y las cosas no serían peor de lo que ahora son.
Nos chuparían la sangre sí; pero sin dolor y sin humillación, de una forma natural y directa.
La otra gran ventaja es que los vampiros no nos darían la matraca paternalista ideológica sectaria con “pedagogías” en formato de homilía u hoja parroquial, para hacer “virtuosa bondad” de los crímenes, dejación, prevaricación y corrupción del gobierno. No estarían emitiendo embustes todos los días a todas horas sin descanso. Los vampiros no necesitan de esas mamadas ni ser amos de medios de comunicación.
Algo que ya mostraba aquella película del 2009 basada en hechos reales: Daybreakers.
Iconoclasta