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5 de noviembre de 2017

El oficio más triste


Los terneros, separados de los adultos, duermen juntos en el prado templado por el sol de mediodía como en una guardería humana.
En algún momento alguno se incorpora y hociquea a su madre en un costado. Ésta le lame los ojos y el hocico. El pequeño mete la cabeza entre sus patas buscando la teta. Buscando el cariño que toda cría necesita, sea vaca o humana. Buscando amparo en este gigantesco mundo.
Siento una profunda tristeza, como una herida sangrante en la emoción de la ternura; el triste final. Terneros y madres morirán sin oportunidad de defenderse, sin oportunidad de tener una vida completa.
Ser ganadero es el oficio más duro, el más triste.
Vivir cada día con esos seres tan llenos de emociones. Todos los días ver y experimentar esas necesidades de cariño, de crecimiento que los humanos también sienten. Relajarse observando su sencilla placidez: como se tumban al sol en silencio cuando han comido, como si todo estuviera bien y por lo tanto, nada que decir.
Todas esas vidas que se cargarán en un camión y luego matarán.
Tantos meses compartiendo sus días…
No podría, no tendría valor para ser ganadero.
No puedo cruzar un prado y pensar solamente que viven en paz, que son seres hermosos.
Hay una tragedia escrita como una ley. E inquebrantable.
Han de morir, en unos meses.
A veces las saludo porque me observan cuando paso frente a ellas. Les digo: “¡Hola guapas, buenos días!” si no hay nadie cerca.
E intento no pensar en lo que ocurrirá, no quiero que puedan intuir mi tristeza.
Todos morimos; pero no con la absoluta certeza de la inmediatez, la norma y la indefensión.
Sobre todo, la inocencia. No lo imaginan, lo sé por sus miradas tranquilas, por sus mugidos perezosos y plácidos. Porque los pequeños a veces juegan entre ellos y se vuelven a tumbar en la hierba cansados. Juntos, como amigos de clase.
Son muy pequeñitos para que alguien les diga la verdad. Las verdades no deben decirse jamás; solo hacen daño y corrompen la alegría.
Yo no podría matar a mis amigos.
Pobres hombres y mujeres que deben hacerlo.
“¡Adiós bonitas, hasta mañana!” me despido de ellas con la alegría más triste del mundo.
La belleza de la montaña encierra una tragedia que colapsa la alegría.
La belleza es un animal venenoso de atractivos colores.
Es como si hubiera una norma que dijera que siempre es un buen momento para la pena y para morir.
No hay belleza sin dolor.
A veces siento un cansancio vital, como si no quisiera saber más, ver más.
Ya lo he vivido todo.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

29 de octubre de 2017

Sin motivo, sin necesidad


Leyendo sobre la Guerra Civil Española, comparo tiempos pasados: tiranía de los ricos (caciques, terratenientes, empresarios sin escrúpulos, catolicismo fanático), esclavitud laboral adulta e infantil, analfabetismo, hambre, represión, abuso e injusticia a finales del siglo XIX e inicios del XX).
Y el presente comparado con lo pasado: consumo feroz (saturación de coches, teléfonos móviles, prendas costosas) condiciones laborales aceptables -dentro de lo que se puede mejorar-, entretenimiento banal casi a diario, móviles, super información -aunque falsa e indigerible-, festividades por cualquier causa, la embriaguez etílica socialmente aceptada, etc…
Me parece bien el presente, no quisiera vivir en tiempos como aquellos.
Es imposible no comparar la actual crisis política de la independencia de Cataluña y el caos de los tiempos de la 2ª República eliminada por Franco y la posterior anulación de las pocas libertades que había mediante asesinatos y una tiranía feroz, criminalmente represiva.
Concluyo que cuando hay un largo periodo de paz y cierto nivel de vida acomodado, se crea un pensamiento facilón y una pauta de conducta ingenua en gobernantes y ciudadanía que los lleva a la dejadez. A una vergonzosa falta de análisis predictivo e histórico.
Hay una decadencia, una vuelta a la inmadurez, a un cándido optimismo.
La sociedad para progresar, precisa mantener una tensión constante en los bandos político-militar y la ciudadanía; con esta tensión se evita el aburrimiento y la decadente ingenuidad de toda la sociedad.
Esta tensión, ya sea en forma de crisis económica o amenaza de las libertades,  es necesaria en las sociedades desarrolladas donde mayoritariamente, las cuestiones laborales y sociales (trabajo, justicia, sanidad, vivienda y servicios) se encuentran a grandes rasgos, resueltas. Quiero decir que no son motivos de una preocupación perentoria.
Donde hay bienestar inevitablemente se crea aburrimiento, ya que la humanidad no tiene suficiente capacidad intelectual para usar en los momentos de ocio y monotonía. Al ser humano le falta masa cerebral aún, como si el cerebro estuviera a medio hacer, medio cocer.
La evolución no se consumó con el hecho de que los monos dejaran de caminar arrastrando los dedos de la mano por el suelo.
Este aburrimiento sumado a una ignorancia bien construida por los gobiernos mediante demagogia y un exceso de información que lleva a la dispersión de las ideas centrales, crea la decadencia y el deseo infantil e inmaduro de cambio sin ser necesario.
Así es fácil que un ciudadano se sienta repentinamente al despertar una mañana, oprimido.
Repentinamente no, lo cierto es que ha habido un gran trabajo de publicidad subliminal (adoctrinamiento) por parte de fuerzas políticas y sociales durante años.
Que es exactamente lo que ha ocurrido con dos millones de catalanes ilusionados por una república independiente que pensaban conseguir con flores y canciones. En una irresponsable ingenuidad, soñaban con vivir en una nueva nación de la noche a la mañana.
Cuando por ética y libertad las fronteras se deberían eliminar, no crear.
La independencia de un territorio se consigue con guerra (la historia y la lógica de la territorialidad instintiva lo afirman). Y la guerra, además lleva destrucción y hambre.
La ignorancia y la dejadez de esos dos millones de catalanes no es alarmante, es la natural, la lógica en una sociedad acomodada. Solo hay que retroceder unos años para encontrar el mismo fanatismo (en cuanto a fervor, no en su criminalidad) en la ciudadanía de la Alemania Nazi, incluso en la propia sociedad española ante el hipócrita y psicópata paternalismo de Franco y la negación o ceguera de tantos crímenes y torturas por parte del pueblo, cuando muchos decían (y aún dicen) que con Franco se vivía mejor.
Franco vivió demasiado, tardó cuarenta años en morir, fue desesperante.
Sin embargo, el pueblo no tiene memoria histórica y vuelve a escuchar a un iluminado que se erige en adalid de justicias que no existen con una demagogia tan paternalista como la fascista.
Lo único que me tranquiliza, lo que me hace ver la libertad, es la pornografía en los quioscos de prensa. Porque es la verdadera muestra de libertad: si no quieres no la ves, no la compras; pero está ahí por si te apetece un día.
Esa es la pura esencia de la libertad: elegir sin que nadie te susurre una consigna al oído.
Cuando deje de ver publicaciones pornográficas en los quioscos, me preocuparé seriamente y buscaré otro lugar mejor donde vivir.
Cualquier otra consigna de libertad, es pura cháchara en este tiempo, en este lugar.



Iconoclasta

26 de octubre de 2017

Humillación



Pienso en ti y me pongo caliente, necesito tocarme soñando que te lamo toda, que entro en ti. Tu coño se contrae y a mi bálano oprime y estrangula, muy adentro.
Como un indecoroso abrazo.
No es una banalidad, hay una tristeza infinita en la leche que se enfría entre mis dedos.
Si fuera simple obscenidad, no me sentiría tan desdichado al correrme.
Podría explicarte las infinitas veces que pienso en ti a cada instante; pero no sería tan impactante como la humillante imagen de un hombre eyaculando en soledad, escupiendo el semen sin alegría.
Sin placer.
Avergonzado de mí mismo.
El cigarro se ha pringado de leche entre mis dedos y crepita la indecencia humillante al quemarse.
No son palabras de amor romántico, es mi propio castigo vejatorio ante ti.
Es la sangre que se agolpa furiosa donde mi instinto animal dicta. Estoy abandonado a mi animalidad.
No sé porque me castigo, no tengo clara la causa; pero algo malo que no recuerdo he debido hacer si la vida no me permite despertar a tu lado.
Sé muy bien que no he cometido un acto tan grave para pagar con semejante condena: estos amaneceres sin ti.
No puedo evitar buscar e inventar causas que me expliquen porque este semen no se escurre por tu coño con tus gemidos y respiración entrecortada.
Tal vez hice algo muy malo en otra vida, si eso fuera posible: vivir de nuevo.
No quiero esperar a vivir de nuevo, es demasiado tiempo para tenerte.
Es un engaño, no hay segundas oportunidades.
Un engaño para los frustrados, una esperanza pueril.
Solo que no es pueril penetrarte y oír tus obscenos gemidos.
La frustración no me engaña, soy un hombre que se corre amándote con una tristeza infinita. Es lo que hay, lo único.
Morir con los dedos húmedos del lácteo deseo…
Es lo que toca, es mi futuro.
Mi humillante final.
Y te amo.
Impúdica y profundamente te amo.



Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

23 de octubre de 2017

Diez céntimos


Una anécdota de la enseñanza catalana.
Entre el 2007 y el 2011, mi hijo estudiaba ESO (enseñanza secundaria obligatoria) en un IES (instituto de enseñanza secundaria) de Barcelona, en el distrito de Nou Barris.
Una tarde cuando llegó a casa de la escuela, me dijo que uno de los profesores exigía de cada alumno de la clase diez céntimos para pagar el bolígrafo que uno de los alumnos perdió durante la hora del recreo o descanso. Ya que todos eran responsables de lo que ocurre en la clase, según el profe que además, era tutor de ese curso.
Fue como si me retorcieran los cojones; y lo que es peor sentí que me pellizcaban los sesos.
Le expliqué alto y claro a Iconaclastito (mi hijo) que él no era responsable de la negligencia o torpeza de otra persona. Cada cual ha de cuidar y proteger sus propiedades.
Escribí una carta para que se la entregara en un sobre al tutor de su clase.
En la carta le decía que incluso tenía suficiente dinero para pagar veinte bolígrafos y que aceptaba pagar los diez céntimos exigidos; pero como ayuda a una familia pobre. En ningún caso aceptaría la responsabilidad de mi hijo y así se lo había hecho saber. Esos diez céntimos, para mí y para mi hijo, serían un acto de caridad y en modo alguno una multa por alguna alienante "responsabilidad".
El tutor me citó a la tarde siguiente para conversar. Me dijo que era un asunto de disciplina, los adolescentes precisan un buen control precisamente por la edad tan problemática en la que se encuentran. 
También agradecía mi interés por la educación de mi hijo, ya que ningún padre se había puesto en contacto con él por este asunto.
Yo le respondí que hay una tiranía moral y una acto de deliberado adoctrinamiento en esa medida de responsabilizar a terceros de la torpeza, dejadez o mala suerte de otra persona.
Insistí en que pagaría caridad para una familia sin recursos, en ningún caso el coste de un bolígrafo que otro ha perdido.
También le dije, que en el caso de que mi hijo perdiera el reloj de doscientos euros que le regalé para su cumpleaños, la clase deberá pagarlo ¿verdad?
Torció el gesto como si algo no fuera bien. Me dijo que no me preocupara, que solo era una forma de imponer disciplina y que no se llevaría a cabo el cobro de ese bolígrafo.
Yo no me preocupaba de nada, ya había dejado definitiva y clara mi postura.
El tema derivó en otros sobre anécdotas y problemas de alumnos y profesores.  Nos despedimos cordialmente tras una larga charla variada.
Ahora pienso que por aquel entonces ya se intentaba en los alumnos anular la creatividad, el individualismo; para formar un rebaño en el que se identificaran todos con una misma causa, independientemente de si esa doctrina era justa, ética y lógica.
Precisamente lo que ha ocurrido con las grandes manifestaciones por el independentismo que se han hecho en Cataluña: años de adoctrinamiento en colegios y de familias mirando la televisión autonómica TV3 (púlpito machacón de arengas pseudo paternalistas sobre la importancia de ser un rebaño unido y con un solo pensamiento), ha creado un comportamiento unidireccional y colectivo. Absolutamente sectario.
La chusma no necesitaba ninguna independencia, puesto que hay una democracia consolidada; y mucho menos precisa un gobierno como el de la Generalitat, desde hace mucho tiempo obsesivamente controlador y represivo (de los más caros en España con sus impuestos para el ciudadano). Es el gobierno que se ha instaurado con un golpe parlamentario en Cataluña. Formado además, por políticos tan corruptos y acusados de ello, como tantos otros en cualquier país del mundo.
Así ,con ese pensamiento unidireccional si un catalán se siente víctima todos lo son y por tanto, las víctimas son mártires. Y los políticos, santos.
Ninguna novedad, eso ha ocurrido en Bosnia, en la Italia fascista, en la Alemania nazi, en las sociedades radicales islámicas...
En el caso catalán, este lavado de cerebro ha sido posible gracias a la decadente indolencia de una sociedad demasiado acomodada y endiosada en un espejismo de superioridad racial (no son raza; pero han asumido que lo son) y geográfica; que ha perdido la autocrítica en favor de una infantil ingenuidad cebada con una facilona y paternalista retórica.
No existe tiempo en el que no sea posible o no interese al gobierno de una nación  la violencia y la guerra cuando de apropiarse de un territorio se trata. Es una candidez de cerebro enfermo e inmaduro pensar que una independencia fuera de la ley se resuelve con unas manifestaciones "pacíficas" (que no lo son) y unas flores.
Es habitual ver llorar a la chusma emocionada por las homilías de un presidente con estética de beato y gesticulación de predicador. Qué chochos...
Y me encanta ser testigo directo de la actuación y progreso de una fascismo y un fanatismo; porque reafirma lo que pensaba, sabía e intuía de la humanidad.
Mi pensamiento libre y certero me llena de vanidad.
Yo no pedí ser catalán, español o terráqueo. Mi situación geográfica fue accidental, no pude elegir.
Por ello, no le debo nada a nadie; y mucho menos, mi pensamiento.
Ni diez céntimos...



Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

16 de octubre de 2017

Deslizarse


 Cuando viajo en tren a través de un paraje neblinoso, no puedo evitar observar con anhelante atención los misteriosos contornos que pasan veloces al otro lado del vidrio de la ventana.
Y sin darme cuenta imagino cosas.
En ese mismo instante, en algún momento que no puedo concretar, el tren y lo que contiene enmudecen.
Y el mundo.
Mi pensamiento se desliza suave en la nada que forma la niebla.
Cuando entras en la enigmática niebla desde el otro lado del cristal, simplemente te deslizas.
No hay ruedas, no hay movimiento ni vibración.
La niebla borra lo que soy y lo que fui cuanto más me adentro en ella.
O es muerte pura, o es una alegoría intranquilizante; pero con el alivio de ser concluyente.
Yo y la vida nos deslizamos silenciosos, haciendo borrosos los rostros muertos y vivos, los amores y los odios.
Porque no recuerdo ya el rostro de mis muertos mudos, como los quería...
En la niebla parece que el amor se rasga con las difusas ramas. Se emborrona como la palabra bañada por una lágrima en el papel y siento no ser nada ni de nadie.
Lloraría por el amor que se desliza difuso al otro lado del cristal y me deja, me diluye en una pena que solo alivia el silencio y la soledad de un deslizamiento.
Siento que es tarde para pertenecer a nadie.
Siento que no quiero ese esfuerzo ya.
Soy el borrón de un árbol, un  poste desdibujado y abandonado en esa insondable voracidad de olvido y silencio.
Me deslizo y sé que continúo en un tren por ese vidrio que se empaña con mi aliento y me separa de la muerte borradora que en algún momento accederá al vagón como otro pasajero más.
Y deslizándome, sé que no tendré miedo a la niebla que me hará jirones el pensamiento y el cuerpo.
Y me da miedo no temerla.
Acariciarla a través del vidrio deslizándome, diciéndole secretamente que quiero ser parte de ella.
De un mundo difuso e irreconocible.
Deslizarse como una lágrima por la mejilla... No es difícil.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

10 de octubre de 2017

La dependencia de Cataluña



Hoy pretenden declarar la independencia de Catalunya.
Será la independencia más vergonzosa, cobarde y mediática de la historia.
Basada en tal fanatismo, que los niños han sido los grandes protagonistas por la cobardía de sus padres usándolos de herramienta de chantaje, como pequeños escudos humanos en manifestaciones y colegios "electorales".
No debería llamarse independencia, esto es y será una dependencia de unos fanáticos a las órdenes de una burguesía ambiciosa y racista (porque de verdad creen que el catalán es una especie de raza o algo así).
Usar niños para escudarse con ellos (por consignas de sus líderes) ante la policía, llevar a tus hijos a un lugar potencialmente peligroso, es la más alienante forma de fanatismo.
Cualquier padre, cualquier persona formada mentalmente y con criterio propio, sabe muy bien que la policía es un instrumento institucional que obedece solo a la voz de sus jefes.
Si un padre o una madre son capaces de obviar este hecho, la asistencia social debería quitarle a sus hijos y darlos en adopción a otras familias que puedan cuidar de ellos.
Ha llegado a tal punto la decadencia social, que la ignorancia y la falta de criterio y valor de los padres, dona a sus hijos a un poder fascista a todas luces, con el flagrante delito de la inmadurez y la ingenuidad impropias de un adulto.
La decadente e increíble ingenuidad de un sector de la población catalana, es tan peligrosa o más que las fuerzas nacionalsocialistas de la antigua Alemania nazi.
Todo lo demás de esta "independencia" basada en "tuits", mentiras mediáticas y añejo adoctrinamiento, no es más que otra forma de ambición que no destaca del resto de golpes de estado en cualquier república bananera.
Todo ha sido tan previsible y falso como era de esperar por cualquiera que tenga cierta libertad de pensamiento.
Sea cual sea el resultado o lo que ocurra tras la declaración de independencia de la "República" de Catalunya, no tiene mayor trascendencia ética; porque lo malo, lo vergonzoso ha ocurrido.
Los padres de la independencia han usado a sus hijos en una falsa y aberrante festividad donde sabían y deberían saber si no fueran unos fanáticos, decadentes, acomodados e ingenuos ciudadanos ignorantes; que la policía cuando ha de cumplir una orden, puede haber violencia y daños.
Eso lo sabe hasta mi gato, lo sabe cualquier persona con un mínimo de decente criterio.
Salga o no adelante la inservible, aburrida y peligrosa independencia del fanatismo; la cobardía y una patética ingenuidad va a formar parte de la historia negra de Cataluña, de la historia vergonzosa.
Son los restos que van a quedar flotando siempre en el aire, como un hedor persistente.
Mierda.
Buen sexo.



Iconoclasta

7 de octubre de 2017

Mi templanza


Solo por ti evito el vómito que provoca el hastío de vivir aquí y ahora.
Amarte hace las repentinas náuseas menos frecuentes y más soportables.
Y el odio más inteligente, más templado y frío.
Tú acaparas toda mi pasión.
Eres la razón de mi serenidad y templanza; y única esperanza de dicha.
Mi natural odio hacia la humanidad se ha convertido en una conclusión meditada y medida, amarte despeja el caótico horror de una vida donde la mediocridad es una espesura nemorosa asfixiante.
¿Sabes, cielo? Los muertos no dan paz; solo libertad, más espacio.
Un muerto más es un poco más de espacio para respirar; un obstáculo menos para abrazarte.
Algún provecho tenía que tener tanta muerte.
Sé que algún fallo hubo en mi concepción, que algo no salió conforme al patrón humano. No me gusta esto, amor.
Sin ti estaba abandonado aquí y ahora.
No hay pasión en lo que escribo sobre la muerte de los otros.
Porque la pasión juro que es solo para ti.



Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

6 de octubre de 2017

La perfecta y angelical "República" de Catalunya



Imaginemos que a Puigdemont no lo meten en el trullo o no se escapa a algún país sin tratado de extradición.

Una vez el Puigdemont sea coronado Rei Puigdemont I de la "República" de Catalunya (conocido en España y el resto de Europa como Lex Luthor, con las variantes: Lex Puigdemont o Carles Luthor), no hace falta más que haber vivido un par de años en este lugar donde hombres, mujeres y niños son uno solo pensando exactamente lo mismo y con los mismos gustos por todo. Donde nadie discute y todos son prácticamente seres celestiales como en las mejores películas Disney. ¿Quién dijo que eso era una utopía?
Como decía, con un par de años de experiencia, si no eres demasiado estúpido, puedes deducir los actos más inmediatos que Puigdemont I y su Gestapo (Ómnium Cultural) cometerán.
1º Traducción obligatoria de nombres y apellidos de todos aquellos catalanes que estén españolizados. Puigdemont I, en una de sus homilías habituales, explicará que será un proceso democrático y conciliador. Tan solo una necesidad logística, puesto que los ordenadores e impresoras "de nuestra (mía) "República" de Catalunya" carecen de tipografía española.
Se dirigirá a la Comunidad Europea y a la prensa internacional, afirmando muy serio él: "No es una medida de represión, es pura concordia". Ya luego, publicará uno de sus beatos y pacíficos tuits.
2º Todos los documentos oficiales (incluidas las escrituras de propiedades y testamentos) deberán corregirse y adaptarse al idioma oficial de la "República" de Catalunya, aunque conlleve un gasto de miles de euros para muchas familias; pero todo el mundo pagará feliz y contento regalándole al cajero un clavel.
3º La Gestapo Catalana (Ómnium Cultural), hará un estudio genealógico de aquellos catalanes que no sean puros.
Como en todas sus homilías, Puigdemont I, insistirá en que es una medida de control pacífica para cuidar de este pueblo catalán que es uno solo.
4º Los que no resulten puros, serán colocados ante dos puertas iguales sin indicación alguna. Tendrán capacidad para elegir por cual salir. Una llevará a España y otra a un horno crematorio.
Puigdemont I, volverá a declarar internacionalmente lo democrático de este método donde los ciudadanos pueden elegir libremente y culminará su enésima homilía de manos cruzadas ante la barriga, con un tuit que muestra la foto de un charnego (español inmigrante o hijo de inmigrantes) disfrazado y en posición de "cagané"(figurita navideña de un pastor catalán defecando) sobre una senyera (bandera catalana). "Hay que evitar estos actos antidemocráticos que atentan contra nuestra pacífica convivencia", dirá dicho tuit.
También explicará que es un montaje, una mentira ese video tuiteado que circula por ahí. Donde dos mossos  (policía catalana) en plena calle y ante una coro de catalanes felices y sonrientes cogidos todos ellos de la mano, le están metiendo un ramo de rosas de Sant Jordi por el culo a una vieja que ha dicho "mierda" (español) en lugar de "merda" (catalán) al tropezarse con el escalón de entrada al banco Santander.
"Espanya solo quiere desprestigiarnos; pero no podrá con nosotros que somos uno solo", explicará el beato rey.

Puede que no sea así, puede que llueva mierda, pudiera ser que los cerdos (los de cuatro pezuñas) hablaran, pudiera ser que de haber existido Jesucristo vomitara sangre al morir...
Lo único que me importa es pasarme por el culo las ideologías y a sus pacíficos e iluminados mesías.
Disfruto mi genialidad, sinceramente.




Iconoclasta

4 de octubre de 2017

Mensaje del Rey Felipe VI e idiotez de periodistas y políticos


Ayer el rey, en su mensaje relativo al golpe de estado en Cataluña, dijo con claridad y rotundidad (cosa que me encanta en un político y jefe de estado) que la actual Generalitat es una banda de delincuentes y traidores. Algo inadmisible.
Acto seguido, periodistas y políticos comentaban que sin duda alguna el discurso del rey era una llamada al diálogo y al acercamiento.
Señores periodistas y políticos: deben volver al colegio y revisar su capacidad de síntesis, estudiar de nuevo el vocabulario y si hace falta, limpiarse las orejas para escuchar bien.
Porque ¿desde cuándo, en qué momento Inadmisible, Traición y Delincuencia; son sinónimos o ideas que inspiren negociación o diálogo?
Si yo fuera el rey, ahora mismo estaría mirando al techo, buscando paciencia y pensando: "¿Es que son todos gilipollas? Hace falta una catástrofe natural".
Alguien habla claro y otros no  entienden una mierda. Y encima lo desvirtuan.
Este mundo es una mierda por culpa del analfabetismo.
El lenguaje le viene grande al ser humano.



Iconoclasta

30 de septiembre de 2017

Manifestantes


Es repugnante, en estas fechas más que en ninguna de las que he vivido, ver la televisión. A todas horas aparecen manifestaciones y mogollón de idiotas gritando aborregados como una única bandada de moscas de la carne coloridas e irisadas. Gordas y decadentes.
Y así se torna lógica la matanza de judíos en la 2ª Guerra Mundial por parte del pueblo alemán.
Que nadie olvide que la chusma (los ciudadanos manifestantes) escupía a los judíos saqueados de sus viviendas y aplaudía con alborozo su cremación o extinción.
Gente de mierda (el correcto y mediocre ciudadano de cada día) sin cerebro que decidió dejarse adoctrinar por un borracho de taberna que supo lamer profundamente y con delectación los anos de quienes le facilitarían el acceso como candidato en el partido Nacionalsocialista Alemán.
Esta batalla de los medios de comunicación comprados por el poder para poner de manifiesto el apoyo del pueblo de uno u otro bando, es pura componenda zafia que cualquier niño con capacidad de síntesis comprende (pero hay solo uno por cada veinte millones de habitantes). Si un ventrílocuo le pusiera voz a un trozo de mierda, la gente admiraría y se manifestaría por la mierda.
La chusma se daba de hostias por comerle los pelos de culo a Franco cuando aparecía en público, con Hitler, Stalin, Milosevic, etc... Cualquier tipo que les dirija la palabra desde una tribuna hace de los cerebros de los ciudadanos una máquina tragaperras programada para dar siempre lo mismo: tres plátanos para el culo y las orejas. La boca ha de quedar libre para poder gritar y cantar.
O escupir a quien es más inteligente que ellos.
Es lógico que los adoctrinados se manifiesten y hagan toda clase de sacrificios que en su vida cotidiana no harían, por apoyar a una banda de ladrones que claman por la libertad (la libertad de seguir robando más, con más impunidad).
Es lógico que esos ciudadanos con flores en las manos e himnos en sus bocas, mañana exijan y aplaudan la extinción de otros seres humanos en nombre de una libertad que es basura, mentira y puro adoctrinamiento. Cháchara pura y dura.
Y es lógico que acudan con sus hijos, en familia y con una rosa en la mano, para aplaudir ejecuciones públicas como las de la Edad Media.
Y la chusma es como esa mujer enferma con el cerebro podrido, que cuanto más le pega su marido, más lo quiere y protege.
Está bien, no tengo nada que objetar porque la esencia humana es la estupidez.
Y de alguna forma deben morir todos esos idiotas para que la especie evoluciones, tal vez mejorando. Solo tal vez, es una probabilidad remota.
Lo que ocurrirá realmente es que la especie humana se extinguirá antes de haber alcanzado un estado evolutivo decente y mentalmente útil; pero no hay otra cosa que hacer mientras esto ocurre, que vomitar cada vez que enciendo  la tele y la observo ese breve espacio hasta que se conecta la consola de videojuegos.
No hay otra cosa que hacer más que reflexionar obscenamente despreocupado por las masacres humanas.
Uno se acostumbra a todo, como los matarifes a matar vacas y los ciudadanos a quemar judíos o lo que el trozo de mierda que adoran, les indique.
Y siempre, siempre es en nombre de la libertad y justicia.
Margaritas a los cerdos, porque no sabrían que hacer si la mierda que adoran, de verdad los dejara en libertad.



Iconoclasta

25 de septiembre de 2017

Mi alma mortal


Si tuviera alma caería sonora y pesadamente al suelo, como una viga de hierro.
Mi pensamiento es tan denso y hostil que se convertiría en el agujero negro de las almas.
Si tuviera alma, me alegraría de morir. No sentiría esta indiferencia.
¿Cómo es posible que un órgano blando, débil y semisólido pueda crear este acero hiriente que es mi pensamiento? El que me hace cerrar los puños buscando el control de mí mismo.
Si tuviera alma, los dioses todos, no me mirarían a los ojos para no irritarme.
Porque un alma como la mía, libre del cuerpo sería genocidio.
El alma muere con el cerebro, tras el colapso del corazón.
No hay almas inmortales, tan solo pensamientos que trascienden más allá de su tiempo de vida: recuerdos en otros cerebros vivos.
Y si tuviera alma, mi amor, entendería que de verdad estaría a tu lado eternamente. Tranquila, cielo. Muerto el perro se acabó la rabia.
No importa mi hostilidad.
Amo de la misma forma que odio y desprecio: a un trillón de megavatios de potencia.
Soy un sol.
Escribiendo esto un cuervo grazna irritado haciendo coro con mi pensamiento, con mi alma mortal. No debe encontrar a una cuerva que follarse.
El mismo cuervo que me picotearía los ojos si ahora me muriera, intentando arrancar trocitos de mi alma muerta.
De mi cerebro hecho papilla.
No, si tuviera alma no sería algo etéreo al morir.
Sería un hierro, algo que aplasta.
Algo peligroso y absolutamente libre e impune.




Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

24 de septiembre de 2017

Fascinante


Es fascinante asistir en vivo al espectáculo de la motivación y preparación para una guerra.
Cómo los medios de comunicación de uno y otro bando mienten y fabrican historias oportunas.
Observar a los políticos convencer a los humanos borregos de que son esclavos o delincuentes, según el bando que hable.
Es fascinante ver como crea fanáticos cada partido rival, idiotas que lo creen todo de sus políticas bocas mentirosas, llenas de ambición y mierda.
"Quiero un nuevo país en el que haya justicia, igualdad de sexos, paz, trabajo y bienestar", dice por la tele una ¡universitaria!, como lo diría un niño de seis años. Con toda esa ingenuidad.
Pero la ingenuidad en un adulto es puta ignorancia. ¿Cómo puede creer alguien semejante mierda de Disneylandia?
Es horrible escuchar a los monos.
La universitaria no sabe, que seguirá mamando una polla cada día. De otro color o tamaño; pero básicamente seguirá limpiándose inconscientemente un semen espeso de los labios. Cada día, para siempre.
Es la esencia de la política: te la hacen tragar.
Es el sistema, no hay otro.
Países... Los himnos y las banderas me ulceran la piel, me provocan náuseas. Me evocan todos el Tercer Reich y la dictadura de Franco y los putos avemarías al entrar en el colegio de maestros severos, incultos y colaboracionistas.
Millones de ignorantes con la mano en el pecho o en alto, con los rostros serios y conmovidos.
Qué mierda, joder.
Lo más degradante que he vivido, aparte de la vida laboral, es el paso de aduanas. El control en los aeropuertos, donde un asqueroso funcionario de mierda me controla y registra mis cosas. El cabrón me tiene por un asesino.
Idiotas de mierda.
Me joden la libertad y el humor con las cosas que a los monos les parece naturales.
No consigo integrarme. Y sinceramente, me esfuerzo en ello, en alejarme cada vez más de la mediocridad cotidiana.
Los vulgares monos, los ciudadanos, tragan con todo. Como si de repente no conocieran su país e historia. Creen de verdad ser esclavos o víctimas de un día para otro. Como magia que los ilumina de golpe.
Tan imbéciles para no ver la ambición, la podredumbre y la mentira de los que gobiernan y quieren hacerlo con más poder.
Miles de seres que forman una chusma jugando con flores y canciones estúpidas, sin la memoria o el intelecto necesario para ser dignos; para saber que en poco tiempo, jugarán con balas y sangre.
Mentiras y promesas... Da igual que sea un sacerdote o un político de mierda.
Si se habla ante los monos, los monos aplauden, comen bananas con la piel y se rascan el culo ante el que habla frente a un micrófono.
Y descubren de repente cosas que no eran y delitos que no existían.
La fe de los idiotas, de los fanáticos, me escuece en los testículos como una pomada corrupta.
Los monos y su fe en los oradores...
No hay cambios en el planeta, la humanidad está estancada en la imbecilidad.
Un político es un mono con una absoluta y desmesurada ambición. Por definición son timadores y parásitos.
Quieren ser reyes y jefes de estado para estar por encima de todos; con toda probabilidad, de pequeños se dejaban pegar en el colegio por una cobardía patológica.
Es fascinante observar lo previsible que son los ambiciosos y la chusma que los apoya.
Es como una lección de niño de jardín de infancia: cada maniobra, cada mentira es tan básica, tan lógica que me maravillo de que entre tantos cientos de miles, no haya nadie con suficiente cerebro para darse cuenta.
Dormir demasiado seca los sesos.
Algo así debe ocurrir con los monos.
Más me fascina mi poderoso conocimiento de la especie humana, mi cerebro quirúrgico y preciso. Soy un dios de incógnito entre una manada de idiotas.
Me fascino a mí mismo con mi frío y desangelado deseo de que haya violencia de una vez por todas. Que mueran los que deben, que mueran niños que son la excusa para hacer un mundo mejor jodiendo el presente.
Y que los niños mueran solos lejos de sus padres, los de ambos bandos.
Porque la muerte de un hijo duele un millón.
Me parece bien.
Deseo mucho dolor.
No me importa el bando que pueda ganar, mi vida y mi pensamiento no la rige ningún mierda y respeto las leyes que me convienen, e ignoro las que no.
Quiero y me gusta imaginar a esos borregos boquiabiertos frente a iluminados ambiciosos, sufrir dolor, hambre, muerte y miedo.
Es un placer que me hace estremecer con una sonrisa.
No se manifiestan o luchan por la libertad y la justicia; luchan ciegos y lerdos con la polla de un ambicioso grandilocuente en la boca.
Se merecen todo el mal posible, los dos bandos. Que en realidad, es solo uno: la misma mierda en el otro lado de la calle.
Se merecen todo el mal posible.
Y yo, como premio a mi divinidad, merezco verlo.
Precioso...



Iconoclasta

20 de septiembre de 2017

El cosmos y su imbecilidad

Es como si el cosmos hubiera centrado toda la potencia de sus rayos gamma y otras energías  para  hacer del planeta Tierra, el vivero, el mayor corral de imbéciles del universo. Nacen y se crían estúpidos sin pausa. En serie.
Y lo que es peor, nacen muchos más que los que mueren.
Son tan idiotas, tan puerilmente ignorantes, que dicen buscar la paz y el respeto y solo consiguen muerte y miseria.
No aprenden a pesar de las miles de generaciones que han nacido en las jaulas del gallinero, no consiguen recordar nada del pasado.
La humanidad es un cardumen de sardinas que atraviesa una manada de tiburones sin recordar que hace apenas unos segundos han sido devoradas docenas de ellas. Y siguen cantando sus pacíficas canciones a la mierda como si los tiburones fueran de cera.
Y lo que es peor, siguen a la sardina que va delante, que es tan imbécil como ellas.
Los idiotas suelen dar su vida (sin saberlo hasta el último segundo) por cualquier iluminado que les prometa una cerveza o unos cheetos gratis.
Y los iluminados tienen mi mismo conocimiento del ser humano: los idiotas, (el 99,0 % de la humanidad) son asfalto de una carretera que lleva a Ambición City.
Unos quieren ser presidentes de una nación o reyes. Otros prefieren la vía supersticiosa (o místico-religiosa) y dicen ser hijos de un dios; pero que en verdad son ese dios que con mucho misterio come cordero, vino e ingentes cantidades de cuscús.
Y ambos coinciden en lo mismo: siempre hay una razón para la guerra tras un periodo de paz.
Porque la guerra reafirma en el poder a quienes lo ostentan y hacen sentir al pueblo (a los ciudadanos que los mantienen millonarios) que son simples sacos terreros para detener balas.
Observando las grandes concentraciones humanos (el humano debería estar clasificado como una especie de insecto), pienso en aquel chiste que resume a la perfección la idiosincrasia humana:
-Pídeme un deseo; pero a tu vecino le será concedido el doble -le dice el genio a un anodino que por casualidad ha frotado una vieja lámpara de aceite en una tienda de cosas viejas.
El anodino piensa durante tras largas horas dejando caer gruesos hilos de babas de sus belfos, hasta que le dice al genio:
-Arráncame un ojo.
Yo no lo pensaría, pediría muchísimo dolor.
Y mi vecino es esa masa amorfa que reza, se viste con las mismas ropas que lo que ve y cantan los himnos que me causan náuseas y neuralgia.
Porque los himnos y rezos son para los humanos, lo que las feromonas para los insectos; los conecta a todos con un único, imbécil e indigno pensamiento.
La guerra es necesaria para aliviar la presión de la imbecilidad.
Hasta las piedras acaban asqueadas de esto.
Es así: el cosmos lanza esporas portadoras del virus de la imbecilidad, atraviesan la atmósfera terrestre y contamina a todos los seres humanos, excepto a unos poquísimos que son inmunes.
Una parte de esos pocos son los conocidos por mí como hijos de puta, y que gracias a esa portentosa capacidad para resistir el virus del gallinero, sobreviven generación tras generación en el poder.
Los otros son artistas y gente creativa de los que nace uno cada doscientos años.
Y todo aquel que no sea absolutamente imbécil, sabe muy bien que "poder" se escribe con "j" (quiero decir "joder", no "pojer", que siempre hay alguien con un defecto  muy acusado de ingenio).



Iconoclasta
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9 de septiembre de 2017

El más hermoso error


Eres un error, una equivocación del planeta.
Algo salió mal cuando te concibieron.
Sé lo que digo, porque siento un profundo malestar por la humanidad, un desprecio connatural desde el momento que nací. No puedo evocar a alguien que admire o ame entre tantos millones de seres muertos y vivos.
Deseo estar lejos de ellos y lo que tienen. Los rechazo como mi organismo lucha contra la enfermedad.
Eres un error, un accidente; porque pienso en ti constantemente.
Porque quiero estar cerca de ti, dentro de ti.
¿De dónde saliste, hermosa mujer? No puedo imaginar que salieras por un coño.
Tú brotaste perfecta, hermosa y completa en algún lugar secreto del planeta.
O en un lugar ignoto del cosmos.
Te parió la tierra secreta y oscuramente.
Yo, indiferente a la alegría y al dolor de la humanidad, te pienso, te sueño, te imagino. Río contigo porque me contagias, porque me apasionas.
Lloro contigo porque tu dolor son espinas que se clavan en mis ojos.
Eres el único error del planeta al que deseo besar, abrazar, follar...
Te amo tanto que te haría daño para llorar contigo, lo amo todo de ti.
Sentiría tu dolor de la misma forma que sentiría tu coño oprimir húmedo, pulsante y caliente mi verga.
Eres única, un azar irrepetible.
El último tesoro del mundo.
Me arrancaría trozos de piel para que lloraras por mí.
Por mi desdicha de no ser un error: desde que existes, todo es adocenado. Y me conviertes en vulgar a mí con tu extraña naturaleza.
Me haces anodino y pienso que no merezco amarte.
¿Y si realmente no te amo? Tal vez solo te ambiciono como un coleccionista obseso busca la pieza más valiosa.
Es solo semántica, amada rareza; un divagar filosófico de la volubilidad de la palabra. Porque el hecho es que te deseo con la potencia de mi cerebro, mi pensamiento y con el rabo duro hasta el dolor.
Tenía que ser tajante, porque la ambigüedad es la consecuencia de lo vulgar.
Ergo te amo, rareza.




Iconoclasta

6 de septiembre de 2017

Catalunya: una nueva nación, una nueva guerra civil


España y Cataluña van camino de una guerra civil motivada por la independencia de Cataluña.
Lo que me maravilla, lo sorprendente; es que la gente, el pueblo de ambos bandos piensa que el asunto de la independencia es una fiesta. Una anécdota pueril.
Es como si todo lo que ha ocurrido en la historia, no hubiera dejado huella. Los humanos son insectos con una mínima capacidad de entendimiento y con una memoria del carajo.
Una región o estado de una nación, no puede independizarse sin guerra, sin muertes; puesto que la supervivencia de cualquier ejército (el dinero que ganan) depende de la unidad de la nación. A menos ciudadanos, menos impuestos, menos dinero.
Hace miles de años, eran los militares quienes mataban y nombraban césares en la vieja Roma.
Los militares en España decidieron derrocar la república provocando la Guerra Civil Española en el siglo pasado.
La creación de una nación escindiéndose de otra a la que pertenecía, se resuelve de una forma u otra con muerte, con guerra, con violencia y con represión. El que más mate y el que más reprima al pueblo, gana.
Hay una historia muy reciente de ello en Europa del Este, a finales del siglo pasado: la guerra de Bosnia, Sarajevo y Herzegovina.
Allí murió gente, que no se crea nadie que se saldó con una fiesta de tomates maduros.
La historia me ha enseñado que el gobierno que pretende la independencia de Cataluña, ha pactado con la región militar de Cataluña para hacer frente al eventual ataque del ejército español.
Es lo lógico en una secesión: un ejército se declara en rebeldía y apoya a sus futuros y nuevos gobernantes, el otro ejército responderá.
Guerra civil es el enfrentamiento de dos pueblos y dos ejércitos, antes unidos.
Es lógico que esto ocurra (la historia y mi inteligencia son infalibles e impecables en su lógica y su experiencia) si el resultado del próximo referéndum catalán de Octubre 2017, es: "Sí a la independencia".
No será una fiesta, sería de ingenuo y deficiente mental pensar que se saldará con himnos, hurras y pirotecnia.
Se pagará con miseria y sangre. La humanidad no ha evolucionado tanto como para hacer las cosas sin asesinatos e imposición.
El rey español es el general del ejército y considerará que el gobierno catalán se ha declarado en traición y rebeldía.
Pudiera darse el caso (cosas ridículas que pueden ocurrir a pesar de que parezcan imposibles) que el gobierno catalán no disponga del apoyo del ejército  o una fuerza armada para erigirse en gobernantes y jefes de una nueva nación; creyendo con una impensable ingenuidad, que la independencia catalana se puede resolver mediante negociaciones políticas.
Yo no puedo creer esto, no puedo asimilar que un político o alto funcionario sea tan ingenuo de ponerse a debatir con otro, leyes que ninguno de los dos bandos cree ni respeta o respetará.
En el dudoso caso de que el resultado del referéndum sea: "No a la independencia de Cataluña" (cosa que me parece imposible, porque los políticos catalanes ya tienen el resultado de la votación de antemano; de lo contrario, no hubieran montado este teatro); todos estos políticos y funcionarios dejarán de tener credibilidad, deberán pagar con inhabilitaciones y prisión su rebeldía y los gastos ocasionados. Y además, alguien de fuera de Cataluña, impondrá un nuevo gobierno menos democrático y con las manos más fuertemente atadas. Mucho menos independiente.
Esta opción del "no", sería vergonzosa; es imposible con la experiencia de la historia y la del conocimiento del ser humano, que los que hoy se quieren proclamar como jefes de una nueva nación, dentro de unas semanas pudieran ser juzgados y privados de sus actuales privilegios.
La ambición se paga con las vidas del pueblo.
No era necesario vivir o atisbar una nueva guerra; pero la ambición y la negligencia de los políticos y funcionarios, nunca ha conocido límites.
Y si los catalanes son ambiciosos, los españoles también. Nadie se queda atrás, es un pulso entre iguales.
Napoleón, Franco, Hitler, Stalin, Mussolini...
Grandes ambiciosos que usaron cadáveres para escalar al podio del poder y mantenerse en él.
Ahora, en los anales de la historia del presente siglo, es necesario renovar; mejor dicho, ampliar la lista de ambiciosos y asesinos que usan cadáveres y miseria para subir al poder. Nuevos ambiciosos en el listado, es necesario que la historia no se detenga. Es una ley no escrita.
Si esto no ocurre (la guerra), es que el gobierno catalán y el español, simplemente se han dedicado a hacer una pantomima con la que distraer al ignorante y feliz pueblo de algo realmente malo que están preparando.
Pudiera ser, lo maquiavélico nunca pasa de moda.
Danton dijo: "Seamos nosotros terribles para evitar que el pueblo lo sea".
El hijo de puta ambicioso tenía razón, aunque no era inteligente; porque sin frases grandilocuentes, es lo mismo que yo pensaba de pequeño con solo conocer a los profesores de mi escuela.
Los hay que por algún error nacemos listos, sabiendo más de lo que nos gustaría conocer.
Eso sí, lo llevo con cierta vanidad, a veces me soplo las uñas con suficiencia y les saco brillo con el pecho pensando en el poderoso procesador que tengo en este cráneo pesado y voluminoso.
Buen sexo y feliz Independence Day, o lo que toque.




Iconoclasta