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27 de enero de 2008

La finca y su limpieza

Tener que hablar hoy día con algunos presidentes de comunidades de vecinos, es la conversación más idiota y marujona que puedo tener.
Hay presidentes y vecinos preocupadísimos por la limpieza de la
escalera y vestíbulo de su mierda de finca. En torno a la mujer de la limpieza gira su triste vida. Claro, se han metido en un piso que a duras penas pueden pagar para después morirse, lo tendrán en propiedad durante unos escasos diez años y no se lo podrán llevar a su estúpido nicho. Es una putada para todos aquello seres cuya única meta en la vida es ser propietarios de una vivienda. Y no tienen otra cosa que pensar que en la trabajadora de la limpieza para así ahuyentar sus frustraciones, impotencias y frigideces. Cuando se dan cuenta de que sólo han conseguido disfrutar de un oscuro y pequeño piso en el barrio más tirado de la ciudad, es cuando sienten de verdad el peso del fracaso.
Yo no, yo sólo follo.
Ayer me encontré con Miguel que es un buen y concienciado ciudadano,
con su mujer prendida del brazo.
Me abordaron en plena calle y no tuve más remedio que pararme a prestarles atención. Una situación de lo más molesta para mí.

- ¡Hombre, Iconoclasta! ¿Kay? -kay = "que hay", en japonés.

- Pues mira, que todo es precioso. -le contesté con poco entusiasmo.

Tras las consabidas preguntas de cortesía y observar quien de los dos vivía mejor y estaba mejor situado, ganó él. Cosa que me sudaba la polla.

-¿Sigues viviendo en la calle del Subnormal de los Cojones?

- Sí, y compramos el piso. El amo de la finca era ya muy mayor y
vendió los pisos a los inquilinos más veteranos muy bien de precio.

Yo le escuchaba mirando las tetas de su mujer. Las llevaba muy prietas y tenía la esperanza de que por aquel escote, podría atisbar un poco de las areolas de los pezones.
Me estaba poniendo cachondo.

- Y ahora vamos a hablar con el administrador para que le comunique a
la empresa de la limpieza que nos cambie la operaria: ¿tú te crees que se puede hacer la limpieza de la escalera y el vestíbulo en sólo cuarenta y cinco minutos?

- No sé, a mí sólo me preocupa la paz en el mundo. -le contesté
observando atentamente la entrepierna de su mujer, donde la tela se hundía en el eje central de simetría de su sexo.

Intentó reírse, pero estaba demasiado afectado.

- Si es que las sudamericanas no valen para esto.- sentenció su mujer
y la imaginé con esos labios gordos y plenos acariciando mi glande
húmedo y lustroso.- Son muy marranas.

- Exacto -terció Miguel-, pasa el mocho deprisa y corriendo, echa una botella de ambientador para que huela a limpio y se larga dejando el suelo hecho una mierda. Que la hemos vigilado por la mirilla y sólo moja el mocho dos veces por rellano.

- Si es que todo lo que encuentras ahora son inmigrantes y moros. - dijo como si no fueran lo mismo.

Miguel estaba siempre muy caliente de joven, pero era el que menos follaba y el que peor leía de la pandilla. Vamos, de lo más normal de la iberia profunda.

- Y le vamos a pedir al administrador, que no nos envíe sudacas, que son unas guarras. -la maciza de su mujer estaba un poco nerviosa con el asunto de la limpieza, pobre.

Yo estaba pensando en como sería su ano, el tiempo que necesitaría para dilatarlo y hacerla gozar como a un golfa.

- ¿Sabes que cobra casi setecientos euros al mes? Y los de aquí sin trabajo. -Miguel estaba muy encendido, incluso me pareció ver hematomas en su frente, sin duda alguna producto de los latigazos que
su mujer le propina con el elástico de las bragas.

- Sí, me acuerdo de cuando tu padre tuvo que irse unos años a trabajar a Suiza, a una empresa de productos lácteos y chocolates. ¿Cuánto tiempo estuvo allí?

- Diez años. Al menos consiguió ser encargado de planta, pero currando de verdad ¿eh? No como todos estos que entran en España.

Encargado de planta… era el encargado del almacén y el único operario. El único que manejaba la carretilla. Aún me acuerdo de las fotos que nos enseñaba Miguel a los amigos.

- ¿Está buena la sudaca?

La mujer me lanzó una mirada aviesa. Nunca me acuerdo del nombre de
la buenorra de esa mujer.
Miguel sonrió nervioso.

- Hombre, es una ecuatoriana de esas bajitas, pero monas.

Miré otra vez la marca que hacía en el pantalón la raja del coño de su mujer y se me puso dura.

- Oye, pues sino quiere limpiar bien, que se desnude, y así por lo menos tenéis espectáculo. ¿Algúna familia sudamericana es propietaria de algún piso en la finca?

- No. -la mujer parecía incómoda con mis comentarios.

- Vale, pues entonces como todas son españolas que limpien las propietarias y a la sudaca la usáis de puta. Vamos, más o menos como tu padre hacía en Suiza, que tenía que tirar de las cajas llenas de mierda que nadie quería acarrear ¿no? Los del país mandan y los inmigrantes a obedecer.

Se quedaron un poco pensativos, incluso podía oír sus cerebros girar a muchas rpm.

- Menos mal que al menos los españoles sabemos lo que es emigrar, que
si no, seríamos unos racistas como los alemanes. -les dije en plan nostálgico y bonancible.

Levantando una ceja e intentado encontrar sentido a mi comentario Miguel dijo:

- Pues sí. Es que una cosa es ser tolerantes y otra idiotas. Que son muy golfas estas tías.

Mirando de nuevo los pezones de su mujer, les comenté:

- Donde vivo, tenemos de mujer de limpieza a una puta rusa, hace lo mismo que la sudaca. Solo que después pasa puerta por puerta ofreciendo mamadas a quince euros. Mira, en eso hemos tenido suerte.
Si queréis, os doy la dirección de la empresa.

- Vale. -dijo Miguel.

La mujer no dijo nada, pero la imaginé masturbándome con sus finos dedos llenos de anillos.

- Bueno, pareja. Me voy que tengo que comprar unas bragas para mi mujer y un paquete de condones, que llevamos unos días que no paramos…

Y continué mi camino pensando en lo bonito que es un país tolerante con otras culturas y razas. En el que los obreros se encuentran, se reconocen como tales y se respetan. Eso no existe, tampoco soy gilipollas.
Una mierda.
Un país como España lleno de palurdos hijos de emigrantes, seguirá siendo toda su puta vida un conjunto de incultos intolerantes.
Pero yo a probar condones, que es lo mío.
Buen sexo.


Iconoclasta

18 de enero de 2008

Cosmos negro

Cuéntame tus secretos, susúrrame todas y cada una de tus penas y frustraciones. Confiesa que tu vida es una mierda. Confiesa que no vives, sino que sobrevives.

Que soportas como yo, los días sobre la espalda, penosamente.

Tristemente, mi cielo.

Mi cosmos es negro.

Gravitan las carencias como los satélites en torno al negro planeta sin nombre. Y gravita tu ausencia en mi cerebro creando sinapsis apagadas. Mi pensamiento es unidireccional, directo a ti.

Por eso, mi vida, cuéntame de tus lágrimas. Dime cómo es tu soledad de triste.

Dime todo eso y hazme sentir hombre, quiero ser tu salvación. Quiero ser tu dios, el que ilumine tu camino.

Tu esperanza.

Una puta esperanza que se pudre en la lejanía de un largo recorrido hacia ti y tu cuerpo.

Quiero ser un astro que viaje a tu encuentro arrastrando esta estela de negra pena, de negra ansia por ti. Una estela de improbables besos, una estela de esperanzas que se hacen añicos como gas congelado al chocar contra pequeños asteroides, contra pequeños seres que dificultan mi camino hacia ti, hacia tu cuerpo.

Y si tu vida no fuera lo triste que es la mía, si acaso (maldita seas) fueras feliz; miénteme. Por lo que más quieras. No dejes que viva solo este infierno; no me dejes viajar por este universo oscuro sabiendo que jamás seré correspondido. No puede hacerte daño mentirme. Y sabes que te creeré.

Si lloras, aunque no sea por mí, deja una lágrima prendida en la órbita de la Estrella Desbocada, llegaré a ella y clavaré ese cristal en mi frente: una lágrima de posición en este viaje en el universo oscuro por el cual viajo hacia ti.

Hacia la luz.

Amo cada una de tus penas.



Iconoclasta

4 de enero de 2008

El puente


El puente está tendido en el aire y no sé donde se sujeta, no sé donde acaban los tirantes de acero que suben hasta el cielo ni veo donde se asientan los pilares.

Abajo sólo hay vacío y arriba también.
Es de tal magnitud el vacío, que la zozobra se instala atenazándome el ánimo y provocando un temor profundo.

Atávico.

¿Quién ha podido crear semejante construcción en esta nada? ¿Qué fin tiene? ¿Cuál es su origen?

Y está roto, estoy en el borde y más abajo continúa hacia un horizonte invisible, como si el blanco, o la transparencia del aire se lo tragara a millones de kilómetros.
Y… ¿Por qué salta la gente los seis metros de altura que hay desde aquí hasta la estrecha pasarela inferior? Es tan escasa...

Caen con fuerza, se quejan, se levantan y algunos siguen caminando cojeando.
Siento angustia, horror a saltar y caer fuera de la estrecha pasarela. Porque si caigo, agonizaré eternamente.

Saltar es un camino sin retorno.
Una vez haya bajado, no podré subir.

Y tras de mí, se extiende igual hasta ser engullido por la luz.
Saltan con total tranquilidad, tienen que saber adonde van. Deben saber algo sobre el puente porque no dudan.

Yo no sé que hago aquí, no importa. No es importante, porque todo lo ocupa mi temor, mi naúsea.
No se mueve el aire, no hace frío ni calor.
Sólo se instala un terror en mi caja torácica, es una presión que apenas me permite respirar.

Pasan por mi lado, algunos me rozan y saltan.

Y no hay ruido, es un mundo sordo.

Es tenebroso en la total y deslumbrante claridad de la indiferencia y la asepsia.

No siento hambre ni sed.

Y así, la muerte es peor que todo lo que nunca imaginé que podría ser.

Odio los puentes, siempre los he odiado porque llevan inevitablemente a la otra orilla, al otro lado. Y no hay más camino, no hay más sorpresa que un traspiés, que una barandilla rota o una caída sin fin.
El temor se esfuma, puedo respirar mejor.

Continúan: saltan, caen, se rompen, se levantan y caminan con las piernas deformes.

Un paso más.

Si no salto no avanzo.

Salto.

No hay angustia, no hay miedo y cojear no duele.

¿Por qué está parado ese hombre? ¿Por qué no salta? ¿De qué tiene miedo?

A veces tengo la sensación de haber vivido antes este instante.

Salto con la sensación de que el hombre está aterrorizado mirando al ¿cielo? ¿al vacío? A la nada.

Salto.

Todo es puente, y un puente se ha de cruzar. No hay nada más que hacer, que pensar.


Iconoclasta

29 de diciembre de 2007

Renacentista

Es mentira, el planeta no gira sobre su propio eje ni da vueltas alrededor del sol. Todo gira en torno a mí.
Soy un hombre del Renacimiento.
Me siento renacentista.
Me siento centro. Centro de placer y centro de gravedad.
El único.
Soy el centro del universo y tú mi satélite.
No es un enfermedad mental la mía, sólo quiero hacerte feliz y creas que me he convencido de que soy el ser en torno al que giras, y no al revés. A veces fumas maría y ocurren estas cosas, que te confundes conmigo cuando nos revolcamos, cuando nos enganchamos, cuando te jodo montada encima de mí.
Y es difícil saber quien es quien cuando las pieles se han pegado tan íntimamente y el sudor se ha mezclado. No sé de quien es el pensamiento que se ha enredado en tu cabello.
Me llamas dios…
¿Sabes que cuando te das la vuelta me llevo un dedo a la sien y lo giro mirando a la cámara fijamente, con divina paciencia. Y digo con la voz muy baja a los espectadores, que las diosas tienen algo de locas en su desmesurada pasión por alguien al que ilógicamente aman?
Dices girar constantemente en torno a mí. Estoy de acuerdo en que no te estás quieta un momento.
Así no hay quien te de un beso largo, eterno.
No hay quien te pille.
No me creo el centro del universo, pero me convences con esa inquebrantable voluntad de amarme.
Ego te amo y te hago mi esclava. Mia…
Si soy dios, que se haga la oscuridad en el mundo. No necesito nada más.
Ya me tienes bastante distraído.
Por mí, el mundo se puede ir botando por el universo de galaxia en galaxia si le place. Con ser tu centro me basta.
No puedo ser un dios; ningún dios pierde la calma como yo. Y sólo las diosas sonríen comprensivas con sus pechos erizados y aún empapados por la saliva de su renacentista hombre, cuando éste reposa la cabeza en su vientre.
Vas a tener que dejar de darle a la maría.
No te rías, anda.
Y tiene gracia, porque no tengo proporción perfecta; Leonardo da Vinci no podría encajarme en su cuadrado ni en su círculo. Sinceramente, precioso satélite mío, el artista se mesaría las barbas desesperado si yo fuera su modelo.
Me sentiría ridículo ahí en pelotas con las piernas y los brazos extendidos. Con una hermosa erección, sabiendo que soy observado por tus ojos.
Soy un renacentista morboso. Un David un tanto grotesco, pero con mejor color de piel y más dotado sexualmente, la verdad.
No es por nada, pero creo que Miguel Angel quiso consolarse de algún tipo de complejo.
Y esto me hace sonreír, porque si fuera Dios crearía quince más igual que tú y os haría madres a todas. Que no sólo de amor y arte me alimento, también soy carnal.
De hecho, de arte no entiendo nada.
Sería un sol con quince satélites girando a mi alrededor, moviendo sus sugerentes pechos de pezones oscuros y grandes y de tangas de sorprendentes colores y …
Estamos abusando de la marihuana, ¿no crees?
Somos un trozo del Quinquecento, un detalle de una obra de Botticelli. Nos han encajado a la fuerza en un mundo que se empeña en girar porque está loco, está perdido.
Dos centros que ignoran el mundo desde un palco pintado en la Capilla Sixtina.
Esta maría pega bien ¿eh?
Ven siéntate en mis rodillas, en las de tu dios. Que te voy a enseñar algo de arte renacentista, listilla.

Iconoclasta

23 de diciembre de 2007

Violeta

He cargado la pluma con tinta violeta. Dicen que es un púrpura azulado, un azul rojizo. Ambigüedadades cromáticas, imprecisiones que hoy, no importan. Es un color sereno.

Una serena pasión. Lánguida y perezosa, persistente y cálida.

Sonrío sin más, porque estás, porque te siento. Hoy tengo bastante con ello, no deseo devorarte como si viviera mi último día. Busco tu risa feliz.

Y no es por cansancio, es que me apetece dejar la espada y el escudo. Bañarme por los invisibles violetas del sol y que se caliente la piel. Que arda el sol lejano y me irradie de serenidad lumínica. Me he propuesto estar en paz con La Tierra.

Estar en paz en ti.

Rayos invisibles como el color de tu alma clara; violetas serenos como tus ojos observando mi vida con un parpadeo lento, íntimo.

Que se temple el espíritu y la vida se sature de un azul púrpura. Que la sangre corra tranquila por las venas como dulce es la vida cuando me guías.

Cuando ciego llego a ti.

Tinta violeta que he sacado de mis ojos, de mis lágrimas hoy raras, y serenas y felices. Te ungiré con ellas como un sacerdote pagano a la mujer desnuda. Escribiré de la paz y del amor en tu vientre.

Y evocaré tempestades en tu piel como recuerdos, como futuros.

Certezas de que te amaré por siempre.

Son descansos líquidos que gotean de mis labios a tu vientre trémulo.

Premios de la vida a un exceso de lucha, de pasión.

Borrones como violetas sobre tu piel.


Iconoclasta

15 de diciembre de 2007

Con Z de zafio


A veces me traigo el trabajo a casa para estar más tiempo con mi familia. Y así me relajo, me siento en el sillón con un cigarro colgado de los belfos, me hidrato bien el pene y comienzo a probarme el condón del lote que me he traído de la fábrica para sacarme una pasta extra.

Es que soy un probador de condones vocacional y por qué no, prefiero pelármela que ayudar a mi mujer en las tareas domésticas.

Mi hijo a veces me ayuda abriendo los estuches de los condones y mi mujer me la chupa mientras mira España Directo. Somos una familia la mar de normal.

Excepto por mi hijo, es que no sé de donde ha sacado la imaginación.

Me estoy corriendo, un momento.

— Puta, trágatela toda.

Siempre me pongo cariñoso cuando eyaculo y a mi mujer le gusta que le hable así. Mi hijo se ríe el muy pícaro.

Bueno, pues quería decir que somos una familia de lo más normal, salvo por mi hijo: Iconoclastito. Tiene una desmesurada imaginación y salvo por las faltas ortográficas sobre el uso de la “z” ha hecho una magnífica redacción para la clase de educación ciudadana zapatera.

Y digo imaginación porque se ha inventado una historia de lo más divertida en la que dice ser hijo de un matrimonio divorciado. Tan pequeño y tan atrevido, tan provocador…

Tan mentiroso… Estoy tan orgulloso de él…

Estoy seguro de que le darán una buena nota y como me siento tan bien con mi polla lustrosa que ahora chupa mi santa y con la imaginación de mi hijo, os dejo esta redacción para que veáis la fuerte carga dramática que sabe imprimirle a un hipotético matrimonio divorciado.

La Z ez nueztro camino. Por Iconoclaztito.

Loz tranzzexualez ya pueden hacerze un chocho con zu propia polla, con el dinero que noz roban de la nómina.

Loz maricaz pueden adoptar hijoz y a loz niñoz noz enzeñan en loz colegioz que hay que zer un buen ziudadano y huzmear en la mierda para que no ze cuele una botella de pláztico en el contenedor del vidrio.

Zi hemoz de hacer pipi, noz dicen que noz reunamoz en los lugarez que loz ayuntamientoz tolerantez y progrez han preparado para nozotroz (educación ciudadana). Hay urinarioz en todas las ciudadez ezpañolas, en loz barrioz máz humildez para que todoz loz botellonez que ze han de reciclar, zirvan para que loz eztudiantez lez demoz patadaz y noz meemoz en elloz zin moleztar a loz que máz dinero ganan y mandan.

Ez maravillozo vivir en Ezpaña; azí como zuena, con z de zojones.

El que zeamoz loz obreroz máz pobrez de Europa, ez algo que hay que obzervar con optimizmo, laz hipotecaz zuben y no tenemoz porque zer alarmiztas y hazta comprar un lata de atún requiere un eztudio económico.

El otro día noz enzeñaron en el colegio a cortarnoz los peloz de la zejaz para parecernoz a Zapatero, que ez nueztro mezías.
Mi papá uza el tren para ir al trabajo y como eztá tanto tiempo ezperando el tren y el autobuz, ze ha juntado con una puta tranzzexual que laz mama a quinze euroz en la eztación de Zants.

Ahora zoy hijo de un matrimonio divorciado y como me he engordado durante eztaz vacacionez, los zervicioz zocialez me quieren llevar a un campo de concentración lejoz de mi madre porque no lez guzta a loz zeñorez gobernantez que ezté gordo. Me han hecho vomitar en el comedor de caza para obzervar zi he comido hamburgueza para cenar.

Zi un hombre malo le pega una patada a un mujer, ez un criminal y va a la cárcel. Zi unoz zeñorez matan a otroz con un dizparo en la cabeza, entoncez hay que hablar y eztudiar que ze puede hacer. Loz etarraz zon zeñorez que ze cuidan de proteger a laz emprezaz para que loz gitanoz rumanoz y nazionalez de mierda no lez quiten la chatarra.

Tampoco eztá bien pegarle fuego a laz fotoz del rey, porque el rey ze cabrea, el zapatero ze acojona y todoz tienen miedo a que el ejército que manda el de la foto quemada, ze enfade y noz mate a todoz a tiroz.Y ezto no ez democracia, porque un rey ez un tirano y zi no lo ez ¿para que cojonez hace de rey zi hay prezidente? Ezto ez un rollo, me voy a fumar un cigarro de marihuana porque noz dejan cultivarla en caza; pero oz juro que no fumo tabaco zoy un buen ciudadano; ademáz, el tabaco ha zubido mucho y mi mamá tiene que poder darze un capricho dezpuéz de tanto trabajar para nada como dice ella.

Mi mamá dice que zi a otros lez hacen una polla nueva o un coño máz chulo con zu ezfuerzo, a ella le pueden pagar loz medicamentoz para el cáncer. Que baztante le chupa la polla al cabo del día al hijoputa machizta que cobra máz que ella y trabaja nada.

Cuando tengo que pazar unoz díaz con mi padre, me dice que le han quitado loz puntoz del carnet de conducir porque no zupo ezquivar a tiempo una piedra que le lanzaron unos mierdaz de niñoz gitanoz, hijoz de traficantez de drogaz. Y dice riéndoze como un loco, que loz policíaz y el alcalde lez chuparon la polla a loz jefez gitanacoz (“patriarcas de mierda. Sic) porque no tenían cojonez a plantarlez cara ni a meter en la cárcel a eza piara de piojozoz.

En fin, que en la ezcuela noz dicen que nueztroz papaz voten al PZOE y Zapatero, porque zi no lo hacemos y gana otro partido, habrá una guerra civil y ya no zeremos librez, ni ziquiera para fumar marihuana.

Loz faciztaz zon unoz reprezorez de laz libertadez. Y el profezor noz lo hace repetir al entrar y zalir de claze.

Puez yo no acabo de verle la gracia, porque me han dicho en nombre del bieneztar público, que en cuanto adelgace y me haga un poco máz mayor, me mandan al Líbano a matar moroz, que ez lo mizmo que en Irak pero al gobierno que vela por nueztra zalud, le zale máz barato. Iconoclazta jr.

¿Cómo no voy a querer a mi hijo?

— No llores Vero. Es sólo una redacción infantil de unos padres divorciados, lo normal de hoy día.
La muy guarra no lleva bragas… Parece mentira que sea mi mujer con lo buena que está.

— Anda, siéntate en mis rodillas que te voy a consolar de ese sentimentalismo llorón.

— Y tú, Iconoclastito, haz el favor de corregir toda esa mierda de zetas, coño. O te pego una hoztia.

Me encanta ser ezpañol y ser amo de una familia feliz que me alienta en mis pajaz.

Buen sexo.


Iconoclasta

23 de noviembre de 2007

Meando


No necesito darte grandes e impactantes pruebas de amor, no pides pasión desmedida. Ni siquiera te pido ser tu único hombre.

Duermo y sueño que te follo, con eso me basta.

Me bastaba en un principio… En el de los tiempos.

Despierto pensando en ti; no siempre, pero en más ocasiones de lo que la cordura aconseja.

Despierto con el deseo de metértela dormida, embestirte con los ojos legañosos.

Con la polla dura por excitación y ganas de mear.

¿No es un poco tortuosa nuestra naturaleza humana? Las lágrimas, o son orina o lo más parecido a ella. Agua no es.

Sudor tampoco.

Ergo las legañas son cálculos.

Hace unos segundos que estoy despierto pero no me apetece levantarme aún, el pene está entumecido y ponerse en pie es incómodo con este hierro entre las piernas.

Al final, me incorporo y arrastro descalzo esta cadena de asociaciones de ideas que me lleva al lavabo a mear con la polla tiesa.

Un alma en pena y empalmada…

Puede que te rías.

Normalmente te ríes de mi cruda pasión cínica y obscena.

Me gusta mear, cogerme el nabo duro con las ideas aún apelmazadas y confusas agitándose en este cráneo ahora vacío y dejar escapar la orina, pensando en lo que sería que unas manos distintas a las mías rompieran este rito de intimidad que es la primera meada del día.

Algo de deseo sexual puro y duro.

Duro… Valga la redundancia.

No me digas nada, solo ven, sígueme. Colócate detrás de mí y saca mi pene por encima del elástico del pijama. Cógelo y encáralo al inodoro.

Yo apoyaré las manos en la pared, me dejaré hacer con tus pechos aplastados en mi espalda.

Gemiré desinhibidamente, y desinhibidamente dejaré escapar la orina con la esperanza de que tus cálidas manos hagan lo imposible: que consigan extraer el semen al tiempo que la orina.

Es mi fantasía.

No soy un enfermo, no soy un sucio. Sólo estoy medio dormido, medio salvaje. Embrutecido.

Sólo son confidencias de amante, juegos y deseos que nacen de un cerebro que aún no ha asumido su papel en esta mierda de día. Es demasiado pronto para tener en cuenta lo aprendido, lo correcto para mantener una relación cordial con el mundo.
Estoy aún en esa fase en la que escupo flemas y trato de tolerar con desgana la realidad de otro día que, sin duda alguna será igual que el de ayer.

De una frustración cuasi angustiosa que me hace pensar en venas cortadas, porcelana ensangrentada, orina y sangre. El filo sucio gotea sangre espesa.

La corrida de un muerto, semen agonizante…

Es todo tan feo, tan gris…

Sólo eso te pido, ayúdame a mear, dame consuelo en las duras mañanas en las que el erecto miembro se bambolea tieso camino al lavabo.

Quiero gemir de placer entre tus dedos, entre semen y orina.

Si es posible…

Correrme de pie, con tus manos manejando esta polla que no se dobla, que de tan rígida me duele. Me atormenta.

Quiero sentir este momento íntimo, sacrificar mi único instante de aislamiento y ofrecértelo. Ese momento en el que aún no soy del todo consciente de lo cautivo de ti que es mi pensamiento.

No puedo ofrecerte más que esto, es mi única prueba de amor y deseo.

No soy un guarro, no soy un enfermo.

Sé que te excita aunque tu boca dibuje un desagrado: te muerdes el labio inferior sin darte cuenta; tu coño se hace agua con sólo pensarlo.

No es presunción, no es un alarde tener la certeza de conocer cada uno de tus ademanes, de tus gestos; es mi prerrogativa de amante, es mi premio al amor que te consagro.

Es lo que me gano día a día amándote y deseándote.

Tengo ganas de mear, tengo ganas de que me la saques tú, de que me la menees tú. De que suspires a mi espalda mientras la orina brota guiada por tus dedos.

No soy un guarro, no soy un enfermo.

Simplemente a estas horas, aún no soy humano.

Me voy a mear.

¿Me acompañas o no?



Iconoclasta

17 de noviembre de 2007

El dios Shiva entre idiotas

En la India, una niña nació con cuatro brazos y cuatro piernas. Durante esta semana ha sido noticia la operación a la que la han sometido para cortar esos miembros sobrantes, restos de un hermano gemelo que no consiguió desarrollarse.
Pero de esta noticia, lo que más llama la atención, es que la familia se negaba a que a su hija la operaran. Decían que era la reencarnación del gran Shiva el destructor.
Y no deja de ser irónico, ya que en la mitología hindú, este dios es una especie de asesino a sueldo por encargo de otros dioses. Un instrumento para controlar la natalidad de la humanidad.
Los dioses tienen miedo de que los humanos puedan serlo tambén.

Y yo pienso en esa familia de hijos de puta, en su puta madre, en su puto padre, en sus mierdas de abuelos, en sus asquerosos hermanos y putos tíos y primos.
¿Cómo unos padres pueden ser capaces de joder la vida de su hija más de lo que la tiene ya?
Esa niña no debería volver con esa familia de tarados subnormales. Que quemen a la familia entera encima de una balsa, en el Ganges sucio y apestoso.
Místico como una mierda en un altar.
No te jode...
¿Respeto por una civilización o religión? Que respeten primero a sus hijos.
Pandilla de hijos de puta...
Porque ser pobre o ignorante no es una excusa para ser un hijo de puta avaricioso y querer exponer a una persona con una seria deformación como un monstruo de feria.
Me meo yo en el misticismo de los hindús.
La madre que los parió. Lástima que Inglaterra en su tiempo no hubiera hecho algo más definitivo con esos idiotas.
Bueno, me la voy a pelar pensando en como Shiva es capaz de masturbar a cuatro tías hindús y buenorras con todo ese follón de brazos. Soy pelo fetichista.
Pero no permitiría el sufrimiento de un hijo mío.

Buen sexo



Iconoclasta

12 de noviembre de 2007

A Ítaca con Cavafis

Constantino Cavafis (Konstantinos Petrou Kavafis 1863-1933).

Poeta griego, uno de los más importantes del siglo XX y representante del renacimiento la lengua griega moderna.

Periodista y funcionario, publicó poco en vida. Fue tras su muerte cuando sus obras consiguieron lentamente la notoriedad.

Fue poeta urbano e introspectivo y su homosexualidad manifestada sin pudor, fueron las causas que demoraron su fama. En 1960 los movimientos homosexuales, lo elevaron a la categoría de icono cultural.

Ha influido notablemente en escritores como Luis Cernuda y Jaime Gil de Biedma.

Corrigió sus poemas con minuciosidad, hasta tal punto que algunos tardaron diez años en acabarse.

Se movía bien entre la decadencia de los grandes momentos históricos.

Hoy día, sus poemas más leídos son los relacionados con el erotismo homosexual (”Recuerda, cuerpo…”).

Aquí, en Ítaca, Cavafis nos enseña como hacer el viaje hacia la legendaria isla. El viaje que adquiere todo el protagonismo y convierte la meta en un espejismo que nos sirve de faro en nuestro viaje hacia lo mejor de nosotros mismos. Si lo tuviéramos, claro.


Ítaca
(Poemas Canónicos, 1895 - 1915)

Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones ni a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Ítaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Ítacas.


Iconoclasta

4 de noviembre de 2007

Idiotas, idiotas, idiotas

Idiotas, idiotas, idiotas

¿Qué os habéis creído? Sois tiranos con un falso halo de tolerancia y cultura. Sois unos palurdos, unos poderosos sin cultura ni inteligencia. Sin escrúpulos y sin vergüenza.


Idiotas, idiotas, idiotas.

Sacerdotes de sotana negra por suciedad y roña, hambrientos de limosnas y poder condenatorio. Carceleros rabiosos y frustrados que acosáis mi libertad en nombre de vuestra mierda de democracia.


Idiotas, idiotas, idiotas.

Sabuesos enfermos de envidia que olisqueáis mis genitales, que sentís envidia del humo de mi tabaco y del sabor de mi comida. E ignoráis muerte y dolor.


Idiotas, idiotas, idiotas.

¿Me queréis sano, torquemadas del siglo XXI?
No… Me queréis sólo imbécil. Imbécil antes que sano.


Idiotas, idiotas, idiotas.

Matan, violan y mueren seres por el hambre. Bajo el eufemismo de “adopción”, vendéis niños, comerciáis con seres humanos. Hasta yo pagando unos miles de euros, me puedo llevar puesto un pequeño chino a mi casa.


Idiotas, idiotas, idiotas.


Con lo mal que lo habéis construido todo y la forma en que lo empeoráis. ¿Me perseguís por fumar o comer hamburguesas?

Sois patéticos y ridículos proyectos de inquisidores sin cerebro, que apenas sabéis hablar.


Idiotas, idiotas, idiotas.



Preguntad a los hambrientos y a los asesinados cuánto les molesta el humo de mi cigarro, o una hamburguesa gigante.


Idiotas, idiotas, idiotas.



Mirad idiotas, mirad al cielo y ved las estelas de vuestros cazas de guerra a reacción: ¿Cuánto dura en la atmósfera toda esa mierda quemada? ¿Cuánto dura el humo de mi cigarro?


Idiotas, idiotas, idiotas.



Me voy a fumar un cigarro, idiotas; que me tenéis harto.

La madre que os parió…

Idiotas…



Iconoclasta

1 de noviembre de 2007

El día de los muertos



Hoy ha sido un día de dicha y felicidad, los fiambres bailaban felices en sus tumbas y las colas por verlos eran inmensas. Casi que me han dado ganas de comprar una entrada para ver unos muertos y tirarles unas flores con todo mi cariño.

Los cementerios son hoy unos divertidos parques temáticos. ¡Halleluyah!

La vida es una constante ironía, un sarcasmo nada sutil y una ambulancia recogía hoy el cuerpo de un viejo en la entrada del cementerio. Yo creo que se ha agotado su vida en la entrada. Le dijeron de pequeño que el uno de noviembre tenía que entrar en el cementerio; y desde entonces no lo olvidó, y año tras año ha esperado su turno para acudir a él.

Y pensar que los días que no son uno de noviembre, los cementerios están vacíos...

Mejor será, en lugar de una piscina, instalarse un cementerito en el jardín para las celebraciones del uno de noviembre. Y así podemos decorarlo a nuestro gusto y pasar un día feliz con el fiambre.

Buen sexo en el día de toslosmuertos.


Iconoclasta

29 de octubre de 2007

Extraña mujer

Extraña por este amor que siento con solo leerte, extraña por esta sensualidad que se leen en tus palabras en tus expresiones de amor. De una desmesurada ternura.
Eres inhumana en tu amor.
Extraña porque no hay nadie como tú.
Mi preciosa extraña.

Mírame escribir, susúrrame al oído tus palabras de amor y ternura, haz que mi corazón galope y mis ojos se entrecierren. Acércate mi vida, acércate hasta que pueda oler tu piel, sentir tu aliento.

Hasta que pueda rodearte con violencia entre mis brazos, con la violencia de un hombre desbocado que te ansía. Déjame que te bese y te arranque la ropa, que te ame y te insulte por lo que me haces, por esta forma en la que me has hecho esclavo de ti.
Te amo con la fuerza de un instinto, con la pasión del animal que late en mí.

Quiero besar tus labios hasta que me sangren, quiero arrodillarme ante ti y besar tu sagrado coño, lamerte hasta sentir el gemido escaparse de tus labios, rendida a mi, a mi boca sedienta, a mi pene entumecido y duro de puro deseo.
Tanto amor que se enquista en el cerebro y duele tu lejanía…

Tomaré tu cuerpo, erizaré tus pezones con mi lengua ávida, no quiero ver tus ojos de miel, no me mires.
Sólo quiero penetrarte, hacerte pagar este tormento.
Este júbilo, mi vida.

Follarte y hacerte mía hasta en las entrañas.
¿Lo sientes? Esto es escribir, es mi pene latiendo, descargando tinta. Húmedo por tu magia, por tus palabras. Por tu ser lejano y siempre presente.
Tal vez sea locura…

Y sin embargo, mi pene te busca, pulsa brillante y húmedo preparado para la toma de mi amada.
Las venas se retuercen como raíces buscándote, buscando tu boca, tus labios, tu sexo empapado.
Penetrarte…

Mala mujer cruel… ¿Qué me has hecho? Este tormento…
Me obligas a abrazar el vacío, el lugar donde debieras estar.
Y mi puño cerrado en mi pene, soñando tu boca, soñando tu coño húmedo.
Rememorando tu voz, pensando en como serán tus gemidos, tus placeres más ocultos.
El hombre está desbocado. Estoy desbocado.
Y el semen corre por entre los dedos, entre los ecos de un placer que ha explotado.

Un semen triste y frío en una agónica lejanía.
Eres extraña, una amada extraña.
Algo que jamás soñé encontrar.


Iconoclasta

25 de octubre de 2007

El premio Planeta

Hay premios literarios y premios importantes que aunque premien libros, han de buscar como sea vender lo que tienen.
El premio Planeta parece una especie de tómbola donde por algún oscuro azar queda un presentador de televisión con cierta amanerada verbigracia homosexual, como finalista.
Es lógico, si yo fuera editor buscaría vender, sobre todo, tras los fastos que rodean la celebración del premio y la cuantiosa suma que ofrece al ganador.
Se han de amortizar los gastos y cualquiera sabe que seguramente venderá más libros el Boris que el Millás. Es un pálpito que tengo.

Soy desconfiado por naturaleza. Por experiencia.
Y así, con amanerados chillidos y homosexuales bromas, los personajes más populacheros se hacen un rinconcito en la mente estúpida de los lectores que menos leen y más ven la tele (nada de lo que sentirse orgulloso, por cierto).
Es que si no es el gobierno, es el Planeta. La cuestión es tocar los cojones.

Buen sexo.


Iconoclasta

Libros bonitos

Faltan ediciones que hagan de la literatura un placer para la vista, no tan solo por el mensaje que un libro lleva, por su temática; sino por su factura. Un libro debe disfrutarse leyendo y ojeándolo, incluso tocándolo. Algún cambio de color en la tipografía, fuentes atrayentes.
Dibujos, filigranas.

Sea cual sea la temática. Y es que hoy día, con la informática y la rapidez con la que se edita un texto, no puede representar un incremento escandaloso en el precio. El libro, en esta época visual, ha de aportar lo mismo que internet y algo más: el tacto y el olor del papel.

Hace muchos años, las ediciones se cuidaban, se hacían para atraer a la gente hacia la literatura. No basta una portada llamativa; a quien el leer le aburre o no le llama la atención, un libro le ha de provocar al menos, la curiosidad por ojearlo, por recordar un pasaje en tinta roja o rosa y admire algún pequeño detalle entre tantas letras negras. Que incluso el papel tenga un fino aroma.

La literatura es un arte y el libro, su soporte, tiene que ser el marco perfecto. Algo que nos haga mirar la estantería, coger esa joya y ojearla de vez en cuando. Y de vez en cuando se leerá un poquito más. Todo ha avanzado salvo los libros de literatura, se han ido empobreciendo.

Las editoriales deberían realizar, repito, con los medios de hoy día, formatos de libros más atrayentes. Incluso revivir las antiguas publicaciones en forma de cuadernos; podría ser una entrañable forma de incitar al público a leer. La literatura merece un vehículo más trabajado, más vistoso. Como lo son los marcos de las grandes obras de arte.
No puede hacer daño un libro bonito.

Buen sexo.


Iconoclasta

15 de octubre de 2007

Escribiendo


El encanto de escribir… ¡Ja!

Y una mierda.

Ya me contaréis que encanto hay en escribir lo que este cerebro podrido está pensando. Es que no encuentro nada bien ¿o soy yo el que no está bien?
¿Hoy puede ser un gran día? Odio el optimismo facilón y presuntuosamente cándido. No hay nada que me haga pensar a estas horas de la madrugada, que mañana pueda ser un gran día. Parece una oración sectaria:


- Soy Pablo y hoy es un día precioso, todo a de salir bien.- diré al despertar.

- ¡Buenos días, Pablo! Hermoso día, tendrás.- me responderá la puta vida.
No soy alcohólico ni necesito terapia de grupo.

Joder.

Un gran día… Nunca he tenido esa sensación al despertar cuando me rasco los cojones camino del lavabo y el humo del cigarro colgado de los labios me hace llorar.
Y me hace llorar porque el humo irrita mis preciosos ojos verdes, no soy una nenaza que se emociona ante un nuevo y esperanzador día.
Unas lágrimas corren por mis sonrosadas mejillas. No puedo evitar un poético arrebato a costa del irritante humo.

Narcótico…

Resulta que apenas voy a tener tiempo de cagar cuando ya he de estar camino del trabajo, y el trabajo son más de diez horas perdidas, sin libertad, sin goce, sin agrado.

Escribir…

Diez horas sin escribir… Es mucho tiempo.
Una mierda, escribir es una enfermedad, la pseudo-terapia de un hombre frustrado, de un hombre que no admite todo este gris que lo impregna todo.

Y no soy un daltónico o un monocromático o como mierdas se llame eso. Capto los colores, me avasallan, pero en mi mente viran al gris de una forma casi trágica.
Porque soy fuerte, pero sé de humanos que se han levantada la tapa de los sesos de un tiro por culpa del gris, mirándo su tez grisácea y la plomiza bala aportando más gris a su último instante de vida.

Escribir es liberador… Y una mierda, el frustrado siempre busca ser amable consigo mismo y convertir su insania en una habilidad. Quien no se consuela es porque no quiere.

Pues hoy no me sale de los huevos consolarme.

Escribir es una pérdida de tiempo. Escribir es una condena por una vida vacía, es construir un universo de mentiras e intentar meterse en él para huir.
A veces uno tiene momentos de lucidez, de una mortificante sinceridad.
Esto es un bochornoso espectáculo; pero si no escribo me muero.

Escritor…

Y una mierda.
Simple frustrado y poco más.
Menudo día me espera mañana…



Iconoclasta

10 de octubre de 2007

El hereje Salvador Gaviota

Juan Salvador Gaviota es un relato de Richard Bach. Una parábola que rinde homenaje al individuo y humilla y ridiculiza el corporativismo, elitismo y el tan cacareado trabajo en equipo de hoy día.

Una gaviota decide hacer acrobacias y la bandada lo repudia por ser diferente, a grandes rasgos, claro.

Hoy día, esta fábula constituye una herejía. Los gobiernos están lavando el cerebro de la masa para anular al individuo y uniformar al pueblo. La globalización sólo es un reparto más equitativo de la pobreza en el planeta y el selecto círculo de ricos y poderosos se transforma en un oráculo de iluminados y dioses pervertidos.

Hoy día, ese gran Juan Salvador Gaviota sería multado, sancionado y privado de trabajo y casa por no formar parte activa de la manada, del rebaño. Si en el poético y trágico relato ya es metafóricamente crucificado el Salvador; en nuestra época, en estos momentos, sería simplemente acallado por alguna puta o chulo de los programas habituales de las televisiones y ni un solo graznido de su pico llegaría a nosotros.

Los medios de comunicación son hoy día, el brazo ejecutor de la represión del individuo. Lo que no había conseguido el oscuro comunismo soviético, lo están consiguiendo las grandes cadenas de comunicación siguiendo programas bien dictados por los gobiernos.

Sólo el individuo como tal y como unidad puede realizar logros importantes, los grandes compositores y científicos no se reunían en rebaños para que entre todos los borregos pudieran componer un aria o dar con una constante universal.

Incluso en los más banales detalles, el borreguismo y la uniformidad está presente para acabar con cualquier asomo de individualismo; y así, a la vulgar plebe, le plantean el debate sobre si sus hijos han de ir o no uniformados al colegio.

El trabajo en equipo, los logros que quieren del pueblo son medios para evitar que aparezcan libres pensadores que pongan de manifiesto que el hombre, en algunos casos, no es una res más, si no un individuo capaz de hacer lo mismo o mejor que hace el presidente, empresario o tirano de turno que gobierna hoy cualquier país .
Richard Bach adora al hombre porque el hombre inventó el avión.

Y adorar al hombre como unidad e individuo es precisamente odiar a la humanidad como manada. Y para un hombre así no puede ser difícil dejar caer una bomba sobre Hiroshima. Y es que esa acción misma, ese asesinato es un canto al individualismo. Sólo cabe un dedo en ese interruptor apocalíptico.

Y esta es la esquizofrenia de cualquier hombre que se reconozca como tal.

Es mi reflexión por una nueva lectura de este canto a la libertad, la valentía y la independencia. Un relato en el que la miseria y la estupidez de la humanidad aplasta la gloria del hombre como ser único e independiente.

Richard Bach, escribió llevado por su pasión por volar, yo lo leo con la vehemencia del terror a formar parte de un todo con vosotros. Es mi pesadilla.
Richard Bach nació en 1936 y es descendiente directo de Johann Sebastian Bach. Su pasión es el vuelo.
Hurra por Richard Bach y su Jonathan Livingstone Seagull.

Un pasaje del relato:


“Las gaviotas, como es bien sabido, nunca se atascan, nunca se detienen. Detenerse en medio del vuelo es para ellas vergüenza y es deshonor.
Pero Juan Salvador Gaviota, sin avergonzarse, y al extender otra vez sus alas en aquella temblorosa y ardua torsión -parando, parando, y atascándose de nuevo-, no era un pájaro cualquiera.
La mayoría de las gaviotas, no se molestan en aprender sino las normas de vuelo más elementales: cómo ir y volver entre playa y comida. Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa, sino comer. Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que le importaba, sino volar. Más que nada en el mundo, Juan Salvador Gaviota amaba volar.”



Iconoclasta

1 de octubre de 2007

El botellón: soluciones




Tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac.

¿A que me parezco a esa esquizofrénica conciencia del capitán Garfio?

¿No habría algún método para marcar a los borrachos universitarios que ramadean por calles y solares en grandes manadas?
Haylo: Lo más práctico sería inyectarles un microchip bajo la piel, en un lóbulo de la oreja, en la derecha o la izquierda según la orientación sexual de la res en cuestión.
Los podrían llevar a una comisaría, al hospital donde los alientan a vomitar o bien lo podría hacer la policía local con rejones parecidos a los eléctricos para arrear al ganado.
Esto sería un buen sistema para que al menos, semejantes lumbreras no voten y estropeen con su intervención etílica y falta de inteligencia unas elecciones donde los votantes han de saber leer, escribir y tener madurez intelectual.
Bastante suerte han tenido en la rifa de las plazas universitarias.
Si a la universidad puede asistir cualquier tirado, que al menos el gobierno los identifique para que no hagan locuras al votar e influir así con su universitario criterio en las decisiones del país.
Bastante desalentador es saber que un día, uno de estos agraciados con la lotería primitiva de plazas universitarias pueda llegar un día a ser médico o ingeniero.
Miedo me da.
Es que no gano para disgustos cada vez que leo y veo las noticias.

Tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac.

No estaría mal ser el capitán Garfio y pasar por la quilla a quien me diera la gana con total impunidad.

No es agradable verse sometido a examen por un médico borreguil que al igual que los grandes mamíferos de la sabana africana, abreva junto a otros miles sin escrúpulo alguno entre basura, excrementos y orines.
¿Y el ingeniero recién licenciado que trabajando de delineante a tiempo parcial en una empresa de rótulos no tenga la suficiente capacidad para diseñar los anclajes de un rótulo luminoso?
Salir a la calle será un auténtico deporte de riesgo.
O que mi hijo recibiera clases de algún tirado…

¿Es verdadero orgullo lo que sienten los padres de estos universitarios? ¿Se debería esterilizar a sus progenitores para que la estirpe no se extienda más en el tiempo?
Eso sería otra ventaja del chip para las reses universitadas borrachas, ya estarían controladas y se podría evitar que se reproduzcan con individuos de la población normal.
Esto de la selección natural en las ciudades es un problema, el riesgo de degeneración de la especie humana roza ya lo apocalíptico.
Hay mucho universitario.

Que dejen de rifar plazas alegremente a cualquiera. Ya sabemos que España quiere ser ahora el país más culto del mundo, pero es una presunción propia de palurdos pensar que haya tanta inteligencia entre tantas manadas de borrachos.
Hay gente que sin ir a la universidad y sin congregarse en manada para mearse en los pantalones con un vaso de ron malo en la mano, ha conseguido la misma plaza de funcionario de correo, de hacienda o bien ha entrado como barrendero en una de esas poderosas empresas de recogida de basuras (propiedad de alcaldes y regidores) de las grandes ciudades.
Seamos sinceros, no es justo ni viable que exista tanto universitario porque no hay suficiente masa encefálica entre tanto cráneo.

Otra buena medida sería hacerles un vallado, un redil; como esos vallados infantiles de los parques públicos para que los pequeños no se escapen de sus madres mientras cotorrean.
De esta forma no ensuciarán calles ni plazas con su basura y excrementos.
Es pura ecología.

Y si alguno no asistiera a clase, todo el mundo sabría que se encuentra la res durmiendo entre su propia mierda. Los padres podrían estar tranquilos de que su pequeño de veintitantos años estuviera a buen recaudo.
Esos padres que identifican a sus borrachos hijos entre la grey y piensan: “Criatura, déjalo que se divierta, es joven”.

No es de extrañar que haya cada vez más depresiones por la vuelta al trabajo tras unas vacaciones, cuanto más borrachos, más nenazas.
La debilidad de un carácter se acentúa con el tiempo y en el caso de los asistentes al botellón, por momentos.

Tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac.

Le tengo un asco a Peter Pan…

Insisto en lo del microchip, así se les podría vender los medicamentos en la farmacia tras escanearles las orejas; sin hacer perder el tiempo a los médicos en las consultas por recetarles los psicotrópicos que necesitan para combatir sus mierdas de depresiones por tener que asistir al trabajo.

En fin, esto es España y quien me diga que en otros países también pasa, le diré que estupendo, que ya sabía yo que la estupidez es una característica planetaria de la que ya gozaban hasta las civilizaciones más antiguas y exquisitas. Sin embargo, que a mí no me vaya a diseñar el bólido que me compre cuando sea millonario uno de estos universitarios botelloneros.
Prefiero que lo haga el mecánico de mi barrio que se toma una cerveza solo en el bar para desayunar y no forma tanto follón porque cada día debe trabajar.
Se me olvidaba, os puedo asegurar, mis alegres universitarios borrachuzos, que el chip no se os notará, tengo un perro pequeño y por mucho que le palpes la piel no das con él.
La hostia puta de la discreción.
No puede hacer daño.

Tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
tic-tac, tic-tac, tic-tac.

Me pica la nariz y ni el cochino dios tiene valor para rascarse con este pedazo de hierro.

Recordad, mis inteligentes estudiantes universitarios: conducid borrachos; es la sensación de libertad y poder más grande que nunca hayáis podido sentir.
Buen sexo.


Iconoclasta

28 de septiembre de 2007

El cáncer: un castigo por algún pecadillo

Hay semanas en las que las idioteces brotan de entre las piedras. Cuando digo idioteces, también me refiero a personas con un nivel de idiocia clínico (un grado médico para definir algún tipo de cerebro podrido).

Y es que esta misma semana he oído en las noticias, que según una encuesta, hay gente que piensa que el cáncer es contagioso, otros que se cura con una vacuna y por fin la más gorda: que el cáncer es una especie de castigo, el pago por algún pecado. Por alguna mala vida.

Valga decir aquí que ya me estoy bajando la cremallera del pantalón para que el religioso, supersticioso o analfabeto en cuestión se amorre al pilón y expie sus culpas. Le ofrezco mi pene lustroso en lugar de un cáncer que le pudra el hígado o los pulmones. Va a disfrutar como un marrano lamiendo, le prometo que no le saldrá un cáncer en la boca. Soy muy limpio.

Yo sabía que existían estos idiotas que piensan así, lo que ocurre es que me ha llenado de alegría, me ha puesto eufórico perdido saber que alguien más ha topado con esta especie humana que piensa que hay castigos místicos y que los dioses tienen un gran surtido de cánceres para así crear místicos tumores justicieros.

A este tipo de subnormales, a los que así piensan (en gran parte descerebrados de la España profunda, labriegos y humilde y sencilla gente de mierda) va aquí toda mi carga seminal, para que se la extiendan a modo de pomada y les libre de todo tipo de cáncer.

Hay días que pagaría por estar en el mundo, porque estas cosas que uno oye le hacen abrir una sonrisa de par en par. Es una ventana abierta a la esperanza; hoy por ejemplo, temía que fuera un día gris. Afortunadamente la risa ha entrado por la ventana y me ha excitado sexualmente.

Doy gracias a vosotros, ¡Oh palurdos! por existir. Que vuestros hijos eternicen la imbecilidad para que sigamos riendo muy a gusto; pero no dejéis de chupar, idiotas.

Tras esta reflexión sobre el cáncer, me voy a fumar un cigarro a ver si el gobierno me castiga con un buen tumor del tamaño de una naranja en cualquiera de mis pulmones.

Buen sexo.


Iconoclasta

26 de septiembre de 2007

Los socialistas y su oratoria para idiotas

¿Nadie se ha fijado en la forma de hablar de todos los diputados y ministros socialistas, incluyendo al her presidente Zapatero, miembro del soviet supremo español que todo lo controla?

Hablan vocalizando, lentamente, separando sílabas y frases. Esta oratoria es para niños de tres años o retrasados mentales. Estoy seguro de que el gobierno que pretende meterse hasta en los hábitos más banales de la población, nos tiene por unos tarados e ignorantes.

Pues a mí me da dos patadas que un idiota presuntuoso y lerdo me hable así, a mí que me hablen claro y rápido porque no tengo tiempo que perder como ellos. Y soy infinitamente más listo.
Hablando de listos: ellos no son tan listos como se creen, porque su forma de balbucear da tiempo sobrado para responder con los argumentos más complicados.

Por supuesto, prefiero el lenguaje directo y eficaz de otros grupos, aunque sea de derechas, por lo menos no presuponen idiotez en sus oyentes. Aunque sean igual de bordes y malos.

Por educación, los socialistas deberían hablar con fluidez. Y por cultura, deberían ir a un logopeda y no demostrar ese carisma que los hace lerdos, pedantes.

A lo mejor son de esos cobardes pusilánimes que tienen miedo constantemente a equivocarse al hablar. Son inseguros de cojones.

También se podría pensar que hablar como lo hacen, les provoca erecciones y humedades y pretenden eternizar el placer.Siempre es feo que alguien se alimente de sus propias palabras.

A ver si aprenden a hablar con fluidez y decisión, porque esa idea que se hacen de que son la hostia puta de la oratoria y la exquisita cultura europea, no se la cree ni dios.

Buen sexo.



Iconoclasta

21 de septiembre de 2007

Cabrón

Cabrón…
Lo soy: un puto cabrón.
Quererte…
No es amor, es deseo puro y puto.
Y no es deseo, es la necesidad de la posesión más absoluta, te quiero mi esclava te quiero usar y abusar.

Soy el cabrón que en silencio rabia con el pene húmedo estrangulado en el puño, con la rabia de un demente.
La insania no es una alteración de mi mente. Es mi puta mente.
Soy cabrón porque así me parieron.
Así me hiciste, desgraciada y puta mujer hermosa…

Y no quiero tu coño, quiero tu cerebro, tu pensamiento. Quiero esclavizarte a mí. Te quiero en un eterno gemido de placer.
Mortal.
Que no hables, coño.
Me duele que hables, me desesperan tus palabras de mierda.
Joder...
Me metería un jaco de tu orina en vena por tenerte más adentro. Estoy loco y soy malo. Me has hecho así de cabrón.

Mal nacido. Sé que lo soy, mi polla lo dice, y lo dice mi puño venoso. Mi glande que escupe ácido, que busca tu entrepierna y meterse en ella reptando entre tus muslos. Una lengua que es un látigo, un castigo de placer. Una locura.
Un imposible.

Estoy harto, cansado de la mierda de palabras. De momentos de devoción espiritual.
De los putos “te quiero” que no descargan la leche de mis cojones, sino que crean más presión allí abajo.
Te metería la polla en la boca para llegar a tu cerebro, para hacerte mi esclava, mi autómata. Siempre junto a mí, sometida a mí.
Seré tu Dios Polla, tu tótem de placer.
Soy la aberración del amor, lo más podrido.
Muda, quedarás muda.

Cada vez que siento tu voz, tu puta y dulce voz, mi alma se fracciona, se rompe y desea ir a ti como una lluvia de cristales rotos. Y fundirse contigo.
Mala puta, casi no has dejado nada de mí.

Necesito romper tu influjo, partir en pedazos el hechizo de tu ser. Reventarlo con un pene carnal, bombeando una sangre espesa y cenagosa, apenas oxigenada por un corazón tortuoso.
Soy la bestia creada con tu amor, con tu sensibilidad. Algo salió mal durante mi creación cuando apareciste; cuando me invadiste como un embate de deseo y placer.
Me hiciste mierda.
Sólo me queda ser cabrón.
Puto amor que me retuerce las entrañas…

Te follaré el pensamiento, evitaré que emitas esas ondas que crean esta melancolía desesperante en mí.
Cabrón y con malas intenciones. No haré caso de tu coño, no lo quiero. Lo he jodido tanto que ya es mío, se ha fundido en mi pene.
Sólo me queda tomar posesión de tu mente, vengarme de lo poco que me has dejado. Soy un degenerado muñeco que se mueve con apenas voluntad. Contra tu poder.
Tu joder.

Y sólo me queda este resquicio de brutalidad para salvarme y para follarte el cerebro. Para joderte como ningún humano ha querido joder jamás a nadie.
Cabrón…
Que sólo eso salga de tus labios.
Cabrón, cabrón, cabrón…

Me cago en mi puta vida.
Estoy desatado.
Desbocado buscando joder tu mente, hacerla mía.
Sólo me queda esta voluntad: la de ser un cabrón.
Tu cabrón.


Iconoclasta