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6 de diciembre de 2013

Autofelación


Consejos para una placentera vida sexual.
Para aquellos a los que su mujer se la ha dejado de chupar porque hay sabores mejores, le da asco el vuestro o bien se ha aburrido. O para los que son pobres y no tienen dinero para pagar una puta que se la chupe,  existe el yoga y sus asanas y contorsiones.
Una vez que has logrado la mística elasticidad que confiere la práctica del yoga, llega la prueba de fuego: ponte unas gafas de policarbonato como protección contra salpicaduras y golpes e inténtalo (en caso de que tengas suficiente flexibilidad y durante las primeras automamadas, hay que tomar precauciones para evitar lesiones oculares, podrías hacerte daño por una falta de precisión; de la boca al ojo hay una distancia cortísima cuando practicas este asana).
Puede ser que no llegues y eso se debe a:
- La tienes muy pequeña.
- Tu entrenador ha sobrevalorado tu habilidad de forma piadosa respecto a este asana autocomplaciente.
La solución más sencilla es que desarrolles el pene, porque tu espalda ya no está para más contorsiones.
Mira bien tu correo electrónico, porque seguro que tienes un "enlarge your penis" cada día en la bandeja de entrada.
Si es demasiado caro, que te la chupe tu entrenador de yoga, que:
- O bien te ha sobrevalorado para que continúes pagando tus clases.
- O bien no imaginaba que un pene pudiera ser tan pequeño.
En ambos casos es responsable de tu frustración y de un importante desembolso económico en unas clases que no han servido para nada.
En caso de que lo hayas conseguido:
- Puede ser que te salga por la nariz el esperma que has eyaculado. Debes seguir practicando una correcta respiración para no ahogarte con tus propios miasmas.
- Puede ser que tu gato esté jugando con tus huevos  en el momento más inoportuno: usa coquilla. En caso de que sea el perro el que te esté oliendo el culo con su hocico fresco y húmedo: déjate hacer porque eso imprime más fuerza e intensidad a la eyaculación.
- Si te encuentras practicando este asana en el gimnasio, pide al entrenador que te meta un dedo en el ojete para que te estimule la próstata, chillarás como un marrano de placer.
Y ya, cuando tengas más soltura y puedas usar las manos coordinadamente, graba un video y cuélgalo en tu tuiter o feisbuc para que tu imbecilidad se haga tan famosa como la de Justin Bieber o la del presidente de cualquier país elegido al azar.
Son los buenos consejos de Iconoclasta.
No os rindáis jamás, calentorros míos.

Bueno sexo, buena mamada.








Iconoclasta