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23 de julio de 2018

Els Groguecreus (artículo de la Iconopedia)


Imagen superior: Proyecto de cementerio Arlington a la ibérica.
Imagen inferior: Obrero/a con su característico pelaje polinizando tiras plásticas amarillas.


Els (los) groguecreus (del catalino “grogues”: amarillas y “creus”: cruces).
Los groguecreus (melífluus pacíficus cataloniensis, su taxonomía de grupo aún no es definitiva) es una nueva raza o especie de mente colectiva o de colmena, guiada por una reina o por un zángano designado por la propia reina mediante una feromona que llaman “crida” (reclutamiento, llamamiento). Su distribución comprende el noreste de la península ibérica con áreas de influencia en el Pirineo. Se han registrado pequeñas y esporádicas nidificaciones en Bélgica, Escocia, Suiza, Alemania y algunos países nórdicos europeos.
La sintaxis y pronunciación de su nombre podría evocar a los rosacruces; pero los groguecreus son sustancialmente diferentes en su morfología y química, como podremos ver en esta entrada. Por otra parte, su intelecto es un poco más irrit… Bueno, dijéramos que son menos discretos que los masónicos rosacruces. Lo cierto es que su naturaleza no puede asimilar el concepto de la discreción, o son alérgicos a semejante cualidad.
Sin excepción, zánganos y obreras trabajan afanosamente en el cultivo y polinización de cruces amarillas ocupando vastos territorios con el consiguiente riesgo para el ecosistema; tal como ocurre con la avispa africana, el cangrejo americano y algunas especies que también son muy coloridas y que no se limitan a un solo color (cubren y sobrepasan la gama del arcoiris en sus banderitas), siendo muy contaminantes visual y acústicamente por lo grandes y estridentes de sus carrozas y danzas que rozan la paranoia, ofreciendo a los biólogos además, un arduo trabajo para identificar el sexo de algunos individuos.
Los groguecreus tienen su máximo apogeo en el verano, cuando se acercan hasta la misma costa para polinizar y plantar sus cruces amarillas en las playas; provocando así, junto con las medusas, grandes temores e incomodidades entre los humanos sean o no turistas. Los groguecreus son molestos para todos sin excepción, talmente como si fueran demócratas.
Una vez las cruces amarillas han madurado, las venden como souvenir o comida para refugiados de guerra, migrantes africanos que no quieren los italianos o para los belgas de los que, son casi parientes.
El resto del año elaboran tejidos amarillos gracias a una enzima que producen al masticar plásticos y que cuelgan en bosques, casas y calles, produciendo así también una gran polución visual y ecológica.
Han colonizado terrenos de alta montaña, interior, costa y zonas urbanas; y por ello son una inagotable fuente de conocimiento y experimentación para los biólogos (que algunos también coinciden con ser groguecreus).
Aunque por ahora no hay daños físicos inmediatos para los humanos, sí que su actividad amarillenta (el amarillo es el color de la mala suerte tradicionalmente) puede causar estrés entre ciudadanos y excursionistas, así como jaquecas debido a la reverberante e ineludible visión de tanta cosa amarilla colgada o plantada. 
El zumbido característico de la polinización amarilla, es deprimente y lúgubre (hace referencia a hoces destripadoras y a la inmensa tristeza de su idiosincrasia oprimida y castigada desde tiempos inmemoriales) por lo que puede causar cierto desasosiego en el sistema nervioso humano, debido a que la cantinela no cesa en ningún momento. Causan tanto tedio como el festival de canciones Eurovisión.
Se les ha visto reciclar unos contenedores de basura transparentes que les llaman “Urnas1-O2017”, para guardar cruces rotas por las inclemencias del tiempo y tiras amarillas descoloridas, o bien como ceniceros. A su manera tienen conciencia ecológica, como se puede apreciar.




Iconoclasta

6 de julio de 2018

Transexuales sanísimos


Dicen los actuales sofistas, captadores carroñeros del voto oportunista (populista, de moda) que la transexualidad no es una enfermedad.
Oradores de mierda, de cerebro corrupto y ambición desmedida y farisea.
¿Cómo se debe llamar a la desesperación, depresión y tristeza que una mente sufre por estar encerrada en un cuerpo que no quiere? ¿Cómo se ha de considerar física y mentalmente a quien necesita y desea someterse a agresivas y lesivas cirugías y tratamientos químicos de por vida?
¿Cómo se debe considerar a quien pierde una parte de su vida en cambiar su cuerpo de forma tan drástica?
Están sanísimos los transexuales ¿verdad, buitres sofistas?
Hay tanta degeneración, tanta ignorancia, tanta cobardía e ingenuidad infantil en la sociedad acomodada, que más que preocupante, es repugnante.
La humanidad como especie, está ahora pagando con semejantes enfermedades y taras el error cometido al intervenir en el orden natural: muchas parejas no deberían haber tenido hijos, y las fertilizaron artificiosamente. Y por lo tanto, muchos hijos y nietos no deberían haber nacido.
Hay trastornos y errores que no se dan en el medio natural. Y la humanidad empieza a estar seriamente dañada por una mierdosa mutación que lleva a la “zombignorancia” y a una sonrisa generalizada de deficiente mental.
Demasiadas madres y padres que no deberían serlo, bebés que no deberían haber nacido…
No, no hay enfermedad en el fondo; solo ignorancia, estupidez y usurpación.
Idos a la mierda sofistas asquerosos, hijos idiotas.



Iconoclasta